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El objetivo principal de este día era recorrer la Península de Vatnsnes, pero antes fuimos a ver un pequeño cañón llamado Kolugljufur:
Para llegar al cañón cogimos la N1 dirección Reykjavík, y a unos 35 kilómetros desde Blönduós giramos a la izquierda para coger la pista (carretera sin asfaltar) 715. En pocos minutos se llega al cañón, las coordenadas aproximadas de este lugar son N 65° 19.930 W 020° 34.230.
Luego volvimos hacia la Ring por la misma carretera que habíamos llegado hasta aquí, y a apenas 10 kilómetros cogimos a mano derecha el desvió que se adentra en la Península de Vatnsnes. Cabe destacar que prácticamente todo el recorrido por la península lo hicimos por la carretera 711, la cual está toda sin asfaltar pero en bastante buen estado para circular sin ningún tipo de problemas.
Uno de los primeros puntos de interés que vimos fue una roca conocida como Hvítserkur o el Rinoceronte, se puede ver tanto desde un pequeño mirador o bien bajar hasta el nivel del agua:
Siguiendo por la costa pasamos por una colonia de focas en la que estaba prohibido el acceso:
Pero a los pocos kilómetros se llega a otra a la que sí se puede entrar, el lugar es conocido como Illugastadir. Pudimos ver unas cuantas focas, recomendable llevar prismáticos o cámara con zoom ya que las fotos están algo lejos (al menos cuando fuimos nosotros):
En esta zona había una zona de acampada habilitada, propiedad de una granja que había al lado.
Antes de llegar al pueblo de Hvammstangi vimos este bonito faro con vistas al fiordo de Miðfjörður:
Curiosa “colección” de peces secos en el pueblo de Hvammstangi. En Islandia, como en otros muchos lugares, es típico poner el pescado colgado en construcciones de madera para que se seque con el sol, mayoritariamente cuelgan bacalao.
Poco antes de llegar a este pueblo viniendo del norte de la península, la carretera vuelve a estar asfaltada. El pueblo dispone de un punto de información y un supermercado.
Ahora nos tocaba realizar un tramo bastante largo de carretera, ya que el siguiente punto importante que teníamos marcado era la península de Snæfellsnes. Pero por el camino vimos alguna que otra cosilla más, como un volcán situado justo al lado de la carretera, llamado volcán Grabrok:
Vistas hacia otro volcán cercano:
A cinco minutos en coche del volcán vimos otro desvió que llevaba a un campo de golf, al lado del cual había una bonita y solitaria cascada llamada Glanni:
Antes de adentrarnos en la península, paramos a comprar comida en el pueblo de Borgarnes. En él había un par de supermercados, gasolineras y algún restaurante de comida rápida.
Llegados a este punto nos dió la sensación de que algo estaba cambiando, cada vez veíamos la capital a menos distancia y nos daba la sensación que la naturaleza extrema de estos últimos días empezaba a disminuir (solo un poco), pero al entrar en Snæfellsnes todo volvió a la normalidad!!!
La entrada a la península la hicimos por la carretera 54 que salía de Borgarnes (toda asfaltada), creo que más hacia el norte había otra carretera que entraba a la península, pero estaba sin asfaltar.
Una vez dentro, no nos costó nada encontrar algún sitio para dormir. Y que mejor para despedir el día que una buena cena a base de pasta islandesa, doritos y Pepsi:
Volcán Snæfellsjökull:
Para llegar al cañón cogimos la N1 dirección Reykjavík, y a unos 35 kilómetros desde Blönduós giramos a la izquierda para coger la pista (carretera sin asfaltar) 715. En pocos minutos se llega al cañón, las coordenadas aproximadas de este lugar son N 65° 19.930 W 020° 34.230.
Luego volvimos hacia la Ring por la misma carretera que habíamos llegado hasta aquí, y a apenas 10 kilómetros cogimos a mano derecha el desvió que se adentra en la Península de Vatnsnes. Cabe destacar que prácticamente todo el recorrido por la península lo hicimos por la carretera 711, la cual está toda sin asfaltar pero en bastante buen estado para circular sin ningún tipo de problemas.
Uno de los primeros puntos de interés que vimos fue una roca conocida como Hvítserkur o el Rinoceronte, se puede ver tanto desde un pequeño mirador o bien bajar hasta el nivel del agua:
Siguiendo por la costa pasamos por una colonia de focas en la que estaba prohibido el acceso:
Pero a los pocos kilómetros se llega a otra a la que sí se puede entrar, el lugar es conocido como Illugastadir. Pudimos ver unas cuantas focas, recomendable llevar prismáticos o cámara con zoom ya que las fotos están algo lejos (al menos cuando fuimos nosotros):
En esta zona había una zona de acampada habilitada, propiedad de una granja que había al lado.
Antes de llegar al pueblo de Hvammstangi vimos este bonito faro con vistas al fiordo de Miðfjörður:
Curiosa “colección” de peces secos en el pueblo de Hvammstangi. En Islandia, como en otros muchos lugares, es típico poner el pescado colgado en construcciones de madera para que se seque con el sol, mayoritariamente cuelgan bacalao.
Poco antes de llegar a este pueblo viniendo del norte de la península, la carretera vuelve a estar asfaltada. El pueblo dispone de un punto de información y un supermercado.
Ahora nos tocaba realizar un tramo bastante largo de carretera, ya que el siguiente punto importante que teníamos marcado era la península de Snæfellsnes. Pero por el camino vimos alguna que otra cosilla más, como un volcán situado justo al lado de la carretera, llamado volcán Grabrok:
Vistas hacia otro volcán cercano:
A cinco minutos en coche del volcán vimos otro desvió que llevaba a un campo de golf, al lado del cual había una bonita y solitaria cascada llamada Glanni:
Antes de adentrarnos en la península, paramos a comprar comida en el pueblo de Borgarnes. En él había un par de supermercados, gasolineras y algún restaurante de comida rápida.
Llegados a este punto nos dió la sensación de que algo estaba cambiando, cada vez veíamos la capital a menos distancia y nos daba la sensación que la naturaleza extrema de estos últimos días empezaba a disminuir (solo un poco), pero al entrar en Snæfellsnes todo volvió a la normalidad!!!
La entrada a la península la hicimos por la carretera 54 que salía de Borgarnes (toda asfaltada), creo que más hacia el norte había otra carretera que entraba a la península, pero estaba sin asfaltar.
Una vez dentro, no nos costó nada encontrar algún sitio para dormir. Y que mejor para despedir el día que una buena cena a base de pasta islandesa, doritos y Pepsi:
Volcán Snæfellsjökull:
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ahora hay más empleadas pero son novicias, el otro yo creo que lleva trabajando allí mas de una decada y debe ser el encargado. El vino a buscarme con el coche de repuesto.
Espero seguir teniendo suerte... 
