![]() ![]() "Cinque giorni cinque città" (Cinco días, cinco ciudades) ✏️ Blogs de Italia
Cinco dias por Lombardía, el Véneto y la ToscanaAutor: Anthony1345 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (6 Votos) Índice del Diario: "Cinque giorni cinque città" (Cinco días, cinco ciudades)
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Etapas 4 a 6, total 7
El mismo ritual del día anterior aunque más temprano, pues el tren salía a las 6.30 de la mañana... De nuevo salió puntual y llegó puntal a Venezia Santa Lucia dos horas y media después. Este fue el único día del viaje que tuvimos un sol esplédido, y la verdad fue el mejor día para tenerlo. Venecia es una ciudad muy cara, sobretodo el transporte público. Hay tarjetas y bonos para ahorrar en los distintos monumentos, y algunos lugares tienen entradas comunes, como el Palacio Ducal y el museo Cívico. Como yo ya había estado, no entramos en muchos sitios, y de hecho solo teníamos idea de pagar dos entradas, la del campanario de San Giorgio, y la de la Fenice, esta última frustrada... por lo que no miramos tarjetas para descuentos (el carné de estudiante sirve). Nada más bajarnos del tren, compramos un bono del Vaporetto para doce horas, que nos costó 18 euros (!!!!!), carísimo, aunque con tres veces que te montes ya se amortiza... Además el paseo por Gran Canal merece la pena... ![]() Cogimos el Vaporetto y nos bajamos en Rialto para dar un paseo por el pintoresco mercado de Rialto (donde se venden frutas, pescados y souvenirs). ![]() Desde allí fuimos hasta el Gran Canal para hacer unas fotos a la bella fachada gótica de la Ca d’Oro, llamada así por tener incrustaciones doradas (ya no las tiene). Hoy es un museo en el que no he estado. ![]() Tras atravesar el puente y sus abarrotadas tiendas de souvenirs (ideales para comprar casi cualquier chorrada), nos encaminamos hacia San Marcos, he hicimos lo mejor que se puede hacer en Venecia, perdernos... callejuelas, callejuelas y más callejuelas y acabamos en el tranquilo barrio de Castelo, uno de los barrios en los que los venecianos hacen su vida normal. ![]() No tardamos en dar con la calle Larga de San Marco (llena de tienditas de cristal de Murano) y por fin con la grandiosa Plaza de San Marcos. La verdad es que por estas callejuelas de Castelo nos encontramos con un montón de pequeños restaurantes super baratos... lástima que fueran las diez de la mañana... Napoleón dijo de la Plaza de San Marcos que era el salón más bello de Europa, y a mi modesto entender, no debía equivocarse mucho. ![]() Esta hermosa plaza está enmarcada por los dos edificios renacentistas de las Procuratio, que hoy acogen el Museo Cívico y dependecias administrativas (no entramos) y la torre del Orologgio. Enfrente, la Basílica de San Marcos, la catedral de Venecia, un singular edificio de estilo bizantino (de los pocos que se conservan íntegros) y planta de cruz griega, construído en el siglo XI. ![]() Todo su interior está decorado con mosaicos dorados, que entre las 11:30 y las 12:30 se iluminan (el interior es bastante oscuro). La entrada es gratuita, pero las colas son kilométricas. Para evitarlas, tenemos dos opciones: la primera es reservar por internet por 1 euro; la segunda, es llevar una mochila y dejarla en la cosigna de la calle San Basso (plaza Leoncini) para que nos den un resguardo que nos permite entrar directamente (porque solo te guardan la mochila una hora...). Sí que hay que pagar para ver la Pala d’Oro, un retablo de oro, plata y piedras preciosas (2 euros), y para el tesoro, donde se guardan los caballos originales (griegos, procedentes del Hipódromo de Constantinopla) y se puede acceder a la terraza (4 euros). ![]() Frente a la basílica, se alza el Campanile, de 99 metros de altura y desde el que se tienen inmejorables vistas (nosotros no subimos). El que vemos es una reconstrucción del que se derrumbó en 1902. En la Piazzeta de San Marco, anexa a la anterior, se encuentra el Palazzo Ducale, obra maestra del gótico civil construído en el siglo XV (no entramos porque yo ya lo había visto). El palacio está unido a las prisiones por el famoso Ponte dei Suspiri, el único cubierto de Venecia, que se llamaba así no por los enamorados, sino por los suspiros de los presos que veían Venecia por última vez... La visita merece la pena. ![]() Frente al palacio, la Biblioteca Marciana. Vista la basílica, fuimos hacia la fondamenta de San Zaccaria, para coger un vaporetto que nos llevara a la Isla de San Giorgio, frente a la dársena. En la isla se encuentra la iglesia de San Giorgio Maggiore, obra maestra de Palladio, con un campanario a imagen del de San Marcos y al que sí subimos (5 euros, se sube por ascensor). Unas vistas magníficas. ![]() De regreso a San Marcos, paseamos por los puestos y la marea humana de la Riva Degli Schiavoni. Sinceramente, esto es lo que me parece peor de Venecia: la cantidad de gente y la masificación en todas partes... ![]() Nuestro objetivo era llegar al Teatro la Fenice, que yo tenía ganas de ver... y con ganas me quedé, no porque estuviera cerrado, sino porque el precio de la entrada es absurdamente caro, 11.50 euros si queremos hacer fotos, 8.50 si no... por un teatro del año 2004... ni siquiera el Teatro Olímpico de Vicenza es tan caro... ![]() Total, que con el chasco nos fuimos a comer, a un restaurante llamado Torino, en una plaza cercana al teatro. Lo elegimos porque no cobraban cubierto, y la pizza y la lasaña eran normalitas. Con el estómago lleno, encaminamos nuestros pasos de nuevo hacia Rialto, para ver el puente iluminado por el sol. ![]() Hechas las fotos de rigor, nos dirigimos hacia la basílica de Santa Maria della Salute. La idea era ver las vistas desde el puente della Accademia, pasear por los tranquilos canales de Dorsoduro, mucho menos masificados, y ver la mastodóntica iglesia. ![]() Las vistas desde el puente della Accademia me parecen las mejores, pues se ven la desembocadura del canal, la basílica, la Dogana di Mare y algunos palacios muy bonitos. ![]() Aquí, en Dorsoduro se encuentran los dos museos más importantes de la ciudad, aunque no entramos en ninguno, la Galleria della Accademia, dedicada a pintores venecianos, y la colección Peggy Gugenheim, de arte moderno. La basílica della Salute, por su parte, es un majestuoso edificio barroco construído para agradecer a la Virgen el fin de una epidemia. Se construyó sobre más de un millón de pilotes de madera (nada menos). Entrar es gratis, y su interior octogonal es muy bonito aunque algo vacío (sí hay que pagar para ver la sacristía, que tiene un par de cuadros importantes). ![]() Desde allí, fuimos a San Marcos, para hacer las últimas fotos, y coger el vaporetto de vuelta a Santa Lucía, recorriendo el Gran Canal para ver todos los palacios, un paseo muy agradable. ![]() Una pequeña vuelta por Canareggio, hasta el mercadillo, unos bocadillos para cenar, y dos horas y media de tren para llegar a nuestro merecido descanso... Etapas 4 a 6, total 7
Sin tener clara nuestra última excursión, elegí Florencia (aunque yo ya había estado) porque a mi novia le hacía ilusión verla (por la fama que tiene y todo eso), y al final se vino de allí con la misma idea con la que vine yo la primera vez: Florencia tiene mucho que ofrecer de puertas adentro, pero de puertas afuera... pues carece del encanto de Verona o Venecia (las comparaciones son odiosas...)... Es una opinión personal que seguro que hace rechinar los dientes de mucha gente, pero no me crucifiquéis, porfa... jajaja El tren, un Frecchiarossa de alta velocidad, salía a las 10:30 de la mañana y llegaba a las 12, aunque llegó casi a las 13... El día también estaba un poco raro, el sol no sabía si salir o no, pero al menos no llovió... Nada má salir de la estación, nos dirigimos a la oficina de turismo, donde una estúpida y antipática señorita nos dio un mapa de la ciudad. Nuestra primera parada fue la Iglesia de Santa Maria Novella, una bella iglesia gótica del siglo XIII con una fachada renacentista de mármol bicolor. ![]() El interior es muy bonito, con un Crucifijo de Giotto, y frescos de Ghirlandaio. Hay que pagar 3,5 euros y en teoría no se pueden hacer fotos. Para ver los claustros, la Capilla de los Españoles y el museo de la iglesia es necesario pagar otra entrada... ![]() Nuestros pasos nos llevaron después hasta la basílica de San Lorenzo, de Brunelleschi, y la Capilla Medicea. Yo ya las había visto en mi anterior visita, por lo que no entramos. Rodeando la iglesia hay un mercadillo muy animado... ![]() Aquí comienza la parte peatonal, que lleva directamente a la imponente plaza del Duomo y a la Piazza della Segnoria. Antes de ver nada, comimos en un pequeño local de comida rápida en la esquina de la plaza del Duomo, bastante barato, pues te cobraban las porciones de pizza al peso. Con los estómagos llenos, nos dispusimos a ver el Baptisterio de San Giovanni y la Catedral de Santa Maria dei Fiori. El Baptisterio, del siglo XIII, posee tres puertas, dos de ellas decoradas con bronces de Ghiberti y la tercera, con bronces de Pisano. La cúpula está decorada con un gran mosaico de influencia bizantina. ![]() La catedral, por su parte, es famosa por la gran cúpula de Brunelleschi, de gran audacia arquitectónica, ejemplo para las cúpulas posteriores. Su interior está un tanto desangelado, es un gran espacio diáfano sin apenas decoración... Se puede subir a la cúpula (abstenerse claustrofóbicos) y al campanario de Giotto. ![]() Seguimos caminando hasta la plaza de la República (tomada por un gran escenario) y hasta la Logia del Mercato Nuovo, unos soportales del siglo XVI que aun hoy siguen acogiendo un mercado. Aqui se encuentra el Porcellino, la estatua de un jabalí con la que hay que hacerse una foto dejando caer una moneda desde su boca... una turistada... ![]() Esta Logia está muy cerca de la Plaza de la Segnoria, centro neurálgico de la ciudad, donde además de varios caros restaurantes, se encuentran el Palazzo Vecchio, una fortaleza gótica del siglo XIV y la Logia dei Lanzi, que acoge copias de varias famosas esculturas. ![]() Delante del palacio hay varias esculturas, como la fuente de Neptuno o la copia del David de Miguel Ángel, originalmente aquí, y hoy en la Gallería della Accademia. ![]() ![]() También en esta plaza se encuentra el acceso a la Galería de los Uffizi, uno de los museos más importantes del mundo, en el que yo entré en mi anterior visita. ![]() No se pueden hacer fotos, pero os dejo con tres de mis dibujos realizados con autoformas de Word, el Tondo Doni, de Miguel Ángel, el Nacimiento de Venus, de Botticelli, y la Madonna de la silla, de Rafael. ![]() Después de las típicas fotos en la plaza, seguimos el Corredor Vasariano hasta el Ponte Vecchio. Este famoso puente, fue el primero de piedra sobre el Arno, y siempre ha tenido negocios encima, sobretodo joyerías. ![]() De ahí al Palazzo Pitti, que hoy acoge varios museos y un bonito jardín. Nos compramos unos buenos helados, e iniciamos el camino de regreso. ![]() Nuestro siguiente objetivo era la plaza de la Santissima Anunziatta, por lo que subimos por la comercial Via Calzauoli para ver la fachada del Orsanmichelle (una iglesia que antes fue almacén), la Vía Cavour, para ver la fachada del Palazzo Medici Riccardi (siglo XV, otro museo), pasamos por delante de la kilométrica cola de la Galeria della Accademia y llegamos a nuestro destino. ![]() Esta plaza porticada contiene la Iglesia de la Santissima Anunziatta, un bellísimo templo barroco. Se accede a él por el famoso Chiostrino dei Voti, con varios frescos de Andrea del Sarto. El Chiostri dei Morti también es muy bello. Entrar es gratis. ![]() Vuelta para atrás hasta la Basílica de Santa Croce (la verdad es que dimos unas vueltas bastante absurdas...), a la que llegamos ya casi anocheciendo. Es toda una galería de arte (en su claustro está la Capilla Pazzi) y un panteón de las glorias italianas, entre ellas Miguel Ángel. Yo entré en mi anterior visita. ![]() Con Santa Croce finalizamos nuestra visita a Florencia. Ya solo nos quedaba cenar (en un restaurante de la Plaza de la Segnoria llamado Castelvecchi, pizza y rissotto), hacer unas cuantas fotos nocturnas y regresar a la estación. ![]() Por el camino, nos encontramos con la basílica de San Lorenzo abierta, porque había un concierto, de modo que la pudimos ver gratis... Etapas 4 a 6, total 7
Nuestro día de regreso a casa iba a ser desproporcionadamente largo y cansado (después de aterrizar nos quedaba una hora de metro y cinco horas de coche...), de modo que no madrugamos demasiado, aunque los basureros nos despertaron... Sobre las diez de la mañana dejamos el hotel y con nuestras mochilas a cuestas nos fuimos a la estación para desayunar (para qué romper la constumbre...), y de ahí hasta la Piazza del Duomo para subir a la catedral, aprovechando que esta vez teníamos un sol radiante. ![]() A la catedral se puede subir en ascensor (12 euros) o por las escaleras (7 euros). Como el paro no nos permitía subir en ascensor y mi novia estaba cansada pues subí yo solo por las escaleras. Más que por las vistas, merece la pena subir para ver el bosque de pináculos y esculturas, y caminar entre los arbotantes. Lástima que la aguja estuviera en obras, afeaba un poco el conjunto. ![]() Aprovechamos el sol para hacer unas fotos en la Plaza de la Scala (donde también compramos todos los souvenirs que pensábamos traernos de Milán), y volvimos al Duomo. ![]() Desde la plaza parte la animadísima Via Torino con gran cantidad de negocios de grandes cadenas y mucha gente. ![]() Esta calle va a parar a la Via Porta Ticinesse, donde se encuentra la Iglesia de San Lorenzo Maggiore, una basílica octogonal del siglo IV (de hecho tiene mosaicos romanos), con un pórtico de columnas romanas en su plaza. Yo tenía muchas ganas de verla, pero la encontramos cerrada... Junto a la iglesia se levanta la Porta Ticinesse que da nombre a la calle, la única puerta medieval que se conserva. ![]() Cogimos el Parque de la Basílica, y llegamos hasta la Iglesia de San Eustorgio, donde se encuentra la famosa Capilla Portinari, y un museo cuya entrada son 6 euros. Dentro de la Capilla, el vigilante se prestó a hacernos una visita guiada en inglés italianizado, pero era tan pesado y tan monótono hablando que tuvimos ganas de pedirle que acabara más de una vez... ![]() Cerca de San Eustorgio se encuentran los Navigli, pero como parece ser que la gracia que tienen es por la noche, pues nos dimos la vuelta. De nuevo en la plaza del Duomo, compramos unos bocadillos buenísimos en un pequeño establecimiento bajo los soportales y nos los comimos sentados en la plaza. Nuestra siguiente parada fue el castillo Sforzesco, una fortaleza del siglo XIV muy modificada posteriormente, pero vaya decepción, cubierto de andamios y el patio tomado por una carpa de un desfile de moda... ![]() Detrás del castillo se sitúa el Parco Sempione, un bonito parque con un par de lagos artificiales y un par de monumentos además de la Arena y el Acuario Cívico. ![]() Después de dar una vuelta por el Parco Sempione, nos dirigimos hasta la iglesia de Santa Maria delle Grazie, que está muy cerca. No teníamos entrada para ver el Cenacolo Vinciano (fue imposible conseguirla), pero la iglesia estaba abierta y se puede entrar gratis. La iglesia se comenzó y se terminó en el siglo XV, y presenta elementos góticos y renacentistas, con una elegante cúpula de Bramante. Su interior es muy bello, y merece la pena acercarse aunque no podamos ver la Última Cena... ![]() Nuestra última visita en Milán fue la Iglesia de San Ambrosio, patrón de la ciudad. Se trata de un templo del siglo IV, modificado en el XI, y aunque conserva gran parte de su estructura romana, hoy es una obra maestra del románico lombardo. Conserva los restos íntegros de un par de santos (puaj!), un altar obra maestra de la orfebrería carolingia y un bellísimo mosaico del siglo IX. ![]() De ahí, ya solo nos quedaba despedirnos de la catedral, e iniciar el camino hacia el aeropuerto (se puede ir en tren hasta Bérgamo, o cogiendo un autobús por 5 euros en la estación de trenes, que te lleva directo al aeropuerto), y desde allí el regreso a España. ![]() Etapas 4 a 6, total 7
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