BRISAS DEL MEDITERRÁNEO- Sovereign- Pullmantur ✏️ Blogs de Mediterráneo

Cuando nos despertamos a las siete de la mañana, vimos por la ventana que por fin hoy dejábamos el paraguas en el camarote. Por fin un día con sol

Hoy es una de las escalas más cortas de todo el crucero. Tenemos el desembarco a las 8 y el “todos a bordo” a las 16.30. La suerte es que esta vez no teníamos que coger ningún autobús ni ningún tren para movernos ya que el barco atraca en el mismo puerto de Nápoles.

Desde que empecé a planificar el viaje y hasta en el mismo diario de a bordo se aconsejaba no llevar artículos de valor en esta escala. Nápoles es considerada como peligrosa. De hecho, la gente suele hacer una simple panorámica de esta ciudad y visitar las ruinas de Pompeya o la isla de Capri. Nosotros, no visitamos Pompeya ni Capri ( y menos mal, según nuestros compañeros de mesa, Capri era otro “Mónaco”- derroche de lujo, mi bolsillo no se ajusta). Y decidimos darnos una vueltecilla para conocer un poco de Nápoles. No tuvimos sensación de peligro en ningún momento, ni vimos nada raro paseando por las calles napolitanas.

Bajamos pronto del barco y nos pusimos a realizar la ruta planeada…y hoy ¡SÍ, SÍ! Por fin la cumplimos.

CASTILLO NUEVO- GALLERIE UMBERTO I- TEATRO DE SAN CARLO- PALACIO REAL DE NÁPOLES- PIAZZA PLEBISCITO- VÍA SANTA LUCÍA- CASTEL DELL’OVO.

- CASTILLO NUEVO: llamado así para distinguirlo del más viejo Castel dell'Ovo, fue fundado en 1279 por Carlos I de Nápoles (Carlos de Anjou). Está muy cerca de donde atraca el barco. Dentro está en Museo Cívico de Nápoles. La entrada al castillo y al museo es de 5.16€ por persona. Nosotros no entramos, siempre preferimos callejear y perdernos por ahí.

- GALLERIE UMBERTO I: es una especie de centro comercial: tabaco, ropa, correos… con una cúpula impresionante.


- TEATRO DE SAN CARLO: es un teatro de ópera en Nápoles y está reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

- PALACIO REAL DE NÁPOLES- PIAZZA PLEBISCITO: se encuentran en el mismo lugar.

- VÍA SANTA LUCÍA: otro capricho mío. Buscaba una iglesia de Santa Lucía, a ver si podía llevar a mi madre una figura de esta santa. Pensábamos que Santa Lucía era una virgen napolitana, pero en este viaje descubrí que era siciliana. Y no había ninguna iglesia ni ninguna imagen de esta santa. El paseo por esta calle nos sirvió para comprobar que en Italia, y con más énfasis en Nápoles, conducen como les da la gana jejejeje. Cruzar por un paso de peatones se convertía en algo peligroso y prácticamente tenías que parar a los coches con las manos … ni siquiera aminoraban el ritmo.

Allí también compramos la pasta y el limoncello en un supermercado de barrio. Mucho más barato que en los puestos turísticos. Lo cierto es que después nos dimos cuenta de que en el barco también vendían limoncello italiano… y más barato que en Italia.

Y aquí fue también donde empezamos a perdernos de la ruta marcada. Pero esta vez queriendo. Empezamos subiendo las calles empinadas llenas de pequeñas tiendas de comestibles y pescaderías:

Nápoles tiene algo. Empezamos a notar su embrujo, ese je ne sais quoi que no puedes explicar, ¿por qué nos gusta Nápoles? Si es sucio, caótico… no lo sabemos, pero nos encantó.

Cuando nos quisimos dar cuenta, ya sí estábamos perdidos. Miramos un mapa y decidimos caminar hacia el puerto, camino al Castillo del Huevo.

Mientras bordeábamos el paseo marítimo de Nápoles veíamos como no había playa… y la gente se tumbaba en las piedras disfrutando del mar.
Y también apreciamos Capri y el imponente Vesubio (que años atrás había destrozado Pompeya):

- CASTEL DELL’OVO: o Castillo del Huevo.

Está situado en el islote de Megara y desde aquí se puede obtener una estupenda panorámica de la ciudad. La verdad es que desde arriba, la foto que conseguimos parecía de postal:

Su nombre viene de una leyenda napolitana que dice que Virgilio había escondido un huevo mágico debajo del castillo. Sin este huevo, la fortaleza se destruiría y Nápoles entraría en una era de catástrofes.
Lo cierto es que después de tanto arte renacentista, no venía mal un poquito de medieval. La entrada al castillo es gratuita y podéis encontrar rincones tan bonitos como estos:


Lo mejor de todo era que desde allí podíamos ver el barco. Estábamos cerca del puerto y esto nos tranquilizaba mucho.

Una vez visitado el castillo, decidimos sentarnos en un restaurante (Pizza Amore e Fantasia) a comer una pizza. Nápoles es la ciudad considerada como cuna de la pizza y de la pasta en Italia. Así que no encontramos mejor lugar para comerla. Una pizza cuatro quesos, dos coca-colas y el servicio (que te lo cobran) por 15.50€ (que fue lo que gastamos en esta salida, más la pasta, el limoncello y algún recuerdo más que compramos en las tiendas cercanas al puerto).
Con la panza llena, o más bien llenísima, caminamos hasta el barco y nos fuimos, como siempre, a la cubierta doce a descansar, meternos en el jacuzzi (que hemos pasado mucho calor) y a despedir a la bella Nápoles… también volveremos algún día.

Esta noche tenemos el cóctel con el capitán. Era a las 20h, dos horas antes de la cena. Nos arreglamos y fuimos a hacernos la foto de rigor con don Ivo. Pero la verdad es que cuando vimos la cola, se nos quitaron las ganas. ¡Nos quedamos sin foto!
Estuvimos dando una vueltecilla por el teatro y al final acabamos donde siempre: nos fuimos a la cubierta doce hasta la hora de la cena. Mirando el mar.
Y de entrante, pastel de hojaldre y paté:

Para acabar el día, un cóctel, otra vueltecita y camita. Mañana nos espera el único puerto no europeo de este viaje: Túnez.

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El barco atracaba en La Goulette a las doce de la mañana…no había necesidad de madrugar, pero ya por inercia, madrugas. Eran las siete de la mañana y nosotros en pie. Desayuno a la carta, que hoy también hay tiempo y vueltecita por el barco. Preparamos los pasaportes (que finalmente miraron y para mi disgusto no sellaron) y el formulario que nos habían dejado en el camarote la noche anterior (que tendrás que acabar de completar si falta algún dato- en nuestro caso les faltaba la profesión). Desde la cubierta, veíamos el maravilloso puerto y algún que otro camello:


Hoy tenemos contratada una excursión con Pullmantur: CARTAGO Y SIDI BOU SAID y hasta las 12.30 no tenemos que estar en el punto de encuentro. El precio de la excursión es de 44€ por persona y tiene una duración de 4 horas aproximadamente. Nosotros quedamos en la puerta del salón con nuestros compañeros de mesa y otra parejita más para hacer la excursión juntos.

El día de la excursión yo acabé muy cabreada: el guía nos llevó a dónde quiso él, Cartago lo vimos en su mayoría desde el autobús y estamos seguros de que el menda se llevaba comisión.
Eso sí, fue el día que más reímos, porque el guía era un auténtico show-man.

Comenzamos la visita por las ruinas y ya desde abajo, un tunecino intentaba hacer negocios con nosotros jejeje que ni siquiera bajamos del autobús…dos euros que pedía por una fuente de barro:

El único lugar donde bajamos en Cartago fue en las termas de Antonino. La verdad es que están medianamente bien conservadas y son muy bonitas:

Eso sí, para poder hacer fotos, tuvimos que comprar un ticket (1€). Si te pillaban sin el ticket tenías que pagar una multa.

Después, cogimos el autobús rumbo a Sibi Bou Said, famoso pueblo de pescadores azul y blanco, fundado por andaluces.

Comenzamos siguiendo al guía, que como ya he comentado antes, nos paraba en las tiendas que a él le parecía. Nos decía que no compráramos en ninguna otra tienda, que las demás vendían imitaciones, que él nos llevaba a las cooperativas. Y allí nos pedían 300€ por una cachimba y ¡¡¡¡¡¡¡1000€ por tres pulseras de plata!!!!!!! Y ni con el regateo se quedaba en un precio decente. No conozco a nadie que comprase algo allí.

Las tres parejas que íbamos juntas acabamos descolgándonos del grupo (esto es algo que se puede hacer en todas las excursiones, te dan una hora y un punto de encuentro para el regreso por si te “pierdes”). Fue entonces cuando comenzamos a mirar las tiendecillas y a regatear. Las tres pulseras las saqué por 15€ y una rosa del desierto por 1€. Aún así, tienes la impresión de salir engañada jejeje.

De vuelta al barco tuvimos una pequeña incidencia. Iban a multar al conductor del autobús porque había parado dos veces por el mismo sitio( y por lo visto sólo tienen permiso para parar una ). Esto ocurrió porque hubo gente que se quedó por ahí y no estuvieron a tiempo para coger el bus jejeje. Entonces, guía y conductor se bajaron del bus y parecía que se iban a matar con la policía… qué susto nos dio jejeje. Después de una media hora allí parados y ellos manoteando con la policía, vemos como se dan la mano y suben al bus. Entonces, el guía nos explica todo esto y nos dice que la multa consistía en 200€ (cuando el sueldo de media nos dijo que era 300-400€) y dos meses sin poder trabajar. Pero finalmente lo habían arreglado y no le pusieron multa (hasta en eso se regatea jejeje).

Cuando llegamos al puerto, nos dijo que dejásemos propina al conductor (sí, sí, claro, ¡qué cara!). Nosotros no dejamos nada jejeje y volvimos al barco.
Nuestros compañeros de mesa se quedaron mirando las tiendas del puerto y nos dijeron que allí los precios estaban marcados y que se podían comprar las mismas cosas sin tanto agobio.

Ya sólo nos quedaba disfrutar del barco hasta que llegásemos a Barcelona. Así que cafelito y dulce en la cubierta doce, y relax hasta la hora de la ducha.
Hoy tenemos la fiesta árabe y el buffet magnífico. Y de entrante en la cena pan con tomate, aceitunas y queso:

Y un rico postre (que no me acuerdo cómo se llamaba).

El buffet magnífico es asombroso. Toda la gente asomada, esperando a que nos dejaran pasar a verlo desde cerca:

De nuevo nos demostraron los cocineros que son unos auténticos artistas:


El buffet primero se visita y cuando todo el barco lo ha visto, se puede empezar a comer. Da pena desbaratar estas obras de arte comestibles pero… lo haces.

Después, un poquito de discoteca, poquito porque estamos hechos polvo. Andamos porque sabemos cómo se hace pero nos duelen tanto los pies…A descansar y mañana intentar disfrutar de nuestro último día a bordo del Sovereign.

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Ays, cómo nos olía esa mañana a despedida …Intentamos no ponernos tristes y disfrutar de nuestro último día a bordo.

El día de navegación sirve realmente para eso: despedirte de todo y cotillear por última vez el barco.

Este día había más actividades de animación que de costumbre así que tras una vueltecilla en el gym (donde sólo hicimos el tonto) nos enganchamos a la especie de monólogo que estaba haciendo el genio de las burbujas en una de las cafeterías.

A la hora de la comida nos encontramos con nuestros compañeros de mesa y la otra pareja, con los que pasamos ya el resto de tarde juntos: más vueltas y jugamos el bingo crucero (me quedé a dos números). El bingo crucero es un bingo especial porque sortean otro crucero a donde tú quieras. Cuesta 10€ el cartón.

También estuvimos en la charla informativa de desembarque, en la que te explican todos los procedimientos para bajar en Barcelona. Siempre se recomienda que al menos un miembro de cada familia asista a la charla. Aunque, como siempre, en el camarote te dejan el diario de a bordo explicándotelo todo muy bien.
Los temas que se tratan son los siguientes:

- MALETAS: hay que pegarles una pegatina que tu camarero dejará en el camarote con tus datos y retirar todas las demás pegatinas que pueda tener la maleta. Antes de las 2 de la mañana se deben dejar en la puerta del camarote. Y por supuesto, el DNI, tarjeta de embarque, etc. se deben llevar en el equipaje de mano.
Las maletas se recogen el día siguiente en la terminal de puerto, en las cintas que hay iguales a las de los aeropuertos.

- CIERRE DE CUENTAS: si has vinculado una tarjeta de crédito, el cierre se produce de manera automática. Si es en efectivo, tienes que pasar a la hora indicada por recepción y realizar el cierre.
Si realizas compras habiendo liquidado la cuenta, tendrás que pagar en efectivo.

- HORA DE DESEMBARQUE: todos los camarotes deben quedar libres antes de las 8 de la mañana. Y dependiendo en qué cubierta te encuentres, tendrás una hora u otra para desembarcar, siendo los pasajeros de la cubiertas 9 y 10 los primeros en hacerlo; y los de la cubierta 2, los últimos.
Si tienes contratada una excursión o traslado, la etiqueta que te dan es gris y también desembarcas de los primeros.

Pues nada, a hacer la maleta…ese día yo sí me encontraba algo mareada (y no sabía si era por el barco o porque ese día habíamos bebido más cócteles de la cuenta ejjeej) Me costó bastante hacer la maleta. Hice media antes de cenar y otra media después. Este día también se rellena el cuestionario de satisfacción: nosotros dimos un diez a todo, sobre todo a nuestros camareros y un suspenso a las excursiones.
En la cena , esta noche tenemos vieiras:

Y para despedirnos, nuestros camareros nos bailaron el “Amigos para siempre” y brindamos con una botella de champán:

Una vuelta por la disco y a acabar de hacer la maleta…caritas tristes y buscando escondites por el barco…a ver si podemos quedarnos.

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