SPLENDIDA MSC CRUCERO DE INVIERNO ✏️ Blogs de Mediterráneo

El barco amarró a menos de 100 metros de Via Crispi, a la salida del barco nos ofrecieron un paseo en bus turístico que rechazamos pero tuvieron la amabilidad de facilitarnos un plano de la ciudad, estupendo, sin esfuerzo.
Pep propuso acercarnos a Monreale, un pueblito cercano que parece tener una catedral interesante.
A 500 m subiendo por via Emerico Amari, está la Pza. Ruggiero Settimo, aprovechamos a tirar unas fotos en el teatro Politeama. En la esquina hay un "tabacchino" (estanco), donde compramos los billetes del bus, cogimos el 104 que nos llevo a Pza. Independenza, despues de atravesar Porta Nuova (gran arco de piedra). Hacia la derecha segun bajamos y en la primera travesia a la izquierda, a 30 m está la parada del bus que lleva a Monreale. El nº 389 de AMAT, que es la línea urbana, estaba suspendida, pero a 10 m justo en la esquina hay un poste que señaliza otra parada de otra empresa que también lleva a ese destino. El bus trae un letrero grande en la frente que pone MONREALE. Pasa puntualmente cada hora, el trayecto dura 40 minutos y el pasaje i/v cuesta 5,20 euros. Bajamos donde termina el recorrido y alli mismo lo tomamos para regresar a Palermo.
La catedral data del S XII. Una fusión de un exterior normando de estilo románico que esconde un interior magestuoso, un inmenso mosaico dorado de estilo bizantino. Totalmente recomendable.
Tras un paseo por el pueblo, cogimos el bus de vuelta y nos bajamos en el mismo sitio. Desde allí tomamos Corso Vitt. Emanuele y a 500 m. encontramos la magnífica Catedral de Palermo que con un exterior espectacular, también fusión de estilos normando y barroco, esconde un interior mediocre, o por lo menos así lo sentimos después de visitar la de Monreale.
Desde alli por V. Emanuele hasta Via Maqueda, nos encontramos con Quattro Canti, interesante rincón. A 30 metros a la derecha por via Maqueda y frente al Ayuntamiento, está la magnífica Fontana Pretoria conocida como la fuente de las verguenzas, por la desnudez de sus figuras.
Por via Maqueda, seguimos hasta plaza G. Verdi, donde encontramos el Teatro Massimo, el tercero del mundo en su genero. Paseamos por Ruggiero Settimo, zona chic de Palermo donde encontramos las tiendas top, seguimos por la misma via y llegamos a la plaza Ruggiero Settimo donde habíamos empezado nuestro recorrido.
Entre medias, durante este paseo por la ciudad, de vez en cuando nos adentrábamos por las callejuelas del centro, con su ropa tendida, sus edificios desconchados, con su sabor a Italia del sur, profunda, en verdad muy interesante.
Y allí, detrás del semáforo, casi en medio del tráfico nos esperaba nuestro Spléndida. Por menos de 7 euros habíamos dado un bonito paseo.

---

Hoy era la perlita del viaje y por otra parte el mayor reto para rentabilizar al máximo nuestra breve estancia en Roma. Por eso valoramos tanto la información recabada en este foro, de otra forma hubiésemos perdido muchísimo tiempo en la busqueda y organización del día.
Teníamos muy claro lo que queríamos ver y lo conseguimos, es por eso que trataremos de ser minuciosos en la descripción de nuestra visita con datos muy concretos para facilitar la tarea a quién le pueda interesar. El tiempo del que disponíamos fué suficiente para realizar el recorrido que teníamos planificado, eso sí, dedicando a cada etapa el tiempo justo, sin recrearse, eso lo dejaremos para un viaje más relajado.
Al bajar del barco hay unos buses lanzadera que te sacan de la Stazione Maritima. Es importante tener en cuenta que el último para el regreso sale a las 18.00 h., de otra forma habría que calcular el tiempo que lleva realizar el trayecto andando.
Caminando de frente y a unos 500 m encontramos la Stazione de tren, alli compramos por 3 eur un mapa plastificado, pero también lo puedes conseguir gratis al salir de la estación de San Pietro rumbo parada metro Ottaviano. Sacamos un billete BIRG, cuesta 12 euros y sirve para trenes regionales, metro y bus en Roma, no hay que olvidar validar el billete en las maquinas que hay en las estaciones, la multa es de 52 euros si no lo haces. Se pueden consultar los horarios en trenitalia.it, nosotros cogimos el de las 9,44 y en poco más de una hora bajamos en San Pietro que es la parada anterior a Términi, al salir ya se ve la cúpula de la Basílica.Decidimos no entrar por miedo a no tener tiempo de visitar el resto de sitios que teníamos planificado. Todos habíamos entrado en otra ocasión, con lo que la parada se limitó a un paseo por la inmensa plaza y unas fotos por la columnata y en la fachada de la Basílica.
Saliendo por el lado contrario de la plaza, cogiendo via Di Porta Angélica, a 300 m se llega a vía Ottaviano donde encontramos la parada de metro que con su línea "A" color rojo dir. Anagnina, nos llevará hasta Spagna (3ª parada). Antes de salir a la calle a mano izquierda hay unos ascensores que nos llevan a Trinitá del Monti, vimos la iglesia y al modo de cualquier "top-model" de turno, bajamos por las escaleras de esta Cibeles romana. Maravilloso lugar, esta Plaza España, que también merece un ratito de nuestro paseo.
De frente salimos a via Condotti, una de las tres principales calles de moda del mundo, caminando por ésta a unos 300 metros y girando a la izquierda, guiándonos por el mapa y atravesando las preciosas callejuelas de esta ciudad, llegamos a la Fontana di Trevi. No pudo haber mejor escenario para tomarnos nuestro picnic. Había estado lloviendo con lo que había poca gente, fué un placer ver casi a solas la fontana. Ya se sabe, un porrón de fotos, las consabidas monedas tiradas de espaldas y sobre todo el escalofrío que produce encontrarse en este emblemático lugar.
Continuamos por via Muratte dirección al Pantheon, que encontramos facilmente gracias a las señales callejeras que indican el camino a seguir. Dedicamos un buen rato a disfrutar de este magestuoso templo, que nos regala un magnífico estado de conservación para una de las grandes obras de arquitectura romanas. De todo punto fascinante.
Siguiendo las señales, nos encaminamos rumbo a Piazza Navona, donde sentimos la gran decepción de ver como estaba inundada de tenderetes que impiden apreciar la magnitud y belleza de la plaza. Recordábamos como hace años estaba llena de terrazas, con cierto ambiente juvenil. Creo que las autoridades deberían plantearse recuperar el sentido de esta preciosa plaza.
Salimos a Corso V. Emanuele, avenida principal que desemboca en Piazza Venecia, donde al objeto de ahorrar energías y tiempo, tomamos un autobus con esta dirección. Trás las fotos de rigor en esa inmensidad blanca que es el monumento a Victor Manuel II y después de disfrutar desde éste de las estupendas vistas de la plaza, nos dirigimos hacia el Coliseo caminando por la Via dei Fori Imperiali.Sobre ambas manos tenemos las ruinas del foro romano, fantástico panorama para un paseo que culmina en la guinda del pastel que es el Coliseo. A éste también le dedicamos un buen ratillo, ya más tranquilos porque íbamos bien de tiempo y pudimos disfrutarlo, observarlo, tocarlo y como decía Carme, escuchar lo que sus piedras te cuentan. Un buen puñado de fotos y otras cuantas al Arco di Costantino que está a su derecha y caminito de vuelta a casa.
Enfrente del Coliseo tenemos la parada del metro del mismo nombre, linea "B" color azul, cogemos direccion Rebibbia y dos paradas después estaremos en Stazione Termine, siguiendo los carteles que indican el tren, en la bifurcación de pasillos subiendo una planta, salimos al hall central de la Stazione, en los carteles indicadores buscamos el tren regional destino Civitavecchia, nosotros tomamos el de las 15,45 h. que sale desde los andenes (binarios) 26/27. El paseo hasta los andenes de salida es largo, no hay que alarmarse porque llegar... llegas, pero no hay que ir con el tiempo justo porque lleva un buen trecho. Buscando el último que es el numero 23, hay que seguir caminando por este anden unos 300 metros y al final encontramos los andenes de 26 y 27. Sobre las 17,30 estábamos en el Spléndida.
Llegamos con tiempo de sobra porque íbamos con precaución. Habíamos leido en los foros que a mucha gente le había costado muchísimo encontrar el tren y algunos se subieron sin tener la certeza de dónde iban, pero por suerte para nosotros resultó bastante sencillo y nos sobró tiempo, pero más vale prevenir...
La excursión nos había salido a pedir de boca. Tiempo suficiente para todo, ni un minuto perdido y grabadas en la retina las maravillas romanas.
En la cena compartimos experiencias y según nos cuentan, la excursión del barco no provocó más que descontentos. Por un precio cercano a los 100 eur, ni siquiera les habían parado en el Coliseo. Visitar Roma y no parar en el Coliseo me parece un despropósito, en fin... cada vez más convencidos de que elegimos la opción correcta.

---

Habíamos decidido intentar ir a Portofino, a 36 km. de Génova y uno de los pueblos más emblemáticos de la costa Ligur, pero no teníamos datos de cómo llegar, así que procedía labor de información.
El barco amarra muy cerca del centro histórico y saliendo de la Stazione Marittima, volvemos a encontrar vendedores de Bus turístico que nos regalan un mapa de la ciudad. Caminando recto unos 300 metros y pasando bajo la autovia, en la acera de enfrente a unos 100 m. nos encontramos con la Stazione Génova Piazza Príncipe, hay maquinas expendedoras de billetes que puedes manejar en castellano. El billete i/v a Portofino vale 6,60 euros, y la duración del viaje es de aprox 50 minutos, la frecuencia es cada 45 minutos. Despues de un bonito viaje admirando la costa, bajamos en la estación de Santa Mergherita Ligure/ Portofino. Saliendo y a 50 m a la derecha hay unas escaleras que te llevan al paseo marítimo.
Precioso lugar, imperdible. Es un pueblo veraniego enclavado en un paraje muy verde, con un encantador puerto plagado de veleros. Es una mezcla de historia, elegancia y encanto. Tiene la particularidad de que los edificios, en colores pastel y terracotas, están pintados con trampantojos de tal calidad, que las fachadas parecen decoradas con bonitos artesonados.
Merece la pena adentrarse en sus calles, pasearlas, disfrutar de la calidad de sus tiendas, es un sitio precioso con una solera que le asemejaría a una mujer sesentona de muy buen ver.
Nos acercamos a ver la parroquia de Sta. Marguerita de Ligure que se encuentra en lo alto y desde donde hay una magnífica panorámica. Es una peculiar iglesia con un interior barroco digno de visita.
Volvimos a la estación con la intención de coger el tren de las 13,00 h., pero para nuestra sorpresa, todos los trenes venían con retraso debido a la nevada del día anterior. Esperamos con paciencia, pero a la vista del tiempo que estábamos perdiendo, nos acercamos a la parada de taxi donde nos hablaron de unos 90 eur para volver a Génova. Tampoco era tanto el quebranto, no quiero imaginar lo que habrán cobrado en el barco a los que hayan hecho esta excursión. Justo cuando estábamos a punto de decidirnos, uff!!! descanso!!! llegó nuestro tren con una hora de retraso, la única faena es que íbamos a disponer de una hora menos para visitar Génova, pero creo que Portofino lo había merecido sobradamente.
De regreso a Génova bajamos en la Stazione Brignole, cruzando la avenida y unos metros a la derecha tomamos la Via XX de Settembre una de las principales del centro de la ciudad, que recorrimos disfrutando de su señorial arquitectura. Cruzando un gran arco sobre la derecha encontramos el Portici Via XX de Settembre, antiguos soportales con la construcción típica de la región de Liguria, alternando el gris y el blanco.
Siguiendo por la misma vía llegamos a la Piazza de Ferrari, desde alli divisamos el Palazzo Ducale y el teatro lírico Carlo Felice.
A la izquierda por la via San Lorenzo y a 200 m. a la izquierda encontramos la Casa di Colombo, que se conserva tal cual, como un islote de historia, en medio de un entorno moderno. Una lápida conmemorativa nos recuerda el discutido origen genovés del marino.
Regresamos sobre nuestros pasos a la via San Lorenzo hasta encontrar la muy bonita Cattedrale de San Lorenzo, también de construccion tipica de la zona.
Estamos en el centro histórico donde es muy recomendable perderse por su callejuelas impregnadas de sabor, con edificios coloridos y bonitas tiendas. Génova nos sorprendió, pues a pesar de haber recabado información turística sobre la ciudad, las referencias en los foros la pasaban un poco por alto y la verdad que es una bellísima ciudad.
Lamentamos no haber dispuesto de esa horita que perdimos en la estación de Portofino, pero no nos arrepentimos de la decisión, porque ha sido un día completo y muy... pero que muy aprovechado.
La Via San Lorenzo desemboca en el paseo marítimo Aldo Moro, giramos a la derecha y ya divisamos el Spléndida. Después de unos 15 minutos andando, disfrutando del puerto, haciendo algunas fotos del barco donde se rodó "Piratas del Caribe" y de algún submarino que otro, llegamos a la imponente Stazione Marittima, detrás de la que se divisaban el logo de MSC y las chimeneas de nuestro barco.
Y apartir de ahí, como cada día: Ver partir el barco desde el balcón de nuestro camarote, espectáculo, disfrute del barco, cena y charlita con nuestra amiga canaria, lectura y por fin... el merecido descanso.

---