Día4: Ourense-Vigo: 22 de Agosto 2010(domingo)
Distancia recorrida: 268 km
Alojamiento: Hotel Bahía de Vigo
Este día salimos temprano, pues antes de llegar a Vigo queríamos hacer una ruta que nos llevase hasta Tui, para luego entrar a Portugal y visitar Valenca y Ponte de Lima, regresando luego para visitar A Guarda y Baiona.
Ribadavia
La primera parada la hicimos en Ribadavia que está a menos de 30 kilómetros de Ourense. Esta localidad me sorprendió mucho, así que os recomiendo que si estais cerca no dejéis de visitarla. Tiene un bonito castillo, pero lo que más me gustó fue el barrio judío, por el que puedes callejear y sentirte por un momento transportado a la edad media. Está todo muy cerca, y en menos de media hora puedes visitar el pazo de los condes de Ribadavia, la muralla, la iglesia de Santa Magdalena, el barrio judío y el Castillo de los condes de Ribadavia. Además, aprovechamos para visitaren horno de Herminia, una señora mayor que hace dulces hebreos en un tradicional horno de leña al estilo tradicional (sin harina, solo con aceite, almendras, etc…). La mujer es encantadora, nos explico el funcionamiento del horno y la composición de los dulces. Nos compramos media docena y nos los comimos en la cafetería más cercana como desayuno; un auténtico manjar.
Tui
En un principio pensaba que Tui tendría poco interés y que era prácticamente un paso obligado para visitar las vecinas localidades portuguesas. Nada más lejos de la realidad. Merece la pena hacer un recorrido por sus calles, visitar las iglesias de Santo Domingo y San Telmo, entrar en su majestuosa catedral y admirar las vistas sobre el rio, divisando a lo lejos la orilla portuguesa y la fortaleza de Valenca.
Valenca
Desde Tui, cruzando un puente pasamos a Valenca. Si vais a visitar Portugal, os recomiendo llenar antes el depósito, pues la gasolina allí es mucho más cara. De hecho, hacedlo antes de llegar a Tui, porque suele haber una gran cola en la gasolinera de portugueses que cruzan la frontera para llenar el depósito.
En Valenca, lo más destacable es su recinto amurallado, dentro del cual hay un gran número de tiendas. Dentro hay un par de aparcamientos y solo cobraban 1,50 € (igual hasta teneis suerte y encontráis aparcamiento gratis). Recorrereis pequeñas calles con edificios de azulejo, balcones forjados y celosías. Si teneis pensado comer allí, salid del recinto amurallado y dirigiros al famoso “Ze María” (Avenida Dr Tito Fontes Ed Bruxelas 20, junto al LIDL), para comer su famoso bacalao a la portuguesa (mucho mejor y más barato que los restaurantes para turistas del centro)
En Valenca, lo más destacable es su recinto amurallado, dentro del cual hay un gran número de tiendas. Dentro hay un par de aparcamientos y solo cobraban 1,50 € (igual hasta teneis suerte y encontráis aparcamiento gratis). Recorrereis pequeñas calles con edificios de azulejo, balcones forjados y celosías. Si teneis pensado comer allí, salid del recinto amurallado y dirigiros al famoso “Ze María” (Avenida Dr Tito Fontes Ed Bruxelas 20, junto al LIDL), para comer su famoso bacalao a la portuguesa (mucho mejor y más barato que los restaurantes para turistas del centro)
Y no dejeis de contemplar las vistas de Tui, desde el otro lado de la orilla
Ponte de Lima
Desde Valenca, nos dirigimos a Ponte de Lima. Se tarda unos 20 minutos por una estupenda autopista.
Dicen que Ponte de Lima es uno de los pueblos más antiguos de Europa. Es un pequeño pueblo, tranquilo, donde lo más destacable es el puente romano que cruza el rio y sus jardines. Veréis que en una orilla hay un soldado romano a caballo y en otra unas figuras de soldados a pie. Estas figuras representan a la legion romana situada y comandada por Decius Junius Brutus en la margen izquierda del rio Lima en el año 135 a.C. Cuenta le leyenda que las tropas se negaban a atravesar dicho rio porque había una leyenda según la cual todo aquel que atravesara rio Lethes se le olvidaria de la memoria todos sus recuerdos.
Los soldados romanos se negaron a atravesarlo, entonces el Comandante romano lo atravesó y llamó a cada soldado por su nombre, así fue la forma de probar que no era el rio del olvido.
Comimos en el restaurante Encanada (Passeio 25 de Abril). Es un restaurante grande de dos plantas fácil de localizar. Pedimos sarrabulho, que es una especie de guiso de matanza con un arroz caldoso y bacalao de la casa, acompañado de vinho verde y unos entremeses. Todo esto más los cafés, aproximadamente 40 €, y os aseguro que con un plato comían dos personas.
Dicen que Ponte de Lima es uno de los pueblos más antiguos de Europa. Es un pequeño pueblo, tranquilo, donde lo más destacable es el puente romano que cruza el rio y sus jardines. Veréis que en una orilla hay un soldado romano a caballo y en otra unas figuras de soldados a pie. Estas figuras representan a la legion romana situada y comandada por Decius Junius Brutus en la margen izquierda del rio Lima en el año 135 a.C. Cuenta le leyenda que las tropas se negaban a atravesar dicho rio porque había una leyenda según la cual todo aquel que atravesara rio Lethes se le olvidaria de la memoria todos sus recuerdos.
Los soldados romanos se negaron a atravesarlo, entonces el Comandante romano lo atravesó y llamó a cada soldado por su nombre, así fue la forma de probar que no era el rio del olvido.
Comimos en el restaurante Encanada (Passeio 25 de Abril). Es un restaurante grande de dos plantas fácil de localizar. Pedimos sarrabulho, que es una especie de guiso de matanza con un arroz caldoso y bacalao de la casa, acompañado de vinho verde y unos entremeses. Todo esto más los cafés, aproximadamente 40 €, y os aseguro que con un plato comían dos personas.
A Guarda
Después de comer, emprendimos nuestro camino por Ponte de Lima. La verdad es que se hizo un poco pesado, ya que tras un primer tramo por autovía, debimos coger una carretera nacional bastante transitada.
Subimos al Monte Santa Tecla, y a media subida, nos encontramos una pequeña sorpresa desagradable: había un atasco de unos 10 0 12 vehículos en plena cuesta. El motivo era que es plena carretera han instalado una especie de caseta donde te cobran una especie de “peaje”, de 80 céntimos para visitar las ruinas del castro celta. Pienso que podrían cobrar la entrada arriba y no en mitad de la carretera formando esos atascos. Una vez en la cima, nos llevamos una gran decepción: había mucha niebla y de las espectaculares vistas, nada de nada. Posteriormente, en Vigo, la chica que atendía la oficina de turismo nos dijo que ella había ido allí tres veces con y siempre pilló niebla. Así que ya sabéis, si veis que es un día con nubes o desde abajo veis algo de bruma, no os molestéis en subir. Respecto a las ruinas del poblado celta, yo acabe mosqueado. Por allí había un montón de turistas y niños, brincando como cabras locas de piedra en piedra, lo cual no debe ser nada bueno para unas ruinas que tienen varios siglos; en vez de una persona asaltando a los visitantes en mitad de la carretera para recaudar 80 miserables céntimos, pienso que bien podrían poner a alguien que vigilase que la gente no destrozase el lugar.
Subimos al Monte Santa Tecla, y a media subida, nos encontramos una pequeña sorpresa desagradable: había un atasco de unos 10 0 12 vehículos en plena cuesta. El motivo era que es plena carretera han instalado una especie de caseta donde te cobran una especie de “peaje”, de 80 céntimos para visitar las ruinas del castro celta. Pienso que podrían cobrar la entrada arriba y no en mitad de la carretera formando esos atascos. Una vez en la cima, nos llevamos una gran decepción: había mucha niebla y de las espectaculares vistas, nada de nada. Posteriormente, en Vigo, la chica que atendía la oficina de turismo nos dijo que ella había ido allí tres veces con y siempre pilló niebla. Así que ya sabéis, si veis que es un día con nubes o desde abajo veis algo de bruma, no os molestéis en subir. Respecto a las ruinas del poblado celta, yo acabe mosqueado. Por allí había un montón de turistas y niños, brincando como cabras locas de piedra en piedra, lo cual no debe ser nada bueno para unas ruinas que tienen varios siglos; en vez de una persona asaltando a los visitantes en mitad de la carretera para recaudar 80 miserables céntimos, pienso que bien podrían poner a alguien que vigilase que la gente no destrozase el lugar.
Baiona
Desde A Guarda nos dirigimos a Baiona por una carretera secundaria (PO 552); en mitad del recorrido empezó a llover con insistencia, así que desistimos de visitar esta localidad, ya que empezaba a hacerse tarde y la lluvia no paraba.
Vigo
Como digo, desistimos de visitar Baiona por la lluvia y llegamos a Vigo, donde ocupamos nuestra habitación en el hotel, descansamos un poco y salimos a dar una vuelta por el centro de l a ciudad.
Si os alojais en este hotel (Bahía de Vigo) os recomiendo que pidais la habitación con vistas al mar; yo creo que merece la pena, porque fijaros que cara se me quedó al abrir la ventana y ver esto:
El barquito que eis es el que lleva a las islas Cies y se embarca ahí mismo.