El sábado llegamos a Heraklion. Es una ciudad situada en el norte de la isla de Creta, la más grande de todas las islas griegas. Si bien es cierto que a mi me dio la impresión que es la isla que menos turismo tiene. Si hablas de Grecia y turismo, la gente piensa en Atenas o en alguna de las islas cícladas que visitaríamos el día siguiente (Santorini y Mykonos).
El principal atractivo de Heraklion es el Palacio de Knossos, donde la leyenda griega ubica al laberinto del Minotauro. Así pues, cuando llegamos a Heraklion, nos dirigimos a la cercana estación que autobuses que hay junto al puerto, y tomamos un bus hacia el Palacio de Knossos. Las taquillas para ir al Palacio de Knosses están fuera de la estación en una casetilla, no dentro. No recuerdo lo que nos cobró, pero sin duda es el mejor medio para llegar, a no ser que justo seáis 4 personas y os compense más un taxi.
Llegamos al Palacio de Knossos, y yo me imaginaba otra cosa, pero realmente solo son unas ruinas de lo que fue en siglos pasados. No hay excesiva explicación ni mucho que ver allí, la verdad. Hay un par de pinturas, una de ellas evoca un gran toro rojo. Imagino que por el descubrimiento de la misma, y de algún otro cuadro más, cuyas réplicas están expuestas en la segunda planta del palacio (o lo que queda de él), la mitología griega sitúa aquí la leyenda del Minotauro. Os dejo aquí un enlace a la misma, por no copiar y pegarla aquí directamente: El laberinto del Minotauro en MUY INTERESANTE.
Uno de los lugares más concurridos del Palacio de Knossos era la sala del Trono, donde se encontraba el trono original de piedra donde se sentaba el rey habitualmente. Como digo, poco que ver, al menos para nosotros. Por lo que hablamos con gente del crucero que vimos allí, a ellos tampoco les gustó demasiado.
Tras ver el palacio, nos dirigimos hacia el centro de Heraklion, donde la verdad es que había bastante actividad. Estuvimos paseando hasta llegar a una especie de mercado, en una calle bastante estrecha donde había todo tipo de souvenirs de Creta y Grecia. Allí compramos un par de colgantes muy chulos, en una tienda de complementos. Una de las peores cosas de Grecia para mi es el alfabeto que tienen, que me impide acordarme del nombre de muchas de las calles donde estuvimos, y situároslas como me gustaría. Os tendréis que conformar con las descripciones. Continuamos paseando, y compramos algo en alguna tienda (aquí sí que notamos la crisis, ya que en comercios normales, vimos bastantes descuentos, muchas tiendas con pintas de cerrar y estar casi de liquidación).
Fuimos a comer al barco y descansamos hasta que por la tarde dimos un paseo más antes de volver a embarcar. Por la tarde, caminamos hasta una fortaleza o castillo que hay junto al puerto, al nivel del mar. Hicimos algunas fotos por allí, entre barcos y patos que rondaban la zona. Subimos de nuevo hacia el centro, esta vez por una calle larga y algo empinada que creo que era Eikostis Pemptis Avgoustou. Allí pillamos wifi gratis del Ayuntamiento de Heraklion, así que aprovechamos para sentarnos en un barco a twittear un poco y ponernos al día. Siguiendo por esa calle a mano izquierda, llegamos a la plaza donde está la iglesia de Agios Titos. Es una iglesia ortodoxa, donde hicimos algunas fotos. Además pillamos en alguna foto al sacerdote saliendo de la iglesia, con lo que nos quedó alguna foto bastante curiosa.
Subiendo hasta lo más alto de la calle, llegamos a una plaza donde había una fuente con unos leones, del estilo a la que hay en la Alhambra. Es uno de los símbolos de Heraklion tras el Palacio de Knossos, al menos así nos lo pareció a nosotros. Allí en esa plaza, tomamos otro de los tradicionales zumos de naranja griegos (este nos costó bastante caro, la verdad), y tras ello bajamos de nuevo hacia el Grand Celebration. Esa noche partíamos hacia Santorini. Ya nos iba quedando poco a bordo del barco de Iberocruceros.
El principal atractivo de Heraklion es el Palacio de Knossos, donde la leyenda griega ubica al laberinto del Minotauro. Así pues, cuando llegamos a Heraklion, nos dirigimos a la cercana estación que autobuses que hay junto al puerto, y tomamos un bus hacia el Palacio de Knossos. Las taquillas para ir al Palacio de Knosses están fuera de la estación en una casetilla, no dentro. No recuerdo lo que nos cobró, pero sin duda es el mejor medio para llegar, a no ser que justo seáis 4 personas y os compense más un taxi.
Llegamos al Palacio de Knossos, y yo me imaginaba otra cosa, pero realmente solo son unas ruinas de lo que fue en siglos pasados. No hay excesiva explicación ni mucho que ver allí, la verdad. Hay un par de pinturas, una de ellas evoca un gran toro rojo. Imagino que por el descubrimiento de la misma, y de algún otro cuadro más, cuyas réplicas están expuestas en la segunda planta del palacio (o lo que queda de él), la mitología griega sitúa aquí la leyenda del Minotauro. Os dejo aquí un enlace a la misma, por no copiar y pegarla aquí directamente: El laberinto del Minotauro en MUY INTERESANTE.
Uno de los lugares más concurridos del Palacio de Knossos era la sala del Trono, donde se encontraba el trono original de piedra donde se sentaba el rey habitualmente. Como digo, poco que ver, al menos para nosotros. Por lo que hablamos con gente del crucero que vimos allí, a ellos tampoco les gustó demasiado.
Tras ver el palacio, nos dirigimos hacia el centro de Heraklion, donde la verdad es que había bastante actividad. Estuvimos paseando hasta llegar a una especie de mercado, en una calle bastante estrecha donde había todo tipo de souvenirs de Creta y Grecia. Allí compramos un par de colgantes muy chulos, en una tienda de complementos. Una de las peores cosas de Grecia para mi es el alfabeto que tienen, que me impide acordarme del nombre de muchas de las calles donde estuvimos, y situároslas como me gustaría. Os tendréis que conformar con las descripciones. Continuamos paseando, y compramos algo en alguna tienda (aquí sí que notamos la crisis, ya que en comercios normales, vimos bastantes descuentos, muchas tiendas con pintas de cerrar y estar casi de liquidación).
Fuimos a comer al barco y descansamos hasta que por la tarde dimos un paseo más antes de volver a embarcar. Por la tarde, caminamos hasta una fortaleza o castillo que hay junto al puerto, al nivel del mar. Hicimos algunas fotos por allí, entre barcos y patos que rondaban la zona. Subimos de nuevo hacia el centro, esta vez por una calle larga y algo empinada que creo que era Eikostis Pemptis Avgoustou. Allí pillamos wifi gratis del Ayuntamiento de Heraklion, así que aprovechamos para sentarnos en un barco a twittear un poco y ponernos al día. Siguiendo por esa calle a mano izquierda, llegamos a la plaza donde está la iglesia de Agios Titos. Es una iglesia ortodoxa, donde hicimos algunas fotos. Además pillamos en alguna foto al sacerdote saliendo de la iglesia, con lo que nos quedó alguna foto bastante curiosa.
Subiendo hasta lo más alto de la calle, llegamos a una plaza donde había una fuente con unos leones, del estilo a la que hay en la Alhambra. Es uno de los símbolos de Heraklion tras el Palacio de Knossos, al menos así nos lo pareció a nosotros. Allí en esa plaza, tomamos otro de los tradicionales zumos de naranja griegos (este nos costó bastante caro, la verdad), y tras ello bajamos de nuevo hacia el Grand Celebration. Esa noche partíamos hacia Santorini. Ya nos iba quedando poco a bordo del barco de Iberocruceros.