De excursión por Edam, Volendam, Marken y una experiencia freeze froze frozen!!!
Hoy tocaba día de excursión a la zona Waterland. Nos despertamos y después de una ducha bajamos a desayunar al buffet, bien temprano, sobre las 8. Caminamos hasta la parada de tranvía de Museumplein y después de comprar un pase para transporte público de un día nos vamos a la Estación Central de trenes.
Llegamos allí y teníamos que buscar la parada de buses de la compañía Arriva, que son los que llevan el Waterland ticket y los trayectos a esta zona de pueblecitos típicos. Había leído que la estación se encontraba en la parte trasera de la estación de trenes, pero no sabíamos por donde ir, así que dimos un rodeo y tras no encontrar nada entramos en la estación y preguntamos en información, a lo que una señora entrada en años nos dice en inglés:
- Salir de la estación, a la izquierda unos 100 metros, subir unas escaleras y ahí está.
Vale, salimos de la estación, 100 metros caminando hacia la izquierda y… escaleras??? Dónde??? No hay nada… solo la parte delantera de la estación y un túnel, una carretera, la para de tranvía, pero… escaleras??? Ni de coña vamos…
Entramos de nuevo y le decimos que hicimos lo que nos dijo y que no hay escaleras, respuesta de la señora:
- Salir de la estación, 100 metros caminando hacia la izquierda, subir unas escaleras y ya.
Vale… le decimos:
- Salimos por esa puerta??? (Señalando a la puerta principal de la estación, por la que habíamos entrado…)
Y nos dice que si… Asi que aunque un tanto mosqueados hacemos lo propio y pensamos que quizá nosotros no habíamos visto las escaleras o tuvimos algún fallo… caminamos no 100, sino 200, incluso atravesamos un túnel por el que veíamos salir algún bus, y nada…
Nos vamos a la oficina de turismo que hay en frente de la estación a ver si allí nos decían algo, pero había tal cantidad de gente haciendo cola que desistimos y fuimos la zona del túnel donde veíamos salir buses, y tras atravesarlo por una zona no apta para peatones con el peligro que ello conlleva vemos una rampa muy grande por la que bajaban y subían los buses, y que llevaba a una explanada enorme con muchos más buses, pensamos, eso debe ser, y empezamos a subir la rampa que no tenía ni aceras ni nada para peatones, y cuando llegamos al final de la rampa nos dice una tía:
- Aquí no podeis estar, esto no es para peatones, teneis que subir por la zona de peatones.
Nos lo dijo en inglés claro… Y nosotros super enfadados ya porque no encontrábamos las escaleras ni zona por la que subir, qué más le daba a la tia dejarnos entrar en la estación de buses si ya estábamos arriba… joder!!!
Bajamos y desandamos el camino, entramos de nuevo a la estación de trenes y ya pasamos olímpicamente de preguntarle a la de información, eso sí, al pasar por al lado del puesto de info la insultamos en hebreo por lo menos…
Subimos a las plataformas superiores de la estación a ver si por allí había alguna puerta que saliera a la parada de buses, y no, no había, lo que si había eran unas cristaleras enormes que te separaban de ella, y nosotros como bobos pegaditos al cristal como perritos en una tienda de mascotas sin poder llegar a los buses.
Preguntamos a varias personas y nadie sabía, y nosotros:
- Joder… estos viven aquí y no saben como llegar a la estación de guaguas… me cago en… casi dos horas aquí como bobos caminando…
Hasta que un chico se apiada de nosotros, nos baja a la zona del punto de información, donde la señora indeseable, y nos señala a una puerta que sale al exterior por el otro lado de la estación, nos dice que por ahí.
Es decir, para todos aquellos que no tengáis claro el tema y para que no os pase como a nosotros. No hagáis caso a quien os indique, porque ni ellos mismos saben. Entrad por la puerta principal de la estación y caminad rectos cruzando todo el interior de la estación hasta el final, allí hay una puerta que da al exterior, a la zona trasera de la estación, que da al puerto de Amsterdam.
Cogeis a la derecha y camináis un poco, subis unas escaleras y voilá, allí la teneis, sin mayor problema. Si nos hubieran indicado bien desde un principio en 10 minutos estábamos allí. Pero eran las 11 de la mañana, y habíamos hecho unos cuantos kilómetros cagandonos en todo básicamente.
El bus 110 de la compañía Arriva nos llevaba, el Waterland Ticket sale 9 euros y sirve para coger todos los buses que quieras por esa zona durante 1 día, así que sin problemas a las 11:28 salimos hacia Edam. Llegamos sobre las 12:15 y flipamos nada más bajar del bus.
El pueblo es realmente bonito, merece muchísimo la pena visitar esta zona, aquí os dejo la web oficial del pueblo:
http://www.edam.com/
Nos dedicamos a callejear por él, entrar en las tiendas de souvenirs, compramos algunas cosas porque el precio comparado con los mismos souvenirs en Amsterdam era irrisorio, y entrar en las tiendas de quesos, como esta:
No se tarda mucho en verlo, pasamos por algunos sitios más de una vez, y no había gente casi por las calles. Simplemente olvidaos de todo y callejead, pasear por este pueblo es encantador. Los canales, los barcos, las bicis, las casitas típicas… todo. Algo a destacar por ejemplo, y que nos llamó la atención, es que en lo alto de las puertas de las casas hay escudos, como de la familia que vive allí o algo por el estilo.
Y nos marchamos hasta la parada de buses nuevamente, para coger uno que nos llevara hasta Volendam, os dejo una última imagen del pueblo y seguimos.
Cogemos la guagua a las 13:30 y llegamos a Volendam a las 13:40, muy rápido todo. Nos dejaron a las afueras del pueblo por así decirlo, pero es fácil llegar a la avenida marítima y al centro del pueblo simplemente siguiendo los carteles que hay en las calles, no tiene pérdida.
Nosotros lo primero que hicimos, callejeando sin rumbo fue encontrarnos con el estadio del Volendam, que juega en la segunda división de Holanda, y como nos gusta el fútbol y estaba abierto echamos unas fotos y continuamos hacia el centro.
Aquí os dejo la web oficial de Volendam:
http://www.vvv-volendam.nl/nl/
Y de camino al centro nos encontramos con todo el pueblo lleno de adornos, con una feria con varias atracciones y puestos de comida, imagino que estarían en fiestas por esa época. Muy bonito todo, simplemente callejeamos por los alrededores, por la avenida marítima, entrando a tiendas, comprando algún souvenir, que también estaba todo mucho más barato que en Amsterdam e incluso alguna cosa más barata que en Edam. Joshua consiguió comprarse aquí su jersey de Amsterdam por fin, aunque al mismo precio que yo, o un poco más caro, no recuerdo bien pero en jerseys no andaban los precios más bajos, al menos donde nosotros buscamos no.
Algo que no os podeis perder de este pueblo es bajar hasta la playa y estar allí un rato, eso sí, no os deis un baño porque el agua está congelada. Yo metí solo la mano y nunca había tocado agua del mar así de fría. Hacia frio en todo el pueblo la verdad, pero es precioso.
Estuvimos por la zona, y buscamos un lugar para comer. Por 7’25 euros conseguimos un plato grande con una hamburguesa, papas fritas, ensalada y una coca cola de medio litro, que visto lo visto fue un buen precio y la comida abundante. El resto de sitios para comer eran menús con platos de pescado y tal y se salía del presupuesto.
Nos sentamos a comer en un banco en el paseo marítimo, y unos pajarillos que habían por allí (los hay a montones, y son unos pesados alrededor tuyo para ver si cae algo de comida) nos cagaron encima. A Joshua y a mí solo nos rozó, pero a Jaime le cayó todo encima y su chaqueta era blanca… Pobre chaqueta de Jaime… casi caminaba sola ya jajajajajaja. Para colmo las cacas de los pájaros eran entre rojo y violeta, como una mermelada de arándanos. Menos mal que yo llevaba toallitas de bebé siempre en mi mochila por si las moscas, pero a pesar de limpiárselo se le quedó una marca violeta en la chaqueta. Joshua y yo no podíamos parar de reírnos, al menos no nos cayó nada en la comida. Jaime siempre decía:
- Si alguien me pregunta, le digo que me manché en el desayuno con mermelada…
Sobre las 16:00 cogemos un barco que nos llevaría hasta Marken, el precio del billete de ida nos costó 5 euros, y el trayecto dura una media hora. Si estábamos a 1 de Septiembre y en el trayecto estábamos muertos de frío, con el gorro de la chaqueta puesto y la sensación de que nos íbamos a poner malos fijo. Me imagino como debe ser el clima en invierno por esa zona.
Eso sí, las vistas son muy bonitas y el viaje merece la pena. No os preocupéis porque el barco se encuentra muy fácil en el puerto de Volendam, no tiene pérdida y habrá más turistas como vosotros que vayan a hacer lo mismo. El trayecto puedes comprarlo solo ida o ida y vuelta, tanto desde el puerto de Volendam como desde Marken. Aquí os dejo la web:
http://www.markenexpress.nl/
Y sin mayores problemas llegamos a las 16:30 a Marken, el pueblecito más pequeño de los que habíamos visitado durante el día, y es precioso. En una horita lo tienes visto, porque es pequeñito, aunque como os digo tiene mucho encanto, callejeamos por las pocas callejuelas que hay, viendo los jardines de las casitas, los canales, la iglesia, etc. Nosotros flipamos con el tamaño de las arañas por esta zona, en los jardines habían telas de araña con unas arañas tigre gigantescas, un miedo… Tras visitar el pueblo nos fuimos sobre las 5 y algo a coger el último bus del día que nos llevara de nuevo a Amsterdam.
Lo cierto es que aunque en las fotos podáis ver que los pueblos son preciosos, no les hacen justicia, teneis que ir en persona para que flipeis, respiréis aire puro, veais algo típico de Holanda, los zuecos decorando las fachadas, en fin, una excursión de la que esperábamos exactamente lo que nos ofreció, un día fantástico con un paisaje perfecto. Nos aguardaba aún el trayecto en bus hasta la ciudad, que pasa por un dique en el que vais con el bus por la carretera y a ambos lados hay arena y mar, lo mejor de lo mejor, totalmente recomendable.
Llegamos a Amsterdam sobre las 17:45, y a las 18:10 ya estamos en el hostel, donde nos acostamos a echar una siesta, que el cansancio de tantos días hacía mella en nosotros y aún esta noche nos quedaba más.
Sobre las 20:00 nos despertamos y nos preparamos para irnos al Ice Cold Bar Amsterdam. Cuando nos despertamos Jaime dice que se está empezando a resfriar por el frío que habíamos cogido, a lo que Joshua le dice:
- Tio, si te encuentras mal tómate un EFERANGANE.
Jaime y yo nos miramos y empezamos a partirnos el culo de risa, el medicamento en cuestión se llama Eferalgán, no sé si lo conoceréis, es básicamente paracetamol, una pastilla efervescente vamos. Después de eso cada vez que tomábamos una decíamos: “Echate un EFERANGANEEEE!!!” jajajajaja. Luego derivó en FARANGANE.
Nos vamos a la estación de tranvía, y dado que mañana nos íbamos de la ciudad, había que despedirse de unas chicas que nos tenían loquitos y nos habían acompañado durante nuestros viajes en tranvía por la ciudad, y encima se querían sacar una foto con nosotros y nos sonreían… si es que los españoles triunfamos.
Pillamos el tranvía y nos bajamos en Rembrandtplein, desde donde vamos caminando hasta el río Amstel, muy cerca de allí, pues en esa zona está el lugar en cuestión. Os dejo su página web oficial por si quereis echarle un vistazo, es una visita obligatoria para nosotros si visitáis la ciudad, de lo mejor que hicimos por allí. Es caro, casi 20 euros, pero como llevábamos un ticket del Holland Pass nos ahorramos mucho, y merece la pena:
http://www.xtracold.com/
De camino nos encontramos con esto:
Ya allí pillamos las entradas y esperamos sentados dentro, muy buena la decoración y ambiente. Se reunió un grupito de gente aunque nosotros éramos los únicos españoles. Y después de un rato de espera nos empezaron a explicar como era la cosa.
Conocimos allí a una camarera del bar que se llamaba Bianca y era de Amsterdam, pero hablaba un perfecto castellano con acento canario, porque había estado trabajando en unos hoteles de Tenerife unos años. Había visitado casi que más cosas en Tenerife que nosotros mismos, y somos de aquí… jajajaja, estuvo muy atenta, hablando con nosotros y explicándonos todo, además era muy guapa así que perfecto.
Entramos por una puerta como de una cámara frigorífica gigante, y dentro no se permiten sacar fotos, así que no os lo puedo mostrar, pero en su web hay imágenes. Es todo de hielo, los asientos, la barra, las paredes, el techo, los vasos, todo… un frío dentro… Nos sirvieron dos consumiciones, podeis elegir cerveza o un cocktail.
Ponen música, te sacan fotos en un trono de hielo que luego puedes comprar al salir (nosotros pasamos, se nos salía del presupuesto), pusieron el waka waka, y nos pusimos a gritar campeones, campeones, champions of de world… los holandeses nos miraban con una cara…
Además hay una experiencia en 4D, donde eres un pingüino bajando una montaña de nieve, está muy bien, pasas un rato agradable y diferente.
Al salir caminamos hasta Leidseplein y cenamos en un Burger King, nos vamos hasta el hostal, y a dormir que el día ha sido muy largo. Adios Amsterdam!!! Una ciudad increíble con mucho que ofrecer… sí, en 2 días podeis ver todo lo imprescindible si os dedicais a callejear y no entráis en muchos sitios. Si haceis como nosotros que entramos en varias cosas necesitaríais un día más para ver el resto de iglesias y entrar a algunos pubs, o pasear por Vondelpark, etc.
Todo depende de si haceis visitas culturales o no, pero tened claro que Amsterdam fue de lo mejor del viaje y en cuanto pueda volveré por allí, de eso no hay duda, I AMSTERDAM!!!
TOURISTTTTTT OFFIIICE, cerveceo perfecto y concierto nocturno.
Todo lo bueno se acaba, y hoy nos tocaba decirle adiós a la gran Amsterdam. Nos levantamos y después de ducharnos y desayunar hacemos el check out, caminamos hasta la estación de tranvía de Museumplein y pillamos uno hasta la Centraal Station, con un ticket válido para 1 hora, es decir, uno sencillo, por 2’60 €.
Sin ningún problema, miramos horarios en los paneles informativos, rellenamos nuestro billete interrail y cogemos un tren hacia Haarlem a las 10:14, y para que veais la proximidad de las ciudades por esta zona y la eficacia del transporte público, llegamos a las 10:30, así si que se aprovecha el tiempo.
Dejamos las mochilas en una taquilla y nos vamos a descubrir la ciudad. Nada más salir de la estación, (que por cierto, es la estación más bonita del país, una obra art decó preciosa) abrimos la lonely planet y miramos la manera más rápida de ir al centro, que está a pocos minutos andando de la estación, simplemente por una gran calle recta, la Kruisweg o Kruisstraat. Aunque no llevéis mapa hay carteles que os indican cómo llegar al centro de la ciudad, así que sin problemas.
Nosotros buscábamos la oficina de turismo, así que una vez acabada esta larga calle, en una intersección, preguntamos a un chico: “Sorry, ¿Where is the tourist office?”
Y el tio hace como que no nos entiende y se pira… poker face de nosotros… vale que quizá no pronunciamos como un tipo nacido en manchester joder pero se entiende…
Un poco más adelante nos encontramos con una chica repartiendo publicidad, y le hacemos la misma pregunta, nos pone cara de no entiendo una mierda, le repito la pregunta con mejor acento, la tia se queda con cara de sigo sin entenderte, Jaime le hace la pregunta hablando lento lento y la tia dice: “AAAAAH….the TOOOOOOOUUUUUUUURISSTTTTTT OOOOOOOFFFFFFIIIICEEEE”
Hágase incapié en que las mayúsculas son hablando muy alto, pronunciándolo así, con mucho acento en la T y en la F y tal, como si fuéramos tontos del culo vamos… la tia pronunciándolo todo máquina como si nosotros no supiéramos hablar… en fin, que nos dijo por donde ir pero fuimos diciendo burradas de la tia por todo el camino.
A ver, llega un guiri a España y pregunta: “Pooooor favooouuuuur, doooundew estaw la ouufisiiinaw de tooouuuurissssmooow?” Y joder, no lo pronuncia bien pero lo entiendes y le explicas… me cago en todo, no habíamos tenido problemas en ningún lado, incluso nos habían dicho que nuestro inglés era muy bueno teniendo en cuenta que éramos españoles, y ahora en una misma ciudad 2 personas nos hacen el bussiness… en fin.
Desde entonces cada vez que preguntamos en una ciudad por la oficina de turismo lo hacíamos así:
Paso 1: Acercarse a alguien y decirle en tono bajito y tímido cerca de su cara: Sorry, i have a question, is posible? (o introducción cortés similar…)
Paso 2: Si nos contestaban que sí decíamos en el mismo tono bajito, enseñando el mapa, y muy cerca de la persona: Where is the…
Paso 3: Pronunciando como la perraca de Haarlem y chillando y enfatizando las sílabas como si no hubiera un mañana: … TOOOOOUUUURRRRIIIISSSTTTTTTTT OOOOOFFFFIIIICEEEEE???
Y joder… se asustaban al principio pero nos entendían… y nosotros nos reíamos mucho
Y tras caminar un poco llegamos a nuestro destino, entramos y pedimos algún mapa o ruta o cualquier cosa que tengan en castellano, nos hablan en español (que cracks, así da gusto) y nos dan un mapa detallado con los puntos más interesantes de la ciudad y por detrás explicado cada punto en castellano también, y gratis!!!
www.vvvhaarlem.nl
Nos vamos por la Grote Houststraat y desembocamos en la Grote Markt o plaza principal de la ciudad. Preciosa, y es que Haarlem conserva prácticamente intacto el encanto del siglo XVII.
Esta plaza está rodeada de cafés y restaurantes, pero lo que más llama la atención es su Ayuntamiento, del s. XIV, desde cuyo balcón se leían las sentencias de los tribunales, y la fabulosa Catedral Basílica de San Bavón, construída entre 1390 y 1520. También hay algunos museos y la estatua de Laurens Coster, a quien los habitantes de Haarlem consideran el creador de la imprenta de tipos móviles junto con Gutenberg.
Nosotros centramos nuestra visita a la gigantesca basílica. Nuestra guía ponía que por 2 euritos podías visitarla y que dentro habían varias cosas de interés, pero especialmente destacaba el órgano de Müller, donde había tocado Mozart, y que era de los más grandes del mundo. Al final la entrada costaba 2.50, (nuestra guía era de 2009 y había subido un poco el precio) pero lo pagamos con gusto, si por fuera era increíble por dentro tendría que ser bestial, y no nos equivocamos.
Nosotros flipamos en colores, y en las fotos no se aprecia el tamaño real del órgano ni de la basílica, es enorme. Además nos dieron un folleto, en castellano!!! Haarlem nos estaba sorprendiendo en este aspecto, que explicaba perfectamente un recorrido por la basílica conformado por 17 puntos de interés, además de ofrecer datos prácticos de la propia basílica como diferentes fechas desde 1347 hasta 2001, donde habían construido cosas, añadido cosas, restaurado cosas, etc. Por ejemplo: 108 metros de longitud, 76 metros de alto, peso de la gran campana 5000 kg, órgano de 5068 tubos…
www.bavo.nl
Abre de lunes a sábados desde las 10:00 hasta las 16:00, ofrece conciertos los jueves, desde julio a septiembre a las 15:00 y los martes desde mayo a octubre a las 20:15. Mala suerte, nosotros fuimos un viernes, el concierto había sido el día anterior.
Un dato curioso es que todo el suelo de la basílica está formado por lápidas de tumbas, unas 1500, de las cuales las más antiguas se remontan al s. XV.
Fue en 1766 cuando Mozart, con apenas 10 añitos, tocó el gran órgano de Christian Müller, que mide casi 30 metros de altura. No os explico más cosillas, que las hay, y muchas, porque realmente merece la pena pasarse por esta ciudad y recorrerla, que se tarda poco y se disfruta muchísimo.
Salimos de la catedral por el mismo lugar de entrada, una tienda de souvenirs que a la vez hace de taquilla para vender las entradas. Ya fuera, en la plaza, decidimos con mapa en mano recorrer la zona de la ciudad que aglomeraba más puntos de interés, que se situaba al este de la propia ciudad. Lo cierto es que la mayoría se agrupa en torno a la Grote Markt y alrededores, así que no se camina mucho, se va junto al gran canal y luego se callejea un poco, pero vamos, que ahora os lo cuento más detalladamente…
Nos vamos de la Grote Mark por la última salida que da al oeste mirando el mapa, que va a dar a la Berken – Rodestraat y desemboca en el gran canal que forma el río Spaarne. Vemos el Waag, construido entre 1597 – 1598, un edificio de piedra que se utilizaba para pesar las mercancías que llevaban los barcos por el río, usada hasta 1915. Justo enfrente se puede observar el puente que atraviesa el río, característico de la ciudad, el Gravenstenenbrug.
Justo al lado está el Museo Teylers, que recoge pinturas de los siglos XIX y XX, además de dibujos de escuelas italianas, holandesas y francesas, de Rembrand, Michelangelo, Rafael, etc… también tiene fósiles, instrumentos de física, y mucho más. Es el museo más antiguo de Holanda construido en 1778.
www.teylersmuseum.eu
Según nuestra guía adultos 7 euros y niños 2 euros, luego, con nuestra justa economía no entramos y continuamos nuestro recorrido. En el otro lado del río, justo frente a este museo, se encuentra la parada de unos cruceros en barco por los canales de la ciudad, por si os interesa hacer una pequeña excursión. Están operativos de martes a domingos, desde abril hasta septiembre, de 12 del mediodía hasta las 5 de la tarde. Duran unos 50 minutos y los adultos, según nuestra guía, pagan 9’50 € y los niños 4’50 €. Tanto el precio del museo como de los cruceros puede haber variado, podeis informaros buscando por internet o allí mismo en la oficina de turismo. La compañía de barcos se llama “Post Verkade Cruises”.
Justo en la altura del puente, giramos a la izquierda para caminar por la Bakenessergracht, una gran calle recta que va en todo su recorrido a la izquierda de un canal. A mitad de la calle más o menos volvemos a girar a la izquierda por la KorteBegijneStraat, una calle pequeña, en el final de la cual vemos el Toneelschuur, que son simplemente unas salas de cine y teatro construídas en 2003, diseñadas por Joost Swarte.
Giramos a la derecha por la LangeBegijneStraat para ver la Goudsmidskamer, una casa medieval con fachada de principios del XVII, que fue cede de los orfebres de Haarlem entre el XVII y el XIX.
Es un placer callejear por esta ciudad, porque tiene rincones muy bonitos… esa torre que veis a lo lejos, supusimos que era la Bake-NesserKerk, pues en el mapa estaba más o menos situada en esa zona, aunque la oficina de turismo no la ponía como punto interesante entre los 30 que te explican. No supimos por qué, pero la torre parecía bonita, aun así no nos aventuramos a ir hasta ella porque teníamos un recorrido planificado y nuestro tiempo era limitado.
Al final de la LangeBegijneStraat, giramos a la izquierda por la BegijneSteeg y nos topamos con la zona de la WaalseKerk, una iglesia del siglo XIV, que es la más antigua de Haarlem. Es la zona del Begijnhof o Beaterio, muy bonita y con mucha tranquilidad, callejeamos un poco.
Y simplemente giramos a la derecha desde la BegijneSteeg para incorporarnos a la Jannstraat, que es otra gran avenida que va desde la estación central a la grote markt, paralela a la que habíamos utilizado al llegar a la ciudad para ir hacia el centro histórico.
Vemos mientras subimos por la avenida hasta la estación la Antigua Iglesia de San Juan y los Archivos Municipales, una antigua abadía del siglo XIV con una torre de madera de 1595. Y nos desviamos un poco hacia la derecha por la KorteJansstraat para acercarnos a un gran edificio que recomendaban como punto de interés y que resultó ser la Comisaría de policía, y es que data del siglo XVIII y fue utilizado como hospital y orfanato.
Retrocedemos y nos vamos ya en línea recta a la estación, sobre las 13:15 estábamos allí, así que habíamos aprovechado bien la mañana, visto lo más representativo de la ciudad, y tocaba comer algo. Burger King de la estación y famoso menú de 1.95 € con papas, hamburguesa y refresco… que rico!!!
Después de comer miramos el próximo tren que salía hacia Leiden y vemos que sale a las 13:37, subimos a la plataforma 3 y vamos a las consignas a recoger las mochilas… SORPRESA!!! Pasamos el código de barras y la puerta no abre… mil veces, y no abre… nuestras mochilas están encerradas y no sabemos cómo abrir el tema. Viene gente y saca sus maletas y nosotros como bobos pasando el ticket y dando golpes en la puerta y nada… tememos haber perdido nuestras cosas, así que bajamos de nuevo y buscamos a algún trabajador de la estación, le explicamos en inglés lo ocurrido y tras pocos minutos (eso sí, ya el tren se había ído hace rato…) viene con una llave maestra, abre el mecanismo y pone unos códigos, y abre la puerta. Claro, desconfía por si estamos robando y nos pregunta qué llevamos dentro… encima… joder!!! Y todo el mundo mirando… Recuperamos nuestras pertenencias y piramos a Leiden en el de las 13:53, y es que sí, hay mucha frecuencia de trenes.
Y llegamos a Leiden a las 14:15… tras… 22 minutos??? Trayectos cortos, si señor, la mejor forma de aprovechar el tiempo en las ciudades!!!
Vamos a la TOUUUUUUUUURISTTTTTTT OOOOOOFFIIIICEEEE, y la tía más antipática del mundo nos da un mapa en inglés, con unos pocos puntos de interés, pocos, 15 eran. La oficina de información turística está justo enfrente de la estación así que no tiene pérdida.
www.vvvleiden.nl
Leiden es la ciudad que alberga la Universidad más antigua del país. Es una ciudad estudiantil básicamente, pues los más de 20000 estudiantes que viven allí forman una parte elevada de la población de la ciudad.
En definitiva, como el mapa solo ofrecía las explicaciones en inglés, y nuestra guía lonely en español, aprovechamos el mapa solo para guiarnos por la ciudad, hicimos un recorrido que pasara por algunos sitios que nos llamaron la atención y nos dedicamos básicamente a callejear y disfrutar del gran ambiente que se respira en Leiden.
Así que nos vamos rectos por la misma calle que sale de la estación y en la que se encuentra la tourist info, la SteenStraat, y giramos a la izquierda por la Rijnsburgersingel, paseando al lado de un magnífico parque entorno a un canal en busca de un molino que aparecía en el mapa, el Stedelijk Molenmuseum De Valk, pero solo apreciamos su paisaje durante un rato, y envidiamos a todos los lugareños que tomaban el sol, comían o leían tumbados en el césped de esta zona. Si quereis entrar, el precio ronda los 3 euros y abre de 10 de la mañana a 5 de la tarde.
Tras cruzar el parque nos fuimos por la Prinsessekade Turfmarkt, una gran arteria de la ciudad, para irnos a la izquierda por la Haarlemmerstraat, llegar a la zona de Stille Rijn, que es la zona de los canales más bonitos de la ciudad, donde has llegado al centro y se respira un ambiente fabuloso, y cruzas pequeños puentes y paseas por calles llenas de tiendas…
Y viendo cosillas llegamos al puente que cruza a la Burgstraat y en ese clima que había, viendo esas terrazas, no podíamos hacer otra cosa que descansar un poco en una de ellas y tomarnos una buena cerveza, y yo que iba ya con mi estómago cervecero pensando en una Grolsch, que es típica holandesa, viendo que servían pintas no me pude resistir… y estuvimos un rato allí hablando y respirando Leiden.
Tras este descanso nos vamos a la zona cercana, prácticamente a la vuelta de la esquina, del Burcht, que es una ciudadela del siglo XI construída sobre una colina muy bonita, en pleno centro de la ciudad, la cual puedes recorrer de forma gratuíta porque se ha convertido en una especie de parque entre murallas que es una pasada, eso sí, subir tanta escalera requiere un esfuerzo notable.
Pero cuando llegas arriba ves que tanto esfuerzo se ve recompensado en tus piernas cansadas tras tantos días de viaje, porque las vistas son la hostia.
Bajamos y nos vamos a ver esa catedral que veis a lo lejos en la foto, que nos llamó mucho la atención por su gran tamaño. Callejeamos por la Nieuwestraat y nos paramos en la plaza de la Catedral de Leiden, la Hooglandsekerk, pero estaba cerrada. Nos acostamos en el suelo con las mochilas de asalto a modo de almohada y nos relajamos admirando la gran fachada del edificio.
http://www.hooglandsekerk.com/
Aquí podeis obtener info acerca de la catedral en cuestión. Seguimos por la misma calle y pasamos por fuera del Leiden American Pilgrim Museum y del RAP Architectuurcentrum, de los cuales la guía no ponía nada, porque imagino que no los consideraría de lo mejor de la ciudad, pero el mapa los tenía entre los 15 puntos turísticos.
Cruzamos a la derecha por la Hooisgracht y otra vez a la derecha por la Hogewoerd, simplemente callejeando por el centro, luego por la Steenschuur y… así un ratito entre calles, viendo las casas, la gente, lo mejor es callejear sin rumbo… hasta que nos encontramos con la Pieterskerk. Ilógico es que la Lonely no te nombre a ninguna de las dos grandes iglesias de la ciudad, más bien no nombra ni grandes ni pequeñas, solo nombra un par de museos y tal… el tema es que la guía era de Amsterdam y algunas excursiones a lugares cercanos, por lo que se centra en Amsterdam propiamente y de los lugares cercanos dedica 2 escasas páginas por ciudad… Pero bueno, la vemos y seguimos el camino que tenemos planeado para llegar a la zona de la Universidad que está muy muy cerquita ya.
Esta zona es muy bonita, como podeis ver en la foto, pasamos por fuera del Academisch Historisch Museum, también por el Hortus Botanicus Leiden (www.hortus.leidenuniv.nl), 6 euros adultos y 3 euros niños según nuestra guía, es el jardín botánico más antiguo de Europa (1587), al cual no entramos por el precio, y seguimos por esta calle, la Rapenburg, que tiene tantos museos, como el Rijksmuseum van Oudheden (www.rmo.nl), adultos 8’50 euros y menores de 18 años 5’50 euros, es un museo de antigüedades que alberga desde objetos griegos, romanos y egipcios, hasta otras obras antiguas. Tampoco entramos, of course. No money, no culture jajajaja.
A pocos metros girando a la izquierda está el complejo universitario, que es precioso porque sus edificios son antiguos, de carácter neerlandés obvio, y se respira mucha tranquilidad. Todo lleno de bicis, rodeado de canales… recomendable dar un paseíto por aquí.
Mirad lo que encontramos en uno de los canales:
Luego, lo único que hacemos es callejear en dirección a la estación de trenes, por lo que hicimos una especie de círculo entrando a la ciudad por el lado izquierdo y volviendo por el derecho, cuando tengáis el mapa en mano os será fácil reconocer el trayecto, primero porque la ciudad es pequeña y se ve en poco rato, y segundo, porque no hay más. Dedicad el tiempo a disfrutar y callejear, y si teneis dinero y os interesa, entrad en algún museo.
Vemos otro molino cercano a la estación y nos vamos a eso de las 17:25 a otro Burger King que estaba enfrente de la propia estación. Esta vez comemos un menú grande, que con otro pequeño no nos llenábamos.
Pillamos el tren a Rotterdam a las 18:04 y estamos allí a eso de las 18:35, otro trayecto rápido y cómodo. Cogemos un tranvía por fuera de la misma estación hasta Willemsplein y caminamos un poco hasta nuestro alojamiento, el Room Rotterdam Hostel, de los mejores del viaje por el ambiente, el desayuno, etc… aunque eso sí, el más caro también, unos 24 – 25 euros noche… en una habitación de 12 personas!!!!!!!!!!
Rotterdam es totalmente diferente al resto de Holanda, grandes rascacielos que cambian el esquema de la típica ciudad flamenca. No saqué fotos, ya las sacaría al día siguiente…
Hacemos el check in sin problemas y subimos a la habitación, hacemos las camas que nos habían asignado en recepción mientras Jaime se va abajo a preguntar por el wifi para conectarnos.
Llega una tia y se pone a gritarle a Joshua en inglés que esa cama que estaba haciendo era de una amiga suya que se estaba duchando. Joshua con poker face no se enteraba de nada y yo le traducía, al caso, por más que le decía a la colega que esa cama estaba sin hacer, sin sábanas vamos, desocupada, y que la recepcionista nos había dicho que esa cama era nuestra, ella seguía erre que erre que era de su amiga que se estaba duchando…
Joshua baja a recepción (le dijo a Jaime que hablara con la de recepción jajajaja ) y sube a la habitación a resolver el problema la chica del hostel, y ya estaba la supuesta amiga en toalla allí y yo sin saber que hacer ya… Total, hubo un fallo en recepción que creyeron que esa chica ya no estaba allí alojada… las trasladaron a las dos a otra habitación, y se fueron propinándonos insultos varios… Buena manera de empezar la noche...
Bajamos a la cocina para hacernos la cena y estamos nosotros 3 solos, me pongo a tocar con dos tenedores en la sartén (me gusta tocar la batería y demás instrumentos de percusión) y enseguida Joshua me sigue el ritmo (también toca percusión) y claro, dijimos, por qué no lo grabamos???
A veces salgo de la imagen porque estoy haciendo ruido con los cajones de la cocina, jajajaja. Y después de eso a dormir…
Enfermeros improvisados, la tumba del rey y fuegos artificales.
Parte 1
Despertamos en nuestra primera mañana en Rotterdam, duchas en los baños compartidos (son buenos y están limpios, nada que objetar), y bajamos a desayunar. El desayuno se sirve en la recepción, en una zona con sillones y mesas que a la vez hace de sala de descanso por las tardes, con una biblioteca, ordenadores y unas ventanas muy grandes que dan a la calle, el ambiente es buenísimo, y tienen una perrita de raza cocker que es la mascota del hostal y es súper simpática.
Habíamos comprobado que la estación no quedaba muy lejos del hostal la tarde anterior cuando pillamos el tranvía, así que decidimos ir caminando y de camino ver algo de la ciudad. Salimos a la calle en un estupendo día y paseamos por la larga avenida, en línea recta, que conecta la zona del puerto con la estación central.
La zona es muy bonita, con jardines, fuentes y demás. Llegamos a una zona de tiendas y vemos una donde venden cosas friki – japonesas de series y pelis de dibujos animados de allí, y flipamos porque en Tenerife no hay nada parecido. A mi me encanta ver cada vez que puedo alguna serie o peli anime, y claro, ver que tienen cosas de los estudios Ghibli como Totoro y demás… no me lo pensé, entré a sacar fotos, y a pesar de lo caro que era me di el lujo de pillarme un llavero para mi y otro para mi novia por el módico precio de 13.90 euros. Si, es una frikada, pero Totoro me encanta… jajajaja.
Lo mejor de todo es que Jaime y Joshua estuvieron un rato esperándome fuera de la tienda y cuando salí se pusieron a llamarme friki cantando una canción… yo enfadado les expliqué mis razones y les dije que seguro ellos eran frikis en otras cosas… a lo que Joshua se queda pensativo y dice, a mi me gusta Doraemon, y entra y se pilla una hucha del gato azul que le costó unos 15 pavos jajajajajajajajaja.
Le dijimos: “Ahora cuando llegues a casa y des regalos a la familia, vendrá tu hermano de 4 años y verá la hucha de Doraemon, se le iluminará la cara y te dirá graaaacias, y tú con gesto serio dirás, es mía, y la pondrás en tu cuarto…”
Muchas risas esa mañana… Pillamos el tren a Den Haag, La Haya en español, a eso de las 10:46, y llegamos a nuestro destino sobre las 11:13.
Salimos de la estación y caminamos por la Turfmarkt en busca de la oficina de turismo, siguiendo los carteles de la calle, y dando algún rodeo innecesario en su busca. No llevábamos mapa ni información previa de esta ciudad, ni de Delf, ya que en nuestra guía no aparecía, así que o seguíamos los carteles o preguntábamos por la calle. Os dejo un mapa y así no os pasará lo que a nosotros. Llegamos finalmente y nos dan un pequeño mapa en inglés con los lugares más populares.
También os dejo por aquí alguna web donde podeis ver cosillas sobre la ciudad e ir preparados con lo que quereis ver. Nosotros solo teníamos claro que en esta ciudad, por obligación, teníamos que gastar 1 ticket de molino azul y los 2 tickets del zueco verde del Holland Pass, que no habíamos tenido oportunidad de usar en Amsterdam, y en nuestro itinerario solo en La Haya habían museos donde usarlos. Asi que en el tren ojeamos en nuestra guía del Holland Pass los tres que nos parecían mas interesantes y en los que más cara costaba la entrada para amortizar el Holland, los situamos en el mapa que habíamos pedido y basamos nuestro recorrido por la ciudad en un circuito que conectara los 3 museos con las cosas más representativas de la ciudad en si.
Al salir de la oficina de turismo nos vamos directos al centro histórico de la ciudad, concretamente a la zona donde se encuentra el Binnenhof, el Mauritshuis, el Hofvijver y el Museo de Historia de La Haya, entre otros…
No tiene pérdida, está muy cerquita de la tourist office, que está justo en frente del Ayuntamiento. Con mapa en mano y situándote, solo tienes que seguir las líneas del tranvía y en pocos minutos llegarás al primer punto de interés turístico: Binnenhof.
“Entrando por la Stadhouderpoort nos encontraremos emblemáticos edificios que hoy en día acogen el ministerio de asuntos generales, las cámaras alta y baja y otros organismo oficiales, situados alrededor del histórico Ridderzaal (sala de los caballeros), que fue construido en el siglo XIII como sala de baile de estilo gótico del conde Guillermo II de Holanda.
Su interior fue restaurado en 1900. Las visitas guiadas pasan por la Ridderzaal y ambas cámaras. En el sótano hay una exposición permanente que informa sobre la historia del parlamento holandés, las tareas de las cámaras y sobre la función del cabeza del Estado y de la monarquía.
Desde 1904 el tercer martes de septiembre se conoce como el "prinsjesdag", la reina con una carroza de oro es la encargada de leer el tradicional discurso de apertura del curso político.”
Lo cierto es que encontrarnos con esta plaza fue una grata sorpresa. A veces lo mejor de ir a una ciudad sin llevar nada preparado es que te vas a sorprender para bien o para mal, y esas cosas inesperadas en los viajes le dan vidilla y te hacen sentirte un poco aventurero de una u otra manera.
Nos quedamos un rato por aquí, viendo los edificios alrededor del recinto, la iglesia por fuera porque estaba cerrada, la fuente… Para sacarnos una foto sentados en la fuente tuvimos que esperar como 15 minutos, porque un grupito de asiáticos estaban con sus cámaras y sus típicas mil fotos en mil poses y mil perspectivas diferentes. Esta gente tiene que tener una de tarjetas de memoria llenas de fotos… jajajajaja nos reimos un rato, pero nos desesperamos mucho también.
Salimos del Benninhof por el extremo opuesto al que entramos, justo por detrás de la iglesia, y nos encontramos directamente con el Museo Mauritshuis, donde se encuentra la Joven de la Perla. La verdad es que yo tenía muchas ganas de entrar, pero el hecho de que la entrada costara 10 euros, (economía austera tras el caprichito friki de la mañana), y que teníamos que ver 3 museos para gastar los tickets del Holland Pass (ningún ticket de los que nos quedaban valía para este museo, que pena…), hicieron que lo dejáramos para otra ocasión. Lo bueno de esto es que tengo una excusa perfecta para volver a ir a esta ciudad y verla con más tranquilidad incluyendo el museo.
“En el centro de la Haya, directamente adyacente a los edificios del gobierno en el Hofvijver, la mansión de Johan Maurits se construyó en 1640. El edificio terminantemente clásico fue diseñado y construido por Jacob van Campen y es obra de Pieterr Post, los dos arquitectos holandeses más importantes de su tiempo.
Desde 1822 que se convirtió en museo, el Mauritshuis ha conservado el gabinete real de pinturas, "Het Kononklijk Kabinet van Schilderijen" formada por colecciones propiedad de la familia real y considerada una de las colecciones más famosas del mundo.”
Aquí os dejo la web oficial del museo, para que podáis comprobar horarios y demás.
Justo al lado, apenas caminando unos 50 metros, se encuentra la que fue nuestra primera visita cultural del día, el Museo de Historia de La Haya, al que entramos gratis con un ticket de zueco verde del Holland Pass, y os recomiendo que si no vais sobradetes de dinero no entréis, pues costaba 5 euros la entrada (Ahora cuesta 7.50 € adultos) y realmente no creo que merezca la pena. Aquí os dejo un poco de info y la web del museo:
“Paisajes urbanos, retratos, vajillas de plata, cristalerías, objetos pertenecientes a la Casa Real Holandesa y casas de muñecas hacen cobrar vida a los relatos sobre la ciudad y arrojan luz sobre la historia y la cultura locales. Las exposiciones, los eventos y las actividades temporales siempre tienen el aire característico de La Haya”.
Si bien las pinturas y joyas reales que puedes encontrarte dentro son bonitos/as, seguramente sea mejor invertir el dinero de la entrada en comer algo o comprar algún recuerdo… Algo bueno del museo fueron las vistas que nos encontramos desde las ventanas del mismo.
Pudimos disfrutar también de una exposición temporal que comenzaba justo el día que visitamos el museo, 3 de septiembre de 2011, y que acababa el 26 de febrero de 2012. Estaba bien, situada en la última planta, un desván, dedicada a un grupo de música antiguo de la ciudad llamado Golden Earring. Tenías instrumentos musicales del grupo, fotos, videos, música, en fin… Estaríamos una horita deambulando por todo el museo, aprendiendo un poco sobre la casa real holandesa, y descubriendo lo que era una casa típica por dentro, pues eso era antes de ser un museo. Sin más, salimos de allí y paseamos por la zona del Hofvijver, que es una zona situada en el centro histórico de la ciudad, con un gran lago y un parque, el Binnehof que es el complejo del Parlamento de La Haya, museos, bares y demás alrededor. Precioso!
Y tras pocos minutos estábamos frente a la segunda visita del día, y ésta si que nos llamaba la atención. Se trata de la antigua prisión de La Haya, de carácter medieval. Aquí sí que merece la pena gastar un poco de nuestro tiempo para realizar una visita siempre que dispongamos de un ticket azul de molino del Holland Pass, pues sale a cuenta. Si no, tendréis que pagar los 7.50 € que sale una entrada de adultos, os dejo la web para que podáis evaluar si os gastaríais el dinero o no. Se trata del Museum Gevangenpoort, que no es otra cosa que el Museo de la Puerta de la Cárcel:
“Visita el Museo de la Puerta de los Prisioneros y podrás escuchar fascinantes relatos sobre conspiraciones políticas, los castigos que se infligían a los prisioneros y cómo era la vida en las celdas de esta antigua prisión. Puesto que La Haya es también la ciudad internacional de la paz y la justicia, también aprenderás cosas sobre la historia de la justicia penal en Holanda”.
Lo mejor de todo es que hay una guía que, obviamente, te guía por todo el museo contándote la historia y anécdotas del mismo. Lo malo, es que solo lo hace en neerlandés y un poco de inglés, nada de castellano hablado, pero te dejan una guía muy completa en español, concretamente 10 páginas, donde te explican cada cosa detalladamente. Además si entiendes un mínimo de inglés no irás tan perdido pues la guía se esforzaba para que entendiéramos algo, ya que nuestro grupo estaba compuesto por unos cuantos viejitos holandeses y nosotros 3, utilizaba el inglés para nosotros nada más.
Pasas por celdas para hombres, para mujeres, para morosos, mesas de castigo y sala de torturas, el almacén, la cocina, la sala del “adiós” (ya podéis imaginar por qué se llama así)… cada una con sus curiosidades y anécdotas, como por ejemplo la historia de Cornelis de Witt:
“Los presos más ricos solían tener su propia celda: la cámara de los caballeros era una de ellas. Era una celda de lujo con su propio retrete, muebles de su casa, una chimenea y comida y bebidas buenas. El preso tenía que pagar esos ‘lujos’. En esta celda estuvo el preso más famoso de todos los que pasaron por aquí: Cornelis de Witt, regente de la isla de Putten, en la provincia de Holanda del Sur y alcalde de Dordrecht. Fue arrestado porque el barbero-cirujano, Willem Tichelaer, lo acusó de tramar un atentado contra el príncipe Guillermo III.
Su estancia aquí fue breve: dos semanas. Dado que era un destacado preso político, le ofrecían el mejor vino para beber y disponía de chimenea y velas. Pero tuvo que pagar por ello: la factura de su estancia en la lujosa ‘cámara del caballero’ fue de 227 florines. En aquellos tiempos era el sueldo anual de un artesano.
Los dos últimos días de prisión de Cornelis de Witt debieron de ser infernales. Tuvo que soportar torturas terribles.
Pese a la ausencia de pruebas, el día después de su tortura Cornelis fue condenado por perjurio. Como castigo fue relevado de todos sus cargos y desterrado de por vida de la provincia de Holanda. Como tras la tortura apenas podía andar, le pidió a su hermano Johan que fuera a recogerlo. Cuando Johan llegó a la torre, un gran número de agitadores y un escuadrón de milicia se congregaron frente al edificio. Cuando el guardián se negó a abrir la puerta, hicieron saltar los goznes y dos herreros destruyeron la cerradura con mazos.
Arrastraron a Johan y Cornelis fuera de la torre, en dirección al cadalso de piedra, el llamado ‘suelo verde’.
El cadalso, de un metro y medio de alto, se conocía con el nombre de ‘suelo verde’, porque sobre él crecía la hierba. Esta se segaba antes de cada ejecución. Después se esparcía arena sobre él para absorber la sangre.
Cornelis murió a mitad del camino bajo los golpes y estocadas de mosquetes, espadas y picas. A Johan lo mataron a tiros. Los cadáveres se colgaron en una estaca en el ‘suelo verde’. Les cortaron los miembros y sacaron sus intestinos y los vendieron a cinco céntimos la pieza.”
Al final de la visita, la guía se despide del grupo, se pone blanca y se cae al suelo. Pensábamos que se había muerto o algo… Todos los viejillos se quedan mirando quietos, mientras Jaime, Joshua y yo nos ponemos en marcha, Jaime y yo le sujetamos las piernas en alto y la cabeza un poco erguida mientras Joshua va a buscar a alguien que le trajera agua y demás, al cabo de un ratillo se despierta desorientada diciendo que le ocurría a veces… Fue medio extraño, entre un ataque epiléptico y una bajada de tensión o azúcar… en fin, emociones a montones no? Jajajaja.
Nos fuimos de allí callejeando, en busca de nuestra siguiente visita, viendo las casas de la ciudad, las callejuelas, nos encontramos tras pocos minutos con un parque precioso, en el cual había una exposición de esculturas asiáticas enormes. Para llegar hasta allí simplemente salís del museo y a vuestra izquierda tenéis la Kneuterdijk, y a pocos metros a la derecha os encontraréis con el llamado Lange Voorhout, que es la larga zona ocupada por este parque. Habían esculturas como esta:
Había un ambientazo tremendo, se celebraba el día del orgullo gay, o al menos eso creemos porque a parte de un escenario donde se estaba celebrando un concierto, de puestos con bebidas y comidas y muchas mesas con gente disfrutando del día. Esa zona estaba a reventar de gente por las calles, todo muy bien, además había también una calle repletísima de globos y demás adornos haciendo la bandera del arcoíris, así que de ahí sacamos la conclusión.
Esa calle que os comento es la única que hay a la izquierda cuando llegas al final del parque, que se llama Denneweg, por la que seguimos todo recto para luego cruzar a la derecha por la Dr. Kuyperstraat, y otra vez a la derecha por la gran avenida que va junto a un canal, en la cual estaba el siguiente museo a visitar, la Koninginnegracht. Allí se encontraba la última visita a museos en La Haya, ya que teníamos que utilizar el último ticket del Holland Pass, porque en ninguna de las siguientes ciudades a visitar había tal posibilidad.
Nuestra última elección, casi por obligación, fue el Museo Meermanno. Y digo casi por obligación, porque en La Haya no había algo mejor que ver con un ticket verde de zueco, que a pesar de ser los que menos valor tienen, nos permitieron entrar en este museo que costaba realmente 7,50 € (ahora cuesta 8 € para mayores de 19 años, 4 € de los 13 años hasta los 18), sí, una burrada para lo que ofrece, es horrible, ni se os ocurra ir por allí jajaja. De 4 plantas solo pudimos ver 2, y el mapa informativo solo estaba en inglés y neerlandés.
“El Museo Meermanno te abre las puertas a un mundo de los libros que jamás antes habías visto. En este museo se recorre con todo detalle la historia de los libros manuscritos e impresos. Podrás ver impresiones, escritos, encuadernaciones y biblias con varios siglos de antigüedad. Además de la colección medieval, en el Meermanno se expone una amplia colección de libros que datan desde 1850 hasta nuestros días”.
Es decir, que solo vas a ver libros. Vale, habían algunos que eran preciosos, otros que eran enormes llegando casi al metro de longitud, libros muy antiguos, menos antiguos, medio nuevos y nuevos… libros, en neerlandés casi todos.
Lo destacable es la decoración, es una casa antigua y es bonita, y tiene un jardín trasero muy bonito también, pero es eso, sin más, por lo que no pagaría la entrada. En dicho jardín (podeis verlo en la siguiente foto) habían unos setos tipo laberinto, y Jaime y yo nos pusimos a corretear como tontos entre ellos, hasta que casi nos comemos unas cuantas arañas tigre gigantescas que habían por allí, y tras dejarnos cagar de miedo nos fuimos del museo…
Tras salir de allí no hay más que seguir la misma avenida por la que veníamos, y todo recto te encuentras de nuevo con la Centraal Station de La Haya, caminando entre zonas verdes y parques. Llegamos a la estación y aprovechamos para comer algo, y como había un Burger King hicimos lo propio. Descansamos un poco y nos vamos a coger un tren hacia nuestro siguiente destino del día: Delft. Lo cogemos a las 15:51 y llegamos a las 16:02. Hay mucho que contar sobre este día, pero es tan largo que tendréis que esperar a la segunda parte…
Gracias mollete por la respuesta en este hilo y por otras que has dado en otros tantos, son muy útiles para la gente que andamos algo perdidos.
Creo que efectivamente me pillaré el Rail Pass del Benelux porque salir de Bélgica para ir a Amsterdam y Luxemburgo sale caro. Sigo con la idea de visitar las dos ciudades, en Luxemburgo puedo estar a las 11 de la mañana y volver a Bruselas a eso de las 16h para llegar a las 19h. Y aún me dará tiempo de ver el Atomiun.
Gracias Lu por el consejo. Lo que pasa es que si voy a La Haya, ¿qué dejo de ver? Tengo el tiempo contadísimo ¿puedo ver lo fundamental de La Haya en una tarde?
Hola,
Luxemburgo es la única ciudad que conozco donde existen casi uno al lado del otro dos cementerios militares, uno alemán y otro americano. Están separados escasamente por un par de kilómetros.
No se pueden visitar en transporte público porque están a las afueras de la ciudad.
Todo el munod dice que hay que vistar uno después de otro para apreciar las diferencias. Personalmente, encuentro más conmovedor el cementerio alemán. El cementerio americano tiene un cierto aire de irrealidad, como si fuese un decorado. Es posible que sea porque he visto muchas veces en televisión. El... Leer más ...
Agradezco tu respuesta y valoración personal, pero ¿me estás diciendo que la única manera de poder visitarlos es alquilando un coche? ¡Que yo sólo llevo idea de estar unas horas en Luxemburgo!
Además he estado mirando por ahí agencias de alquiler de coches y la mayoría cierran los domingos y otras sólo tienen sucursal en el aeropuerto. En la única que he encontrado me cobran un día entero (cuando yo sólo lo querría unas horas) y la factura más económica no baja de 70€!!
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