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Aterricé en el aeropuerto de Knevichi a primera hora de la mañana tras un largo vuelo desde Moscú de casi 9 horas..........las instalaciones eran bastantes modernas y tomé el nuevo Aeroexpress (200 rublos) que conecta con la ciudad en unos 50 minutos..........el recorrido bordeaba la bahía de Amur y mostraba un mar completamente congelado.........a lo lejos como diminutos puntitos se veían pescadores e incluso algun chalado se había adentrado en el mar con su coche......algo que provoca bastantes muertes al año según me dijeron.
La aproximación a la ciudad no me pareció especialmente interesante; algunas chimeneas de fábricas y los bloques de apartamentos eran de lo más monótono; grises y desvencijados.
El día estaba bastante despejado y la temperatura de -3 me parecía casi de verano tras haber soportado los -18 de Moscú......
El corto trayecto de unos 10 minutos desde la estación a mi hotel llamado Moryak (65€ con desayuno) ya me dió una primera idea de lo puñetera que es la ciudad con sus cuestecitas. Pude ocupar la habitación pese a que era aún temprano y no me cobraron un extra por ello.......lo único destacable del hotel porque el mobiliario pertenecía a la época de Stalin diría yo...
Tenía 2 días por delante para visitar la ciudad y me tomé las cosas con calma. Junto a mi hotel se encontraba la casa en la que nació el actor Yul Brynner. En la fachada una placa en la que aparece fumando pese a que murió de cáncer de pulmón y a unos metros su estatua.
El edificio de la estación de tren es realmente bello aunque de pequeñas dimensiones. Me fué imposible hacer una foto decente de su fachada ya que frente a ella estacionan varias líneas de buses e impiden admirarla como se merece.......tiene unos bonitos frescos pintados en su techo y en uno de sus andénes hay una locomotora y un monolito que indica el final de la línea del Transiberiano.....para mí sería el comienzo.
En la parte trasera de la estación se encuentra la estación marítima desde la que se tienen bonitas vistas del llamado Cuerno de Oro.
Caminé por la calle Aleuskaya; junto a ella el imponente edificio que es sede de la administración de la región de Primorsky, tiene 18 pisos y es de lo más altos de la ciudad.
En la calle Svelanskaya tenemos la plaza de la Revolución y me pareció un buen lugar para pasear.........me fué imposible encontrar un barco que hiciese un pequeño crucero por la bahía y me tuve que conformar con visitar el submarino S-56 (100 rublos)..........la verdad es que estar en su interior me produjo una sensación de claustrofobia pero me gustó.
Junto al submarino hay un Memorial con la inscripción de millones de soldados muertos durante la guerra , un Arco de Triunfo y la pequeña iglesia de San Andrés.
Tras reponer fuerzas di una caminata hasta el funicular. Desde lo alto me encantó la vista del imponente y nuevo puente, el Golden Horn......
Tomé el bus número 15 (16 rublos) porque tenía que atravesarlo sí o sí..........y fué una grata experiencia ya que no sólo atravesé el primero sino también el segundo llamado puente Rousky, tiene una longitud de 1.104 metros y conecta la ciudad con la isla del mismo nombre............ aunque el cambio de horario estaba haciendo efecto en mí y tuve que hacer un gran esfuerzo para no quedarme dormido durante el trayecto.........mi cuerpo pedía descanso......
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