A las 08.00h, y con puntualidad británica, el conductor que nos llevaría a nuestro destino en Dazhai nos esperaba en el lobby del hotel en Guilin. Como os comentaba, esta parte del viaje la hicimos con Gary Huang y su encantadora mujer, Sophia. Tengo que decir que fueron amabilísimos, en todo momento preocupados por cómo nos iba, y cuando los conocimos resultaron incluso mejores que en toda la fase previa de contacto. Contratamos transporte desde Guilin hasta Dazhai, alojamiento en Tiantou, transporte de vuelta a Yangshuo, rafting por el río Li y pesca con cormoranes. El precio fue de unos 850 yuanes por persona, bastante razonable a mi entender, pues fueron muchas horas de transporte, aunque caro si lo comparas con el nivel de vida en China. De cualquier manera, una vez saludado e identificado al conductor, que ni papa de ingles, nos montamos en el coche, si bien antes nos había pasado el móvil para hablar con Gary, que sí habla bastante bien inglés, y algo de español (bueno esto es anecdótico, sabe decir “bueno bonito barato” y “cuidado, cuidado”, que no sé bien quién ni por qué se lo ha enseñado…) Tras unas tres horas de coche, llegamos a Dazhai, punto de partida para la visita a las terrazas de arroz. Ya el camino hasta allí había sido una pasada, pero no era nada comparado con lo que estaba por venir. Al bajar del coche, varias mujeres yao se ofrecieron a cargar nuestras mochilas en unas cestas que llevaban a la espalda, y Sophia nos llamó al movil para decirnos que, si queríamos, las dejáramos en el coche y nos lleváramos lo necesario para la noche nada más, pues la subida podía resultar dura. Nosotros decidimos llevar las mochilas, cuales penitentes bajo promesa, aunque era el orgullo en cierta forma lo que nos movía, a ver, no ibamos a cargar a esas pobres señoras y nosotros ir sin nada..craso error, amigos viajeros…Y es que desde Dazhai hasta Tiantou, donde nos quedábamos, hay un paseíto que sólo se resume en subir subir y más subir, eso sí, con unas vistas inigualables, que después de 20 minutos de subida ya hasta te dan igual…En fin, que 50 minutos más tarde, literalmente empapados en sudor, llegamos a nuestro hotel, el JinKen Hotel, el último puñetero hotel en todo el pueblo, yo decía “será este”, a pues no, que el conductor (que se quedaba en nuestro mismo hotel) sigue subiendo…y así hasta el más alto hotel de la más alta cumbre…Nada más llegar, en la zona de recepción-comida, una señora yao (etnia que se caracteriza por llevar el pelo recogido en una especie de turbante) nos dio un té fresquito, que sabía a puchero, pero nos vino fenomenal, y como si nos quitaran una venda, vimos, como por primera vez, las terrazas de arroz…



Nuestra habitación era básica, pero limpia, y con unas vistas de impresión, que maravilla!! El baño era de coña, pero estaba dentro de la habitación. Y digo que era de coña porque no sólo no había plato de ducha, algo frecuente, sino que, además, el propio lavabo no tenía desagüe, sino que iba todo al suelo…menos mal que el vater funcionaba a la manera standard (ah, como me acordaría de este vater en el hotel de Shanghai…pero aún falta para eso…). Pues como de costumbre, duchita y a patera Tiantou! Nos despedimos del conductor hasta el día siguiente, almorzamos bambú Chicken, pollo cocinado dentro de cañas de bambú, y empezamos a caminar. Las terrazas de arroz se recorren a través de senderos que te llevan a puntos escénicos, tres en concreto desde Tiantou, y según cambia la luz, va cambiando el propio aspecto de las terrazas, que por momentos adquieren tintes de irrealidad…nos parecía estar en un lienzo, en un sueño, en fin, en algo mágico!



Al atardecer volvimos al hotel. Justo entonces se puso a llover…y vaya si llovió! Una vez más habíamos burlado a la lluvia, y eso que las previsiones eran malísimas! La noche, imaginaos, era como estar en medio del campo! (de hecho lo estábamos, nosotros y un pedazo araña que había en el voladizo de la ventana, que me tuvo toda la noche pensando que como se colara por una de las rendijas (el hotel era todo de madera) me iba a convertir en el mismísimo Spiderman…