Yo soy una fiel compradora en las páginas de oferta tipo Letsbonus y Oferplan. Pues bien, organicé un fin de semana en Noviembre en la Ribeira Sacra comprando el hotel en una de estas webs y un spa con comida buffet en la otra. Es una muy bonita época para ir por los colores del otoño y además hay muy poca gente.
El viernes, después de comer, salimos en dirección a Monforte de Lemos, lo que nos llevó más de lo esperado. Llegamos allí cuando ya era de noche pero sin embargo, cosa extraña en Galicia, la casa rural en la que nos íbamos a alojar, Casa Felisa, tenía carteles de señalización con los que llegamos en un periquete.
Nos recibió una chica venezolana muy amable. Nos dio las llaves de la habitación y nos preguntó si queríamos quedarnos a cenar en el hotel, pues tienen un asador con el mismo nombre. Pelayo había tenido un día duro así que prefirió quedarse a cenar allí mismo. Quedamos entonces para las 21-21.30
.El viernes, después de comer, salimos en dirección a Monforte de Lemos, lo que nos llevó más de lo esperado. Llegamos allí cuando ya era de noche pero sin embargo, cosa extraña en Galicia, la casa rural en la que nos íbamos a alojar, Casa Felisa, tenía carteles de señalización con los que llegamos en un periquete.
Nos recibió una chica venezolana muy amable. Nos dio las llaves de la habitación y nos preguntó si queríamos quedarnos a cenar en el hotel, pues tienen un asador con el mismo nombre. Pelayo había tenido un día duro así que prefirió quedarse a cenar allí mismo. Quedamos entonces para las 21-21.30
La habitación era bastante pequeñita, con un baño chiquitín (con ducha y wáter), una armario amplio y una bonita terraza acristalada. La casa es de piedra, restaurada, muy chula, con piscina y dos pistas de pádel, a pocos kilómetros de Monforte. Las habitaciones son sencillas pero bien decoradas y resultonas. Sin embargo para 70 euros la noche me parece excesivo, menos mal que con el vale que compré nos salió a mitad de precio...
Sobre las 21 bajamos al comedora cenar. Sólo había una mesa ocupada por un par de chicas. El menú era fabada de primero y costillas de segundo. La fabada nos pareció un poco fuerte para cenar pero no había otra cosa así que la chica nos trajo una olla con la misma. Tengo que decir que lamentablemente fue la peor fabada que comí nunca: fabas destrozadas, sin sabor ninguno, pasadas de cocción y de muy mala calidad. Mi novio, asturiano de pura cepa, no pudo con ellas.
De segundo nos trajo otra olla de costillas de cerdo con patatas cocidas. Estaban buenísimas así que aquí sí que compensamos con el desaguisado anterior.
De postre arroz con leche o flan, caseros pero muy normalitos. Para beber, vino blanco de la casa (aceptable), café y chupitos. Por todo esto pensamos que nos iban a cobrar como un menú del día, pero no, fueron 18 eurazos por persona, qué estafa!!!
Menos mal que entablamos conversación con las chicas de la otra mesa que eran muy simpáticas. Se llamaban Olga y Elena y eran de Moldavia. Estaban haciendo un poco de turismo por la zona. Estuvimos charlando con ellas hasta bien tarde y luego para la cama a dormir.