A la selva china y a comer comida cantonesa ✏️ Diarios de Viajes de China

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XIMPING 20-JUNIO-2010


La mayoría de los turistas que vistan la fantástica zona del rió Li, se quedan en Guilin(preciosa ciudad) y contratan el crucero aquí, en un barco lleno de turistas que recorre unos km de este rió. Unos pocos van hasta la ciudad de yangsuho a 1h y media, por ser esta ciudad un punto de partida más rural y realista. Nosotros decidimos ir un poco más allí e ir hasta Xmping a 1h de Yangsuho, para poder meternos más en la china rural.
La aventura empezó en Guilin, en frente del hostal un autobús iba dando vueltas llamando a gritos “Yangsuho”, así qué nos subimos, aun tardo media horita más en salir. Tiempo en el que hablamos con un chino encantador que nos dijo lo que teniamos que pagar(7 yuanes) para que no nos timara el del autobús.
Yangsuho, situada a la orilla del rió Li es una ciudad relativamente grande, tiene edificaciones modernas, pero a la vez conserva el encanto de los mercados y puestos rurales, no tuvimos casi tiempo de explorarla ya que enseguida salió nuestro autobús.
Para ir a Ximping montamos en un mini bus en la misma estación de autobuses, íbamos acompañados de niños qué volvían a sus casas del colegio, adultos con melones, sandias, gallinas…….El viaje resultó ser encantador, ya qué aunque la carretera era mala, el paisaje te embriagaba de tal manera que casi ni notabas las curvas. Los arrozales , las formaciones krasticas, los frondosos bosques de bambú se sucedían como si de un paisaje de ensueño se tratara. Los campesinos acompañados de sus vacas, con sombreros vietnamitas algunos y la total ausencia de turistas creaban una estampa de postal.
Ximping en la confluencia de dos ríos es una preciosa aldea de casitas de madera y barcas de bambú. Cogimos habitación en una casa de huéspedes al final del pueblo, casi en el puerto(15 euros), esta tenia vistas al rió Li y un columpio de madera en el balcón.

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Como hacia un día de perros decidimos ir a dar un paseo por el pueblo, hacer unas fotos e irnos a dormir, no sin antes probar los pinchitos de carne de un puesto cercano, los cuales no pudimos terminar por que picaban como nada que yo haya probado.
Recomiendo que lo primero que se aprenda a decir en chino sea pu-late(sin picante), que aun asi pican.



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XIMPING 21-JUNIO-2010



Desayunamos lo qué se desayuna en china, una mazorca de maíz y un huevo cocido en té( tienen mal aspecto pero están buenísimos), los cuales por cierto el primer día que los compre, los tiré a la basura pensando que estaban malos, jejejeje .
Salimos en busca de un barquero que nos dijera que las niñas bonitas no pagábamos dinero. En su lugar encontramos una señora que nos ofreció un paseo en barca de bambú por 5 euros cada uno. Aunque el día no había salido mucho mejor qué el anterior y la niebla cubría los picos no nos íbamos a ir de allí sin el paseo. Montamos en una barca de troncos de bambú con un desvencijado techo y unas sillas(de las de casa) para sentarte.
Como por arte de magia las nubes decidieron retirarse y el sol hizo acto de presencia revelando un paisaje de cuento de hadas. Las montañas(cientos) como dedos verdes de un gigante, enmarcaban un crecido rió, salpicado de islas cubiertas de bambú y bandadas de patos chapoteando en las orillas.
La experiencia de navegar por el rió en una barca para nosotros solos, en un paisaje tan maravilloso es algo que nunca olvidaré.
Fueron 2h de paseo y al regresar decidimos subir a una montaña que hay en Ximping y que ví, recomendada en un blog como el único lugar de china en el qué no hay que pagar (cierto).
La subida no apta para los que tengan vértigo pasaba primero por un típico cementerio rural chino (muy interesante), para después adentrarse en la vegetación selvática. Llega un punto cuando aflora la piedra descarnada, en el que la mano del hombre ha tenido que mediar en el ascenso en forma de escaleras y barandillas, es en este punto cuando el vértigo hace mella en la moral(sobre todo en el descenso).Al llegar arriba, las penurias se ven compensadas por las sensaciones que se experimentan en una paz total. Las vistas sublimes, los sonidos, el tacto de la brisa, el olor de la vegetación…
Al bajar decidimos dar un paseo por el pueblo y descansar, ya que estos habían sido (y serian) los dos únicos días de autentico relax en el viaje.


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PING´AN 22-JUNIO-2010




Nos levantamos pronto, pues teníamos un largo día de autobuses, primero desandamos el camino hecho hacia dos días para llegar de nuevo a Guilin. Una vez allí cojimos un autobús hasta Longshen( 2 h) y cuando llegamos a Longshen (20 yuanes) estaba esperando un mini bus que partía hacia nuestro destino en el mismo sitio donde paramos.
La carretera hasta Ping´an, era una preciosa carretera de montaña encajonada entre montañas plagadas de bambú de diversos colores. Numerosos torrentes de agua salpicaban el paisaje de cascadas y rápidos que acrecentaban aun más la sensación de paraíso y hacía más amena la hora y media de recorrido.
Por fin llegamos al poblado de la etnia Zhuang, que dormita en medio de los arrozales del espinazo del dragón, previo pago eso si de 6 euros por entrar a la zona.
Si hay algo que caracteriza a este poblado es la paz que se respira. Al estar encajonado en una ladera todo es cuesta entre arrozales. Las casas de madera no desentonan con el paisaje y el sistema de alcantarillado que aprovecha los torrentes es una maravilla. En los pocos huecos que dejan las casas, ves corrales de animales, pequeños huertos y encantadores bosquecillos de bambú.
Nada más llegar nos recibieron las mujeres de la etnia zhuang. Estas son de rasgos orientales pero muy morenas de piel, una de las peculiaridades que tienen las mujeres es que nunca se cortan el pelo, el cual tienen muy cuidado, largo, brillante y de un color negro azabache. Se lo recogen enrollado en un peculiar sombrero.
Dormimos en una encantadora casa de madera (10euros) con vistas a los arrozales y rezando para que en la mañana las brumas y la lluvia tomaran otro camino.
Nos levantamos con las primeras luces para tener el placer de ver el paisaje solos , ya que a partir de las 10 de la mañana empiezan a llegar turistas en autobuses desde Guilin.
Tuvimos la fortuna de disfrutar de un par de horas de sol y disfrutar del espectacular paisaje que supone la mezcla de lo humano y lo natural. Personalmente creo que es lo que mas me gusto de china, los cientos y cientos de terrazas robadas a la montaña, rebosantes de agua, que simulaban un corredor de espejos, le daba un aire surrealista. El sonido del líquido elemento correteando por las canaletas de bambú, que comunicaban las diferentes terrazas, creaba una paz en consonancia con el lugar.
El momento de coger un autobús a Guilin de vuelta (hay tres al día) nos despertó del sueño… Cogimos las maletas y cuando estábamos ya subidos en el autobús, nos ofrecieron ir a Guilin directamente en la furgoneta de dos lugareños, después de regatear 5 minutos convinimos un precio inferior al que nos hubiesen costado los dos autobuses de vuelta a guilin (35 yuanes). Montamos nosotros dos, una chica venezolana y dos chicos mexicanos.
Comenzó la carrera, a día de hoy todavía sigo buscando por Internet a ver si el chino aquel era campeón de ralis o algo por el estilo. Que miedo pasamos, Carlos y yo que íbamos en el medio, teníamos cinturones de seguridad (aunque no creo que hubiesen servido de mucho a 200 por hora), pero los chicos sudamericanos no tenían ni una triste asa. Los adelantamientos en curvas imposibles, mientras el conductor aporreaba el claxon impasible, avisando a los que venían en dirección contraria de que se apartaran.Adelantamos camiones, furgonetas, motocicletas, burros, hicimos adelantamientos a tres bandas, obligamos a los conductores que venían de frente a echarse a un lado para evitar la colisión, nos colamos en los peajes, sorteamos las obras, vamos un sin fin de barbaridades que tuvieron su culminación cuando en una curva cerrada y presintiendo el choque, la adrenalina que rebosaba de todos nuestros poros nos hizo gritar al unísono que detuviera aquel despropósito o nos bajábamos sin pagarle ni un yuan.
Por fin llegamos a Guilin, nos costó 2h desandar el camino que el día anterior nos había llevado 4h y media. Así que aprovechamos para visitar la ciudad antes de ir a coger el tren.

El rió li parte en dos esta ciudad bastante bien ordenada y moderna. Sin duda lo mas destacable es el parque de las siete estrellas, un precioso jardín chino con una cueva iluminada, un zoológico con pandas entre otros muchos animales, cascadas, lagos, puestos de comida y monos ladrones en cada esquina. Entrar cuesta unos 15 euros pero merce la pena visitarlo, entrar en la cueva, tener la posibilidad e ver osos panda rojos y blancos a un palmo de tú cara, comer en la orilla de una cascada…..
Como aun nos sobraba tiempo, decidimos darnos un masaje de pies en uno de los muchos locales que invaden Guilin. Nos atendieron dos chinas, una de ellas bastante robusta(le toco a Carlos) que nos dieron un reconfortante y doloroso masaje entre risas, preguntas en chino, contestaciones en español e ingles por nuestra parte y más risas porque obviamente no nos entendíamos. Entre medias nos sacaron unos vasos de agua helada que Carlos no quiso tomarse por si era un local de trafico de órganos y lo que realmente pretendían era dormirnos con somníferos en el agua, para después despertarnos con una inmensa cicatriz en el abdomen o peor aun sin órganos y acabando de menú en algún puesto de comida china. Todo culpa de hoolywood.

Salió el tren gauangzhou, esta vez teníamos litera blanda, que para nuestra decepción las diferencias estaban en que el compartimento era de cuatro y las ventanas tenían puntillas…..Eso si nuestros acompañantes estaban mucho mejor vestidos, se notaba que habíamos pagado el doble por nada.



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GUANGZHOU 23-JUNIO-2010



Guangzohu (antigua Cantón), la capital de la provincia de Guangdong y puerta de entrada a hong kong y Macao, es una cosmopolita ciudad donde se mezcla la modernidad de una de las ciudades mas grandes de china(área metropolitana 9 mill), con el aroma colonial del que fue uno de los más importantes puertos comerciales abiertos a Europa.
Esta, es una de las ciudades industrialmente más activas de china, de hecho casi todas las imitaciones que se pueden comprar en este inmenso país proceden de aquí.
En nustra visita vimos unos cuantos macro mercados de venta al por mayor con cientos de puestos de zapatillas, ropa interior, camisetas, cinturones, etc…….Llama la atención tb el mercado de animales y el de especias.
Lo primero que hicimos nada mas llegar fue dejar las maletas en consigna e irnos a ver el parque del Yeyu, un verde remanso de paz en medio de los rascacielos. Las vistas desde lo más alto del parque son realmente excepcionales.

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Paseando por el no solo contemplas los jardines y monumentos, si no que también te ayuda a hacerte una idea del modo de vida de los chinos en su tiempo libre. Una de las cosas que más me llamo la atención en este peculiar país, es precisamente el uso que sus habitantes hacen de los parques. Paseos, practicas de deportes, baile y demás actividades.
Agobiados por el calor decidimos comprarnos un helado, presintiendo el problema que iba a ser conocer los sabores y presuponiendo que al ser un helado cualquiera estaría más o menos bien. Escogimos dos, yo uno que tenia aspecto de limón y que al final resulto ser algo parecido, y Carlos uno con aspecto de helado de fresa y que cuando comenzó a masticar nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos, no solo por el sabor, que era repulsivo, si no por que con el primer bocado empezaron a surgir alubias rojas entre el hielo. Al final compartimos el mío…..
Después del parque fuimos a visitar la tumba del rey yue. Resulto ser un precioso museo moderno en cuyo interior se encontraba la tumba, las excavaciones y lo allí encontrado, muy recomendable.
Después de comer visitamos la isla de Shamian, en ella es donde vivían franceses, ingleses y portugueses cuando la ciudad era un importante puerto comercial. Antiguamente flanqueada por murallas hoy conserva los restaurados edificios coloniales, las calles ordenadas al modo europeo, las fuentes, los jardines. Realmente es como adentrarte en el autentico cantón colonial.
Paseando por la zona más moderna de la ciudad, encontramos escondida entre edificios y carteles de neón la impresionante iglesia neogótica del sagrado corazón y por un momento nos sentimos en Paris. Construida por un arquitecto francés hace más de un siglo destaca sobre todo lo demás precisamente por lo diferente.

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Aun tuvimos tiempo para pasear por los enormes mercados, comprar cientos de calzoncillos por 1euro, bolsas por 5, etc… antes de ir a coger el avión a huangshan.

Sobre Guangzohu se había instalado un impresionante mar de nubes oscuras que nos acompañarían el resto del viaje.
Llegamos al aeropuerto, bastante moderno y organizado. Tuvimos el primer disgusto, todos los vuelos se habían retrasado. Lo que había empezado como un retraso de una hora, se acabó convirtiendo en cinco, con el agravante de que nadie hablaba ingles allí, así que no pudimos enterarnos de nada, aunque supusimos que sería por el tiempo.
Al pasar las cuatro primeras horas y como consecuencia de la poca información que daban por parte del aeropuerto, los chinos allí presentes se lanzaron a una batalla campal(inimaginable en España). Asaltaron a una azafata que llevaba la comida para el avión y le robaron las cajas de latas y galletas, repartiéndolas entre todos los presentes. Cuando alguien se acercaba a informar la emprendían a gritos e insultos(esto ultimo no lo puedo asegurar ya que era en chino), llegando a arrojarle cajas de comida(que a primera hora nos habían dado) con la comida dentro, e incluso a amenazarle con los pivotes de separación. Vamos muy comunista todo, ahí temimos que se montara la de tiananmen y viniera el ejercito a desalojarnos….
Por fin despegamos. Pasamos dos horas de vuelo con las turbulencias más impresionantes que haya visto.
Llegamos a Huangshan a las 4 de la mañana y aun había taxis esperando, eso si ni taxímetro ni leches, 20 yuanes inegociables.




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