Una mañana me escapé sola a visitar Zaanse Schans. En la estación central de Amsterdam pide un billete de ida y vuelta para Koog-Zaandijk, te costará 6,30 euros. Está tan solo a cuatro paradas, a unos 20 o 25 minutos. Sale un tren cada cuarto de hora (plataforma 10 a).
Mucho ojo a la vuelta! Pasan dos trenes por el mismo sitio, uno va a Amsterdam Central y el otro a Rotterdam Central, cuidado con subirse al de Rotterdam

Nada más bajar del tren en Koog-Zaandijk, caminas una calle (todo muy bien indicado) y al final, a mano izquierda verás el primer molino...

Un adelanto de lo que te espera al llegar al puente...

Con su tradicional pintura verde, las casas, los almacenes y los molinos de viento de Zaanse Schans causan la sensación de haber retrocedido en el tiempo a los siglos XVII y XVIII, sin embargo toda esta zona no es un museo al aire libre, es un colorido y efusivo trabajo de vecindad.
La mayoría de los edificios fueron re-ubicados en otras zonas de Zaanstreek en el 1960 y 70 debido a que con el desarrollo urbano se encontraban bajo la amenaza de la aniquilación. Se trasladaron a la Zaanse Schans, el lugar exacto donde en 1574 Diederik van Sonoy, un gobernador al servicio de Guillermo de Orange, con la ayuda de la población local, levantaron trincheras para detener el avance del ejército español.

Zaanse Schans es un pueblo de cuento de hadas y no puedes dejar de hacer fotos por todas partes.

Los molinos se pueden visitar, la entrada cuesta 3 euros, 1,50 para los niños. Si tienes vértigo te recomiendo que no entres, te puedes quedar atascada en la primera escalera...



Si esperas, podrás ver el molino en funcionamiento desde la primera planta... Impresiona.

Al irme de vuelta a la estación pude presenciar el levantamiento del puente por el que acababa de pasar


Y hasta aquí mi visita a Holanda. Gracias por leerme.