Etapa 1 - Edimburgo - St.Andrews - Aberdeen - Dufftown - Inverness (dias 1-2-3) ✏️ Diarios de Viajes de Reino UnidoDia 1, sabado: El vuelo de Clickair tenia prevista su salida a las 18h35’, así que nos plantamos en el aeropuerto de El Prat a las 16 h., ya que al ser 30 de Agosto, teníamos cierto recelo sobre las colas que pudiesen haber. Finalmente, resulto un...Diario: Escocia⭐ Puntos: 4.8 (36 Votos) Etapas: 3 Localización: Reino UnidoDia 1, sabado: El vuelo de Clickair tenia prevista su salida a las 18h35’, así que nos plantamos en el aeropuerto de El Prat a las 16 h., ya que al ser 30 de Agosto, teníamos cierto recelo sobre las colas que pudiesen haber. Finalmente, resulto un poco exagerado, porque facturamos y pasamos el control con mucha rapidez. Con los 15 minutitos de retraso de rigor embarcamos, y finalmente sobre las 19h despegabamos por fin. Aunque parezca extraño, el avión iba con poco más de medio pasaje, tres cuartas partes como mucho, lo que a mi me sorprende muchisimo, viendo lo que cuesta a veces encontrar billetes con ellos. El vuelo fue tranquilo y aterrizabamos a la hora prevista (sobre las 20h30’ hora local) sin mas novedad, así que recogimos las maletas, ¡y a buscar el Airlink!. Desde luego, no resulto difícil, ya que más de la mitad del pasaje se dirigió hacia él, así que soltamos las 5 £ del billete open return (ida y vuelta en días diferentes), ya que teníamos que volver de nuevo al día siguiente a recoger el coche, y aquí ya descubrimos que nuestra hija adolescente de 14 años volvía a ser una niña. Y es que, al contrario de todo el resto de Europa y España, en Escocia consideran children hasta los 16 años en casi todos los sitios, y de hecho en todos los hoteles y sitios donde entramos pagó entrada de niña, y a pesar de que aparenta más edad de la que tiene, nadie nos pidió ningún documento… El Airlink nos deja en Weaverley Station (no tiene perdida, ya que es el final de línea y baja todo el mundo), y aquí hacemos una de las típicas turistadas: Como el hotel habíamos visto que estaba tan cerca de la parada, tan solo llevábamos un plano impreso del Google, en el que descubrimos que faltaban la mitad de las calles. Sacamos el Tom-Tom, y ¡ooops, sin batería!. Así que cogemos la calle que creíamos más adecuada y empezamos a andar. Mas tarde descubrimos que dimos una vuelta bastante maja, ya que pasamos por debajo del puente de North Bridge, y acabamos subiendo una de las escaleras eternas que van hasta la Royal Mile (¡Sí, cargados con las maletas!). Una vez arriba, ya sin muchos rodeos llegamos hasta nuestro primer alojamiento: Smart City Hostels Edinburgh Es un albergue bastante majo, y aunque uno ya peina canas y se ha vuelto más exigente, el final del Festival, y el hecho de que nos dormimos un poco con los planes, nos hizo ir a parar allí ya que no conseguimos encontrar ningún hotel razonable. La habitación era la mínima expresión para cuatro personas, con dos y dos literas, televisión, y un aseo con ducha de las que no tienen plato, sino que el desague está en medio del suelo, y se salpica todo de agua (no recomendado para mujeres aprensivas como las mías). La ropa de cama estaba encima de las literas para que te la hicieras, pero de todas formas estaba todo muy limpio. 100 £ los tres sin desayuno. La Wi-Fi no funcionaba en la habitación. Como con la vuelta de sherpas que nos habíamos marcado se nos había hecho un poco tarde, así que nos comimos unos bocatas que llevábamos y salimos a darle una vuelta a la Royal Mile. Supongo que la ingesta de alcohol ayuda mucho, pero no deja de sorprenderme el termostato tan raro que tiene esta gente, pero con 15 graditos que hacía a las 10 de la noche, ellas todas con sus minivestiditos de tirantes, y ellos todos en manga corta como si estuviesen en Sevilla en pleno agosto(¡). De todas formas, he de decir que era el fin de semana de fin de fiesta y que en los días siguientes bajaron algo más las temperaturas, y ya vimos los abrigos y las medias en abundancia. Por fin a las 00h30’, con más gente por las calles que a pleno día, nos retiramos a nuestros aposentos con la intención de dormir, ya que queríamos madrugar, pero ¡Oh, sorpresa!, nuestra habitación (en la planta baja) tiene la ventana directamente a la terraza donde la mitad del Hostel tiene una tertulia amenizada con abundantes pintas, y que duró hasta las 4 de la mañana aprox….. Dia 2, domingo: Como se suele decir, solo se vive una vez, así que a pesar de todo, pusimos el despertador a las 6h. de la mañana, pero por misterios inescrutables de nuestra habilidad para la cacharreria electrónica, al hacer el cambio de hora, algo hicimos mal, y sonó a las 5h. de la mañana. La tertulia de la terraza seguía, pero ahora ya no gritaban ni cantaban, tan majos ellos y ellas.. Bueno, pues después de una duchita, recogimos la parada y nos encaminamos a despertar a los del Starbucks, pero lógicamente, a pesar de que acababan de abrir (¡a las 6h30’!) ya había alguno diluyendo el alcohol con ese mejunje al que llaman Latte. De nuevo al Airlink (esta vez por el camino más corto), y a las 8h estabamos recogiendo en Europcar del Aeropuerto nuestro flamante vehículo. Diesel y automático, tal y como habiamos reservado, ya que pensamos que nos facilitaría la conducción (como así fue. Al menos no te tienes que preocupar del cambio de marchas). Hay opciones de coches más económicos, pero preferimos uno grande y amplio ante la perspectiva de los kilómetros a realizar, y creo que para los no acostumbrados a conducir por la izquierda, la opción automática es obvia. Curiosamente, nos lo dieron con el depósito lleno, nos lo cobraron y nos indicaron que lo devolviésemos vacío (a pesar de que alquilo con cierta frecuencia tanto por trabajo, como por turismo, es la primera vez que me pasa..). Por fin, nos dirigimos a Saint Andrews, donde su catedral nos recibió con un día nublado que no nos impidió pasear por su estructura y acercarnos a curiosear por el cementerio, y posteriormente llegar hasta el castillo. La mala visibilidad nos desaconsejó subir a la torre. Después decidimos acercarnos al Old Course donde Seve Ballesteros nos hizo aprender algo de golf cuando ganó el Open en 1984, y paseamos por sus instalaciones viendo los nombres y los cuadros de todos los ganadores del British Open. Los precios de la tienda prohibitivos, hasta para comprar una pelotita de recuerdo. Estuvimos pululando por las áreas permitidas, ya que había gente jugando, y alucinamos con la hierba de los greens, que de tan densa, corta y homogénea, te hace dudar que sea hierba autentica, pero si, lo es, no en vano es el más antiguo y posiblemente, mas selecto club de golf del mundo. Al salir de St. Andrews, una duda: ¿Balmoral o Glamis? Ya que no teníamos la certeza de poder entrar en Balmoral, decidimos escoger Glamis Castle, pero primero nos dirigimos a Pitlochry, donde aquí si que nos pilló el agua de pleno, y apenas si nos permitió una vueltecita para ver un poco el pueblo, así que aprovechamos para reponer fuerzas en uno de los Fish & Chips de la calle principal, donde por supuesto, pedimos fish & chips. Aquí otra turistada: había visto en varios sitios las latas de Irn Bru, y deduje que algo tan popular, si no era whisky, debía ser cerveza, así que ni corto ni perezoso, me pedí una , y me bebí media de un trago…..me recordó algún jarabe que había tomado de niño…., sin comentarios. Bueno, pues de aquí a Glamis Castle, majestuoso el, y donde el agua nos dio un respiro el tiempo justo para hacer unas fotos, y entrar dentro del edificio. La visita solo tiene guía en inglés, y como nos juntamos cuatro británicos, cuatro polacos (que me parece que sabían menos inglés que nosotros) y nosotros tres, el guía no nos hizo mucho caso, y básicamente hablaba y le daba las explicaciones a los británicos (se le iba un poco el rollo con los fantasmas y sus historias). Así y todo, el sitio está interesante y nos gustó bastante (un poco en la línea de los castillos del Valle del Loire). Vimos anunciados para los días siguientes diversas actividades en los jardines como unos torneos medievales y juegos de las Highlands, pero deberemos volver otro año para verlos. La entrada creo que fueron 8 £ los adultos y 5 £ mi hija. Siguiente parada, Dunottar Castle. Ya sin esperanzas de encontrarlo abierto, ya que eran casi las 5 de la tarde cuando salíamos de Glamis. Y efectivamente, cuando llegamos quedaban 15 minutos para cerrar, y como además caía un chirimiri constante, pues nos limitamos a verlo por fuera. Pero como no hay mal que por bien no venga, la llovizna y la hora hicieron que no hubiese nadie a la vista (¡solo cuatro ó cinco coches en el aparcamiento, y eso que era domingo!), así que en las fotos no nos tuvimos que preocupar de esquivar a nadie. Seguramente en un día soleado se verá precioso, pero en el día plomizo, lluvioso y de aire que nos tocó, la verdad es que te ponías en situación rápido y le daba un encanto que nos hizo estar un buen rato bajo el paraguas simplemente contemplando el castillo y su entorno. Sin lugar a dudas, la foto del día, aunque mi pericia fotográfica no le hace justicia. By spanish007 at 2008-09-11 Cuando llegamos a Aberdeen, casi de entrada nos encontramos el hotel Premier Inn, y como el precio (80 £ con desayuno los tres) nos pareció correcto, pues nos colocamos aquí. La habitación familiar, tenia una cama doble King Size, y dos sencillas a medio camino entre un plegatín y una cama de verdad. (Correctas). Baño completo, televisión y Wi-fi que tampoco funcionaba. Con parking cubierto, del estilo de un Ibis, nos gustó bastante. De nuevo una vueltecita para comprobar porque le llaman “la ciudad de granito”, ver las dos iglesias y un poco el centro, y darnos cuenta, que a las 20h, si no espabilas, te quedas sin cenar. Entre paseos, fotos y conseguir aparcar en el centro, al final, cena en el Pizza Hut, y gracias. A dormir, que llevamos desde las 5h en pie, y son ya las 23h. Dia 3, lunes: De nuevo, colocamos el teléfono para despertarnos a las 6h, y de nuevo, por error, suena a las 5h, pero hoy, lo ignoramos y seguimos durmiendo hasta las 6h. reales Desayuno continental completito, en el cual, mi hija y yo nos ponemos hasta las orejas de muffins y zumos respectivamente, y con la barriga a tope, cargamos el coche y a continuar.. Como buen aficionado al whisky de malta que soy, este es el día que tenia marcado entre comillas para dedicarme al whisky, así que a las 8h. de la mañana estabamos ya rumbo de Speyside. Tras salir de la carretera de Aberdeen a Iverness nos dirigimos al pueblo de Dufftown, ya que mi intención es comenzar por la destilería Glenfiddich. El paisaje se va volviendo cada vez más bonito (sin desmerecer lo anterior), pero los zumos del desayuno comienzan a provocar una reacción explosiva en mi cuerpo, y justo al llegar a Dufftown, me obligarán a realizar uno de los descubrimientos curiosos de este viaje: ¡Los “toilets” públicos!. ¡Si! Puede parecer absurdo, pero es que todos los pueblos, por pequeño que fuese, tenían el suyo, y todos impecables, en perfecto estado de revista, con su papel, sus secamanos eléctricos, sus tapas, y todas las cosas que deben tener estos sitios. (los de mujer igual, según mis chicas). En este, incluso tenían un pequeño calentador de esos de resistencia que tiras de una cadenilla para encenderlo, que estaba colgado de una alcayata simplemente.(¡lo que hubiese durado en algún sitio que yo me sé!). La mayoría son gratuitos, y no suele haber nadie, pero los cierran por la noche. Tras este paréntesis, nos dirigimos a la Clock Tower de Dufftown, donde está la Tourist Office (también hay en todos los pueblos), y donde una señora nos indicó todo lo necesario en perfecto escocés, y digo escocés, porque todo parecido con el inglés usado en Londres ó en USA es pura coincidencia. (lo de mezclar gaélico ya es para niveles superavanzados).Hasta aquí habíamos solucionado el asunto idioma sin problema, pero a partir de ahora.. En la destilería Glenfiddich (no tiene perdida), un par de fotos en el exterior, entramos en el centro de visitantes, y una pelirroja con falda de cuadros y una sonrisa de oreja a oreja nos lanza una terrible parrafada, de la cual apenas entendemos el were you from (from spain, of course! ¿o no se nos ve en la cara?), y que nos esperemos que veremos un documental. Ale, pa’ dentro con los británicos de turno, que como siempre nos miran de reojo (ya empezamos a descubrir que es el primer sitio de Europa al que hemos ido en el que los españoles no somos multitud), pero al menos hay auriculares de traducción simultanea. Peli bonica y corta. Al finalizar, entran dos mujeres, y vemos que a una la entendemos perfectamente, ¡coñe! ¡si es que está hablando en español!. Es una chica rumana que está estudiando económicas, y que ha aprendido español ¡leyendo libros! (¡alucino!). Ella nos acompañará a los tres durante una hora enseñándonos las instalaciones, contestando todas las preguntas que se nos ocurren, y acabando en una sala de degustaciones donde me invitan a probar un single malt de 10 años , un licor de whisky para mi mujer y una especie de zumo sin alcohol con algún sabor de whisky para mi hija. Para finalizar me regala un minibotellín del que había bebido y se despide de nosotros. Para mi, después de estar en Cognac y en las bodegas riojanas y del Penedés, el hecho de no acabar arrastrado de la oreja hasta la tienda para comprar algo me parece absolutamente increíble y elegante. Al final, fuimos la tienda, y un par de tonterías cayeron, pero esa ya es otra historia. Por cierto, todo esto, gratuito. Después nos acercamos a ver la destilería Strathisla (Chivas) que es la de las dos pagodas que sale en muchas fotos. En esta la vuelta fue rápida, y no entramos en la destilería en sí. Al salir, descubrimos nuestro primer Tesco Market, y nos avituallamos para comer algo al mediodia en plan bocatas. De aquí fuimos a la Macallan destillery, ya que es uno de mis favoritos, y quería foto y comprar unos vasos grabados. Por ultimo, y como nos pillaba de camino, pasamos por la de Cardhu, pero es la más fea de todas, ya que es muy industrial, y no tiene el aire rústico y artesanal de las otras. De aquí a Inverness, con una breve parada para comernos lo que habíamos comprado. Un inciso: en esta zona fue donde vimos mas vacas de las del flequillo y los cuernos, pero pensando que era habitual y que veríamos más el resto de los días, no hicimos ninguna foto, y ya no volvimos a ver más que alguna en Skye, y muy de lejos. Llegada a Inverness, y en el Premier Inn nos dicen que los dos que tienen están completos, así que sospechando que pueda ser complicando, y como todavía es pronto (sobre las 15h), nos vamos al Tourist Office con mi habitual pregunta tonta: Do you speak french or spanish? (por probar), y por primera y ultima vez en todo el viaje encontramos a una chica escocesa llamada Marveen que habla perfectamente español, y que por 4 £ (tarifa oficial) nos busca un estupendo Guest House en la ribera del río, con una magnifica habitación con aseo incluido en la habitación (con ducha), y con un ventanal con una inmejorable vista del castillo www.winstonguesthouse.com/ La family room nos costó 90 £ por noche los tres con el desayuno incluido (aquí estuvimos dos noches). Una habitación grande con la cama doble y una sencilla de dimensiones mas que generosas. Una nota: la sala de desayunos que sale en la web no la vimos, y seguíamos sin Wi-fi ni conexión de ningún tipo. By spanish007 at 2008-09-11 Una vez solucionado el alojamiento, nos dirigimos a las ruinas prehistóricas de Clava Cairns, muy cerca del campo de batalla de Culloden. El camino es un poco confuso, pero siguiendo los carteles marrones y con la ayuda del Tom-Tom (que se empezaba a mostrar casi imprescindible), conseguimos llegar hasta ellas. Como todas las de este tipo, de una sencillez apabullante, parecen un depósito de grava sin más, pero si te planteas como llegó todo hasta allí sin las herramientas actuales, la cosa cambia. Me siento observado.. De nuevo aprovechamos para comer-merendar algo, y vuelta a las minicarreteritas para dirigirnos a Fort George. En este trozo, ya descubrimos en todo su esplendor las ventajas e inconvenientes de los Passing Place, una especie de ensanchamiento en carreteras estrechas que permite cruzarse dos coches, y que absolutamente todo el mundo respeta. De nuevo llegamos tarde (las 18h) par entrar a Fort George, y es que en Escocia, a partir de esa hora está absolutamente todo cerrado menos los pubs, y alguna tienda de souvenirs. De todas formas, una muestra del sitio: Al salir, vuelta a Inverness, a repostar gasoil en la gasolinera del Tesco Express, y al hotel. Como hasta el momento no habíamos parado, dejamos el coche, y nos fuimos a dar una vuelta paseando por la ciudad y echar una pinta al cuerpo en uno de los pubs de la ribera. Ya que estabamos, nos acercamos a ver el castillo, y descubrimos que aquí también se hacen aberraciones arquitectónicas, ya que hay un edificio de apartamentos horrible detrás del castillo que destroza todas las fotos que quieras hacer por ese lado. Junto al castillo está La Tortilla Asesina, tabla de salvación para españoles nostálgicos o estómagos inadaptados. A mi juicio, terriblemente caro Como ya había ido anocheciendo, decidimos darle un capricho a la necesidad existencial de mi hija de acceder al Messenger, así que nos cogimos el portátil y nos fuimos a cenar al Mcdonals, donde esta vez si que funcionaba la red wi-fi (léase guaifais, o nadie te hará caso). A las 10h30’, ante las miradas de los empleados que nos observaban apoyados en las escobas, conseguimos desconectar a mi hija e irnos a dormir. Nota: 11 graditos de temperatura, y aún seguiamos viendo tirantitos y baianas (¡que afición tienen a enseñar los deditos de los pies!) [/align] Índice del Diario: Escocia
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