El plato fuerte del día sería el Palacio de Verano, y vaya si lo fue, pero antes hicimos una visita a la Plaza de Tian’anmen, que el día de la Ciudad Prohibida no la pudimos ver por lo que os conté del pintor (…) La Plaza en sí impresiona, sobre todo al pensar en los acontecimientos que tuvieron lugar en ella. Una cola larguísima para el mausoleo de Mao, de la que pasamos, y nos encaminamos, vía metro, como siempre, al Palacio de Verano. Al salir del metro, numerosos tuc tuc se ofrecían a llevarte al Palacio por 10 yuanes, pero preferimos ir andando (son unos diez minutos a paso tranquilo) Por el camino compramos una especie de dulce que no sé describiros, es duro, lo preparan aplastandolo con mazos, y está riquísimo. Nos cobraron 20 yuanes por una caja, y aunque me pareció que a los chinos le cobraban menos, mereció la pena, porque llenaba bastante y nos cundió mucho. El Palacio de Verano es una preciosidad, fue una auténtica sorpresa, al entrar fuimos hacia el lago, había un hombre y una mujer cantando improvisadamente, no sé, fue muy bonito, y vaya vistas! En el Palacio de Verano puedes echar tranquilamente un día entero, o adaptar tu recorrido al tiempo que quieras. Es muy bonito subir a la Pagoda que está en la colina. Merece muchísimo la pena el teatro privado de la Emperatriz o su zona de pesca, que ahora no recuerdo (en general, las principales visitas están como entrada aparte, ya que puedes elegir entre comprar entrada completa o sólo a las zonas que bordean el lago. Os aconsejo la entrada completa, y, en la misma, vereis los nombres de los sitios que se incluyen, que, por otra parte, son las visitas principales) También venden unos mapas bastante bonitos por 10 yuanes, creo, que son un buen recuerdo.


A medio día, y tras recorrer de cabo a rabo el Palacio, nos fuimos a comer y, en fin, ese día comimos en un McDonalds que estaba junto a la estación de metro y luego nos tomamos un café en el Starbucks que había al lado. La cocina china es buena, pero si coges los noodles, dumplins y demás con demasiadas ganas desde el principio, puede que en un momento dado tu estómago pida algo más…familiar. De todas maneras, siempre que viajamos nos gusta entrar a comer en McDonalds, es curioso, un amigo economista nos decía que comparar los precios de un BigMac es indicativo de la economía de un país. A título informativo, comes por unos 15yuanes un menú completo, hamburguesa, patatas y bebida…
De aquí nos fuimos (volvimos) a la zona de las Torres del Tambor y la Campana, subimos a la del Tambor, visitamos la calle cercana, Nanluogu, y los hutongs adyacentes, todo muy interesante, y compramos en un Día (que nos sorprendió encontrar por allí, la verdad) algunas cosillas para cenar en el hotel…Aunque antes de disfrutar de los manjares adquiridos, nos dimos una vuelta por Wangfunjing, donde venden los pinchitos de escorpiones, caballitos de mar, etc…Si los probamos o no…jeje eso es otra historia!

