-VENECIA:
Venecia nos recibió con los brazos abiertos o más bien con los rayos, porque la tormenta que estaba cayendo en ese momento no era normal. Así que chubasqueros fuera y a correr. Tardamos desde Milán como 4 horas más o menos, en un tren hasta arriba de gente y con unos maravillosos 40 grados y sin aire acondicionado, todo lo más con la ventanilla bajada, algo que aún hoy me impresiona ya que creía que solo en los trenes soviéticos se podían bajar las ventanillas, por aquellas cosas de la seguridad. Pero bueno, esto es Italia, aquí las cosas funcionan de otra manera.
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En la Estación de Santa Lucía, no os bajéis en Mestre porque esta como a 15 minutos de lo que es la ciudad con los canales, hay un mostrador para reservar hoteles y mirar precios y otro para los trenes que os vendrá bien para mirar la siguiente ciudad, en nuestro caso Florencia. Justo al salir de la estación están los vaporettos 1 y 2 que te llevan por todo el Gran Canal haciendo diferentes paradas. Son unos autobuses urbanos a los que les cortaron la ruedas y acoplaron un barco debajo, no tiene pérdida vamos. Nosotros sacamos una tarjeta de 72 horas, más de lo que íbamos a estar en Venecia, pero sale rentable ya que por "one way" o en cristiano un solo viaje te metían 6,5€ y por 22€ tenias 72 horas para coger los vaporettos que te diera la gana. Es más que recomendable sacar un bono ya que si te arriesgas a colarte puedes encontrarte con algún revisor que te pida la tarjeta y las multas son 44€ más el precio del billete más el IVA, como unos 65€ y por supuesto te bajan en la siguiente parada o te tiran al medio del canal, depende de si eres reincidente. La tarjetita en cuestión se llama “Rolling Venice”
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Como para Venecia tampoco teníamos hotel nos fuimos en la línea 2 hacia La Academia donde nos posamos en el barrio de Dorsoduro, en el que otra vez el "full" volvió a ser la palabra más oída. Con un poco de suerte encontramos el hotel Messner, un poco difícil de ver porque el hotel esta separado del restaurante. En él nos encontramos con una habitación triple con tv, baño privado, VENTILADOR, sabanas, desayuno bufete y un recepcionista de lo mas agradable además de WI-FI por 3€ la hora, todo por unos 35€ cada uno, teniendo en cuenta que en Milán nuestro querido amigo Miyagui nos estafó 20 por un zulo pues no nos pareció realmente caro.
El hotel se encuentra en el barrio de Dorsoduro 217 como a 4 o 5 minutos de la parada del vaporetto de la línea 2 en la Academia. En Venecia es muy fácil perderse o desorientarse ya que todo son callejones muy estrechos y todos parecen iguales. Para que no acabes en medio del Gran Canal lo mejor es fijarse en las cosas que llamen la atención y sean fijas como los carteles de las tiendas o los hoteles y no en una barca de color morado que vi ayer que estaba allí pero hoy no está y el dueño se la llevó y ahora no es esta la calle y vaya lío que me perdí.
Para visitar la cuidad lo mejor es hacer una visita panorámica por el Gran Canal, es decir, coger el vaporetto número 2 en la Academia y hacer todo el recorrido hasta la Piazza San Marco donde puedes entrar en la basílica de mismo nombre cuyo precio es esperar una cola de 3 horas para estar dentro 3 minutos, para mi eso sale caro la verdad, con el sol dándote encima de la cabeza no creo que eso sea lo que más te apetezca.
Además del hotel recomendaré muy encarecidamente una pizzería-kebab también en el barrio de Dorsoduro pasando la Piazza della Accademia como a 5 minutos por estrechas callejuelas, que en realidad está casi al lado pero como Venecia la construyeron en base al Laberinto del Minotauro pues tienes que dar vueltas hasta que llegas al destino.
Aquí os dejo una foto del restaurante en el que por el estupendo precio de 3€ te llevas un refreso(no voy a hacer publicidad porque no me pagan)y un gigantesco trozo de deliciosa pizza italiana
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Las visitas en Venecia son las típicas que aglutinan a todo tipo de personajes desde los chamuscados alemanes hasta los propios venecianos orgullosos de su maravillosa ciudad. La Piazza San Marco, el Puente del Rialto, el de Los Suspiros o cualquier otra calle normal y corriente son lugares de culto y extrema belleza para el viajero.
Foto: Puente del Rialto
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Foto: Puente de los Suspiros que por lo visto vivía un señor que suspiraba mucho...
Un poco de historia: Este puente se llama así porque comunicaba el juzgado con la cárcel así que los suspiros eran de los condenado que suspiraban al ver por última vez Venecia no de enamorados como se cree popularmente
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Como podéis ver queda muy "bonito" con las nubecillas para tamar el andamio...
Como la idea desde el principio era gastar poco sobre todo en comida pues decidimos visitar el supermercado, que estaba justo enfrente de donde estábamos pero había que cruzar el Gran Canal y como que no, así que fuera la Rolling Venice y en vaporetto al súper, hay que rodear toda la isla pero bueno aprovechas para hacer el idiota en el barquito, que siempre es bueno.
Antes de hacer el viaje leí por alguna web que Venecia era una ciudad para enamorarse y que tiene algo especial, yo que soy un poco escéptica preferí verlo antes de criticarlo, y menos mal, porque Venecia no decepciona, es una autentica maravilla que no encontraras en ninguna otra parte. Al final si que era para enamorarse pero de la cuidad.
A San Petersburgo la llaman la Venecia del Norte y yo que he tenido la suerte de ver las dos ciudades diré que aunque la rusa no tenga nada que envidiarle a la italiana, Venecia le gana.
Voy a hacer un comentario sobre los estereotipos, los españoles seremos unos borrachos que solo duermen la siesta y van a los toros pero es que el estereotipo italiano del eterno ligón es completamente cierto.
Estando nosotras, confiadas, en uno de los tres millones de puentes que hay en Venecia, nos asaltó un veneciano de mediana edad pero perfecta apariencia para pedir un cigarro, al final se llevó un cigarro, un beso de cada una y hasta una foto. Cuidadito que hay mucho listo y con ese acento al final “el italiano me confunde” como a Dinio la noche. Italia no es Las Vegas y lo que pasa en Italia se sabe luego en tu casa.