Hoy en el desayuno, volvemos a ver a los chicos españoles y decidimos coger un coche entre los 4 para visitar la isla. Hablamos con la chica del mostrador de excursiones y nos lo alquiló con Avis. Le dices a la hora que lo quieres y por cuanto tiempo. La verdad es que con 2 horas tienes de sobra para visitar la isla, pero nosotros lo habíamos alquilado para cuatro. Cogimos el barco del hotel y nada más llegar, llegó una furgoneta de avis para llevarnos a Vaitape a la oficina a recoger el coche. Nos costó 100 euros las 4 horas, un poco caro pero estamos en polinesia! Recorrimos tranquilamente la isla parando donde queríamos.
Incluso paramos en un sitio donde estaban haciendo pareos, y como no, acabamos pillando, me costó un pareo 1000 francos y también nos regaló un bolsito echo con hojas de palmera y unas conchas.
La verdad es que nos sorprendió ver la isla en la mayoría de su costa bastante descuidada, creo que la única buena playa, es playa Matira, que si es muy bonita.
Si quieres ver los cañones de la guerra mundial será mejor que cojas una excursión de 4x4, porque nosotros nos empeñamos en encontrarlos y no lo conseguimos y aunque lo hubiésemos echo, no habríamos podido porque los caminos que suben a la montaña son impracticables en coche. También puedes aprovechar a comprar agua u otras cosas, porque en el puerto de Anau, donde está el embarcadero del Le Meridien, no hay nada. A las 14 h, cogíamos de chiripa el barco hacia el hotel. Tocaba tarde de reláx en la playita.
Pero hacia el final de la tarde como mi marido es imposible tenerle quieto, nos fuimos con los chicos que habíamos conocido hacia la parte posterior del hotel, donde pega al océano. Por un lado hay un caminito que llega hasta allí.
Por un camino se puede pasar al otro motu que está desierto y no hay nada, nada más que palmeras y cocos. Y como a mi marido lo que se le mete entre ceja y ceja, lo tiene que acabar haciendo, se empeñó en abrir un coco y al final lo consiguió,
no sin antes luchar un poquillo por abrirle, incluso con ayuda les costó.
El coco más rico que he comido y más reciente imposible, recién caído del árbol. Como cuando te diviertes el tiempo pasa volando, al final casi tuvimos que correr para cenar. Por la mañana había reservado para cenar en el St James. Coges el barco a las 18:40 y en el embarcadero de la isla hay un montón de coches para los distintos restaurantes. Está en Vaitape, pegado al mar y se cena genial. Os lo recomiendo totalmente. Si váis no dejéis de probar un Carpaccio con parmesano que tiene que está buenísimo
y un atún al grill magnífico y un pollo
De postre la trilogía de cream brullé, y el volcán de chocolate.
Son raciones bastante abundantes, y nos costó la cena, 2 primeros, 2 segundos, 2 postres y agua de beber, 10500 francos, mucho más barato que en el hotel. Creo que fue la mejor cena de Polinesia, y en un sitio precioso a la orilla del mar.
Cuando acabas te está esperando el coche para devolverte al embarcadero, esto lo paga el propio restaurante. A las 22 h estás de nuevo en el hotel y antes de ir a la cama disfrutamos un rato de nuestro porchecillo a la tranquilidad de la noche
Para este día, reservé con el hotel el día completo para el lagoonarium. Cuesta 12000 francos por persona. Nos recogieron a las 8:30 y después pasamos por otros hoteles a recoger a más gente. Además ibamos super animados, con musiquita lugareña y todo!
Por fin nos íbamos a bañar con rayas y tiburones! La parada se realiza cerca de la salida al océano. En el agua hay una cuerda y te dicen que no la sobrepases, y tras ver todas las puntitas negras de sus aletas, todo el mundo de cabeza al agua y agarraditos a la cuerda. Pero que puñetas! Cuando te querías dar cuenta los tenías pasando por debajo o por detrás de ti. La verdad es que es una chulada esta experiencia, porque aunque no sean grandes, en pocos sitios puedes hacer esto y además no dejan de ser tiburones y a ellos les acompañan las curiosas rayas que se te suben por todos lados.
Después de un rato alimentándolos, nos dejaron pasar la cuerda y bañarte entre ellos, fue increíble, sobre todo para mi marido que lo disfruto en grande.
De vuelta al barco, nos dirigimos al acuario. Nosotros habíamos estado el día anterior pero para bucear con los peces nunca hay bastante.
Después nos recorrió la isla, y si a alguien le sobran muchos miles puede pasar un par de noches en el último overwater del Hilton. ¡pelín ostentoso!
La excursión acaba en un motu privado que el lagoonarium tiene al lado de nuestro hotel. Allí te dan de comer y aunque no es nada del otro mundo, te mata el hambre. Luego hasta las 15:30 que cierran, puedes o tomar el sol o volver al agua. Nosotros al agua! Desde la orilla vimos las puntitas negras de los tiburones. Que bien, otra vez tibus! Pero cuando entramos al agua, sorpresa, tiburones limón y nada pequeños!
Había un montón y estuvimos nadando entre ellos. Es una pasada verte nadando y rodeada de estos bichos, además mientras los están dando de comer. La verdad es que cuando los ves como se tiran a por la comida, acojona un poco, piensas, joder, si se equivocan de carne!
También hay tortugas, aunque no puedes bañarte con ellas,
y rayas. Mi marido me puso los cuernos, y con una raya. ¡vaya beso, y con lengua!
También vimos a otra morena, aunque esta fue más tímida.
También puedes ver muchos peces tropicales, como siempre mi marido el anzuelo, a mí ni se acercaban. Les debe gustar más su olor que el mío. Se pare donde se pare, allá que van los peces!!
Tras una exhibición de un sinfín de formas de ponerte el pareo, que obviamente se te olvidan ipso facto. este lugar era increible, con unas vistas preciosas al monte otemanu.
volvemos al hotel. Cuando estás en una playa así te olvidas de la piscina. Un error, la piscina tiene unas vistas increíbles y unas fotos preciosas.
Esta noche volvemos a cenar fuera, al Kaina Hut. Nos lo recomendó Simon, y acertó. Es una restaurante más polinesio, cenas con los pies en la arena.
También se cena muy bien, os recomiendo los ñoquis de uru, el fruto del pan que están deliciosos
y un plato con varias especialidades del pescado, el mahi mahi estaba impresionante.
Además había una chica española que se sorprendió de ver españoles, ya que nos dijo que se veían pocos por aquellos parajes. La cena nos costó 14100 francos. Cenamos muy bien aunque nos gustó mucho más el St James. De vuelta al hotel, el último paseo por la playa de noche, que paisaje con la luna llena en el cielo, alumbrandolo todo, las palmeras, la laguna con sus bungalows, también preciosos, incluso se veía el suelo del agua a plena noche. Ya en la cama, la última mirada por el suelo de cristal de noche y mientras lo hacía, sorpresa! Un tiburón, mi marido casi se tira de la cama para verle.
¡qué pena! Es nuestro último día en Bora Bora. Aunque el check out es a las 11, tras hablar con Simon, nos podíamos quedar en la habitación hasta las 13h, sin cargo. asi que muy temprano cuando todavia no hay nadie, damos un paseo admirando este trocito de paraiso con el monte otemanu observando.
así que después de desayunar, hoy como marajás en los butacones grandes mirando al mar,
y menudas vistas
Decidimos pasar la mañana en la playa.
A las 10:30 nos acercamos a ver a las tortugas, es a la hora a las que las dan de comer. Lo único que me faltó para que fuese perfecto, fue bañarme con las tortugas. Hace unos meses, murieron un par y por desgracia ya no te dejan bañarte con ellas, una pena, tuvimos que conformarnos con verlas desde fuera.
Nuestra última zambullida en la playa antes de marcharnos.
También descansamos un ratito en las tumbonas de la piscina.
Creo que aquí en Bora Bora, fue donde mas tiare vimos por todas partes. Y por supuesto que olor!!!!!!!!!!
Mientras preparábamos las maletas mi marido decidió probar algo que Simon nos dijo el primer día. No os preocupéis por el cristal, podéis hasta saltar, aguanta! Y mi marido, como no, no se iba a ir sin probarlo. Pues aguanta!
Nos quedó chulo el pareo pantalón, eh! A las 13h nos fuimos a recepción dejando las maletas en el interior de la habitación, ellos las recogen. Hacemos el check out, pagamos y collar de conchitas. El último paseo, la última mirada y las últimas fotos y las últimas lagrimillas. Decíamos adiós al paraíso después de tanto tiempo esperando!
A las 14:15, nos recogían hacia el aeropuerto y a las 15:50 despegábamos hacia Raiatea. Si te sientas a la derecha podrás ver un poquito de Bora Bora, sobre todo nuestro hotel, que si se ve genial!
Aterrizábamos a las 16:05.
un pequeño sustito cuando llegamos, llegamos, todos se van y nosotros nada. Llamo por teléfono y menos mal que al nada, viene un taxi a por nosotros. Nuestro destino, Raiatea Lodge Hotel. Era completamente distinto a lo que habíamos visto. Es una antigua casa colonial, imbuida en la naturaleza.
El dueño, Olivier, es majísimo y se defiende en español. Nos recibió con el típico cóctel y nos acompañó a la habitación. Es una habitación más sencilla pero cuando entras y la ves llena de flores!!
Nos cambiamos y corriendo antes de que se ponga el sol, llegamos al pontón del hotel para hacer snorkel.
Este hotel no tiene playa pero si una zona enorme para hacer snorkel. Hay un centenar de peces que se ven incluso desde fuera.
Vimos un montón de peces, pero al final, tuvimos que salir casi volando, nos empezó a picar todo el cuerpo, había muchas cositas en suspensión en el agua y no sabemos si sería por eso o por qué, pero tuvimos que salir a toda leche, sería cosa nuestra porque había gente bañandose tan tranquila. Por la noche cenamos en el hotel y casi estábamos solos, y también cenamos bastante bien y bastante bien de precio, 8000 francos los dos.
Esta noche nos acostamos pronto, al día siguiente nos esperaba Tahaa.
Muy buen diario, se merece mis estrellas!
Todo está muy detallado, las imágenes son fabulosas y nos contagias una alegría, que dan ganas de partir hacia allá ahora mismo!
La pena es que desde Argentina hay que hacer como mínimo 3 escalas, que suman 32 horas de vuelo y los precios son altísimos...
Saludos!
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Tengo una escala larga, de unas 9 horas en Tahiti y quería saber si conocen alguna empresa para hacer un pequeño tour o sino algún sitio cerca donde pueda salir a cenar o ver algún espectáculo.
Hola a todos,
Estoy planificando un viaje a la Polinesia Francesa entre el 29 de octubre y el 3 de noviembre y estoy dudando entre Moorea y Bora Bora o no ir directamente porque no dan buen tiempo.
Me interesa sobre todo el clima y la experiencia al aire libre: playas, snorkel, paseos en barco, excursiones y actividades.
He leído que ambas islas pueden tener chubascos cortos en esta época, pero me gustaría conocer experiencias reales y recientes:
¿Cuál de las dos islas suele tener menos lluvia y mejor clima en esas fechas?
¿Se nota mucho la diferencia entre Moorea y Bora Bora... Leer más ...