Croacia en agosto (2012) ✏️ Blogs de Croacia

Si hay una palabra para definir la estancia en Orebic esa es tranquilidad. Es una zona de veraneo más bien familiar, vimos pocos grupos de gente joven con ganas de pegarse una marcha.

La visita de rigor es cruzar hasta Korcula, pueblo que se presenta orgulloso como patria de Marco Polo (aunque no está tan claro que fuese de allí) y es un pueblo con muchísimo encanto y que se perfectísimamente en una excursión de un día.
Un recomendación en Orebic, en el propio paseo donde está la playa hay un restaurante que ponen un pescado muy muy fresco y a precios razonables, el Karako (vaya el nombrecito...)

La siguiente parada, previa a Hvar, era Makarska a la que podíamos acceder tanto en ferry (se supone que acortábamos camino) como por carretera pero bajando cerca de Dubrovnik. Con la cosa de que se supone que el coche de alquiler no debía embarcar (aunque posteriormente sería inevitable), hicimos la ruta larga en coche, llegando a Makarska con el tiempo justo de pegarnos la tarde en una pequeña playa justo al lado del puerto y dando un paseo por la noche por la misma zona, que estaba bastante ambientada (mucho más de lo que pudimos ver en Orebic en las tres noches que hicimos). Aún así, con idea de coger el barco temprano para Hvar nos recogimos tempranito.

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Habíamos leído varias referencias de esta isla, y la verdad es que las había de todos los gustos... desde la que la ponían como una isla tranquila para descansar hasta la que la denominaban la "Ibiza croata", pues bien, yo diría que pueden tener ambas razón o ninguna, según se mire.

Hay dos formas claras de llegar, una llegando a Stari Grad desde Brac o la propia Split y otra en un pequeño tramo que va desde Drvenik a Sucuraj. A pesar de que la primera es mucho más distancia en barco, la carretera que te obliga a cruzar la isla en la segunda opción creo que hace que la primera opción sea muchísimo mejor. Vamos... que tuvimos tramos de cruzarnos con algún coche (de los muy pocos que nos cruzamos) donde apenas cabíamos en la calzada. A eso había que sumarle el hecho de tener el coche en reserva y que la primera gasolinera estuviese en Gelsa.

Teníamos el apartamento en Milna, a unos 7 km de la ciudad de Hvar y todo un acierto porque estaba en sitio super chulo, con par de playas a pie y uno de los mejores restaurantes o konoba que pisamos en Croacia (no me acuerdo del nombre aunque puedo deciros que no daba al paseo) hasta el punto de repetir un par de cenas. La Peka (pulpo cocido en una campana de metal) estaba increíble pero si sois sólo dos es muchísima cantidad.

La ciudad de Hvar no sólo sorprende por ser muy mona, se nota más ambiente, mucho más que en otros sitios que hemos estado en Croacia. Eso si, para los que vayais en coche, encontrareis que hay muy poco sitio (o casi ninguno) para aparcar de forma que hay que pasar si o si en pillar taxi.

Hicimos algunas excursiones dentro de la isla, a Stari Grad y la ya comentada Jelsa. Respecto a las playas, las más importantes están en islas a las que se accede desde Hvar, a unos precios bastante asequibles del barco. Nosotros fuimos a Palmizana (supuestamente una de las 10 playas mas sexys del mundo), genial y lo mejor es que con menos gente de lo que imaginabamos. Echamos el día allí con unas aguas color turquesa (de las pocas de Croacia que hemos visto así).

Una cosa importante!!! En verano suele haber problemas para coger los ferrys, de forma que hay que intentar llegar con bastante margen al puerto. No seríais los primeros que perderíais el barco (y no es que tengan una frecuencia muy elevada).

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El día empezó con paliza gorda, ya que partíamos de Hvar y, con llegada del barco en Split, teníamos aún una hora hasta Krka, que merece una visita y que destacaba por lo que le hace famoso, las cascadas, aunque con tantísima gente no nos apetecía mucho darnos el baño. Lo
peor la cuesta arriba de casi 1 km para volver al coche, que se hizo eterna!

De ahí y tras dos horas, llegamos a la zona del parque Plitivice, donde pasaríamos la última noche en Croacia. La idea era estar cerca del mayor y principal parque natural de Croacia de cara a entrar lo más temprano posible en el parque, pues leímos muchas recomendaciones de que cuanto más tarde llegásemos, estaría todo más masificado.

Tras otro madrugón (el segundo en todo el viaje, aunque consecutivo) y un magnifico desayuno en el apartamento, tiramos para los lagos. Entramos por la entrada 1 e hicimos el recorrido C desviándonos un poco con el K. Una pasada y la verdad es que un acierto el llegar muy temprano pues se estaba tranquilo. Cuando acabamos sobre las 12-13h (tras unas 2-3 horas de visita) se veía a muchísima gente entrando en el parque, lo que sumado a la calor que empezaba a hacer, nos acordamos de lo bien que vino el madrugón.

La vuelta no fue tan dura como esperábamos, así que con otra parada en Rijeka para comer, llegamos al hostal de Treviso que estaba justo al lado del aeropuerto dado que salíamos al día siguiente muy temprano de vuelta a Sevilla.

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