19-8-13
Nos levantamos y arreglamos rápido. Cerramos las maletas y miramos de no dejarnos nada en la habitación. A las siete menos cinco ya estamos en recepción preparados para hacer el check-out y salir hacia el aeropuerto.
El hombre del hotel insiste en que desayunemos primero y al final tanto insiste que subimos a desayunar. Nos tomamos rápidamente una tostada y un zumo. Y volvemos a bajar al holl nos sentamos a esperar y rápidamente llega el chico que nos llevará al aeropuerto.
Dejamos las maletas en una mini van y nos sentamos dentro. Allí nos esperan los chicos canarios que conocimos en el tour, recogemos a otra pareja del tour y directos al aeropuerto. Nos hacen entregar los pasaportes antes de acceder con el coche a las instalaciones del aeropuerto. Hay mucha seguridad me imagino que por que es un punto donde en poco espacio hay la frontera de cuatro países: Israel, Arabia, Egipto y Jordania.
En el aeropuerto los chicos pasan por el típico escáner y a nosotras nos hacen pasar por un despacho donde una mujer nos cachea. Lo hace amablemente, yo creo que si se ocultase algo ni lo notaria… pero bueno mejor así.
Facturamos y revisan de nuevo el equipaje. Enseguida embarcamos. Nos han dado a cada uno un asiento separado. Hacemos cambios para poder ir cerca de nuestras parejas. Nosotros estamos juntos separados por el pasillo pero la mujer que viaja al lado de Antonio amablemente nos cambia el sitio. Este avión es mucho más pequeño que en el que volamos desde Barcelona. No tiene pantallas individuales pero las azafatas son igualmente amables. Reparten zumo aunque el trayecto es de escasamente una hora.
Nos esta esperando un chico a la salida que nos informa de la hora de recogida de los distintos hoteles al día siguiente y nos acompaña al hotel. Quedamos a las 9 y cuarto del día siguiente.
Subimos a la habitación y descansamos un buen rato. Nos quedamos dormidos, demasiada actividad hasta ese momento. Después nos levantamos, arreglamos y decidimos ir a hacer las últimas compras y a comer por el centro.
Cogemos un taxi por 4 dinares y nos deja en el centro. Hay un montón de tiendas, como un mercadillo gigante. Nos ponemos a pasear sin rumbo fijo. Lo primero cambiar 100 euros ya que no tenemos casi dinares. Hacemos el cambio a 93’5 dinares. Seguimos paseando, teníamos pensado comer en un Mc Donald’s (He de decir que aquí en España no lo pisamos nunca, pero es que la gastronomía jordana no nos ha gustado mucho) pizza hut, burguer… Pero no vemos nada parecido. Los locales que vemos no nos parecen nada apetecibles.
Después de un buen rato compramos un retablo de Petra y otra botella de arena y decidimos volver al hotel. Cogemos la dirección en que nos llevaba el taxi y después de un rato intentamos coger uno. El taxista sin que le digamos nada pone el taxímetro y amablemente invita a Antonio a fumar. El problema es que no he cogido la tarjeta con la dirección en árabe del hotel y hay más de un hotel Arena en Amman. Damos muchísimas vueltas, el taxista acaba preguntando, yo pienso que el viaje será carísimo pues estamos a una hora o más dando vueltas. Cuando por fin vemos el hotel nos sorprende que el taxímetro marca sólo cuatro dinares.
El taxista nos dejó al otro lado de la calle del hotel. Tenemos que cruzar y lo vemos muy chungo ya que es una carretera rápida. Finalmente vamos andando y tragando humo y polvo viendo como cruzan los jordanos y sin atrevernos, cuando vemos un puente. Cruzamos a través de él y volvemos en dirección al hotel. Dejamos las cosas en la habitación y preguntamos al recepcionista como ir a un Mc Donald’s. Nos dice que lo mejor es ir en taxi. Nos copia la dirección en una tarjeta y nos indica que crucemos al otro lado para cogerlo.
Otra vez el problema de cruzar pero esta vez seguimos a un chico autóctono y lo hacemos cuando él que se lanza sin miedo y los coches milagrosamente paran. Cogemos un taxi, que también pone el taxímetro sin decirle nada. Nos deja en la puerta y el trayecto es menos de un dinar pero se lo doy entero. Comemos dos menús de cuarto de libra y una cheesburger y volvemos en taxi al hotel.
Subimos a la habitación, son las siete y pico. Decidimos descansar: leer yo, Antonio jugar a la consola y a las 10 y pico bajamos a cenar.
Cena rápida, menú malo como siempre. Hacemos unas últimas compras en la tienda del hotel que esta de liquidación… Y a la cama a dormir.
Nos levantamos y arreglamos rápido. Cerramos las maletas y miramos de no dejarnos nada en la habitación. A las siete menos cinco ya estamos en recepción preparados para hacer el check-out y salir hacia el aeropuerto.
El hombre del hotel insiste en que desayunemos primero y al final tanto insiste que subimos a desayunar. Nos tomamos rápidamente una tostada y un zumo. Y volvemos a bajar al holl nos sentamos a esperar y rápidamente llega el chico que nos llevará al aeropuerto.
Dejamos las maletas en una mini van y nos sentamos dentro. Allí nos esperan los chicos canarios que conocimos en el tour, recogemos a otra pareja del tour y directos al aeropuerto. Nos hacen entregar los pasaportes antes de acceder con el coche a las instalaciones del aeropuerto. Hay mucha seguridad me imagino que por que es un punto donde en poco espacio hay la frontera de cuatro países: Israel, Arabia, Egipto y Jordania.
En el aeropuerto los chicos pasan por el típico escáner y a nosotras nos hacen pasar por un despacho donde una mujer nos cachea. Lo hace amablemente, yo creo que si se ocultase algo ni lo notaria… pero bueno mejor así.
Facturamos y revisan de nuevo el equipaje. Enseguida embarcamos. Nos han dado a cada uno un asiento separado. Hacemos cambios para poder ir cerca de nuestras parejas. Nosotros estamos juntos separados por el pasillo pero la mujer que viaja al lado de Antonio amablemente nos cambia el sitio. Este avión es mucho más pequeño que en el que volamos desde Barcelona. No tiene pantallas individuales pero las azafatas son igualmente amables. Reparten zumo aunque el trayecto es de escasamente una hora.
Nos esta esperando un chico a la salida que nos informa de la hora de recogida de los distintos hoteles al día siguiente y nos acompaña al hotel. Quedamos a las 9 y cuarto del día siguiente.
Subimos a la habitación y descansamos un buen rato. Nos quedamos dormidos, demasiada actividad hasta ese momento. Después nos levantamos, arreglamos y decidimos ir a hacer las últimas compras y a comer por el centro.
Cogemos un taxi por 4 dinares y nos deja en el centro. Hay un montón de tiendas, como un mercadillo gigante. Nos ponemos a pasear sin rumbo fijo. Lo primero cambiar 100 euros ya que no tenemos casi dinares. Hacemos el cambio a 93’5 dinares. Seguimos paseando, teníamos pensado comer en un Mc Donald’s (He de decir que aquí en España no lo pisamos nunca, pero es que la gastronomía jordana no nos ha gustado mucho) pizza hut, burguer… Pero no vemos nada parecido. Los locales que vemos no nos parecen nada apetecibles.
Después de un buen rato compramos un retablo de Petra y otra botella de arena y decidimos volver al hotel. Cogemos la dirección en que nos llevaba el taxi y después de un rato intentamos coger uno. El taxista sin que le digamos nada pone el taxímetro y amablemente invita a Antonio a fumar. El problema es que no he cogido la tarjeta con la dirección en árabe del hotel y hay más de un hotel Arena en Amman. Damos muchísimas vueltas, el taxista acaba preguntando, yo pienso que el viaje será carísimo pues estamos a una hora o más dando vueltas. Cuando por fin vemos el hotel nos sorprende que el taxímetro marca sólo cuatro dinares.
El taxista nos dejó al otro lado de la calle del hotel. Tenemos que cruzar y lo vemos muy chungo ya que es una carretera rápida. Finalmente vamos andando y tragando humo y polvo viendo como cruzan los jordanos y sin atrevernos, cuando vemos un puente. Cruzamos a través de él y volvemos en dirección al hotel. Dejamos las cosas en la habitación y preguntamos al recepcionista como ir a un Mc Donald’s. Nos dice que lo mejor es ir en taxi. Nos copia la dirección en una tarjeta y nos indica que crucemos al otro lado para cogerlo.
Otra vez el problema de cruzar pero esta vez seguimos a un chico autóctono y lo hacemos cuando él que se lanza sin miedo y los coches milagrosamente paran. Cogemos un taxi, que también pone el taxímetro sin decirle nada. Nos deja en la puerta y el trayecto es menos de un dinar pero se lo doy entero. Comemos dos menús de cuarto de libra y una cheesburger y volvemos en taxi al hotel.
Subimos a la habitación, son las siete y pico. Decidimos descansar: leer yo, Antonio jugar a la consola y a las 10 y pico bajamos a cenar.
Cena rápida, menú malo como siempre. Hacemos unas últimas compras en la tienda del hotel que esta de liquidación… Y a la cama a dormir.