Escapada de un fin de semana para descansar del fin de exámenes a la vecina Cantabria, así que la cosa era descansar y ver cosas, pero sin agobios ni prisas y tomándonoslo con mucha calma.
Elegimos la Posada Marina, en Suances, para dormir. El precio (30€ la noche una habitación doble con desayuno incluido) y la situación de Suances lo equiparaban a la Posada Trisileja en Cos (exactamente el mismo precio); pero el 91% de Tripadvisor de Marina frente al vacío de opiniones de la Trisileja nos hizo decantarnos por la primera. Decir que nos fuimos encantados, que se desviven porque pases la estancia lo mejor posible y que te ayudan con todo; el desayuno sencillo (magdalenas, tostadas y sobaos regados con zumo y café o Cola Cao, todo ello servido en mesa) pero completo para afrontar el día con el estómago lleno. Las habitaciones pequeñas, pero tampoco hace falta poder plantar una tienda de campaña, las maletas cabían perfectamente y había una mesa con una silla para poner el ordenador y demás, y el baño muy correcto. Nos vamos contentísimos de este sitio, os lo recomiendo porque saldréis encantados.
Nos lo montamos en plan low-cost, llevando el relleno de los bocadillos desde casa y nos salió bastante económico (80€ cada uno)
El planning lo llevábamos marcado desde casa, me preparé unos words con información de los sitios que íbamos a visitar y me agencié con los capítulos de Asturias y Cantabria de la Lonely Planet (en inglés) un poco desfasados pero gratis. Si quereis alguna de las cosas pedirlas por privado y os mando link sin problema. El orden de los días lo dejamos en función del tiempo que dieran, y teníamos claro que el de Cartes y Santillana sería el sábado, así que concertamos la visita a la Cueva del Castillo por internet para el sábado a las 11:40 (sin madrugones jeje) Estas cuevas forman parte de las del Norte, junto a las de Altamira entre otras muchas, y son Patrimonio de la Humanidad
Me gustaría dar las gracias a todos los foreros que me ayudasteis a perfeccionar el planning y que colaborasteis con que fuera un muy buen fin de semana pese a la lluvia.
Día 1: Viernes 24/01/14: Los valles interiores
Nos ponemos en camino a eso de las 10 de la mañana, y mirando el tiempo por el camino (daban mejor para el interior que para la costa) decidimos ver hoy los valles interiores. Paramos en los sitios que teníamos previstos.
TOTAL: 264 kms.
La primera parada fue Unquera, en busca de información en la oficina de turismo que nos salvó aquella excursión a Liébana ( www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305 )
Pero cual es nuestra sorpresa cuando nos la encontramos cerrada, parece que nos teníamos que apañar con lo que llevábamos de casa (que no es poco, todo sea dicho)
Bueno, con la "decepción" en el cuerpo cogemos la Nacional a Potes y cuando estamos llegando a La Hermida, nos encontramos con el Mirador de la Hermida, donde una escultura de un salmón, insignia del Río Deva que ha excavado esta maravilla natural preside un paisaje precioso. (Teneis más fotos de este desfiladero en la etapa de Liébana enlazada arriba)
Tras esta breve parada nos encaminamos a Linares, ganamos bastante altitud en pocos kilómetros en la comarcal que une La Hermida y Puentenansa (la peor carretera del finde de largo, menos mal que no había nada de tráfico), y se nota en el paisaje que se ve con el desfiladero al fondo:
El pueblo nos impresionó mucho, todo de piedra que transportaba a otra época, pero como veríamos más adelante, todos los pueblos de esta zona son igual de preciosos. ¡Qué maravilla estos valles interiores cántabros!
La primera referencia escrita de este pequeño pueblo (pese a ser la capital de Peñarrubia tiene 79 habitantes censados) data del siglo XII, y fue un señorazgo cuyo noble en la Edad Media controlaba el valle de Peñarrubia.
Este Señor vivía en la Torre del Portón, que es uno de los monumentos más importantes de Cantabria occidental y símbolo del feudalismo de esa época, habiendo tenido sus mejores años en la Baja Edad Media (siglos XIV-XV). El monumento estaba cerrado (solo abre en los meses más cercanos a verano) y al alejarnos se nos acercó una mujer preguntandonos de donde éramos y hablándonos del pueblo, pensé que tendría las llaves y nos dejaría entrar, pero era simplemente una mujer de vacaciones en su pueblo natal con ganas de hablar.
Información práctica
Acceso: A Linares y su torre se llega por la CA-282. Para acceder a la torre se debe aparcar junto a la carretera (hay una explanada bastante visible junto a un bar)
Horario: De julio a septiembre (de martes a domingo de 11 a 14 y de 16 a 19) y en mayo, junio y octubre (fines de semana; viernes de tarde, sábado completo y domingo por la mañana)
Precio: ¿Gratis?
Web: www.ayto-penarrubia.org/ ...inares.htm
Al coronar el Collado de la Hoz, que separa los valles del Deva (Desfiladero de la Hermida) con el del Lamasón (afluente del Nansa) nos topamos con un camión cargando terneros (seguramente destino al matadero) y unos caballos que presentaban alguna diferencia con los asturianos.
La siguiente parada fue Lafuente, en pleno descenso del collado. Esta aldea cuenta con 30 habitantes, y nos sorprendió ver al lado de la carretera un molino abandonado junto a un arroyo
Además, es un punto de paso en el Camino Lebaniego, el peregrinaje hacia el mayor trozo de cruz del mundo que se guarda en el monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Pero el motivo principal de parar aquí era la iglesia de Santa Juliana, una sencilla iglesia rural que mantiene un románico latente y casi único en estos valles. La sensación de antigüedad es muy fuerte, y la estructura es muy simple.
Información práctica
Acceso: La misma carretera de Linares
Horario: Solo visitable en horario de culto (sábados a las 18:00) Si teneis suerte quizá alguien del pueblo os la abra, pero hay que tener mucha suerte.
Al llegar al valle del Lamasón nos encontramos con la aldea de Sobrelapeña y con una localidad de cierta entidad como Quintanilla que tenía una apariencia medieval muy interesante.
En el Collado de Ozalba, que separa los valles del Lamasón y el Nansa (esta zona es valle-puerto-valle al igual que en las cuencas asturianas) nos topamos con el Mirador de Ozalba, desde donde se tienen muy buenas perspectivas de la montaña cántabra, aunque un poco tapadas por un bosque.
En la bajada de este puerto nos encontramos con Obeso, que presenta otra torre medieval, una edificación muy habitual en la zona (a los pies de cada una hay un panel con la explicación del monumento y un mapa con otros monumentos medievales de la comarca). Una anécdota que me llamó mucho la atención preparando el viaje es que en el pleito de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana con la Casa de la Vega en la Baja Edad Media, había en esta comarca unos diez mil vecinos, cuatro mil de los cuales se decían hidalgos, y había 50 torres, eso da lugar a las preciosidades que podemos visitar hoy.
Esta torre, de titularidad privada e invisitable salvo que te abran los dueños, vigila el paso del Nansa por Puentenansa y actualmente está muy deteriorada, una pena.
Al ir a por el coche empieza a llover, y no pararía hasta el domingo por la mañana, lo que marcó nuestro viaje por completo.
Tras pasar por Puentenansa, una ciudad en pequeño sin mayor atractivo, nos internamos por la CA-182, una carretera regional y que está muchísimo mejor que la que dejamos atrás, con línea separando los carriles y un piso perfecto, un auténtico lujo.
A los pocos kilómetros damos con Carmona, nombrado conjunto histórico al ser uno de los pueblos más característicos de Cantabria Occidental, donde se refleja como era Cantabria en la Edad Moderna (siglos XVII y XVIII) conservándose a la perfección.
Aparcamos junto al puente, muy bonito.
Traíamos bocadillos de casa para comer aquí, pero viendo que no paraba de llover no lo vimos nada claro y nos metimos a comer al Restaurante el Puente, donde nos apretamos sendos menús por 12€ cada uno (incluía primer plato -pedimos sopa y entremeses-, segundo -sendos chuletones-, postre -queso y crema quemada-, pan y agua) Estábamos solos y nos sirvieron superrápido. La comida estaba buena, me pareció un precio muy justo
Empezamos a pasear por el pueblo bajo el paraguas, lo que hizo que perdiera bastante, las calles son muy bonitas y te trasladan por completo a otra época.
Viendo el pueblo de forma general la imaginación vuela suelta y se imagina pisando estas calles hace unos siglos.
Y paseando por sus callejuelas, pese al mal tiempo, nos encontramos con varios ancianos tallando madera en diferentes formas, uno de ellos nos sacó muchos utensilios de cocina perfectamente labrados y le compramos un cucharón de cerezo por 5€, creo que bastante por debajo de lo que valdría en una tienda. Nos dejó hacerle fotos mientras realizaba su trabajo. Me encanta pasear por los pueblos y que me pasen cosas así.
Y antes de llegar al coche, la que para mí fue la mejor foto de Carmona
A los pocos metros de abandonar Carmona, nos encontramos con el Mirador de la Vueltuca, que aprovechando las rampas del Collado de Carmona que separa los valles del Nansa y del Saja ofrece unas panorámicas espectaculares de este pueblo, nombrado por los cántabros en una encuesta de Radio Altamira el pueblo más bonito de Cantabria.
Arrancamos hacia Bárcena Mayor, la joya del viaje, y a la lluvia se le sumó un fuerte viento, lo que hizo que la visita fuera breve y estuviéramos bastante apáticos. Anotamos en rojo volver a este pueblo en verano a pasar el día cuando no llueva, que bien se merece una visita.
Hay que aparcar a 200 metros del pueblo, y llegamos mojados y bastante cabreadillos al pueblo, le dimos un paseo rápido y otra vez al coche. La verdad es que prometía, las plazas son increibles y la sensación de viajar al pasado es enorme.
Y como no, pese a las inclemencias del tiempo fotografiamos la postal más tipica de este pueblo, precioso este rincón
Para colmo, en la vuelta al coche se nos rompió el paraguas por el viento, así que pese a los impermeables era una necesidad imperiosa comprar otro.
Nos encaminamos a Ruente, última parada del día a ver la Fuentona, una roca de la que nace un río con gran fuerza, y que tiene la peculiaridad de que de vez en cuando deja de manar durante unas horas. Tiene un parquecillo con unos caminos a su vera, pero como es lógico y con el tiempo más asqueroso que hacía hicimos cuatro fotos y al coche otra vez, que la hora de anochecer estaba cerca para colmo.
La última parada del día fue en Cabezón de la Sal, donde nos metimos al centro a preguntar por un bazar chino para comprar un paraguas económico (a 5€ nos salió y aguantó todo el finde como un campeón)
Tras esto fuimos a Suances y tras una duchita caliente y un rato descansando, cenamos los bocadillos en la posada, nos habilitaron una mesa del desayuno con mantel y cubiertos y de todo muy amablemente, y no eran ni las 11 cuando caímos rendidos como pajaritos después de un día que se nos hizo largo.
Día 2: Sábado 25/01/14: De la Prehistoria a la Edad Media
El plan para hoy era combinar la Prehistoria (Cuevas del Castillo y Altamira) con la Edad Media (Cartes y Santillana del Mar) intercalando la época cántabra (Estela de Barros), y lo seguimos pese a encontrarnos con una visita que no pudimos realizar.
TOTAL: 68 kms.
Nos levantamos con calma y tras haber dormido como bebés nos duchamos y preparamos y bajamos a desayunar, el desayuno muy bueno y nos dio fuerzas para tirar la mañana sobradamente.
Fuimos a Puente Viesgo, donde se encuentran las Cuevas del Castillo, es obligatorio reservar por internet y eso hicimos.
Las principales cuevas de la vertiente cantábrica (desde Candamo a Altxerri, pasando por Tito Bustillo, Altamira o esta misma) son Patrimonio de la Humanidad desde 1985 siguiendo dos criterios:
· Criterio I (Representar una obra maestra del genio creativo humano)
· Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida)
Después de pasar por taquilla nos encontramos un museo donde además de paneles hay expuestas piezas de las excavaciones hechas en la entrada (había 18 metros con una superficie enorme llenos de huesos y otros utensilios con un enorme valor arqueológico que sirvió para entender mejor como era la vida en la Prehistoria)
La visita empezó puntual y nos explicaron las diversas salas y las pinturas, me llamó mucho la atención la pintura de un bisonte erguido, por lo que nos contó el guía era un chamán con la piel del bisonte para meterse entre la manada y conseguir cazarlo. Sus explicaciones eran muy amenas a la par que educativas, y era muy amable con todo el grupo preguntándonos a menudo si nos parecía interesante la visita y que nos parecía lo que veíamos.
Logicamente las fotografías están terminantemente prohibidas.
Una visita muy interesante y que os recomiendo encarecidamente. Gracias al compañero elsamuraigordito por la recomendación.
Información práctica
Acceso: A Puente Viesgo se accede por la N-623 (la que va hacia El Escudo y Burgos), una vez cerca del pueblo hay carteles que nos llevan a la cueva.
Horario: Es obligatorio reservar
Precio: 3€, 1,5€ (4-12 años), gratis (> 4 años)
Web: cuevas.culturadecantabria.com/ ...stillo.asp
Tras esta interesantísima visita pusimos rumbo a Barros a ver las estelas, pero el pequeño parque estaba cerrado a cal y canto (supongo que por la lluvia) y nos quedamos con las ganas.
Y tras el fiasco nos fuimos a Cartes, otro conjunto histórico, que alcanzó un gran poder en el siglo XV y que mantiene en la Rua Mayor la arquitectura de hace siglos. Es el pueblo que más nos gustó y aquí sí que el salto al pasado es brutal.
Además llovía sin viento y eso facilitó muchísimo la visita.
Y aquí llegó la que fue, sin duda, la gran anécdota del viaje. Íbamos paseando por la calle principal tranquilamente cuando vimos a un señor limpiando la puerta de su casa, educadamente le damos los buenos días y empieza a hablar con nosotros preguntandonos de donde somos, al saber que somos de Asturias nos pregunta si conocemos Tazones y la fiesta del desembarco de Carlos I, al decirle que sí nos comenta que va siempre a esa fiesta disfrazado de general y nos invita a pasar.
Un tanto extrañados entramos, y nada más cruzar la puerta nos quedamos completamente mudos al ver unas 50 muñecas y muñecos vestidos con diferentes trajes. El hombre (ya mayor) nos dijo que su mujer dedica su vida a viajar por Cantabria a documentarse y a realizar posteriormente los vestidos, y nos los fue explicando con anécdotas, como las pasiegas que iban a amamantar a Madrid y llevaban perritos pequeños para que mamaran cuando les daba el golpe de leche, o las monteras piconas en los trajes de Tresviso al estar tan cerca de Asturias.
Nos dejó hacer fotos por ser asturianos, ya que nos dijo que había gente que le quería copiar su museo privado (solo entra quien él invita), así que por respeto no las subiré. Ese mismo día fue TVE a grabarle un minidocumental.
Quedamos encantados con esta visita improvisada en la que aprendimos mucho acerca de la cultura cántabra, y que nos hizo estar casi una hora a salvo de la lluvia.
Nos fuimos a Santillana del Mar con la mente en repetir la jugada de ayer y comer un menú del día y cenar el embutido que llevábamos de casa, pero pasamos antes por Altamira a retirar las entradas aprovechando que son gratis los sábados por la tarde y reservar para la visita guiada (reservamos a las 17:00)
Tras esto bajamos al núcleo urbano, uno de los pueblos más bellos de España, y con razón pese a la lluvia constante que nos dio la visita
Buscamos rapidamente un sitio donde comer, tenía ganas de probar el famoso cocido montañés, y encontramos Casa Miguel, donde servían un amplio menu por 12€ (tomamos cocido montañés y arroz; solomillo y escalope; y flan de queso; además de agua y pan), el precio de nuevo justo. Decir del cocido montañés que está bueno, es muy similar al pote asturiano, pero la tierra es la tierra y logicamente prefiero el mi pote.
El restaurante estaba enfrente del Museo de la Inquisición, y allí que nos fuimos. El museo es impresionante, acoge unas 70 reproducciones de instrumentos de tortura con dibujos que explicaban como funcionaban y descripciones, es morbo divertido.
Información práctica
Acceso: En pleno centro de Santillana del Mar
Horario: Abierto todo el año: Lunes-viernes (10-20:30) Fines de semana y festivos (10-21)
Precio: 3,60 €; 2,40€ estudiantes
Web: www.viajarporcantabria.com/ ...a-del-mar/
Tras esta visita dirigimos nuestros pasos a la Colegiata, que por la apatía de tanta lluvia vimos solo por fuera. Esta iglesia es claramente románica, y fue construida en el siglo XII. Tiene un tamaño muy considerable y en sus orígenes era un monasterio benedictino.
Información práctica
Acceso: En pleno centro de Santillana del Mar
Horario: De martes a domingo (10-13:30; 16-19:30)
Precio: 3€
Web: www.spain.info/ ...l_mar.html
Y tras esto, vuelta hacia el coche para dirigirnos a Altamira, no sin antes deleitarnos un poco más con este precioso pueblo cántabro
Altamira es un yacimiento prehistórico cuya primera presencia humana data de hace 36.000 años. Debido a las aberraciones cometidas en los 50 y 60 (entraban más de 150.000 personas al año) la cueva tuvo que cerrar para no destruir las pinturas, y se construyó un museo en el que se explica toda la Prehistoria como complemento a las pinturas (altamente interesante) y la Neocueva, una reproducción de las estancias más importantes de la cueva además de la recreación de como era en aquella época.
La visita guiada a la Neocueva se inicia con un video explicativo de la historia de Altamira, y es muy recomendable ir con el guía ya que nos dará informaciones muy valiosas.
Una visita imprescindible en Cantabria, aunque si tuviera que elegir me quedaría con El Castillo, esa autenticidad le da magia al sitio, pisar donde pisaron nuestros ancestros es una sensación única.
Información práctica
Acceso: El acceso se encuentra perfectamente señalizado al acercarse a Santillana
Horario: Variable en función de la época (ver web)
Precio: 3€; gratis los sábados desde las 14:00 y los domingos + 18/04 18/05 12/10 06/12 En verano se recomienda comprar por internet debido a la gran afluencia.
Web: museodealtamira.mcu.es/ ...arios.html
Tras la última visita nos retiramos cansados (vaya como cansa el mal tiempo) a la posada, donde nos duchamos y arreglamos para ir a tomar algo con unos conocidos de Suances, que nos intentaron enseñar baldiamente (asco de mal tiempo) su pueblo antes de llevarnos a una cervecería en la Playa de la Ribera donde cenamos con una ración inmensa de nachos muy barata. Nos retiramos muy pronto (a las 10 o así) a la posada y caímos rendidos como niños.
Día 3: Domingo 26/01/14: Las villas marineras
Para hoy, día de la vuelta, la intención era parar en Comillas y San Vicente antes de llegar a Oviedo a las 6 para una reunión familiar, por lo que a las 4 había que levar anclas de tierras cántabras, lo que nos marcó un poco el día.
TOTAL: 174 kms
Tras un potente desayuno y hacer el checkout en la Posada nos ponemos en camino y milagrosamente ha dejado de llover.
La primera parada del día fue Ubiarco y su increible Ermita de Santa Justa El aspecto positivo del mal tiempo fueron las olas que nos recibieron, que dieron para hacer muy buenas fotos y que nos dejaron muy buena sensación.
La ermita en sí data del siglo XVI, y aunque su arquitectura sea extremadamente simple y no llama la atención, sí que lo hace la peculiaridad de estar metida dentro del acantilado. Se tiene documentación de que la devoció por Santa Justa en la zona existía ya en el siglo XII y había un santuario donde se ubica la actual iglesia.
Información práctica
Acceso: Seguir los carteles con dirección a Ubiarco, luego no desviarse de la carretera hasta que lo indique un cartel a Santa Justa.
Para acceder a la ermita se debe seguir un sendero muy pegado al mar, que solo se puede recorrer con marea baja.
Nos dirigimos a Comillas, pero cuando estábamos llegando a esta modernista villa cántabra nos llaman al móvil desde la Posada, que nos dejamos el cargador del movil, así que media vuelta y a por él. Tras bastante tiempo valioso perdido, llegamos por fin a Comillas, uno de los platos fuertes del viaje.
Esta localidad de unos 2000 habitantes destaca, además de por sus edificios medievales y barrocos, por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña donde intervinieron los artistas modernistas.
Aparcamos en un parking gratuito a la entrada del casco histórico del pueblo y rapidamente nos dirigimos a la Plaza del Ayuntamiento, quedándonos asombrados con el aire medieval que se respira en esta ciudad, parece que toda Cantabria Occidental se quedó clavada hace 5 siglos.
Nos informamos de donde comprar pan para hacer los bocadillos de la comida y nos encaminamos a la oficina de información, donde nos dan un plano de Comillas con indicaciones para seguir la ruta modernista y la medieval (muy currado y con muchísima información este plano) además de un papel con los horarios de las principales atracciones de la villa. Cuando salimos son las 12:15 y el tiempo se nos echa peligrosamente encima, así que toca seleccionar que ver.
Decidimos visitar sin ninguna prisa el Capricho de Gaudí, ya que cualquier obra del archiconocido arquitecto catalán es una joya, y se da la circunstancia de que Comillas es, junto con León y Astorga, la única ciudad fuera de Cataluña donde el arquitecto firmó una obra.
Esta casa, cuyo nombre original fue Villa Quijano, la proyectó Gaudí en 1883, bajo el encarrgo de Máximo Díaz de Quijano, cuñado del Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano de tipo oriental. Las obras finalizaron en 1885.
Tras pasar por taquilla nos acercamos al edificio y observamos ilusionados la maravilla creada por Antoni Gaudí, completamente recubierta de azulejos con girasoles pintados.
Antes de entrar decidimos ir a la parte de atrás del edificio para observar la famosa torre del Capricho, la que aparece en todas las fotos, y una amable familia andaluza nos echa unas fotos bajo ella. La verdad es que el lugar es precioso.
Entramos al interior, decepciona un poco encontrarlo vacío, en las estancias hay unos folios con información acerca de Gaudí, pero poco más; lo bueno es un vídeo bastante chulo que explica la historia del Capricho y su arquitectura.
Lo mejor del interior es asomarse a los balcones y sentarse en los bancos hechos hacia el interior, Gaudí quería que los visitantes a la casa se sentaran a admirar la casa más que el paisaje, que tampoco desmerece.
Subimos al piso superior, donde nos encontramos con una exposición de sillas de Gaudí.
Además de poder admirar la torre más de cerca. Ojo con una barra puesta a traición sobre una puerta, que aunque esté recubierta con cinta aislante para incautos, si le pegas un cabezazo algo duele, lo digo por propia experiencia.
En los jardines nos encontramos con una muy buena vista del Palacio de Sobrellano, que por las malas referencias decidimos no visitar.
Además, el arquitecto diseñço una cueva artificial muy fresca para pasar los días más calurosos, es una auténtica cocada.
Y como homenaje a este gran genio modernista, se colocó una escultura suya observando su obra, un edificio precioso y que es imprescindible visitar, muy interesante entrar y admirarlo pese al precio (fue lo que más nos gustó de todo el viaje)
Información práctica
Acceso: Hay carteles por todo Comillas que indican la dirección al Capricho
Horario: Todos los días (10:30-17:30, último acceso a las 17)
Precio: 5€, 7-14 años 2,5€, <7 gratis
Antes de abandonar Comillas pasamos por el impresionante Cementerio modernista de Comillas diseñado por Lluis Domenech i Montaner, y cuyo emblema es El Ángel Exterminador de Llimona. Se ve perfectamente al salir en dirección a San Vicente de la Barquera, es muy fácil llegar a él.
Entre las dos villas marineras se encuentra elParque Natural de Oyambre, que cuenta con unas dunas y una playa que la presión social y ecologista lograron rescatar de las garras de la especulación urbanística.
Al pasar había una neblina que daba al lugar un toque mágico, que hacía parecer que todo lo que veíamos era un gran lienzo. Impresionante esta parada de unos minutos para disfrutar del paisaje.
Tras esto llegamos a San Vicente de la Barquera, la última parada de esta escapada que nos sorprendió muy gratamente.
Casi 5000 habitantes viven en esta villa tan ligada al mar, con la pesca como principal industria histórica, pero que se ha visto superado por el turismo, y es que cada año miles de viajeros se enamoran de esta preciosa villa.
La villa data del siglo VIII y creció alrededor del castillo construido por Alfonso VIII, posteriormente le es concedida un fuero y crece por el comercio marítimo y la pesca, hasta que una serie de incendios y pestes en la Baja Edad Media hacen que deje de ser el principal puerto cántabro; aunque volvió a crecer en los siglos XVII y XVIII.
Aparcamos en el puerto pesquero, desde donde las vistas son privilegiadas:
Y nos dirigimos a comer los bocatas al puerto deportivo, cruzando el puente, desde donde se tienen unas preciosas vistas del casco histórico barquereño.
Las vistas en la comida son increibles.
Al acabar de comer enfilamos la calle más comercial y con más restaurantes de la villa, nada del otro mundo.
Antes de subir al Castillo del Rey, construido en el siglo XIII sobre un castillo anterior que data del siglo VIII, durante la repoblación de Alfonso I de Asturias. Lo pillamos cerrado, y nos quedamos con las ganas de entrar, su posición elevada hace que sea un mirador con una de las mejores vistas de Cantabria, a un lado la ría y el puerto, al otro los increibles Picos de Europa.
Sin embargo lo rodeamos por fuera, es un castillo pequeño y se hace en 5 minutos.
Información práctica
Acceso: En lo alto de San Vicente de la Barquera
Horario: Todos los días (10-14, 17-21)
Precio: 1.4 €, 4-16 años 0.7€
Web: www.paisajespararespirar.com/ ...lo-del-rey
Tras esta infructuosa visita y un paseo por el centro cogimos el coche en busca de la preciosa foto de San Vicente con los Picos al fondo, pero tras dar vueltas por las urbanizaciones de arriba e intentar entrar al faro (estaba cerrado), esto fue lo máximo que conseguimos:
Así que nos fuimos al Santuario de la Barquera, de enorme tradición y construido en el siglo XV, acoge la Virgen de la Barquera y no pudimos entrar, pero merece la pena acercarse.
Hay mucha devoción con esta iglesia y esta virgen, y es que cuando los barcos salen de San Vicente a mar abierto siempre hacen sonar sus sirenas en señal de saludo pidiendo protección.
Tras esto fuimos hacia la barra rompeolas, a los pies del faro, a ver 5 minutillos el espectáculo del mar embravecido, sencillamente espectacular, una pena que no pudiera captar las sensaciones de esas enormes olas rompiendo contra las rocas.
Y en busca de buenas perspectivas, cruzamos la ría y fuimos a parar a la playa de San Vicente, donde nos hicimos un puñado de fotos espectaculares, pero como iban a ser con este espléndido fondo reflejado en la que fue, para mi, la foto del viaje, y que fue a llegar justo al final del mismo:
Tras esto rumbo a casa con la sensación de haber vivido un finde increible y con ganas de la próxima escapada.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Santillana del Mar: Viaje al pasado
· Bárcena Mayor: Pequeña preciosidad
· Cuevas del Castillo: Cultura de otra época
· Capricho de Gaudí: Pequeña dosis de modernismo
· Cartes: Pasear por el Medievo
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· Cartes: Poco nombre para lo espectacular que es
· Los artesanos de Carmona
· El medievalismo que se respira en los valles interiores
LAS DECEPCIONES
· El tiempo: La única decepción, aunque no sea culpa del destino sino nuestra por no tomarnos en serio las previsiones.
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Bárcena Mayor y Santillana sin lluvia: CUMPLIDO
· Llegar a Tudanca: CUMPLIDO
· Los valles del Besaya y el Pas
Un saludo viajeros
Volver al índice de rutas: www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305
Elegimos la Posada Marina, en Suances, para dormir. El precio (30€ la noche una habitación doble con desayuno incluido) y la situación de Suances lo equiparaban a la Posada Trisileja en Cos (exactamente el mismo precio); pero el 91% de Tripadvisor de Marina frente al vacío de opiniones de la Trisileja nos hizo decantarnos por la primera. Decir que nos fuimos encantados, que se desviven porque pases la estancia lo mejor posible y que te ayudan con todo; el desayuno sencillo (magdalenas, tostadas y sobaos regados con zumo y café o Cola Cao, todo ello servido en mesa) pero completo para afrontar el día con el estómago lleno. Las habitaciones pequeñas, pero tampoco hace falta poder plantar una tienda de campaña, las maletas cabían perfectamente y había una mesa con una silla para poner el ordenador y demás, y el baño muy correcto. Nos vamos contentísimos de este sitio, os lo recomiendo porque saldréis encantados.

Nos lo montamos en plan low-cost, llevando el relleno de los bocadillos desde casa y nos salió bastante económico (80€ cada uno)
El planning lo llevábamos marcado desde casa, me preparé unos words con información de los sitios que íbamos a visitar y me agencié con los capítulos de Asturias y Cantabria de la Lonely Planet (en inglés) un poco desfasados pero gratis. Si quereis alguna de las cosas pedirlas por privado y os mando link sin problema. El orden de los días lo dejamos en función del tiempo que dieran, y teníamos claro que el de Cartes y Santillana sería el sábado, así que concertamos la visita a la Cueva del Castillo por internet para el sábado a las 11:40 (sin madrugones jeje) Estas cuevas forman parte de las del Norte, junto a las de Altamira entre otras muchas, y son Patrimonio de la Humanidad
Me gustaría dar las gracias a todos los foreros que me ayudasteis a perfeccionar el planning y que colaborasteis con que fuera un muy buen fin de semana pese a la lluvia.
Día 1: Viernes 24/01/14: Los valles interiores
Nos ponemos en camino a eso de las 10 de la mañana, y mirando el tiempo por el camino (daban mejor para el interior que para la costa) decidimos ver hoy los valles interiores. Paramos en los sitios que teníamos previstos.

TOTAL: 264 kms.
La primera parada fue Unquera, en busca de información en la oficina de turismo que nos salvó aquella excursión a Liébana ( www.losviajeros.com/ ...hp?e=33305 )
Pero cual es nuestra sorpresa cuando nos la encontramos cerrada, parece que nos teníamos que apañar con lo que llevábamos de casa (que no es poco, todo sea dicho)
Bueno, con la "decepción" en el cuerpo cogemos la Nacional a Potes y cuando estamos llegando a La Hermida, nos encontramos con el Mirador de la Hermida, donde una escultura de un salmón, insignia del Río Deva que ha excavado esta maravilla natural preside un paisaje precioso. (Teneis más fotos de este desfiladero en la etapa de Liébana enlazada arriba)

Tras esta breve parada nos encaminamos a Linares, ganamos bastante altitud en pocos kilómetros en la comarcal que une La Hermida y Puentenansa (la peor carretera del finde de largo, menos mal que no había nada de tráfico), y se nota en el paisaje que se ve con el desfiladero al fondo:

El pueblo nos impresionó mucho, todo de piedra que transportaba a otra época, pero como veríamos más adelante, todos los pueblos de esta zona son igual de preciosos. ¡Qué maravilla estos valles interiores cántabros!


La primera referencia escrita de este pequeño pueblo (pese a ser la capital de Peñarrubia tiene 79 habitantes censados) data del siglo XII, y fue un señorazgo cuyo noble en la Edad Media controlaba el valle de Peñarrubia.
Este Señor vivía en la Torre del Portón, que es uno de los monumentos más importantes de Cantabria occidental y símbolo del feudalismo de esa época, habiendo tenido sus mejores años en la Baja Edad Media (siglos XIV-XV). El monumento estaba cerrado (solo abre en los meses más cercanos a verano) y al alejarnos se nos acercó una mujer preguntandonos de donde éramos y hablándonos del pueblo, pensé que tendría las llaves y nos dejaría entrar, pero era simplemente una mujer de vacaciones en su pueblo natal con ganas de hablar.

Información práctica
Acceso: A Linares y su torre se llega por la CA-282. Para acceder a la torre se debe aparcar junto a la carretera (hay una explanada bastante visible junto a un bar)
Horario: De julio a septiembre (de martes a domingo de 11 a 14 y de 16 a 19) y en mayo, junio y octubre (fines de semana; viernes de tarde, sábado completo y domingo por la mañana)
Precio: ¿Gratis?
Web: www.ayto-penarrubia.org/ ...inares.htm
Al coronar el Collado de la Hoz, que separa los valles del Deva (Desfiladero de la Hermida) con el del Lamasón (afluente del Nansa) nos topamos con un camión cargando terneros (seguramente destino al matadero) y unos caballos que presentaban alguna diferencia con los asturianos.

La siguiente parada fue Lafuente, en pleno descenso del collado. Esta aldea cuenta con 30 habitantes, y nos sorprendió ver al lado de la carretera un molino abandonado junto a un arroyo

Además, es un punto de paso en el Camino Lebaniego, el peregrinaje hacia el mayor trozo de cruz del mundo que se guarda en el monasterio de Santo Toribio de Liébana.

Pero el motivo principal de parar aquí era la iglesia de Santa Juliana, una sencilla iglesia rural que mantiene un románico latente y casi único en estos valles. La sensación de antigüedad es muy fuerte, y la estructura es muy simple.

Información práctica
Acceso: La misma carretera de Linares
Horario: Solo visitable en horario de culto (sábados a las 18:00) Si teneis suerte quizá alguien del pueblo os la abra, pero hay que tener mucha suerte.
Al llegar al valle del Lamasón nos encontramos con la aldea de Sobrelapeña y con una localidad de cierta entidad como Quintanilla que tenía una apariencia medieval muy interesante.


En el Collado de Ozalba, que separa los valles del Lamasón y el Nansa (esta zona es valle-puerto-valle al igual que en las cuencas asturianas) nos topamos con el Mirador de Ozalba, desde donde se tienen muy buenas perspectivas de la montaña cántabra, aunque un poco tapadas por un bosque.


En la bajada de este puerto nos encontramos con Obeso, que presenta otra torre medieval, una edificación muy habitual en la zona (a los pies de cada una hay un panel con la explicación del monumento y un mapa con otros monumentos medievales de la comarca). Una anécdota que me llamó mucho la atención preparando el viaje es que en el pleito de los Nueve Valles de las Asturias de Santillana con la Casa de la Vega en la Baja Edad Media, había en esta comarca unos diez mil vecinos, cuatro mil de los cuales se decían hidalgos, y había 50 torres, eso da lugar a las preciosidades que podemos visitar hoy.
Esta torre, de titularidad privada e invisitable salvo que te abran los dueños, vigila el paso del Nansa por Puentenansa y actualmente está muy deteriorada, una pena.

Al ir a por el coche empieza a llover, y no pararía hasta el domingo por la mañana, lo que marcó nuestro viaje por completo.
Tras pasar por Puentenansa, una ciudad en pequeño sin mayor atractivo, nos internamos por la CA-182, una carretera regional y que está muchísimo mejor que la que dejamos atrás, con línea separando los carriles y un piso perfecto, un auténtico lujo.
A los pocos kilómetros damos con Carmona, nombrado conjunto histórico al ser uno de los pueblos más característicos de Cantabria Occidental, donde se refleja como era Cantabria en la Edad Moderna (siglos XVII y XVIII) conservándose a la perfección.
Aparcamos junto al puente, muy bonito.

Traíamos bocadillos de casa para comer aquí, pero viendo que no paraba de llover no lo vimos nada claro y nos metimos a comer al Restaurante el Puente, donde nos apretamos sendos menús por 12€ cada uno (incluía primer plato -pedimos sopa y entremeses-, segundo -sendos chuletones-, postre -queso y crema quemada-, pan y agua) Estábamos solos y nos sirvieron superrápido. La comida estaba buena, me pareció un precio muy justo
Empezamos a pasear por el pueblo bajo el paraguas, lo que hizo que perdiera bastante, las calles son muy bonitas y te trasladan por completo a otra época.



Viendo el pueblo de forma general la imaginación vuela suelta y se imagina pisando estas calles hace unos siglos.

Y paseando por sus callejuelas, pese al mal tiempo, nos encontramos con varios ancianos tallando madera en diferentes formas, uno de ellos nos sacó muchos utensilios de cocina perfectamente labrados y le compramos un cucharón de cerezo por 5€, creo que bastante por debajo de lo que valdría en una tienda. Nos dejó hacerle fotos mientras realizaba su trabajo. Me encanta pasear por los pueblos y que me pasen cosas así.

Y antes de llegar al coche, la que para mí fue la mejor foto de Carmona

A los pocos metros de abandonar Carmona, nos encontramos con el Mirador de la Vueltuca, que aprovechando las rampas del Collado de Carmona que separa los valles del Nansa y del Saja ofrece unas panorámicas espectaculares de este pueblo, nombrado por los cántabros en una encuesta de Radio Altamira el pueblo más bonito de Cantabria.


Arrancamos hacia Bárcena Mayor, la joya del viaje, y a la lluvia se le sumó un fuerte viento, lo que hizo que la visita fuera breve y estuviéramos bastante apáticos. Anotamos en rojo volver a este pueblo en verano a pasar el día cuando no llueva, que bien se merece una visita.
Hay que aparcar a 200 metros del pueblo, y llegamos mojados y bastante cabreadillos al pueblo, le dimos un paseo rápido y otra vez al coche. La verdad es que prometía, las plazas son increibles y la sensación de viajar al pasado es enorme.



Y como no, pese a las inclemencias del tiempo fotografiamos la postal más tipica de este pueblo, precioso este rincón

Para colmo, en la vuelta al coche se nos rompió el paraguas por el viento, así que pese a los impermeables era una necesidad imperiosa comprar otro.
Nos encaminamos a Ruente, última parada del día a ver la Fuentona, una roca de la que nace un río con gran fuerza, y que tiene la peculiaridad de que de vez en cuando deja de manar durante unas horas. Tiene un parquecillo con unos caminos a su vera, pero como es lógico y con el tiempo más asqueroso que hacía hicimos cuatro fotos y al coche otra vez, que la hora de anochecer estaba cerca para colmo.



La última parada del día fue en Cabezón de la Sal, donde nos metimos al centro a preguntar por un bazar chino para comprar un paraguas económico (a 5€ nos salió y aguantó todo el finde como un campeón)
Tras esto fuimos a Suances y tras una duchita caliente y un rato descansando, cenamos los bocadillos en la posada, nos habilitaron una mesa del desayuno con mantel y cubiertos y de todo muy amablemente, y no eran ni las 11 cuando caímos rendidos como pajaritos después de un día que se nos hizo largo.
Día 2: Sábado 25/01/14: De la Prehistoria a la Edad Media
El plan para hoy era combinar la Prehistoria (Cuevas del Castillo y Altamira) con la Edad Media (Cartes y Santillana del Mar) intercalando la época cántabra (Estela de Barros), y lo seguimos pese a encontrarnos con una visita que no pudimos realizar.

TOTAL: 68 kms.
Nos levantamos con calma y tras haber dormido como bebés nos duchamos y preparamos y bajamos a desayunar, el desayuno muy bueno y nos dio fuerzas para tirar la mañana sobradamente.
Fuimos a Puente Viesgo, donde se encuentran las Cuevas del Castillo, es obligatorio reservar por internet y eso hicimos.
Las principales cuevas de la vertiente cantábrica (desde Candamo a Altxerri, pasando por Tito Bustillo, Altamira o esta misma) son Patrimonio de la Humanidad desde 1985 siguiendo dos criterios:
· Criterio I (Representar una obra maestra del genio creativo humano)
· Criterio III (Aportar un testimonio único o al menos excepcional de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida)
Después de pasar por taquilla nos encontramos un museo donde además de paneles hay expuestas piezas de las excavaciones hechas en la entrada (había 18 metros con una superficie enorme llenos de huesos y otros utensilios con un enorme valor arqueológico que sirvió para entender mejor como era la vida en la Prehistoria)
La visita empezó puntual y nos explicaron las diversas salas y las pinturas, me llamó mucho la atención la pintura de un bisonte erguido, por lo que nos contó el guía era un chamán con la piel del bisonte para meterse entre la manada y conseguir cazarlo. Sus explicaciones eran muy amenas a la par que educativas, y era muy amable con todo el grupo preguntándonos a menudo si nos parecía interesante la visita y que nos parecía lo que veíamos.
Logicamente las fotografías están terminantemente prohibidas.
Una visita muy interesante y que os recomiendo encarecidamente. Gracias al compañero elsamuraigordito por la recomendación.
Información práctica
Acceso: A Puente Viesgo se accede por la N-623 (la que va hacia El Escudo y Burgos), una vez cerca del pueblo hay carteles que nos llevan a la cueva.
Horario: Es obligatorio reservar
Precio: 3€, 1,5€ (4-12 años), gratis (> 4 años)
Web: cuevas.culturadecantabria.com/ ...stillo.asp
Tras esta interesantísima visita pusimos rumbo a Barros a ver las estelas, pero el pequeño parque estaba cerrado a cal y canto (supongo que por la lluvia) y nos quedamos con las ganas.
Y tras el fiasco nos fuimos a Cartes, otro conjunto histórico, que alcanzó un gran poder en el siglo XV y que mantiene en la Rua Mayor la arquitectura de hace siglos. Es el pueblo que más nos gustó y aquí sí que el salto al pasado es brutal.
Además llovía sin viento y eso facilitó muchísimo la visita.


Y aquí llegó la que fue, sin duda, la gran anécdota del viaje. Íbamos paseando por la calle principal tranquilamente cuando vimos a un señor limpiando la puerta de su casa, educadamente le damos los buenos días y empieza a hablar con nosotros preguntandonos de donde somos, al saber que somos de Asturias nos pregunta si conocemos Tazones y la fiesta del desembarco de Carlos I, al decirle que sí nos comenta que va siempre a esa fiesta disfrazado de general y nos invita a pasar.
Un tanto extrañados entramos, y nada más cruzar la puerta nos quedamos completamente mudos al ver unas 50 muñecas y muñecos vestidos con diferentes trajes. El hombre (ya mayor) nos dijo que su mujer dedica su vida a viajar por Cantabria a documentarse y a realizar posteriormente los vestidos, y nos los fue explicando con anécdotas, como las pasiegas que iban a amamantar a Madrid y llevaban perritos pequeños para que mamaran cuando les daba el golpe de leche, o las monteras piconas en los trajes de Tresviso al estar tan cerca de Asturias.
Nos dejó hacer fotos por ser asturianos, ya que nos dijo que había gente que le quería copiar su museo privado (solo entra quien él invita), así que por respeto no las subiré. Ese mismo día fue TVE a grabarle un minidocumental.
Quedamos encantados con esta visita improvisada en la que aprendimos mucho acerca de la cultura cántabra, y que nos hizo estar casi una hora a salvo de la lluvia.
Nos fuimos a Santillana del Mar con la mente en repetir la jugada de ayer y comer un menú del día y cenar el embutido que llevábamos de casa, pero pasamos antes por Altamira a retirar las entradas aprovechando que son gratis los sábados por la tarde y reservar para la visita guiada (reservamos a las 17:00)
Tras esto bajamos al núcleo urbano, uno de los pueblos más bellos de España, y con razón pese a la lluvia constante que nos dio la visita

Buscamos rapidamente un sitio donde comer, tenía ganas de probar el famoso cocido montañés, y encontramos Casa Miguel, donde servían un amplio menu por 12€ (tomamos cocido montañés y arroz; solomillo y escalope; y flan de queso; además de agua y pan), el precio de nuevo justo. Decir del cocido montañés que está bueno, es muy similar al pote asturiano, pero la tierra es la tierra y logicamente prefiero el mi pote.
El restaurante estaba enfrente del Museo de la Inquisición, y allí que nos fuimos. El museo es impresionante, acoge unas 70 reproducciones de instrumentos de tortura con dibujos que explicaban como funcionaban y descripciones, es morbo divertido.



Información práctica
Acceso: En pleno centro de Santillana del Mar
Horario: Abierto todo el año: Lunes-viernes (10-20:30) Fines de semana y festivos (10-21)
Precio: 3,60 €; 2,40€ estudiantes
Web: www.viajarporcantabria.com/ ...a-del-mar/
Tras esta visita dirigimos nuestros pasos a la Colegiata, que por la apatía de tanta lluvia vimos solo por fuera. Esta iglesia es claramente románica, y fue construida en el siglo XII. Tiene un tamaño muy considerable y en sus orígenes era un monasterio benedictino.

Información práctica
Acceso: En pleno centro de Santillana del Mar
Horario: De martes a domingo (10-13:30; 16-19:30)
Precio: 3€
Web: www.spain.info/ ...l_mar.html
Y tras esto, vuelta hacia el coche para dirigirnos a Altamira, no sin antes deleitarnos un poco más con este precioso pueblo cántabro

Altamira es un yacimiento prehistórico cuya primera presencia humana data de hace 36.000 años. Debido a las aberraciones cometidas en los 50 y 60 (entraban más de 150.000 personas al año) la cueva tuvo que cerrar para no destruir las pinturas, y se construyó un museo en el que se explica toda la Prehistoria como complemento a las pinturas (altamente interesante) y la Neocueva, una reproducción de las estancias más importantes de la cueva además de la recreación de como era en aquella época.
La visita guiada a la Neocueva se inicia con un video explicativo de la historia de Altamira, y es muy recomendable ir con el guía ya que nos dará informaciones muy valiosas.
Una visita imprescindible en Cantabria, aunque si tuviera que elegir me quedaría con El Castillo, esa autenticidad le da magia al sitio, pisar donde pisaron nuestros ancestros es una sensación única.
Información práctica
Acceso: El acceso se encuentra perfectamente señalizado al acercarse a Santillana
Horario: Variable en función de la época (ver web)
Precio: 3€; gratis los sábados desde las 14:00 y los domingos + 18/04 18/05 12/10 06/12 En verano se recomienda comprar por internet debido a la gran afluencia.
Web: museodealtamira.mcu.es/ ...arios.html
Tras la última visita nos retiramos cansados (vaya como cansa el mal tiempo) a la posada, donde nos duchamos y arreglamos para ir a tomar algo con unos conocidos de Suances, que nos intentaron enseñar baldiamente (asco de mal tiempo) su pueblo antes de llevarnos a una cervecería en la Playa de la Ribera donde cenamos con una ración inmensa de nachos muy barata. Nos retiramos muy pronto (a las 10 o así) a la posada y caímos rendidos como niños.
Día 3: Domingo 26/01/14: Las villas marineras
Para hoy, día de la vuelta, la intención era parar en Comillas y San Vicente antes de llegar a Oviedo a las 6 para una reunión familiar, por lo que a las 4 había que levar anclas de tierras cántabras, lo que nos marcó un poco el día.

TOTAL: 174 kms
Tras un potente desayuno y hacer el checkout en la Posada nos ponemos en camino y milagrosamente ha dejado de llover.
La primera parada del día fue Ubiarco y su increible Ermita de Santa Justa El aspecto positivo del mal tiempo fueron las olas que nos recibieron, que dieron para hacer muy buenas fotos y que nos dejaron muy buena sensación.

La ermita en sí data del siglo XVI, y aunque su arquitectura sea extremadamente simple y no llama la atención, sí que lo hace la peculiaridad de estar metida dentro del acantilado. Se tiene documentación de que la devoció por Santa Justa en la zona existía ya en el siglo XII y había un santuario donde se ubica la actual iglesia.

Información práctica
Acceso: Seguir los carteles con dirección a Ubiarco, luego no desviarse de la carretera hasta que lo indique un cartel a Santa Justa.
Para acceder a la ermita se debe seguir un sendero muy pegado al mar, que solo se puede recorrer con marea baja.
Nos dirigimos a Comillas, pero cuando estábamos llegando a esta modernista villa cántabra nos llaman al móvil desde la Posada, que nos dejamos el cargador del movil, así que media vuelta y a por él. Tras bastante tiempo valioso perdido, llegamos por fin a Comillas, uno de los platos fuertes del viaje.
Esta localidad de unos 2000 habitantes destaca, además de por sus edificios medievales y barrocos, por ser uno de los pocos lugares fuera de Cataluña donde intervinieron los artistas modernistas.
Aparcamos en un parking gratuito a la entrada del casco histórico del pueblo y rapidamente nos dirigimos a la Plaza del Ayuntamiento, quedándonos asombrados con el aire medieval que se respira en esta ciudad, parece que toda Cantabria Occidental se quedó clavada hace 5 siglos.

Nos informamos de donde comprar pan para hacer los bocadillos de la comida y nos encaminamos a la oficina de información, donde nos dan un plano de Comillas con indicaciones para seguir la ruta modernista y la medieval (muy currado y con muchísima información este plano) además de un papel con los horarios de las principales atracciones de la villa. Cuando salimos son las 12:15 y el tiempo se nos echa peligrosamente encima, así que toca seleccionar que ver.
Decidimos visitar sin ninguna prisa el Capricho de Gaudí, ya que cualquier obra del archiconocido arquitecto catalán es una joya, y se da la circunstancia de que Comillas es, junto con León y Astorga, la única ciudad fuera de Cataluña donde el arquitecto firmó una obra.
Esta casa, cuyo nombre original fue Villa Quijano, la proyectó Gaudí en 1883, bajo el encarrgo de Máximo Díaz de Quijano, cuñado del Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano de tipo oriental. Las obras finalizaron en 1885.
Tras pasar por taquilla nos acercamos al edificio y observamos ilusionados la maravilla creada por Antoni Gaudí, completamente recubierta de azulejos con girasoles pintados.

Antes de entrar decidimos ir a la parte de atrás del edificio para observar la famosa torre del Capricho, la que aparece en todas las fotos, y una amable familia andaluza nos echa unas fotos bajo ella. La verdad es que el lugar es precioso.


Entramos al interior, decepciona un poco encontrarlo vacío, en las estancias hay unos folios con información acerca de Gaudí, pero poco más; lo bueno es un vídeo bastante chulo que explica la historia del Capricho y su arquitectura.
Lo mejor del interior es asomarse a los balcones y sentarse en los bancos hechos hacia el interior, Gaudí quería que los visitantes a la casa se sentaran a admirar la casa más que el paisaje, que tampoco desmerece.


Subimos al piso superior, donde nos encontramos con una exposición de sillas de Gaudí.

Además de poder admirar la torre más de cerca. Ojo con una barra puesta a traición sobre una puerta, que aunque esté recubierta con cinta aislante para incautos, si le pegas un cabezazo algo duele, lo digo por propia experiencia.

En los jardines nos encontramos con una muy buena vista del Palacio de Sobrellano, que por las malas referencias decidimos no visitar.

Además, el arquitecto diseñço una cueva artificial muy fresca para pasar los días más calurosos, es una auténtica cocada.

Y como homenaje a este gran genio modernista, se colocó una escultura suya observando su obra, un edificio precioso y que es imprescindible visitar, muy interesante entrar y admirarlo pese al precio (fue lo que más nos gustó de todo el viaje)

Información práctica
Acceso: Hay carteles por todo Comillas que indican la dirección al Capricho
Horario: Todos los días (10:30-17:30, último acceso a las 17)
Precio: 5€, 7-14 años 2,5€, <7 gratis
Antes de abandonar Comillas pasamos por el impresionante Cementerio modernista de Comillas diseñado por Lluis Domenech i Montaner, y cuyo emblema es El Ángel Exterminador de Llimona. Se ve perfectamente al salir en dirección a San Vicente de la Barquera, es muy fácil llegar a él.

Entre las dos villas marineras se encuentra elParque Natural de Oyambre, que cuenta con unas dunas y una playa que la presión social y ecologista lograron rescatar de las garras de la especulación urbanística.
Al pasar había una neblina que daba al lugar un toque mágico, que hacía parecer que todo lo que veíamos era un gran lienzo. Impresionante esta parada de unos minutos para disfrutar del paisaje.



Tras esto llegamos a San Vicente de la Barquera, la última parada de esta escapada que nos sorprendió muy gratamente.
Casi 5000 habitantes viven en esta villa tan ligada al mar, con la pesca como principal industria histórica, pero que se ha visto superado por el turismo, y es que cada año miles de viajeros se enamoran de esta preciosa villa.
La villa data del siglo VIII y creció alrededor del castillo construido por Alfonso VIII, posteriormente le es concedida un fuero y crece por el comercio marítimo y la pesca, hasta que una serie de incendios y pestes en la Baja Edad Media hacen que deje de ser el principal puerto cántabro; aunque volvió a crecer en los siglos XVII y XVIII.
Aparcamos en el puerto pesquero, desde donde las vistas son privilegiadas:

Y nos dirigimos a comer los bocatas al puerto deportivo, cruzando el puente, desde donde se tienen unas preciosas vistas del casco histórico barquereño.

Las vistas en la comida son increibles.

Al acabar de comer enfilamos la calle más comercial y con más restaurantes de la villa, nada del otro mundo.

Antes de subir al Castillo del Rey, construido en el siglo XIII sobre un castillo anterior que data del siglo VIII, durante la repoblación de Alfonso I de Asturias. Lo pillamos cerrado, y nos quedamos con las ganas de entrar, su posición elevada hace que sea un mirador con una de las mejores vistas de Cantabria, a un lado la ría y el puerto, al otro los increibles Picos de Europa.
Sin embargo lo rodeamos por fuera, es un castillo pequeño y se hace en 5 minutos.



Información práctica
Acceso: En lo alto de San Vicente de la Barquera
Horario: Todos los días (10-14, 17-21)
Precio: 1.4 €, 4-16 años 0.7€
Web: www.paisajespararespirar.com/ ...lo-del-rey
Tras esta infructuosa visita y un paseo por el centro cogimos el coche en busca de la preciosa foto de San Vicente con los Picos al fondo, pero tras dar vueltas por las urbanizaciones de arriba e intentar entrar al faro (estaba cerrado), esto fue lo máximo que conseguimos:

Así que nos fuimos al Santuario de la Barquera, de enorme tradición y construido en el siglo XV, acoge la Virgen de la Barquera y no pudimos entrar, pero merece la pena acercarse.
Hay mucha devoción con esta iglesia y esta virgen, y es que cuando los barcos salen de San Vicente a mar abierto siempre hacen sonar sus sirenas en señal de saludo pidiendo protección.

Tras esto fuimos hacia la barra rompeolas, a los pies del faro, a ver 5 minutillos el espectáculo del mar embravecido, sencillamente espectacular, una pena que no pudiera captar las sensaciones de esas enormes olas rompiendo contra las rocas.

Y en busca de buenas perspectivas, cruzamos la ría y fuimos a parar a la playa de San Vicente, donde nos hicimos un puñado de fotos espectaculares, pero como iban a ser con este espléndido fondo reflejado en la que fue, para mi, la foto del viaje, y que fue a llegar justo al final del mismo:

Tras esto rumbo a casa con la sensación de haber vivido un finde increible y con ganas de la próxima escapada.
CONCLUSIONES
LO IMPRESCINDIBLE
· Santillana del Mar: Viaje al pasado
· Bárcena Mayor: Pequeña preciosidad
· Cuevas del Castillo: Cultura de otra época
· Capricho de Gaudí: Pequeña dosis de modernismo
· Cartes: Pasear por el Medievo
LO MENOS RECOMENDABLE
· Sinceramente nada me disgustó
LAS SORPRESAS
· Cartes: Poco nombre para lo espectacular que es
· Los artesanos de Carmona
· El medievalismo que se respira en los valles interiores
LAS DECEPCIONES
· El tiempo: La única decepción, aunque no sea culpa del destino sino nuestra por no tomarnos en serio las previsiones.
NOS QUEDAMOS CON GANAS DE...
· Bárcena Mayor y Santillana sin lluvia: CUMPLIDO
· Llegar a Tudanca: CUMPLIDO
· Los valles del Besaya y el Pas
Un saludo viajeros
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