Sicilia oriental ✏️ Blogs of Italy

Llegamos al Aeropuerto Internacional de Catania y nos encontramos un pequeño caos. Para coger el coche de alquiler, resulta que hay que salir de la terminal y dirigirte a un edificio pequeño donde se agrupan todas las agencias de alquiler de coches. En este pequeño espacio, se forman colas para todas las agencias, por lo cual es un pequeño lio saber cuál es la tuya y saber detrás de quien vas..si a esto le añades que no hay aire acondicionado y que es agosto, pues no es la mejor manera de empezar un viaje.
Una vez recogido el coche, decidimos poner rumbo a nuestro primer destino en Sicilia, Piazza Armerina. En este camino, nos empezamos a dar cuenta realmente de que es cierto todo lo que cuentan sobre la manera de conducir de los sicilianos, que sin acritud adelantan en líneas continuas o incluso en curvas.
Llegamos a Piazza Armerina para visitar la Villa romana de Casale ( 5 Euros). Si bien es cierto, que lo más famoso de esta villa, son los mosaicos de las chicas en bikini, yo destacaría la importancia de las letrinas, ya que en pocos sitios se han conservado tal y como están en esta villa. También nos llamó la atención, que a pesar de nuestros temores no había mucha gente..quizá las excursiones hagan esta visita por la mañana.
Desde allí, pusimos rumbo a nuestro primer alojamiento en la isla, en Agrigento ( Hotel Colleverde EUR 95.-). Queríamos haber pasado antes por la Scala dei Turchi, pero como nos perdimos no pudimos llegar y nos fuimos directamente al hotel. El hotel además de estar bastante bien y disponer de una maravillosas vistas al Valle de los Templos ( Templo de la Concordia y Templo de Hera), está a 2 minutos en coche de una de las entradas al valle, así que si queréis hacer una visita tempranita al valle de los templos es un lugar perfecto.

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Nos levantamos tempranito, sin despertador, ya que era el día que más ruta en coche teníamos que realizar. En el Valle de los templos ( 10 Euros), disponen de una guía Wifi (3 euros) que funciona bastante bien y te va dando la información oportuna de cada sitio importante. La entrada fue por la zona del templo de Hera, por lo que empezamos bajando el valle y lo peor quedó para el final. El valle es impresionante, pero si os recomiendo ir a primera hora, y no solo por el calor, sino porque a eso de las 11 empiezan a llegar las excursiones organizadas y se llena de gente.
Como la visita al valle se nos dio bien, y nos quedamos el día anterior con ganas de ir a Scala dei Turchi, dedicimos ir a dar una vuelta y nos encaminamos hasta Puerto Empedocle, donde nos dimos cuenta de lo turístico que es Sicilia en verano. Aparcar era casi misión imposible, y eso que había que aparcar en el arcén. Afortunadamente, alguien dejó su hueco y aunque era pequeñito, conseguimos meter nuestro coche. Para bajar a la playa tienes que encontrar el acceso por unas escaleras (como unas 150 más o menos), y llegas al primer lido. Para aquellos que no hayáis estado, os diré que en todas las playas de Sicilia hay lidos, que consisten en cabinas individuales donde la gente puede cambiarse e incluso creo que dejar cosas e incluye una ducha. Casi cada chiringuito tiene su lido, y por su puesto su zona de hamacas. Si no recuerdo mal en esta playa te podías dar una ducha por 1 euro.
La playa es espectacular, más que nada, porque no había visto nada igual. Pero bueno, nos dimos un bañito y pusimos rumbo a Cefalú.
Cefalú es un pequeño pueblo pesquero, pero que en época estival, se llena de turistas, por lo que nos costó entrar en el pueblo y mucho más encontrar aparcamiento (tienen sistema ORA). El pueblo tiene un encanto especial, pero cuando nos acercamos a la playa, de nuevo comprobamos que Agosto no es el mejor tiempo para ir a Sicilia…estaba lleno de sombrillas y de gente. Así pues, como no tocaba playa, nos fuimos a subir a la Roca. Es un paseo agradable, y desde luego las vistas desde arriba son estupendas. En Cefalú, tomamos nuestro primer café fredo.
De vuelta al coche, teníamos que poner rumbo a Milazzo, así que pusimos el navegador para descubrir que si íbamos por peaje tardábamos 1 hora y media, y por la costa eran 3 horas y media. Con este panorama decidimos que aunque hubiera que pagar peaje, era mucho mejor. Al final del camino, descubrimos que había sido una buena idea, ya que a pesar de nuestros temores, el precio total, fueron unos 8 euros por más de 100 km.
En Milazzo, nos alojamos en un B&B El Alberguetto ( 110 Euros noche). El B&B está a la altura de nuestras expectativas, pero sin duda lo que las sobrepasa es la amabilidad de Stefano y su mujer Barbara. Dado que el aparcamiento es complicado, nos había reservado un sitio con su propio coche para que dejáramos el nuestro justo en frente del portal. Además, esa misma noche, Stefano se encargó de reservarnos los billetes para la excursión a las Eolias. Intentamos esa noche cenar en un sitio de pescado que nos recomendó Stefano, pero fue imposible, pero reservamos mesa para el día siguiente.

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Nuestra idea original era hacer una excursión a Stromboli y ver la Sciara del Fuoco, pero los miércoles ninguna compañía realiza esa excursión. Así que nos decidimos por hacer la excursión de Lipari y Vulcano. Ya he comentado que Stefano, se encargó de comprar los billetes (al mismo precio que en la naviera), pero además un coche vino a llevarnos al puerto y por la tarde nos volvió a llevar al hotel, algo realmente agradable.
Si elegimos visitar Lipari, fue porque habíamos visto unas fotos de gente tirandonse como en una especie de dunas blancas, pero nos debimos equivocar porque Lipari no se destaca por playas. Lipari es el centro administrativo de las Eolias, y de ahí, parten barcos al resto de las islas. Es muy turística y de hecho, es donde aprovechamos a hacer algunas compras. Si vuelvo a Lipari, no será en una excursión, sino para hacer una noche allí y moverme al resto de las islas porque los horarios de conexión con Milazzo no son buenos y merece la pena quedarse allí. Eso sí, en Lipari tomamos contacto con las granitas..
Desde Lipari el barco nos llevó a Vulcano. En principio pensábamos haber subido al cráter, pero como en Lipari no pudimos ir a la playa, decidimos hacerlo en Vulcano. Lo primero que llama la atención en Vulcano es el olor..Camino de la Playa Negra, se pasa por la playa de Levante, donde están las famosas piscinas de fango. La verdad es que yo que soy muy dada a bañarme en esos fangos “curativos”, era tal el olor a podrido, que desistí de hacerlo…tendrán muchos poderes curativos para la piel, pero mi nariz sufriría demasiado.
Nos fuimos a la playa negra, cuyo nombre viene claramente dado por la arena. Allí, decidimos coger unas hamacas ( 6 euros 1 silla y una sombrilla) dado que el sol pegaba bastante fuerte. Lo que más destaca de esta playa, además de las vistas al volcán, es la temperatura de la arena..ABRASA…jamás se me han quemado las plantas de los pies como en esa playa..Será por el color, pero ninguna playa negra en la que he estado la arena tiene esa temperatura. Tras un par de horitas en la playa, tuvimos que coger de nuevo el barco a Milazzo.
Como llegamos sobre las 18:00, nos fuimos a dar una ducha al hotel antes de pasear hacia el castillo de MIlazzo (cerrado) y luego irnos a la playa de Milazzo ( piedras) donde vimos un atardecer estupendo. La cena fue en un lugar llamado La Casalinga…pescado rico, rico.

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