Lo primero presentarme: me llamo Marco, soy empleado público tengo 36 años y nuevo en esto de viajar. Era de esas personas que pensaba: para que voy a salir al extranjero si aún me quedan muchas cosas que conocer de mi país. Menudo error, y cuanto tiempo perdido.
He de decir que el hecho de viajar por primera vez al extranjero, concretamente a Amsterdam fue por casualidad. Era un viaje programado por mis cuñados y en una conversación entre las hermanas, surgió. Yolanda (mi esposa) le dijo a Ana (mi cuñada, su hermana) que el viaje parecía interesante, pero que tenía que consultarlo conmigo, posiblemente a sabiendas que yo me negaría (hay que conocer España primero…). Pero cuando me lo propuso mi cuñada, se dieron unas circunstancias en las que igual hubiese podido salir todo al revés. Ella iba a reservar el viaje esa misma mañana y me lo dijo un poco como por compromiso (creyendo que no querría, tal y como dijo Yolanda). Pero resulta que Holanda es un país que desde pequeño me atraía mucho pues hice amistad cuando vivía en Peñíscola con unos chicos holandeses, lo que me hizo recapacitar y pensar que podía ser interesante.
El caso es que mi cuñada me dijo que nos teníamos que decidir ya, pues no tenía tiempo para reservar. Yo pensé que debía hablar con Yolanda antes, pero por razones laborales no pude localizarla, así que tomé una decisión rápida: ALLA VAMOS.
Para cuando pude localizarla ya tuve el viaje organizado y pagado, así que no había vuelta atrás. Ella montó en cólera pero entre su hermana y yo logramos aplacarla. Así que después de todo hicimos el viaje. Desde ese momento se ha convertido en una obsesión, por eso cada año intento hacer un viaje al extranjero, aunque soy consciente de que algún año tendré que quedarme por aquí.
He de decir que el hecho de viajar por primera vez al extranjero, concretamente a Amsterdam fue por casualidad. Era un viaje programado por mis cuñados y en una conversación entre las hermanas, surgió. Yolanda (mi esposa) le dijo a Ana (mi cuñada, su hermana) que el viaje parecía interesante, pero que tenía que consultarlo conmigo, posiblemente a sabiendas que yo me negaría (hay que conocer España primero…). Pero cuando me lo propuso mi cuñada, se dieron unas circunstancias en las que igual hubiese podido salir todo al revés. Ella iba a reservar el viaje esa misma mañana y me lo dijo un poco como por compromiso (creyendo que no querría, tal y como dijo Yolanda). Pero resulta que Holanda es un país que desde pequeño me atraía mucho pues hice amistad cuando vivía en Peñíscola con unos chicos holandeses, lo que me hizo recapacitar y pensar que podía ser interesante.
El caso es que mi cuñada me dijo que nos teníamos que decidir ya, pues no tenía tiempo para reservar. Yo pensé que debía hablar con Yolanda antes, pero por razones laborales no pude localizarla, así que tomé una decisión rápida: ALLA VAMOS.
Para cuando pude localizarla ya tuve el viaje organizado y pagado, así que no había vuelta atrás. Ella montó en cólera pero entre su hermana y yo logramos aplacarla. Así que después de todo hicimos el viaje. Desde ese momento se ha convertido en una obsesión, por eso cada año intento hacer un viaje al extranjero, aunque soy consciente de que algún año tendré que quedarme por aquí.