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Nos despertamos muy pronto, a las 5.45. El desayuno regular, eso sí, cogimos unos pedazos de pan para comer en Petra a nuestro ritmo, trajimos envasado al vacío desde España. Cogimos ropa de abrigo y buena ropa de senderismo. Yo estaba un poco nerviosa, había mucha niebla y llovía un poco, ¡Qué mala suerte! Nos recogían a las 7:10 y a las 7:30 estábamos en Petra, fuimos de los primeros en llegar. Gracias al cielo, la niebla se fue, se abrieron las nubes y el día fue genial.
En primer lugar me gustaría agradecer a Paulara del foro su relato sobre Petra. Nos inspiramos en ella para nuestro recorrido, mil gracias. Ella comentó que un día en Petra es poco y realmente lo es, así que tuvimos que explotarlo al máximo si queríamos ver mucho. Además a las 16:30 - 17 es de noche en enero y había que correr.
Cruzamos el Siq prácticamente sólos, una maravilla, tan temprano, sólo el grupo de 20 que éramos. Llegamos al tesoro, muy emocionados, pero una vez allí, nos separamos del grupo. El guía se mostraba reticente, por si nos perdías, pero como nos vió "apañaos" no puso problemas, y quedamos a las 16:30 en la salida de Petra para devolvernos al hotel.
Vimos el teatro y retrocedimos justo enfrente de la Tumba de Unayshu y comenzamos a subir. Mi pareja iba muy muy deprisa, porque es muy atlético. Lo que se subía en 50 min, lo hicimos en 25 y era demasiado caña…pero llegamos como a las 9:00 de la mañana. Tanto la subida, como el paisaje que se va contemplando, unido con la poca gente que hay, hace que merezca la pena. El camino no se me hizo muy largo, pero si bastante empinado. Llegamos los 2 obeliscos y a la derecha, sale un camino que lleva al Altar de los Sacrificios…las vistas desde allí son maravillosas. Se ve toda la ciudad, bajo mi punto de vista, el paisaje es mejor que desde el monasterio. También se divisa la tumba de Aarón desde allí. Mirad que panorámica...
Bajamos por el otro lado pasando por la fuente del león, y por las tumbas del soldado romano, del renacimiento, el Triclinium del jardín… es totalmente maravilloso.
Además hay multitud de beduinos auténticos, nos tomamos el té con una anciana. Al bajar del todo, tras las tumbas hay dos senderos: Uno hacia la izquierda que lleva al Palacio de la Niña, y otro hacia la derecha que lleva hasta las tumbas reales.
Fuimos a ver tres de ellas: La de la Urna, la de la Seda y la Corintia. Y paseamos por la calle columnada, por el ninfeo, hasta llegar al Palacio de la Niña. Retrocedimos un poco, para ver la iglesia bizantina y bajamos hacia la subida al Monasterio.
Emprendimos la subida al Monasterio, a mí me pareció más tediosa, no acababa nunca… pero porque eran las 12:30 o así. Cuando subíamos bajaban los compañeros de grupo (que nos llevaban ventaja, porque ellos no habían subido al altar de los sacrificios). La subida es bonita, pero me gustó más la subida al altar, y además había bastante más gente. Eso sí, hay un par de... precipicios que no veas!
Eso sí, merece la pena llegar, sobre todo porque el Monasterio es más bonito que el Tesoro, aunque éste sea más conocido. Además, subimos a los miradores del Fin del Mundo y el más conocido , el Grand View, así son los carteles:
Lo recomendó la forera Paulara, pero es cierto. Subid, subid y subid! Merece la pena totalmente, la sensación es maravillosa, el paisaje increíble. Israel frente a nosotros.
Y allí arriba, viendo esta panorámica, sólos, alucinados, nos comimos el jamón de bellota en honor a nuestra tierra, con plan árabe, uniendo las dos culturas a nuestra manera (con todos los respetos al islamismo).
La bajada es genial, a mí me dolían los tobillos a rabiar… pero bueno, paramos a tomarnos un té con unos beduinos, pasamos un gran rato con ellos hablando del país, del clima, de su modo de vida…
Cuando bajas, Petra ha cambiado la paleta de colores, y se torna más calida, más rosa, más genial. Eran las 15.15 y teníamos una hora para llegar a la salida. El sol salió entre las nubes, y nos dió esta estampa...
Tranquilamente, hicimos el camino a la inversa, volvimos a admirar el tesoro, y la maravilla nabatea a nuestro paso.
La salida del Siq me encantó, no podía dejar de mirar los colores, estaba agotada, pero maravillada, cuánto arte y qué delicado. Y qué diferencia de gente, como véis, en la salida el Siq estaba abarrotado.
El Siq está en cuesta ligeramente al salir… cómo me pesaban las botas a esa hora!!! Cuando llegamos, estuvimos estirando bien, bien…
Y AHORA VIENE LA SORPRESA! Nuestro guía nos llevó al hotel y nos preguntó que si queríamos ir a un Hammán auténtico. Los 6 viajeros del mismo hotel: Guille, Inma, Visi, Concha, Víctor y yo dijimos que sí… pero nunca pensaríamos que la experiencia sería tan genial. Marcos Khaled hizo las gestiones con el Sella Turkish Bath.
A las 18:00 hs, nos vinieron a buscar al hotel en 2 jeeps y nos metieron en el Ammán. Allí nos dieron una toalla y nos metimos en un vestuario separado por sexos. El personal no hablaba casi ni inglés, así que fue genial.
Nos hicieron entrar en una sala con baño turco, mucho mucho vapor, durante unos 10 minutos. Después reposamos en unas piedras calientes y nos hicieron un masaje. A las mujeres, personal femenino y a los hombres, masajistas masculinos. El masaje fue espectacular: Me hicieron pasar a un cuartito lleno de vapor. Me regaron con agua caliente, y me exfoliaron con guante de crin, dejándome suave todo el cuerpo. Después masajeó cráneo, espalda, piernas, rostro, pecho, barriga…. Que rico… en un aura casi mágica, entre vapor y con un aceite genial. La chica era oriental, como tailandesa y yo no paraba de sonreír y decirle shukran, shukran (gracias!). No paraba de echarme agua calentita. Después me duché y reposé en las piedras calientes.
Cada uno tuvo su masaje de dos en dos, y terminó con un rico té. Nos cobraron 20 JOD por el baño a cada uno y el translado, me pareció un buen precio. Nos devolvieron al hotel y bajamos a cenar los 6 juntos. Probamos el vino St George, jordano y muy rico. No parábamos de reírnos y de comentar este día tan bueno, tan completo, tan precioso… pero estábamos muertos y nos fuimos pronto a dormir. Era sábado y no había visita nocturna, así que ni nos lo planteamos, ¡claro!.
Imperdible:
Subir al altar, subir al altar!
No me gustó:
Lo descuidada que es la gente. Por favor, cuidad Petra, no lo toquéis, no os encaraméis a las piedras, que no se note vuestro paso, para que siga siendo una maravilla. Es una ciudad de arena rosa y a cada paso del turista se estropea… Que siga el fuego, el olor a té, que no se rompa nunca.
Me dejé en el tintero
Nada, aprovechamos al máximo. Pero volveremos a la tumba de Aarón y a la montaña de Al-Khubthah
Volverías?
Volveremos, y subiremos a la tumba de Aaron!
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