Brasil y Argentina ✏️ Blogs de America Sur

El Noroeste Argentino (NOA) ya no es el gran desconocido de Argentina, pero sigue siendo un destino que muchos turistas europeos obvian por, sobre todo, falta de tiempo. Nosotros, además, teníamos una razón de peso para visitar la zona, unos amigos que habíamos hecho un año atrás y que se habían quedado a dormir en nuestra casa unos días. Del NOA sabíamos cosas, pero no profundizamos demasiado, porque preferimos dejarnos llevar. Lo cierto es que, pese a que vimos y visitamos paisajes increíbles, lo mejor de todo fue la convivencia con nuestros amigos. En Salta vivimos la auténtica Argentina, un recuerdo imborrable y diferente en nuestro paso por el país.

DÍA 7: Salta. Reencuentro con Horacio y Flor
Rubén nos recoge en el hotel y nos acerca al mini aeropuerto de Puerto Iguazú. Se despide de nosotros como si fuéramos familia, y eso que esta vez no hace falta interpretar.
El vuelo de Austral (filial de Aerolíneas Argentinas) dura dos horas y, pese a ser un avión relativamente pequeño, va equipado con las últimas tecnologías.
En el también mini aeropuerto de Salta nos espera Horacio. Nos lleva a su casa y allí nos espera Flor con los niños y la mesa puesta. Planificamos lo que haremos los próximos días y por la noche salimos a dar una vuelta por el centro. La plaza 9 de julio, la catedral, el cabildo… todo iluminado, precioso!

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La catedral de Salta "la linda", una de las ciudades más bonitas de Argentina


DÍA 8: Salta. Paseo por el centro
Horacio nos lleva al centro para ver la zona de día y se va a trabajar. Paseamos y entramos en la catedral, la Iglesia de San Francisco y el Centro Cultural, donde está ubicada la semana del diseño. Por la tarde subimos en teleférico al cerro de San Bernardo 1454m y 284m sobre Salta, donde vemos las maravillosas vistas de la ciudad. Más grande de lo que nos la imaginamos.

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El teleférico de Salta

DÍA 9: Salta. El colorido de los cerros y las artesanías.
Iniciamos una escapada de tres días (dos noches) hacia la zona de la Quebrada de Humahuaca. En dirección al noroeste y cerca de la frontera con Chile y Bolivia se alzan montañas de gran altitud y variado colorido.

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Preciosa vista del "Cerro de los siete colores"

Hacemos de Purmamarca nuestro centro de operaciones, el lugar más bello de la zona. Los Kira nos alojan en unas cabañas nuevas y muy bien acondicionadas, espectaculares. Son de un amigo de la familia que nos hace un precio especial.
Ese día comemos con la familia en el centro del pueblo. Probamos los gnocchis caseros y comemos de nuevo empanadas (nuestras empanadillas) de carne y de queso.
Damos una vuelta por los coloridos puestos de artesanía de la zona y hacemos una pequeña excursión para apreciar de cerca el conocido cerro de los 7 colores y sus alrededores.

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Purmamarca y, al fondo, el famoso cerro

Por la noche cenamos una “picada” cena de picoteo en el porche de las cabañas.

DÍA 10: Salta. El salar.
Por la mañana temprano nos embarcamos en una aventura diferente, subir a 4.200m de altura para poder admirar las llamadas Salinas Grandes.

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La carretera en medio del salar. No hay nada más en el horizonte

Para evitar el llamado mal de altura mascamos hojas de coca. Estas Salinas son un inmenso salar donde, evidentemente, extraen sal para uso tanto industrial como doméstico.

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El inmenso salar. No es como el de Uyuni, pero impresiona

Hace "tropecientos mil años" allí había un gran lago salado que se secó con el tiempo, ahora sólo tienen que extraer la sal con máquinas excavadoras (uso industrial) o bien tratarla en unas “piletas” (piscinas) para refinarla. La experiencia es única.

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Las "piletas" donde se recoge la sal para uso doméstico


A la vuelta comemos en Purmamarca, en un restaurante tradicional con música en directo. Allí probamos lomo de llama y milanesa de queso y de carne mientras escuchamos el Naranjitay (típica canción tradicional). Lo acompañamos con Fanta de naranja y Coca-Cola, ambas de litro, en envases de vidrio (como en nuestros años 80).
Esa tarde vamos a Humahuaca es el último pueblo de la Quebrada que lleva su mismo nombre y no es el que más nos gusta.

DÍA 11: Salta. Pukara
Con las maletas hechas y en el auto, nos dirigimos a Tilcara con la intención de ver las ruinas precolombinas de Pukara (en quechua: fortaleza). Es uno de los pocos vestigios que quedan en la zona de la época pre-hispánica. Está ubicada a más de 2.500m de altura y se puede observar cómo vivían en la época. Las casas eran de piedra con techos de adobe, muy pequeñas y con una única habitación a la que se accedía desde una mini puerta.

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Las vistas desde el Pukara de Tilcara

Los gigantescos cactus rodean las construcciones. Las vistas son espectaculares, como en toda la quebrada de Humahuaca.

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La conocida como "Paleta del pintor" en Maimará


Comemos en la Pizzería “El gordo” y pronto descubrimos que el cocinero y dueño hace honor al nombre. Las pizzas, de tipo casero, están buenísimas. Toca vuelta a Salta.

DÍA 12: Salta. Quebrada de San Lorenzo, asado en casa de “los viejos” y fiesta en la peña.


Iniciamos el día con un paseo por la Quebrada de San Lorenzo, que poco tiene que ver con la de Humahuaca. Descubrimos que en Salta también hay densas zonas de bosque verde y río llamadas “yunga” (selva húmeda). Por la tarde, vamos a una “Feria” (puestos de artesanía) con algún artículo a buen precio. La vuelta en taxi hasta la casa de nuestros amigos (hay una media hora andando y amenaza lluvia) nos cuesta apenas 20 pesos (menos de 3€).

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La Feria de Balcarce, una feria de artesanía

Por la noche vamos a cenar a un lugar típico de Salta, una “Peña”, o lo que es lo mismo, un restaurante con “espectáculo” incluido. En este caso concreto es además una casa colonial antigua “La casona”. No tiene un escenario ni es una “turistada”, al contrario, son artistas locales que cantan y tocan instrumentos y, si alguien quiere, le puede comprar un CD o, suponemos, darle algo, pero no era el objetivo principal.
La cena estuvo bien, con platos típicos como humita (maiz triturado con queso, al vapor), tamal (garbanzos también triturados y carne de “chanchito” o sea, cerdo), quesadillas (queso tipo provolone), locro (un potaje) y unas patatas con queso especialidad de la casa.
La música es tradicional salteña. El cantante, Rodrigo, tiene un amplificador por boca, pero cantaba bien. Acompañan las voces con guitarra y bombo legüero. A una hora prudente decidimos volver a casa.

DÍA 13. Salta. (Día relax en Salta)
En buena lógica al día siguiente dormimos un poco más. Nos damos un homenaje y hacia las 11 hacemos un desayuno buffet. El típico “brunch” inglés (breackfast + lunch). A continuación visitamos la feria de artesanías de Balcarce. Después de las compras visitamos el Museo de Arqueología Alta Montaña. Sobrecogedor. Se exhiben tres momias de niños de hace más de 500 años conservadas de forma natural y encontradas en 1999 en el volcán Llullaillaco (“mentira de agua” sin agua, vamos), además de más de 150 objetos colocados junto a la sepultura de los niños incas para el paso al otro mundo.
Probamos las pizzas salteñas y el helado de dulce de leche de la heladería El bosque.

DÍA 14: Salta. Huguito: el catamarán.
La historia es larga de explicar, para resumir diremos sencillamente que nos invitan a un asado en un catamarán en “El dique”, embalse del General Belgrano, uno de los embalses más grandes de Argentina, habilitado para la pesca, los deportes náuticos y de aventura y el recreo.

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El día de relax en el dique.

La idea proviene, de nuevo, de los Kira, que cada año organizan un acto con y para los trabajadores de “Elegance” la empresa de catering, eventos y fiestas de la familia.
La experiencia resulta auténtica. Vamos con todos los “mozos” (camareros) que han empalmado toda la noche sin dormir por trabajo y que van a pescar por diversión. El mismo barco está habilitado para hacer asado. Nos dicen que se vuelve con decenas de peces pescados, como el pejerrey, pero, o todos tenemos un mal día o los pececitos están de vacaciones. Nadie pesca nada, bueno, sí, lo que parecía ser el primer pez del día resulta ser un palo!!!! Un palo!!! Un pez palo!!! Menos mal que el asado estaba riquísimo.


DÍA 15/16. Salta. Cafayate: montañas y la ruta del vino.
Nuestros últimos días por la zona se convierten en una escapada de dos días a la zona de la quebrada de Las Conchas al sur de Salta, con destino final Cafayate. El recorrido vuelve a sorprendernos por las caprichosas formas que el agua y la erosión ha dejado en la piedra. Las montañas presentan una amplia variedad de colores y formas. Con un poco de imaginación se pueden observar figuras como: el sapo, el fraile, el obelisco o los castillos.

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De nuevo colores impresionantes en la quebrada de Las Conchas


Escalamos la garganta del diablo calificada como un agujero al inframundo y paseamos por el auditorio natural, donde probamos la acústica.

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La "otra" Gargante del Diablo


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Formación conocida como "Los castilos"

Después de muchas fotos llegamos a Cafayate. La ciudad y zona colindante es famosa por tener algunos de los mejores vinos de altura. Las variedades de Torrontés (blanco joven), Malbec (tinto joven) y Cabernet Souvignon (tinto reserva) son las típicas de la zona. En dos días visitamos hasta 4 bodegas diferentes con la consiguiente degustación de vinos.

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La Vasija Secreta, donde pernoctamos

Domingo Hermanos (bodega de vino para el gran público, en damajuana y / o botella.
Vasija Secreta (bodega donde pernoctamos sin cargo alguno gracias a los amigos de Horacio) Es una bodega pequeña de hace más de 200 años con un vino al por menor. Cuidan su vino hasta considerarlo especial. La gata Flora es uno de sus vinos.
La estancia (complejo de lujo que le recomiendan a Horacio, donde desayunamos y admiramos las instalaciones).
Bodegas Piattelli. Bodegas de nueva generación donde comemos y nos hacen un tour pormenorizado y nos explican con detalle cómo realizar una cata de vinos.

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Bodegas Piatelli. Nuevas y de cierto "lujo"

Se nos "acaba" Salta, una etapa diferente e inigualable de nuestro viaje. Es, sin duda, la parte más humana, más de vivencias, pese a poder disfrutar de unos paisajes increíbles. Lo mejor, sin duda, es la convivencia y la experiencia de "vivir la Argentina."

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DÍA 17. Salta-Buenos Aires / Buenos Aires-Calafate
Día pesado donde los haya, con un madrugón de los que hacen época, nos despertamos a las 4 de la mañana y tomamos un taxi al aeropuerto. Los vuelos discurren sin incidentes pese a la pesada conexión de 4 horas en Buenos Aires (luego nos dijeron que cerró Aeroparque algo más tarde, menos mal).
Llegamos al hotel después de un tour por los hoteles de El Calafate cortesía de Ves Patagonia, empresa de shuttle bus. Dejamos las maletas en Terrazas del Calafate y nos dirigimos al pueblo en busca de comida. Son las 6 de la tarde y no hemos comido nada en condiciones desde hace mucho. Las recomendaciones de varios foros (y el hambre) nos lleva a degustar una espléndida pizza en La lechuza (con una grande comen dos, sin problemas). Y de nuevo al hotel a descansar, no sin antes contratar una excursión para el día siguiente.

DÍA 18. Calafate. Estancia Cristina

Ante las opciones de excursión nos decidimos por Estancia Cristina (opción Discovery) que contratamos directamente en la agencia Viva Patagonia, sita en la Av. Libertador, al lado del Casino. Es donde se consigue el mejor precio porque son la empresa concesionaria. La excursión es cara (1.000 pesos aprox con todo incluído), pero vale la pena.
Nuestra excursión consiste en:
-Traslado desde el hotel a puerto de Punta Bandera
-Navegación por el lago Argentino entre témpanos hasta el glaciar Upsala.
-Navegación hasta Estancia Cristina.
-4x4 hasta casi la cima desde donde se divisa el glaciar.
-Pequeña excursión a pie hasta la cima de un monte desde donde se obtienen vistas impresionantes del Upsala y del lago Guillermo.
-Vuelta a Estancia Cristina y explicación de lo que es una estancia y en concreto de la historia de la familia Master. (Ingleses que se aventuraron en la zona a principios del S.XX y fundaron la estancia).

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Las formas caprichosas de los témpanos de hielo no te dejan indiferente


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El tono azulado es producto de una ilusión óptica, pero qué belleza

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La espectacularidad de uno dels brazos del glaciar Upsala


Para los amantes del trekking hay una opción también interesante (un poco más cara todavía) con una caminata de unas 4 horas, en vez del 4x4+excursión y visita de la estancia.

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La visita a la estancia deja unas vistas para el recuerdo

Nos llevamos un muy buen recuerdo de esta excursión por la espectacularidad de la navegación entre témpanos (icebergs), por las vistas al glaciar desde arriba y por la amabilidad del personal.

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Casi nos quedamos sin palabras. Fue uno de los momentos del viaje.


DÍA 19. Calafate. Perito Moreno
Decidimos alquilar un coche para ir a nuestro aire a ver el Perito Moreno, para poder medir nuestros tiempos como dicen por aquí. A través del hotel contratamos un auto añejo, con solera, rudo y adaptado al medio. Un 4x4 singular, un Fiat Uno de finales de los 70-principios de los 80, aunque en su DNI pone año 2009, no se lo cree nadie.
Vemos el Perito Moreno desde las pasarelas y subimos al barquito para observarlo desde el lago. No defrauda.

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El Perito desde las pasarelas. Esta es la zona que no se navega

Es espectacular, aunque es el tercer glaciar más grande de Argentina, después del Viedma y del Upsala, sobrecoge por la cercanía desde donde se observa.

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Desde el barco es un espectáculo de la naturaleza

Es el único glaciar estable, es decir que avanza lo mismo que retrocede, para entendernos, no como otros, que van disminuyendo el tamaño.


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Ver caer un trozo de hielo y el estruendo que provoca es sobrecogedor


DÍA 20. Calafate. El Chaltén
El día de hoy es largo pero agradecido. Con recompensa final. El trayecto desde El Calafate a El Chaltén supone 220 km de conducción (ida), 440km ida y vuelta y unas 5 horas. El camino bordea el Lago Argentino y se acerca al glaciar Viedma, del que obtenemos unas vistas relativamente lejanas. Recomendación: Si os gusta caminar, dormid en El Chaltén, una, dos, tres noches. Hay numerosas rutas para poder disfrutar del trekking.
Después de consultar las diferentes posibilidades de excursión en el centro de visitantes nos decidimos por tomar la ruta que conduce al Lago del Desierto, una carretera de 37 km de ripio (sin asfaltar) que aparece a mano derecha una vez atravesado el pueblo. Desde allí, hay un camping y una "entrada" donde cobran algo por entrar en la excursión, de una hora aproximadamente, pero con zonas de dificultad media.


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Las vistas desde el glaciar Huemul son, sencillamente, impresionantes.

El Chaltén es la capital argentina del senderismo. Desde aquí se pueden hacer muchas rutas a pie por la zona que bordea el monte Fitz Roy y el Cerro Norte, sus montañas emblemáticas.

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El Monte Fitz Roy y el Cerro Norte nos obsequió con unas bonitas vistas


DÍA 21. Calafate
El último día en El Calafate fue de tranquilidad. Despertarnos un poco más tarde, dar un paseo buscando un lugar para comer y acercarnos a la Laguna Nímez, donde había un montón de aves, pero decidimos no hacer el paseo ya que se hacía un poco tarde.

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Si se tiene un rato, la Laguna Nímez permite la observación de aves

Acabamos comiendo pizza en La lechuza, nuestro restaurante de referencia en El Calafate, aunque también recomendamos Pura Vida, también en la Avenida Libertador (número 1876). Es una comida más ecléctica y diferente. Esta bien para variar un poco.
Por la tarde, descanso, ya que el día siguiente sería largo.

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DÍA 22. Península Valdés
La noche antes de salir hacia Trelew fue larga porque más allá de las once de la noche Juan, el recepcionista supermajo que nos ayudó un montón todos los días, nos llamó cuando ya dormíamos para decirnos que el transfer vendría una hora antes porque el vuelo se había adelantado. Intranquilos, decidimos preguntarle el porqué del adelanto. Después de muchas gestiones con el recepcionista de la noche, adivinamos que el adelanto es porque Aerolíneas Argentinas ha decidido “regalarnos” con un viaje adicional (sin cargo) hasta el fin del mundo, la Tierra del Fuego. El tema es que no hay gente suficiente para el vuelo directo hasta Trelew, y nos obligan a pasar por Ushuaia para, inmediatamente, embarcarnos en el vuelo desde Ushuaia a Trelew.

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Foto de nuestro breve paso por Ushuaia "gentileza" de Aerolíneas Argentinas

La broma sólo nos hace perder una hora y poco, suficiente para, después de los trámites del alquiler del coche, llegar justitos a la pingüinera de Punta Tombo, a 120km de Trelew. Los pingüinos son una pasada y hay a miles. Están a metros, a centímetros si quieres, se cruzan por el camino, van por las pasarelas, aunque la mayoría están en los nidos, es época de incubar los huevos. Los pingüinos vuelven siempre a esta zona, incluso a los mismos nidos y son monógamos.

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El paseo por la pingüinera es toda una experiencia


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Los pingüinos los tienes muy muy cerca


Llegamos tarde a Puerto Madryn, y Eugenia (Mariú), la propietaria del Bed & Breakfast (Casa Patagónica), nos explica todo y nos comenta que el avistaje del día siguiente sería complicado por el viento. Habría que esperar.

DÍA 23. Península Valdés
Hoy tocaba la visita a la Península Valdés con el plato fuerte, el avistaje de ballenas. Las condiciones meteorológicas (fuerte viento) obligaban a cerrar Puerto Pirámides y después de preguntar en una de las empresas (Southen Spirit, la que nos recomendó Eugenia) nos dicen que tienen prevista una salida a las 15:30 si abren el puerto, pero no nos asegura nada. Como tenemos que visitar también la península, decidimos apostar sobre seguro y reservamos para el día siguiente por la mañana, que dan mejor tiempo. El día pasa entre carreteras de ripio, ballenas a lo lejos desde la playa, elefantes y lobos marinos, guanacos en el camino, algún pingüino más y más carretera de ripio. Decidimos acortar la ruta (menos mal) y volver a Puerto Madryn. Al día siguiente habría que madrugar.

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Elefante marino descansando en la playa


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La carretera de ripio obliga a tomarse el camino con calma

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Guanaco en la zona árida de la península

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Lobos marinos en la zona de Puerto Pirámides

DÍA 24. Península Valdés
Dudamos si pasar o no por la playa del Doradillo antes de ir a Península Valdés. Está de camino, pero es camino de ripio, pero se pueden ver, supuestamente, ballenas desde la playa.

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Después de un par de intentos fallidos, en la última playa…bingo! Un par, pero a lo lejos.

Llegamos puntuales a Puerto Pirámides y nos disponemos a vivir uno de los momentos más inolvidables del viaje.
Armados con los incómodos chalecos salvavidas subimos a la lancha/barco con capacidad para unas 40-50 personas. En poco tiempo llegamos a la altura donde alguno de los “animalicos” mora en esta época. La estrategia es: si no se va, e interactúa, nos quedamos a ver qué pasa. Los primeros momentos son emocionantes, cuando vemos a los rorcuales, enormes, a una distancia casi que diríamos que poco prudencial… Pero aún queda el plato fuerte, porque no muy lejos una de las ballenas “nos dedica” hasta tres saltos espectaculares y una inmersión para ver su imponente cola.

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Espectacular. La cámara con multidisparo saca humo y disfrutamos como enanos.

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Aunque pesan toneladas, su salto es realmente increíble

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El ballenato que está creciendo es más curioso, y se acerca a centímetros del barco.


Es impresionante. Después de la subida de adrenalina, toca volver a puerto y guardar para siempre en el recuerdo esta experiencia tan maravillosa.
Toca volver a Puerto Madryn porque hay que devolver el coche. Puerto Madryn no nos entusiasma, y decidimos dedicar la tarde al descanso, la recopilación de fotos y el envío de algún mail, aparte de hacer maletas y cenar algo.

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