Día 5: Vigo: 23 de Agosto 2010 (lunes)
Por la mañana teníamos pensado visitar las islas Cies. Como el embarcadero estaba a unos 20 metros del hotel, esperamos tomando café hasta que vimos que se formaba la cola para embarcar. En Vigo estaba nublado y habían caído algunas notas. No devuelven el importe del billete del barco, salvo que haya un temporal y el barco no salga, así que decidimos ir a las Cíes y visitarlas, aunque no pudiéramos bañarnos ni disfrutar de las playas.
La primera media hora de la travesía estuvo entretenida, pero el último tramo fue un calvario, ya que el temporal estaba precisamente sobre las Cíes y el barco parecía una montaña rusa. Nada más llegar, vimos que la gente que llegó en el barco anterior estaban parapetadas en el bar del embarcadero, porque estaba diluviando y hacía mucho viento. Viendo que la cosa iba a peor, decidimos poner pies en polvorosa, y nos hicimos los locos para embarcar en el mismo barco que nos había traído. Una vez de vuelta, comprobamos que había más gente que había optado por la misma pillería. Por la tarde en el hotel, coincidimos con una pareja que se alojaba allí y que fue en el barco con nosotros; ellos estuvieron en las Cíes hasta medio día y el tiempo empeoró aun más, temiendo incluso quedar allí atrapados, así que acertamos con la opción de dar la vuelta.
Esta es una foto que nos dio tiempo a sacar de la primera playa que os encontrais en las islas:
De todas formas aquí os dejo el plan que teníamos, por si la información os viene bien:
Esta es una foto que nos dio tiempo a sacar de la primera playa que os encontrais en las islas:

Plan Islas Cíes
Ferry: 18,50 € Naviera “Mar de Ons”
Comer:
- Bocatas
- Bar Serafín (en el extremo contrario a donde se desembarca en la playa de Rodas)
- Agua: Hay dos fuentes de agua potable, una cerca del Bar serafín y otra en el Muelle de Carracido.
De las cuatro playas que tiene la isla (en realidad son 2 islas unidas por una playa y una escollera): Rodas (la más grande y que une las islas), Figueiras (la segunda en tamaño y que le da la sombra de los árboles por la tarde), Viños (es un lateral de la playa de Rodas) y Nuestra Señora (es pequeña y sube la marea, pero es más tranquila tiene una cuantas rocas cerca de la orilla)
Como eran las 13.00 y estábamos de vuelta en el hotel, decidimos visitar tranquilamente el Mercado de la piedra y probar las otras que te sirven las ostreras. Más o menos te cueta un euro cada ostra (mínimo media docena), pero tienes que contar que debes comerlas en alguno de los bares o restaurantes que ahí por allí, donde te cobraran unos 2 € por los cubiertos y el limón y unos 9 € por media botella de Albariño. Eso sí, las ostras, de lujo.
Comimos en el restaurante O Grelo (calle de Areal 18), un sitio cercano no muy lejos del puerto y al que suelen ir los vigueses. Siguiendo la máxima de “donde fueres haz lo que vieres”, optamos por degustar la carne gallega, en vista que había dos parroquianos con unos chuletones que quitaban el hipo. Luego vimos que también sacaban unas espectaculares parrilladas de marisco. La comida, con una botella de vino, postre, café y un licor de café casero, nos costé 42 € para dos personas.(baratísimo). También nos habían recomendado otro sitio, justo al lado el restaurante “El Puerto” (Areal 30, donde se come pescado de gran calidad muy barato, pero estaba cerrado.
Por la tarde teníamos prevista una visita guiada por la ciudad (se organizan gratuitamente en la oficina de turismo que hay en el puerto, pero la cancelaron porque empezó a llover fuerte, así que nos quedamos descansando en el hotel. Por la tarde/noche se depejó, así que seguimos dando un paseo por el centro, luego por el puerto, tapeamos en un bar del puerto, y nos fuimos a dormir, para estar frescos al día siguiente.
Comimos en el restaurante O Grelo (calle de Areal 18), un sitio cercano no muy lejos del puerto y al que suelen ir los vigueses. Siguiendo la máxima de “donde fueres haz lo que vieres”, optamos por degustar la carne gallega, en vista que había dos parroquianos con unos chuletones que quitaban el hipo. Luego vimos que también sacaban unas espectaculares parrilladas de marisco. La comida, con una botella de vino, postre, café y un licor de café casero, nos costé 42 € para dos personas.(baratísimo). También nos habían recomendado otro sitio, justo al lado el restaurante “El Puerto” (Areal 30, donde se come pescado de gran calidad muy barato, pero estaba cerrado.
Por la tarde teníamos prevista una visita guiada por la ciudad (se organizan gratuitamente en la oficina de turismo que hay en el puerto, pero la cancelaron porque empezó a llover fuerte, así que nos quedamos descansando en el hotel. Por la tarde/noche se depejó, así que seguimos dando un paseo por el centro, luego por el puerto, tapeamos en un bar del puerto, y nos fuimos a dormir, para estar frescos al día siguiente.