Día 1. Llegada a París, visita a Montmartre y el centro. ✏️ Diarios de Viajes de Francia

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Llegada a París.

Hace muchos años que tuve la suerte de visitar la que hasta el momento me ha parecido la ciudad mas bonita de todas las que he conocido, y he conocido y vivido en unas cuantas, así es que cuando pude juntar unos días que coincidían con mi primer aniversario de boda no lo pensé y organice un viaje relámpago con mi esposo.

Salimos de Málaga muy tempranito en un vuelo con enlace en Barcelona. Todo fue estupendamente bien, el enlace era de sólo una hora y apenas notamos que había que bajarse del avión. Cuando aterrizamos en Orly Ouest llovía. Teníamos varias opciones para llegar hasta nuestro hotel en París junto a la Gare de'l Est, pero nos decidimos por la mas económica que era dirigirnos a la terminal Orly Sud en el Orlyval, que es un tren monorail que te lleva también hasta la estación de tren en caso de que te quieras ir en el RER (cercanías).
En Orly Sud nos dirigimos hacia las paradas de autobuses que estan fuera frente a las puertas (tiene un montón pero todas en linea) para buscar la marquesina del Orlybus. No tiene pérdida, es una de las últimas y además tiene un cartel que pone “Orlybus”. En la parte de dentro de la marquesina,al final, hay una ventanilla de venta de billetes y bonos de la RATP, que es la empresa de transportes que lleva la mayoría de los transportes públicos en París. Allí compramos el pase “Navigo Decouverte” para 4 zonas, ya que lo mas lejos que pensábamos llegar era Versalles. Es un pase al que hay que ponerle una foto de carnet porque es personal e intransferible. Sirve para una semana natural de Lunes a Domingo y el precio cambia según las zonas que elijas (yo como de francés ni idea, me llevé impresa la información del pase de su propia página web y se la mostré al vendedor, que me entendió perfectamente, el resto, a base de gestos).

Navigo Decouverte por delante y por detrás



Parada de Orlybus con ventanilla de venta de billetes al fondo / Estación Gare de'l Est



Con este pase tomamos el Orlybus hasta Denfert Rochereau, donde teníamos que coger el metro linea 4 hasta la Gare de'l Est. En total fueron unos 45 minutos entre el bus y el metro.
El hotel, un dos estrellas muy normalito pero con wifi a ratos y desayuno incluido por un precio muy aceptable, estaba justo al lado de la boca del metro, lo cual nos resultó comodísimo.

Montmartre y cementerio de Montmartre

Una vez llegados al hotel y deshechas las maletas nos fuimos a comer a un burguer que había justo enfrente y nos dispusimos a comenzar nuestros recorridos.
Habíamos comprado por internet la Musseum Pass para dos días, pero no la recogíamos hasta el día siguiente, así es que fuimos para Montmartre.
Buscamos el funicular para subir, (nuestra navigo lo incluía también) y, una vez arriba nos dirigimos a ver la Iglesia de Sacre Coeur. Es impresionante, mas por fuera que por dentro. Todo el exterior estaba lleno de puestecillos de navidad y estaba lleno de gente, tanto turistas como gente de allí.

Funicular de Montmartre / Iglesia de Sacre Coeur



De allí fuimos a los jardines que hay enfrente para ver la estatua del “Chevalier de la Barre”, que representa a un joven al que detuvieron y mataron por no quitarse el sombrero al pasar una procesión. Es curiosa. De allí subimos hacia la “Place du Tertre”, en la que plantan los caballetes numerosos artistas. Realmente está repleta de ellos y se puede respirar el ambiente bohemio en el aire.

Bajando primero por Rue Norvins y a continuación por Rue Lepic se llega al “Moulin de la Galette”. Es un molino de viento con un parque detrás, que hoy en día es un restaurante. Esta zona fue pintada por artistas como Tolousse Lautrec, Renoir, Van Gogh o Picasso. Todo el recorrido es de una belleza increíble pues mas parece un pueblecito lleno de casas de colores que una gran capital.

Mouline de la Galette / Acceso al cementerio de Montmartre



Continuando hacia abajo llegamos al Cementerio de Montmartre, uno de los cuatro grandes cementerios de París que alberga los restos de personas de gran talla histórica y artística. Nombres que podemos encontrar en sus calles son por ejemplo: Alejandro Dumas hijo, Stendhal, Degas, Hector Berlioz, Foucault, o por mencionar artistas mas recientes, la cantante Dalida.
Además, casi a la entrada podemos encontrar la primera sepultura de Emile Zola, en la que hay un cartelito que explica que sus restos fueron trasladados al “Panteón” para que reposasen junto con los de otros grandes hombres de la nación francesa.

Alejandro Dumas hijo / Hector Berlioz / Dalida



La entrada es gratuita pero creo que en el puestecillo que hay junto a la barrera venden planos, no se si los cobran. Yo me lo lleve impreso, igual que el del cementerio de Peré Lachaise, lo que recomiendo mucho, porque si no no hay forma.

Salimos emocionados de allí tras observar que había algunos paseantes a los que, como a nosotros, les embarga una mezcla de respeto y melancolía al encontrarse ante el descanso eterno de tantas mentes privilegiadas que vemos casi como mitos.

A escasos minutos, siguiendo por el Boulevard de Clichy enseguida nos encontramos con el famosísimo cabaret “Moulin Rouge”. Tuvimos la suerte de verlo iluminado pues aunque aún no era de noche ya estaba empezando a decaer el día. Personalmente me encantó, habrá quien lo encuentre hortera u ostentoso. Yo me quedé con las ganas de entrar, pero esta vez no pudo ser porque queríamos ir al centro a ver la decoración navideña.

Moulin Rouge


La Madeleine, plaza de la Concordia y Plaza Vendome

Cogimos el metro desde allí para llegar hasta la monumental iglesia de “La Madeleine”. Lo decidimos así porque era de las que mas tarde cerraba y la entrada es gratuita, lo que nos vino bien habida cuenta que aún no teníamos el pase museo.
Ya desde fuera te sobrecoge la monumentalidad de esta gran iglesia con forma de templo griego. Cuando entras es apabullante pues es una gran nave diáfana con cubierta a base de tres enormes cúpulas consecutivas.
Tuvimos la gran suerte de que al entrar estaban celebrando un concierto de navidad, y el coro aún estaba interpretando algunas piezas.

Salimos encantados y allí, desde la gran escalinata observamos la locura del tráfico a esa hora de la tarde, con todo iluminado, y el gran obelisco de la plaza de la Concordia al fondo. Nos dirigimos hacia allí para hacernos las correspondientes fotillos con el arco del Triunfo al fondo, el obelisco, etc, y observamos los números romanos del pavimento, utilizados para marcar la hora según la sombra del obelisco, que actúa así como reloj de sol.

Estábamos muy cansados, así es que desde allí nos dimos un paseo hasta la ópera Garnier, espectacular, pasando por la plaza Vendome, aprovechando para disfrutar mirando los escaparates de los grandes diseñadores de ropa y joyas: Luis Vuiton, Chanel, Rolex, Dior, Cartier... una pasada, vamos.

La Madeleine / Plaza de Saint Michel junto al barrio latino



Ya en Garnier cogimos el metro para ir hasta la bonita plaza Saint Michel, en la entrada del barrio latino. Nos dimos una vuelta por allí buscando algún sitio para cenar. Hay numerosos restaurantes de varios tipos. Muchos de ellos ofrecen un menú por 10, 12 o 14 euros. Entramos en uno de ellos y bueno, no cenamos mal, la verdad. Después de cenar ya no nos sentíamos ni las pestañas, así es que nos fuimos a buscar una parada de metro junto a Notre Dame para ir para el hotel, pues llovía y estábamos muy cansados. Había que prepararse para el día siguiente pues teníamos prevista una buena paliza que terminase con la subida a la Torre Eiffel.

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