Salimos bien temprano para visitar el Bodensee o Lago Constanza. Vale la pena hacer tantos kilómetros. Es uno de los recuerdos más bonitos del viaje.
Aparcamos en Konstanz (en el parking de Aldstadt, en la calle Untere Laube), la ciudad más grande de las orillas del Bodensee, un lago de 536 km cuadrados, que comparte orillas con Alemania, Suiza y Austria. Hacía un día perfecto, sol y buena temperatura. Lo demás ya lo puso esta maravillosa ciudad (aquí puede descargarse un pdf con dos recorridos por la ciudad y explicación de los monumentos: www.konstanz.de/es/02422/index.html).
Desde Stephanplatz y dejando atrás la Iglesia de S. Esteban, llegamos a la imponente Catedral de Nuestra Señora y seguimos en dirección al lago y tras un paso subterráneo, aparecimos enfrente de la Seestrasse, donde están el antiguo Monasterio de Peterhausen y casas art nouveau.
Aparcamos en Konstanz (en el parking de Aldstadt, en la calle Untere Laube), la ciudad más grande de las orillas del Bodensee, un lago de 536 km cuadrados, que comparte orillas con Alemania, Suiza y Austria. Hacía un día perfecto, sol y buena temperatura. Lo demás ya lo puso esta maravillosa ciudad (aquí puede descargarse un pdf con dos recorridos por la ciudad y explicación de los monumentos: www.konstanz.de/es/02422/index.html).
Desde Stephanplatz y dejando atrás la Iglesia de S. Esteban, llegamos a la imponente Catedral de Nuestra Señora y seguimos en dirección al lago y tras un paso subterráneo, aparecimos enfrente de la Seestrasse, donde están el antiguo Monasterio de Peterhausen y casas art nouveau.
A partir de aquí, las vistas hacia el lago y hacia la ciudad hablan por sí solas:

El paseo por el Stadtgarten...

...nos acercaba poco a poco a la imponente Imperia...

... que preside el puerto.
En esta parte que da al lago está también el edificio llamado Konzil y la Statue Graf Zeppelín, levantada en memoria de Ferdinand von Zeppelin, noble e inventor alemán nacido en la ciudad y fundador de la compañía de dirigibles Zeppelin.
En esta parte que da al lago está también el edificio llamado Konzil y la Statue Graf Zeppelín, levantada en memoria de Ferdinand von Zeppelin, noble e inventor alemán nacido en la ciudad y fundador de la compañía de dirigibles Zeppelin.

La sugerente Imperia es realmente impresionante...

...con sus 9 metros de altura y sus 18 toneladas de peso.
Estuvimos un buen rato contemplando la vida en el puerto, el ir y venir de la gente, la llegada y salida de los barcos… En una terraza nos tomamos un refresco antes de adentrarnos en la ciudad. Por la Marksttäte llegamos al Rathaus y paseamos por la comercial Rosgartenstrasse, donde comimos en el Nordsee por 20€ (pescado gratinado con queso y champiñones –Seelachs Uberbacken-, unas piezas de maki y sushi y dos bebidas).
La Insel Reichenau tampoco nos decepcionó. Aparcamos con la rueda horaria cerca del lago y paseamos hasta llegar a la Kloster de Reichenau y a la Catedral de santa María y san Marcos.
Estuvimos un buen rato contemplando la vida en el puerto, el ir y venir de la gente, la llegada y salida de los barcos… En una terraza nos tomamos un refresco antes de adentrarnos en la ciudad. Por la Marksttäte llegamos al Rathaus y paseamos por la comercial Rosgartenstrasse, donde comimos en el Nordsee por 20€ (pescado gratinado con queso y champiñones –Seelachs Uberbacken-, unas piezas de maki y sushi y dos bebidas).
La Insel Reichenau tampoco nos decepcionó. Aparcamos con la rueda horaria cerca del lago y paseamos hasta llegar a la Kloster de Reichenau y a la Catedral de santa María y san Marcos.

Las casas guardan la arquitectura tradicional.

Enfrente está el pueblo de Allensbach, en la otra orilla.
Bonita estampa para acabar el día:
