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A eso de las 8 ya estábamos despiertos y bajamos a desayunar al buffet del hotel que lo llevábamos incluido en el precio de la habitación. No era muy grande, pero suficiente para coger fuerzas (bollería, tostadas, fiambres, ensalada, bacon, etc). Salimos del hotel andando hacia el metro Mustek, en la esquina Vodičkova / Wenceslas Square sacamos dinero de un cajero (creo que nos cobraron 3 € de comisión por 200 €). Bajamos al metro Mustek y compramos tickets para el transporte público. Una vez comprados fuimos andando hasta Karlovo náměstí, donde cogimos el tranvía 22 hasta Prazsky Hrad. El tranvía en unos 15 minutos nos dejó a la entrada del Castillo, en la parte alta de la ciudad. Pasamos al Castillo y compramos la entrada con el itinerario largo y una audio guía. Lo de la audio guía es una lata aunque sin ella no te enteras de nada. Pasamos por allí la mañana entera, visitando la zona del castillo, la catedral de San Vito, la Basílica de San Jorge y el Callejón del Oro. Al final de este se sale a unos miradores donde hay unas vistas muy buenas de la ciudad.
Era domingo y a las 12 pudimos ver el cambio de guardia. Desde allí subimos paseando hacia la Iglesia de la Virgen de Loreto (sólo la vimos por fuera). Buscando por la zona unos aseos públicos (por cierto pagando unos 50 céntimos podemos acceder a unos baños verdaderamente limpios) dimos con el Monasterio de Strahov (aqui visitamos la iglesia de la Asunción de la Virgen María que recomiendo a todos que entreis, aunque sólo se pueda ver desde la entrada merece la pena, y la biblioteca, aunque parte de esta estaba en obras):
Detrás del Monasterio de Strahov comienza la bajada hacia Mala Strana. Desde arriba aprovechamos para hacer una bonita foto de la ciudad con esa bruma:
Continuamos bajando por la calle Üvoz para desembocar en la calle Nerudova, con mucho ambiente, muchos bares y casas de arquitectura singular. Paramos a a comer y a descansar para reponernos del frío que habíamos pasado (coca cola y cerveza, hamburguesa, fajitas, ensalada y café, unos 30 €, no recuerdo el nombre del bar). Una vez con el estómago lleno seguimos andando por Mala Strana hasta llegar al puente de Carlos. Aun no lo cruzamos y aprovechamos para pasear por la Isla de Kampa, ir al muro de Lennon. Esta es una zona donde merece la pena perderse y pasear tranquilamente (siempre que el frío lo permita). Es muy tranquila y apenas se oyen ruidos. Después fuimos directos a la calle estrecha que tiene un semáforo para personas y que podreis encontar en esta dirección: Cihelná / U lužického semináře. Nosotros no tuvimos problemas para bajar, pero creo que en verano este acceso está restringido a clientes del restaurante. Este es un sitio desde donde se ve todo el puente de Carlos y verdaderamente es muy bonito:
Aquí me quedé sin batería en la cámara y como estaba anocheciendo (eran las 16:30) nos fuimos paseando hasta el hotel. Cruzamos el puente y estaba abarrotado, callejeamos por la zona de la Ciudad Vieja ya de noche y todo era muy bonito.
Llegamos al hotel y nos arreglamos para ir a la ópera. La obra Carmen de Bizet, verdaderamente espectacular, no tengo palabras, repetiría sin lugar a dudas. El teatro de la ópera estaba a escaso 10 minutos andando de nuestro hotel.
Cuando salimos compramos algo de comida en el KFC de la Plaza de Wenceslao y lo comimos en la habitación recordando todo lo que ese día visitamos. Aquí hago un inciso para recomendar que el recorrido desde la Plaza de Wenceslao hasta el Hotel Sonata se realice por la acera derecha en el lado opuesto al parque, ya que el ambiente cuando anochece es bastante intranquilizante….no vimos nada raro, pero más vale prevenir…..
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