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Nos levantamos muy pronto y después del desayuno dejamos el hotel para ir a por nuestro coche de alquiler. Teníamos reservado un coche básico y nos dieron un coche superior, un megane super nuevo, no se le notaba apenas uso, con gps incorporado y todo, muy bonito. Eso si, hacia tanto frio que nos lo encontramos asi...
Le quitamos el hielo del parabrisas, ponemos en marcha el gps y salimos en dirección a Koblenz.
Nunca habíamos conducido por las carreteras de Alemania y la verdad es que nos parecieron muy buenas y amplias. Los amantes de la velocidad (que no es nuestro caso) disfrutarán con los trozos sin límite. Entre las carreteras y el coche los kilometros van pasando plácidamente y cuando empezamos a ver pueblitos con los techos nevados comencé a emocionarme, pero desde luego no me esperaba la cantidad de nieve que iba a ver ese dia...
Poco antes de llegar a Koblenz, cuando nos desviamos de la carrtera principal, el paisaje se convirtió en un cuento invernal, con los árboles nevados rodeándonos y prácticamente solos en la carretera, estaba viviendo la blancan navidad que tanto quería!
No tardaron mucho en caer los primeros copos y minutos despues ya era una nevada en toda regla. Llegamos a Koblenz ya con las calles con una fina capa de nieve y dejamos el coche en un centro comercial (el cual tenía unos baños muy futuristas y extrañamente gratuitos) y nos vamos a dar una vuelta por el pueblo.
No paraba de nevar, lo que resultaba bastante incómodo, aun bien pertrechados como íbamos, porque apenas podíamos levantar la vista. Después de un rato de caminar sin rumbo decidimos preguntar por el mercadillo, porque estaba claro que solos no lo íbamos a encontrar. Efectivamente, nos estábamos yendo hacia el otro lado. Ya siguiendo las indicaciones llegamos hasta una plaza con puestos que a su vez nos fue llevando a otras.
A pesar de que el mercadillo tenía buena pinta, el hecho de que era por la mañana y la intensa nevada hacía que no hubiera mucho ambiente, asi que después de bastante rato bajo la nieve nos volvimos al centro comercial a bebernos un cafe caliente en un starbucks y a robarles un poco de wifi antes de marcharnos.
La idea que teniamos en un principio era coger una carretera secundaria que nos llevaba a Cochem pasando por el castillo de Eltz, que aunque sabíamos que no podíamos entrar merecia la pena al menos verlo por fuera. Pero viendo el estado de la carretera principal no queríamos jugárnosla por una secundaria que a saber como podía estar, porque la nieve seguia cayendo sin descanso.
Hay que decir que los neumáticos de invierno se portan muy bien y aun con capa de nieve en la carretera apenas si se sintió algún leve resbalón en algún cambio de carril.
Poco después de salir de la carretera principal para desviarnos hacia Cochem empieza nuestro accidentado periplo. Primero nos encontramos un enorme camión volcado en medio de la carretera que por suerte había dejado el hueco justo para que pasaraun coche, lo que ya empezó a ralentizarnos. Pero no mucho después, un conductor, quizás asustado por lo del camión, decidió crear una larga caravana de coches detrás suyo, dado que no pasaba de los 20km/hora. A esta velocidad tuvimos que ir durante unos kilometros y cuando la caravana ya se disolvió, nos tocó la guinda del pastel: nuestro gps incorporado, que tan bien se había portado hasta ahora, quiso llevarnos al castillo de Cochem en lugar de al pueblo y asi nos metió por un sendero bastante empinado con una gruesa capa de nieve. El miedo se apoderó de nosotros y a los 200mts, en una curva, dimos la vuelta y volvimos sobre nuestros pasos.
Finalmente conseguimos llegar al pueblo y aparcamos frente al rio, en un parking con parquímetro.
Todo seguía muy nublado y la tormenta de nieve no paraba. Aún asi nos fuimos de paseo por el pueblo, primero por sus callecitas, todas decoradas de navidad, con sus arbolitos en cada tienda.
Luego decidimos bajar hasta el rio, pero apenas se veía nada con la nieve cayendo.
Asi que nos acercamos al mercadillo, que en Cochem es muy pequeño, pero que cuenta con una gran carpa climatizada donde poder comer. Allí nos comemos dos platos combinados de salchichas con bebida mientras un pianista toca canciones navideñas. La verdad es que se está muy a gusto allí, calentitos, con la tripa llena y con un camarero austríaco que se alegra de que seamos de España.
Pero la sorpresa la tenemos al salir: ha dejado de nevar y se está despejando el cielo. Asi que vamos rápidamente hasta el rio para poder ver mas del paisaje. Tambien conseguimos ver por fin el castillo alli en lo alto y podemos hacerle alguna foto. Ahora el paseo por el rio resulta mucho mas agradable.
Finalmente empieza a hacerse de noche y este es el momento de volver a recorrer el pueblo para verlo con sus luces y disfrutarlo con el ambiente de la tarde. Acabamos otra vez en el mercadillo y con esto damos por concluida nuestra visita al pueblo de Cochem.
Volvemos sobre nuestros pasos por la carretera donde aun se esfuerzan por quitar el camión volcado. Este era el trayecto que mas temíamos: de noche y con nieve. Pero el coche se ha portado estupendamente y no tuvimos ni un susto.
Llegamos finalmente a Wehlen,donde está nuestro hotel, un pequeño pueblo a 5km de Bernkastel-Kues. El sitio está bastante desangelado, no vemos ni un alma por la calle, pero eso si, tienen un arbol de navidad en cada esquina, estos alemanes si que saben vivir la navidad!
La señora del hotel habla muy poquito inglés, pero nos apañamos. Nos enseña la habitación y nos dá las llaves y tampoco hay mucho mas que decir.
Ya en Bernkastel el ambiente es mucho mas alegre, se ve bastante gente por las calles y en plas plazas, sobre todo en la que están los puestos de comida y bebida, que está llena. Vamos recorriendo puestitos de artesanias y adornos navideños y compramos alguno. Las casitas de este pueblo son preciosas, merece la pena recorrerlo en cualquier época del año, tiene muchísimo encanto.
Y llegamos a lo mejor del pueblo que es la plaza del ayuntamiento. No puede un sitio ser mas navideño! Todos sus edificios, perfectamente cuidados, decorados para la ocasión, y en las ventanas del edificio del ayuntamiento un calendario de adviento gigante. Cada dia, a las 17:30hs se abre una de las ventanas hasta llegar al dia 24. Esto unido a la luz y los aromas te hacen vivir una verdadera navidad de cuento.
Cenamos en un puesto y nos vamos a nuestro hotel, que ha sido un dia muy largo. Estamos convencidos de que estábamos completamente solos en el hotel, en un pueblo donde no habíamos visto mas personas que la señora que nos atendió, y la verdad es que daba un poco de miedo, del rollo "El Resplandor" jajajaja. Finalmente no me pude resistir a poner la maleta detrás de la puerta, por si querian asesinarnos, al menos que les costara un poco mas...
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