Hoy el ritmo de los días anteriores nos va a empezar a pasar factura.
Volvemos a madrugar porque abren el Louvre a las 9 y queremos aprovechar el día. Desayunamos en el que es ya "nuestro" Brioche Dorée" y a correr (bueno, al metro).
El planteamiento original de hoy era ir primero al museo de Orsay y al Orangerie, y luego ya pasar al Louvre, que hoy cierra a las 21.45h, pero la noche anterior lo hablamos y preferimos visitar el Louvre más en profundidad y dejar el resto para otro viaje, y pensamos que por la mañana habrá menos gente.
Llegamos y hay cola, pero para comprar la entrada. Para la entrada con el museum pass somos los primeros. yuju! Después de unos 20 minutos de espera, riéndonos de como se intentaban colar los asiáticos, pasamos y tiramos directamente hacia la Gioconda, para intentar verla sin gente. Imposible. Nos adelantan (de nuevo asiáticos) literalmente corriendo por el museo! De risa. Aún así, cogemos "primera fila" para verla todo lo bien que podamos y hacerle alguna foto medio decente.
Después de "cumplir" con la señora de la sonrisa enigmática, nos disponemos a disfrutar el museo. Qué decir de todo lo que guardan esas paredes...podría tirarme horas hablando de cuadros, esculturas, salas que de por si son obras de arte, con esos techos, los apartamentos de Napoleón...se nos pasó la mañana volando. Cuando nos quisimos dar cuenta eran las 3 de la tarde y sólo habíamos hecho una parada técnica para ir al baño y comernos unas patatas con una coca-cola.
Salimos del museo y comimos rápidamente en el McDonalds de Rivoli, porque queríamos llegar al museo de Orsay y cerraban a las 6. El Orangerie ya había quedado descartado viendo las horas que eran, para el siguiente viaje.
Llegamos a Orsay sobre las cuatro y media, nos quedaba hora y media hasta el cierre, así que nos dispusimos a ver lo que más nos interesaba (Bonnard, el paisaje de nieve de Amiet, Cezanne, Degas, el cuadro de la madre de Whitsler (que nos hizo recordar a la película de Mr. Bean, jaja), y por supuesto Van Gogh, Monet, Renoir y Toulouse-Lautrec. Definitivamente, le debemos una visita más detallada a este museo. Es totalmente recomendable.
Cuando por fin nos echaron del museo, nos sentamos en unas escaleras a la orilla del Sena, muertitos. Llevábamos desde las 9 de la mañana recorriendo pasillos, sólo parando a comer en el McDonals, cuánto? 20 minutos? Todo esto sumado a que los días ya nos van pesando en las piernas, hace que literalmente no nos podamos levantar, como la canción de Mecano. Así que ahí, tirados a la orilla del Sena, con un par de botellas de agua, nos dedicamos a descansar y disfrutar del paisaje.
Aquí volvimos a posponer subir al Arco del Triunfo, porque no nos veíamos capaces de llegar ni hasta el hotel, como para subir las escaleras del Arco

Todos los días pasábamos por una cafetería donde hacían crepes con una pinta buenísima, al lado de nuestro hotel, así que, como habíamos descubierto el día anterior que en el hotel teníamos un canal donde ponían el fútbol, y hoy juega el Real Madrid, decidimos coger un par de crepes para llevar y zampárnoslos viendo el partido.
Mi marido se descubre unas cuantas ampollas, algunas en la planta del pie, que nos darán bastante la lata. Pero bueno, mañana será otro día.