![]() ![]() 15 DIAS POR LIBRE EN TURQUIA VERANO 2010 ✏️ Blogs de Turquia
15 días por Estambul y Anatolia en agosto de 2010, por nuesta cuenta y en coche alquiladoAutor: Juanip Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (1 Votos) Índice del Diario: 15 DIAS POR LIBRE EN TURQUIA VERANO 2010
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Etapas 7 a 9, total 16
Nos levantamos tempranito y cogimos un taxi que nos llevara a la agencia de alquiler de coches. Primer problema, la habíamos cogido por internet a muy buen precio y era una agencia caserilla, que no tenía ni letrero ni nada. Tras dar unas vueltas la localizamos, tenia una pequeña placa en un portal, subimos al piso y por lo que se veía la oficina era también la vivienda de la familia que llevaba el negocio. Nos arreglaron los papeles mientras nos sentábamos en el sofá acompañados del gato de la familia que nos olisqueaba como diciendo quien son estos. Pero bueno, todos muy amables, y tras invitarnos a café recogimos nuestro coche, un Kia, con el que íbamos a recorrer Turquía. La verdad es que la primera impresión nos pareció que la agencia era demasiado de “andar por casa” pero la verdad no tuvimos problema ninguno. El coche nos costó 290 euros por 10 días. Llevábamos nuestro GPS, donde previamente habíamos instalado los mapas de Turquía y enfilamos el puente para pasar a la parte asiática. Os cuento como funcionan los peajes en Turquía: cuando llegas al peaje, unos metros antes hay unas oficinas bancarias, donde te sacas una tarjeta monedero que debes cargar con dinero, para luego pasarla por la máquina del peaje que te descontará el importe de la tarjeta. El mínimo para cargar la tarjeta son 50 liras, pero os llegará de sobra porque los peajes son muy baratos en Turquía, casi ridículos comparados con los españoles. Tras seguir por la autopista hacia Ankara (habitualmente 3 carriles) te das cuenta realmente de la inmensidad de Estambul, porque la parte asiática se extiende kilómetros y kilómetros, con lo que os podéis imaginar que hay bastante tráfico. Como el coche iba seco tuvimos que parar a echar gasolina, con la consiguiente clavada (a 1,60 estaba e litro de diesel) y enfilamos ya hacia la meseta de Anatolia. Hasta llegar a Ankara son unos 600 km bastante monótonos porque el paisaje es el de una meseta amarilla inmensa hasta donde llega la vista con pocas poblaciones. Lo primero que piensas es ¡dios mío, que no se averíe el coche por aquí!, por suerte no hubo problema y tras comer en un área de servicio el kebab de turno, llegamos a eso de las tres de la tarde a Ankara. Entramos por una avenida llena de edificios modernísimos y fuimos a buscar nuestro hotel. Ahí empezamos a conocer como se conduce realmente en Turquía, porque entre que en Estambul no habíamos cogido coche y que salimos por autopista no nos habíamos dado cuenta. Ahí van algunos ejemplos: fulanos dando marcha atrás 50 m, avenidas de 4 carriles sin pintar, convertidas en 5 carriles porque aprovechan los arcenes para conducir, claro, luego eso se estrecha y pasa a 3 carriles y todo el mundo quiere pasar; en las calles se incorpora todo el mundo sin problemas, aunque estés parado ellos meten el morro igual. En fin, que llegue al hotel estresado, aunque no sé porqué nadie parece inmutarse ni darse golpes (aunque tienen que dárselos). Después de dejar las maletas en el hotel decidimos ir a ver el museo de las civilizaciones de Anatolia, porque habíamos visto que era muy interesante y realmente Ankara no tiene mucho que ver, es una ciudad moderna. Primer error, volvimos a coger el coche, no lo hagáis, nos fuimos a la parte antigua y fue más de lo mismo pero con las calles más estrechas. Encima nos equivocamos y acabamos en la ciudadela bizantina que hay en lo alto de la ciudad, que realmente no tiene nada que ver. Bajamos y dimos con el camino al museo, quedaba hora y media para que cerrara pero no es muy grande y nos dio tiempo a verlo. Eso sí, si os gusta la historia, como es nuestro caso, merece la pena verlo, hace un recorrido por la historia de Anatolia, desde la prehistoria, pasando por los hititas, hasta la época griega y romana. Lo más impresionante es la sala central, dedicado a los hititas, que es verdaderamente impresionante, con esculturas y puertas monumentales de sus ciudades.
Cuando salimos nos fuimos a descansar un rato al hotel, desechamos buscar el mausoleo de Attaturk porque ya estábamos hartos del tráfico, y no fuimos a cenar a un tranquilo restaurante cerca del hotel. Etapas 7 a 9, total 16
6º DÍA: LLEGAMOS A LA CAPADOCIA
Salimos tempranito, hoy nos esperaban unos 400 km hasta llegar a Goreme en la Capadocia. Un poquito de conducción a la turca para salir de Ankara y luego tranquilidad por la meseta. Tengo que deciros que nos habían enviado desde turismo de Turquía un mapa de carreteras del país donde figuraban muchas “autovías”, cosa que me extrañaba. Os cuento como son, es el equivalente a nuestras carreteras nacionales (con el firme un poco peor) pero con dos carriles en cada sentido y separadas por medianas. Lo que sucede es que pasan por el medio de los pueblos y se cruzan con otras carreteras. O sea, que no son autovías, pero te da tranquilidad que haya 2 carriles y mediana por el tema de los adelantamientos. El firme a veces era malo, pero se veía que estaban mejorando muchas carreteras (supongo que como iba a haber en dos semanas el mundial de baloncesto les estarían dando un lavado de cara). Por fin llegamos a la Capadocia, a lo lejos empezamos a ver algunas chimeneas y pasamos por delante de Uchisar con su “castillo”, empezamos a bajar una cuesta y tras ver el camello dispuesto para pasear a los turistas llegamos a Goreme. Goreme es un precioso pueblecito rodeado de chimeneas y con mucho encanto. Está lleno de turistas, de hecho hay infinidad de hoteles, pero sin embargo no te crea la impresión de ser un sitio muy masificado y agobiante tomado por el turismo, quizás porque es bastante tranquilo y la gente no arma mucho follón. Aquí tuvimos otro problema, ¿dónde está nuestro hotel, el Traveller´s cave hotel? Decidimos subir por uno de los lados del pueblo y acabamos encontrando la Pensión del Hotel, tras preguntar nos dijeron que esperaramos un momento y en 5 minutos llegó el dueño en una motocicleta con su hijo, diciéndonos que les siguiéramos, que nos llevaban hasta el hotel, que resultó estar en lo más alto del pueblo. Está aunos 10 minutos subiendo desde el centro del pueblo, pero os lo recomiendo porque es de los lugares más altos y tiene unas vistas estupendas del resto del pueblo, además es como si no estuvieras dentro del pueblo y es tranquilísimo. Nuestra habitación era preciosa, una cueva decorada con mucho gusto y muy acogedora, además teníamos unas tumbonas en el jardincito delante de nuestra puerta para nosotros solos. Os lo recomiendo sin duda. Después de darnos una ducha y como todavía quedaba día decidimos ir a Uchisar, un pueblo que está a 5 km de Goreme, en las faldas de una formación rocosa a la que llaman “castillo” llena de tuneles y celdas porque parece ser que fue un antiguo monasterio. Pagamos la entrada y nos metimos en él. No tiene nada de especial, lo mejor es ir a la parte de arriba desde donde hay buenas vistas y pudimos ver una bonita puesta de sol. Eso sí, compartida con bastantes turistas. Como ya anochecía nos volvimos a Goreme, nuestro problema fue donde cenar, porque hay muchos sitios y todos con muy buena pinta.Al final nos decidimos por una terracita y nos pedimas unas pide, las pizzas turcas, que estaban buenísimas. Una cosa sobre la comida en Goreme, a pesar de estar lleno de turismo es muy barato comer y la comida está muy buena. Etapas 7 a 9, total 16
7º DÍA: EL VALLE DE GOREME
Nos levantamos con ganas de descubrir el museo al aire libre del valle de Goreme, un valle lleno de cuevas con pinturas bizantinas e iglesias en la cuevas.. está a 3 km del pueblo por lo que cogimos el coche, aunque hay gente que iba andando (buena opción si es temprano y no hace mucho calor) pero queríamos llegar pronto para evitar grandes aglomeraciones. Tras sacar la entrada nos encontramos con que realmente para entrar en las cuevas había que aprovechar los momentos en que salía una excursión organizada y antes de que entrara la siguiente. Los guías de las excursiones les echan bastante morro y parece que solo tienen derecho a entrar ellos. Pero bueno nos las arreglamos, nos pegamos a alguna excursión, disfrutamos de alguna explicación gratuita en español y aprovechábamos cuando salían para quedar un momento a solas en las cuevas. Es un lugar muy bonito y os lo recomiendo a todos. Sobre todo no dejéis de ir a la cueva que tiene una entrada aparte para ella, merece la pena porque es la cueva más decorada de todo el valle y es preciosa. Cuando salgáis del recinto no tiréis la entrada porque queda otra cueva unos metros antes de la entrada en la cuesta de la carretera y podeis entrar con ella a verla. Nos fuimos a comer tempranito a Goreme, esta vez a una terraza donde nos pusieron el kebab que se hace en una vasija al horno cerrada y que luego te abren con una espada. Por la tarde decidimos ir a visitar una de las famosas ciudades subterráneas de la Capadocia. En vez de ir a la más famosa previendo que estaría llena de gente decidimos irnos a la de Urgup que estaba a unos 20 minutos de Goreme. Esquivamos a una buena cantidad de guías que se nos ofrecían, pagamos la entrada y nos introdujimos en la ciudad. Debo deciros que mido 1,89 metros y resultaba un poco claustrofóbico moverse por algunos pasillo que te obligaban a ir prácticamente en cuclillas, pero como solo se podía caminar en un sentido para llegar a la salida pues no me quedó más remedio. Nos acoplamos detrás de una excursión de italianos también bastante altos, me dije que si ellos podían pasar yo también y empezamos a caminar. Resulta increíble como la gente podía vivir debajo de la tierra con sus almacenes, sus animales y sus familias para refugiarse de los enemigos. Desde luego uno siente cierto alivio cuando sale al exterior. Nos volvimos a Goreme, nos tomamos una pide para cenar y volvimos caminando al hotel. Ese día había comenzado el ramadán, y nos encontrábamos a las familias sentadas a la puerta de sus casas y a mujeres que preparaban la cena. Nosotros los saludábamos y todos nos contestaban amablemente y con una sonrisa en la cara. Así debía ser la vida en los pueblos de España hace 50 años, que pena que se haya perdido. Nos quedamos un ratito en las tumbonas de delante de nuestra habitación viendo un cielo estrellado precioso y decidimos que, ya que no ibamos a hacer el viaje en globo sobre Goreme porque se escapaba de nuestro presupuesto y además somos de tener los pies en el suelo, al día siguiente nos levantaríamos sobre las 6 para ver los globos. Etapas 7 a 9, total 16
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