2º DÍA: St. JAMES’S Y WESTMINSTER

Cuando nos levantamos lo primero que hicimos fue buscar un starbuck’s y tomar un café en condiciones (de paso cayeron también unos muffins que estaban riquísimos) ya que en los hoteles sirven agua negra con leche. Ya la cosa se veía de forma diferente. La intención era ver el cambio de guardia en el palacio de Buckingham. Así que para allá que nos fuimos. Como aún eran las 8 de la mañana y el cambio lo hacían a las 11, fuimos por Oxford st de nuevo y luego bajamos hacia Picadilly Circus (que a esas horas de la mañana no estaban las luces de neón) Ya desde allí y después de unas cuantas vueltas en vano (la interpretación de los mapas no es lo de Yolanda), llegamos a Green park, que es donde está el Buckingham. Y allí que nos presentamos nosotros, dispuestos a presenciar el archifamoso cambio de guardia en el Palacio Real. Después de las pertinentes fotos, oímos a una pareja en perfecto andaluz decir que vaya mala suerte, hoy no toca. ¡Vaya por Dios! Nos acercamos hacia donde se congregaba una masa de gente y cuando por fin pudimos asomarnos, vimos un cartelito que decía que además, el cambio de guardia del día siguiente quedaba anulado. Pues nada, queda pendiente para otro año.

Así que de allí, atravesando St Jame’s Park fuimos al distrito de Westminster, donde se encuentra la Abadía del mismo nombre, el Parlamento (Houses of Parliament) donde se encuentra el único manifestante que tiene derecho a protestar. No me preguntéis por que, pues no llegué a comprenderlo, la guía que lo explicaba no hablaba suficiente despacio como para que lo entendiese y yo no pertenecía al grupo, así que no me pareció apropiado preguntarle. En fin, el parlamento es impresionante, y el Big Ben, lo mismo. La Abadía es preciosa, tanto por fuera como por dentro y cara, tuvimos que pagar 10₤ por persona para acceder a ella. Es curioso que aquí en Londres, la entrada en los museos es gratuita (piden un donativo eso si) pero ¡con la iglesia hemos topado!. En todas hay que pagar entrada. En todas las que hay algo qué visitar, claro, no son listos…Aquí es donde se coronan a los reyes (y reinas) por el obispo de Canterbury.


Después de la visita, cruzamos el Thames por el Westminster Bridge y bordeando el río y por detrás del London Eye, con su hora de cola (casi todos andaluces jejeje) volvimos por un puente que solo está habilitado para el metro y tren. Da en línea recta a Trafalgar Square donde está ubicada la National Gallery. Después de la visita, (tiene unos bancos para descansar, uy perdón, contemplar las obras, que son muy cómodos) nos volvimos ya hacia el hotel, aún nos quedaba una caminata larga.

En total este día estuvimos ¡8 horas caminando! Si no llega a ser por la media horita de descanso en el restaurante donde comimos, no se lo que hubiera hecho. Así que hoy también prontito al hotel. Pero eso si, antes hicimos una paradita en una tienda de juguetes enorme que hay en Oxford st. llamada Hamley’s. 3 plantas enteras solo de juguetes. Como para no encontrar un juguetito para el nene que se había quedado en Castellón.