![]() ![]() Ikki! Turquia! ✏️ Blogs de Turquia
Turquia por libre y con mochila, estambul, capadocia, Esmirna y poco mas.Autor: Gontzo Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (1 Votos) Índice del Diario: Ikki! Turquia!
01: turquia 0
02: 1, llegada a Estambul
03: 2 Estambul - Selçuk
04: Selçuk - Pammukkale
05: 4 Pammukkale - Capadocia
06: 5 Capadocia 1
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Etapas 7 a 9, total 11
5 de la mañana, sin desayunar, sin siquiera oir la llamada matutina al rezo. Y nosotros en la puerta del hotel esperando por la furgoneta que nos habria de llevar a montar en globo. Nos recogieron y nos llevaron a los locales de UrgupBalloons. Un desayuno simple, galletas y el sempiterno té mientras esperabamos a que llegaran todos los que ibamos a disfrutar de la experiencia.
Al final eramos unos cuantos, no se de donde saldrían tantos turistas ya que por el pueblo no se veian apenas... Cuando llegaron todos llevabamos cosa de una hora en el local esperando y ya amanecía al subirnos a las furgonetas para encaminarnos al campo de despegue que no era otra cosa que un campo lleno de globos. Nos subimos a nuestra cesta, no es fácil ni cómodo pero una vez subidos la verdad es que la cesta proporciona sensacion de robustez y seguridad ya que llega al pecho y no te permite hacer el canelo. Tras unas indicaciones de seguridad por parte del "piloto" asi como quien no quiere la cosa, lentamente nos empezamos a alejar del suelo, suavemente, con dulzura extrema, fue una sensacion curiosisima, ir poco a poco ascendiendo, elevandonos hacia el aire, dejando el suelo de una manera mucho mas tranquila que con cualquier otro medio de transporte, éste parece desprovisto de las fuerzas de la física, parece no haber aceleracion, ni gravedad, ni otras tantas fuerzas que intervienen en la dinamica diaria. Conforme nos elevábamos íbamos viendo como las demas empresas, que son unas cuantas, de navegacion en globo también realizaban los mismos movimientos, semejando aquello una manifestacion, una alegre danza de mariposas multicolores y gráciles como si fueran autenticas. A veces te acercabas a otro globo, tanto como para que las telas se tocaran y lentamente salieramos despedidos, a camara lenta, en una nueva direccion, como si fuera el suave beso de un adiós anunciado. Eso, mirando hacia el horizonte. Mirando hacia abajo, comprendes toda la magia de la Capadocia viendo los innumerables colores de los valles y montañas, apreciando la curvatura de la tierra alli al fondo de la inmensa planitud de la estepa turca, solo distraida por la montaña alrededor del cual se articula la Capadocia. Y mirando más hacia abajo, podias descubrir la diminuta caravana de coches, autobuses y remolques que nos seguían para ver donde ibamos a aterrizar para darnos servicio y devolvernos al hotel. Puede que fuera algo menos de dos hora de vuelo pero para nosotros fue un dinero bien invertido. Dificilmente se puede apreciar mejor todas las bellezas de esa remota region del interior de Turquia. Para aterrizar, en un alarde de pericia y preparacion, nuestra barqueta aterrizo directamente en el remolque sin tocar el suelo. Tras volver a pisar tierra firme, descorchan una botella de champan, la sirven con naranjada, reparten diplomas, reciben propinas y nos dirigimos de vuelta al hotel. En total, habremos pasado fuera de casa 4h muy entretenidas. No puedo hacer otra cosa que recomendar la experiencia, aun cuando sea cara, las sensaciones al volar en globo son completamente distintas a cualquier otro medio de locomoción. Y las vistas, la tranquilidad, la paz que otorga el globo son unicas! Tras la excursion, llegamos a tiempo para el desayuno, productos turcos diversos y algo que nos cocinaban de extra todas las mañanas como tortilla u otras delicias. Gratis, todo un detalle por su parte. La verdad es que la atencion por parte del KervansarayHotel fue espectacular, incluso nos dejaron su portatil para navegar por internete... Tras el desayuno, arrancamos a visitar el museo al aire libre de Goreme. Un pelin lejano pero con el buen dia, la caminata se hacia bastante ligera. Pasamos por taquilla como corresponde a todo turista y visitamos el amplio museo. Dado que fuimos a media mañana ya había abundante gente y para visitar según que sitios se hacia complicado por no decir imposible ya que son recintos pequeños, oscuros y con un único acceso. El sol pegaba de pleno y como su nombre indica al aire libre las esperas se hacian largas pero fue una entretenida visita. Tambien visitamos las iglesias rupestres que están incluidas en el billete y la verdad es que la visita merece la pena. Es curiosa esa forma de vida establecida en esa zona de Turquia, bastante similar a Matera, en Italia pese a los miles de kilometros de distancia. La comida la realizamos en el pueblo muy a deshoras pero no dudaron en atendernos y servirnos comida de la buena como en todas las ocasiones. Por la tarde paseamos por el pueblo, subiendo hasta un mirador que hay en una de las alturas y deambulando tranquilamente por el entorno. La zona en cuestion es muy propicia para el trekking o el caminar segun se dice en vulgar. Es terreno mayormente llano con desniveles que hacen mas entretenido la caminata y los paisajes acompañan para hacer entretenido el paseo. Posiblemente en verano se sufra mas dada la total ausencia de sombras pero en la temprana primavera en que fuimos nosotros, el campo estaba verde como los campos de Castilla en primavera y la temperatura era fresca sin ser fria. Ya de tarde-noche tocaba descansar un poco despues de tantos dias de ajetreo, madrugar, caminar, dormir poco y todo eso. Las cosas del viajar. Otra cena espectacular y a un precio ridiculo y de ahi a la cama que al dia siguiente tocaba aventura, abandonar Capadocia de vuelta a Estambul. Etapas 7 a 9, total 11
Ultimo dia en Capadocia y para variar, madrugar.
La rutina habitual del desayuno en el hotel, con sus detallitos habituales, tortillita y alguna golosina mas en el desayuno, nos gestionaron el transporte al aeropuerto de Kayseri y nos guardaron el equipaje mientras nosotros nos ibamos a la aventura. Muy recomendable el hotel. Para pasar el dia habiamos adquirido una excursion con una agencia del centro del pueblo para visitar las ciudades subterraneas de Derinkuyu, el valle de Ihlara, el monasterio de selime y alguna cosa mas que se me queda en el olvido, con entradas, transporte, comidas y guia angloparlante por cerca de 30€ por cabeza. Al final merecio la pena dado el servicio que nos dieron y como pasamos el dia por ahí pululando. Nos recogieron prontito a la puerta de la agencia en un minibus bastante moderno y cómodo en el que ya habia otras 6 personas de todos los pelajes, edades y nacionalidades. La visita comenzó por alguno de los innumerables valles de la capadocia, camino de la ciudad subterranea de Derinkuyu, parando en un par de miradores, una racion de explicaciones del guia, alguna tienda de recuerdos y artesanias y finalmente llegamos a la ciudad, cuyo acceso es un mísero agujero en la tierra, una entradita al lado de las taquillas y por ella nos sumergimos en las entrañas de la tierra. Para ambos, fue una visita espectacular, repleta de buenos momentos y lindas sensaciones. A mi me entro la risa tonta por verme en aquella especie de ciudad de pitufos, de esquinas redondeadas, rincones oscuros, pasillos estrechos, techos bajos y simbolos antiguos. Es algo único, con cierto parecido al Hipogeo de Matera pero a mucha mayor escala en cuanto a dimensiones que en cuanto a volumen, espacio hay poco. Son unas 14 plantas de las que visitamos 8 o 10, ocupando al final cerca de una horita. Pese a que nosotros hablemos tan bien de esta excursion hay que indicar que no es apta para gente claustrofóbica ni para quien no esté en forma, detalle éste importante ya que pese a que lo avisan y comunican, dos valientes jubilados de nuestro grupo con su bastoncito y sus achaques tiraron para adelante y no veas que lio armaron cuando llegaron a un sitio por el que no podian pasar y como la visita es circular, entras por un lugar y sales por otro, unos tuneles que son cuando menos estrechos asi que os podeis imaginar que se montó un atasco espectacular entre los que querian bajar y los que querian subir y no podian. De vuelta a la superficie, nos entretuvimos un ratito disfrutando del sol y la primavera turca deambulando entre las habituales tiendas de recuerdos hasta que tocó volver a la ruta. Montamos de nuevo en el transporte de ganado para hacer el tramo de carretera más largo hasta el valle de Ihlara. Por el camino, paisajes de campos verdes y viejas montañas al fondo, incluyendo algún volcan y de repente, una profunda cicatriz que atraviesa la meseta turca, con una serpentina corriente de agua corriendo por el fondo.Un tajo profundo en la superficie de la tierra, con un notable contraste entre los campos y la plenitud de la primavera en las riberas del rio. Era nuestro segundo destino del dia, el Cañon de Ihlara en el valle del mismo nombre. En un punto indeterminado del recorrido hicimos una parada para, a traves de un buen numero de escaleras, bajar al fondo del valle, junto al rio y comenzar a caminar. La ruta era sencilla, llana y accesible, aderezada con restos paleocristianos en forma de antiguas iglesias, restos de cuando los cristianos eran habituales en esta zona y tuvieron que empezar a esconderse, mismo origen que el de las ciudades subterraneas. En este caso, la visita no era tan claustrofóbica y opresiva sino un ligero paseo a la vera del rio, arboleda, agua fresca de la montaña y aire puro, deporte, naturaleza y cultura, que mas se puede pedir? que los jubilados se queden en el autobus? pues asi fue... El guia amenizó la excursión con sus comentarios y explicaciones de las tradiciones cristianas otomanas hasta llegar al pueblo donde teniamos concertada la comida, un pequeño restaurante a la orilla del rio a las afueras de otro diminuto pueblo turco. No parece que el turismo haya llegado a pudrirlo todo, todavia. Pudimos escoger entre carne o pescado y ademas cayeron algunas cosas tipicas turcas. Pese a lo que se podria esperar no tengo ninguna queja al respecto. Tras la comida, nos subimos de nuevo a la furgonetona camino del monasterio de Selime. Otro ratito de carretera mucho mas corto esta vez y llegamos al citado monasterio. Es otro ejemplo de viviendas excavadas en la fina arena de la montaña. No queda mucho de lo que hubo pero la verdad es que lo poco que queda ya impresiona. Ademas mi espiritu silvestre me hizo aventurarme por parte de las ruinas que aunque no estaban cerradas, si estaban en muy mal estado, unas escaleras muy verticales y ya desdibujadas por el tiempo que ascendian a lo más alto del monasterio. Que conste que no era ningun area prohibida, habia una escalera de mano y luego quedaba a criterio de cada uno (escaso en mi caso) el seguir subiendo. Llegue a un punto en el que ya no me atreví a subir, lo cual es indicativo de la dificultad, no tanto para subir como para bajar. Cuando tocó encarar la pendiente de la bajada, tuve que decidirme a bajar arrastrando el culo, no habia otra manera. Sobre el resto del monasterio, es una visita muy recomendable y con todo lo recorrido hasta el momento tampoco me parecio que sobraraa, quizás desmerece un poco respecto a las ciudades subterraneas pero aun así pasamos un buen rato de excursion. De Selime el camino ya era de vuelta, tuvimos tiempo de parar en la habitual tienda de recuerdos donde no dejamos ni un real, somos asi de agradecidos. Finalizamos la excursion con cierta prisa ya que a las 7 nos tenian que recoger para llevarnos al aeropuerto de Kayseri, gestionado amablemente por nuestro hotel que ademas habia custodiado nuestras maletas. Nuestro avion salia a las 21:15 y el transporte supuestamente tardaba 45min asi que tiempo teniamos... Llegamos justito, por los pelos, al embarque que cerraba a las 20:30. Mas o menos, llegamos 5 minutos antes. Menuda manera de sufrir viendo como los minutos corrian en el reloj y la furgoneta no corria tanto. Parte importante de la culpa es de un |@#|#@~| ingles que se presento, caminando tranquilamente, 20 minutos mas tarde de la hora de salida del bus al aeropuerto porque se habia despistado al comprar algo de comida. Subio por el equipaje y arrancamos raudos, a todo lo que daba la furgoneta, que no era mucho que digamos. Por el camino nos paso de todo: control policial, semaforos en medio de lo que parecia una autopista, un paso a nivel que cierra delante nuestro esperando a que pase el tren, tráfico, etc... Yo me arrancaba los pocos pelos de la cabeza, una vez que me habia comido las uñas, los muñones y los puños de la camisa. Cuando llegamos al aeropuerto casi me tiro en marcha de la furgonetilla. Pasamos los numerosos controles de los aeropuertos turcos (tienen uno para los coches a la entrada, otro para entrar al edificio aparte del de siempre y del de acceso al avion) nos equivocamos de mostrador de facturacion y finalmente y felizmente facturamos y a esperar. Como es costumbre, avion con retraso pero hay que reconocer que Anadolu es una compañía muy completa, ya que dan de cenar, té y algunos frutos secos. Aterrizaje en el aeropuerto de Estambul Sabiha Gokçam y por ello tuvimos que coger el autobus al centro (tras un agradable charla con un farmaceutico intentando explicarle que medicamentos necesitabamos....). Una vez en la plaza Taksim en otro ejemplo de la amabilidad turca nos indicaron que ya no habia tranvia al hotel y que teniamos que tomar un taxi, un joven nos llamo al taxi, le indico la direccion y nos dijo cuanto nos tenia que cobrar aproximadamente. Todo amabilidad sin pedir nada a cambio, ya podian hacer algo asi otros paises que no nombrare pero ya contare en otra crónica. Ya de madrugada finalmente llegamos al Erboy hotel, nuestro alojamiento en Estambul para las siguientes 3 noches. Recogimos la habitacion y a dormir que ya tocaba. Etapas 7 a 9, total 11
Amanecia un nuevo dia en Estambul, nublado, ventoso, casi diria que tiempo otoñal pero aun así estabamos con ganas de lanzarnos a la calle de nuevo.
El hotel Erboy está situado muy centrico, es moderno y por tanto un pelín insípido, salvando la atencion del personal que es abrumadora en el trato, ciertamente complacientes. Al llegar ya de noche y ocupar nuestra habitacion, vimos con desagrado que el baño olia a desagüe pero nos echamos a dormir con todo el cansancio que arrastrabamos. Al despertar todo olía igual, lo comentamos y vino mantenimiento. Intentaron reparar y como todo seguía igual enseguida nos dieron una suite cojonuda, de esas con dos habitaciones, minibar gratuito y esos placeres de los que pocas veces disfrutamos los mortales. Y menos gratis! Salimos a disfrutar de Estambul despues del desayuno buffet libre y comenzamos por el palacio de Topkapi, la entrada es cara, carisima para los estandares turcos pero para dentro fuimos. Esta bien pero no es tan espectacular como para justificar tanta fama. Igual ya estabamos cansados de tanto ver maravillas pero tras pasar por Topkapi, se nos quedo un regusto de para-que-tanta-fama.. A partir de la visita al palacio incluyendo el área del harén que se paga aparte, ya nos tiramos a ver el resto de Estambul. El itinerario, errático como es costumbre en nosotros, conservando un ligero sentido de la orientación y dejándonos llevar por los rincones y los callejones... Seguimos cambiando dinero en la PTT turca, segun nuestros calculos salía mas barato aun cuando estamos hablando de ahorrar unos centimillos. Visitamos los grandes bazares, no encontrando nada de interes y saliendo indemnes de los vendedores. Es todo un paraiso del consumismo aunque todo sea tan falso como un euro con la cara de Popeye pero es dificil encontrar unos compradores menos impulsivos que nosotros. Con las manos en bolso salimos para descubrir el bazar de las especias. Aquí si que toco comprar algo que las especias son grande cosa para un cocinillas como yo. Para comer acudimos a las especialidades turcas en una plaza al norte del gran bazar, borek y empanadas. Para beber té manzana en algún cafeteria, pastelillos turcos en alguna pasteleria, lo que tiene el turisteo para los que somos de buen diente.No fue especialmente destacable pero son pequeñas satisfacciones que hacen mas agradable la vida... Visitamos mezquitas, a cual más bonita, sobre todo la Mezquita Azul. Paseamos por debajo del acueducto en Estambul. no llegamos a FatiAkim porque nos quedamos por el camino, tampoco nos dio tiempo a cruzar el Bósforo para pasar a Asia de nuevo. Al final, hay tantas cosas para hacer que se nos quedan otras tantas por el camino. Pese a ello no diria que Estambul es una ciudad tan apasionante como la venden pero merece la pena la visita. Quizas esta opinion mia se deba mas a que prefiero los pueblos y la vida rural que las grandes ciudades. La cena en un restaurante muy afamado por tratar bastante al publico español. Quizas de tanta fama no merece la pena recomendarlo sobre todo si lo comparamos con la comida de la Capadocia. Como recomendacion gratuita y general no merece la pena seguir las recomendaciones de las guias, cuando sale ya publicado, enseguida se llena y suele perder sus virtudes. Etapas 7 a 9, total 11
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