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Hoy era el día que empezabamos a usar nuestro “Museum Pass”.
Saint Chapelle
El primer sitio al que fuimos, bien tempranito pues era el que antes abría, fue la Saint Chapelle.
Poniendose justo enfrente de la enorme verja de entrada al palacio de justicia, unos metros hacia la izquierda en la misma acera se encuentra una pequeña puerta desde la que se accede al interior. Está bastante indicado con carteles, pero claro, como todavía no había cola pueden pasar inadvertidos.
Una vez allí hay que pasar un control de seguridad (junto con empleados y usuarios que van al palacio de justicia) y siguiendo las indicaciones se llega a la entrada de la Saint Chapelle (aunque se ve la parte de atrás desde que sales al exterior). Allí se muestra el pase museo y se accede por la capilla inferior.
Palacio de Justicia / Saint Chapelle
Nosotros fuimos tan temprano por no pillar mucha gente porque no es muy grande y me imagino que puede resultar agobiante cuando se llene, pero por otra parte contra mas luz del día haya mejor se apreciará la iluminación de las vidrieras.
Tuvimos un pequeño fallo técnico porque al llegar allí y disponernos a tomar fotos, nos dimos cuenta de que nos habíamos dejado la tarjeta de memoria en el hotel. Así es que tras tomar nuestras fotos con los móviles, volvimos al hotel para recogerla.
El Panteón y las Universidades
Nuestra siguiente visita era el Panteón, que abre sus puertas a las 10. Impresionante tanto por fuera como por dentro, y tanto por arriba como por abajo. Hoy en día es un “templo civil” y en su interior podemos encontrar cosas interesantes, como por ejemplo la réplica del péndulo de Foucault que demuestra el movimiento de la tierra.
Péndulo de Foucault / Sarcófago de Marie Curie
En su subterráneo, que ocupa toda la planta, se encuentra el panteón de hombres ilustres, donde descansan los restos de grandes personajes como Voltaire, Rousseau, Alejandro Dumas padre, Victor Hugo, Emile Zola, Braille, Marie Curie, Jean Monet...
Desde allí nos dimos una vuelta por la zona de las universidades hasta llegar a La Sorbona, enfrente de la cual, al otro lado de un parquecito, esta el Museo Nacional de la Edad Media. Justo enfrente de la fachada se encuentra la estatua de Montaigne de la que se dice que si se le toca el pie da buena suerte en los estudios, así es que ale, aunque nosotros ya hemos terminado nuestras carreras, a tocar pie se ha dicho.
Estatua de Montaigne / La Sorbona
Los Inválidos y la tumba de Napoleón
Siguiente parada, los Inválidos, pero esta vez para entrar con nuestro pase Museo. La entrada se realiza por la parte de la cúpula, así es que hay que andar un buen trecho para encontrar el acceso. Al mostrar tu pase museo en la entrada te ponen un sellito con la forma de la cúpula, y para adentro. La iglesia es monumental, impresiona todo, desde los grandes sarcófagos donde están enterrados algunos de los generales de Napoleón o el conocido como Pepe Botella por nosotros (hermano suyo), hasta el enorme baldaquino del altar, así como el balcón en pleno centro del crucero, justo bajo la cúpula, desde el que se ve el enorme sarcófago rojo del emperador.
Dos enormes escalinatas a ambos lados del altar mayor descienden hasta la cripta, que se puede rodear para tener una vista completa de la tumba. En las paredes bajorelieves y estátuas que hacen referencia a las victorias del emperador. Los restos fueron encerrados, como los de un faraón egipcio, en seis ataúdes: de hierro, caoba, plomo, madera de ébano y, por último, encina. Se los depositó posteriormente en el gran sarcófago pórfido rojo.
Tumba de Napoleón / Pensador de Rodin
Museo Rodin
Sobrecogidos por la grandeza de dicho enterramiento salimos de Inválidos para hacer una última parada antes de comer en el cercano museo Rodín, donde pudimos disfrutar de obras como el famoso “Pensador” y “El Beso”. Normalmente recomiendan visitar sólo el jardín, pero yo recomiendo bajar a la planta baja también, donde se encuentran numerosos estudios en mármol hechos por el escultor. La sala no es muy grande y se disfruta muchísimo.
Una vez salimos de allí, atravesamos el puente de Alejandro III para ver el Petit Palais y Grand Palais paseando hasta los Campos Elíseos, desde donde cogimos el metro para ir a comer cerca del hotel.
Petit Palais / Grand Palais
Museo del Louvre
Los viernes por la tarde el Louvre tiene horario extendido hasta las 10 de la noche, de manera que habíamos decidido dejar la visita para esa tarde para tener tiempo de sobra de dar todas las vueltas que quisiéramos por él.
A pesar de eso, el edificio es tan grande y la colección tan vasta que te tienes que marcar un mínimo de cosas que quieras ver porque es imposible verlo todo.
Accedimos por la salida de metro que te lleva al enorme complejo comercial subterráneo que se conoce como “Carrousel de Louvre”. Allí pudimos ver la famosa pirámide invertida y acceder al hall principal del museo.
Es conveniente dejar abrigos y todo lo que nos vaya a sobrar en un guardarropa que hay, es gratuito y se agradece no estar cargando con el peso.
Sobre lo que ver... eso ya es a gusto de cada uno. Si no sabéis muy bien lo que podéis encontrar haced una visita a su web previamente al viaje.
La Bañista (Ingres) / Sarcófago etrusco
Yo lo tenía bastante claro, acceso por la escalera de la Victoria de Samotracia para ir a ver la Gioconda, escultura de Amor y Psique, Sepulcro etrusco, Venus de Milo y Apoxiomenos, zona egipcia entera, código de Hammurabi y zona persa. Por el camino te vas encontrando millones de cosas interesantes que puedes pararte a disfrutar.
Lo bueno del pase museo es que se puede utilizar mas de una vez para el mismo monumento, con lo que si uno se cansa, puede volver al día siguiente.
Arco del Triunfo
Después de unas tres horas en el Louvre decidimos que era buena hora para nuestra siguiente parada; el Arco del Triunfo.
Este espectacular arco que Napoleón decidió construir tras su victoria en la Batalla de Austerlitz (1805), tras prometer a sus hombres: «Volveréis a casa bajo arcos triunfales», corona la parte alta de los campos Elíseos y está alineado con la plaza de la Concordia. Tiene una azotea que se puede visitar, y cuya entrada esta incluida en el pase museo. Cierra a las 10 de la noche y la vista desde arriba es una pasada, así es que recomiendo que si podéis con vuestras piernas, subáis.
Arco del Triunfo / Llama al soldado desconocido
Bajo su arco central esta la llama al soldado desconocido, una llama continuamente encendida que las asociaciones de antiguos combatientes o de víctimas de guerras reavivan todos los días a las seis y media de la tarde, conmemorando su recuerdo que es revivido cada 11 de noviembre, fecha del armisticio firmado en 1918 entre Francia y Alemania que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
Sus dimensiones son de 50 metros de altura y 45 metros de ancho.
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