[align=justify]Llegamos al hotel sobre las 18:30, por lo que no daba tiempo de entretenernos mucho si queríamos aprovechar esa tarde-noche.
Cogimos el metro y fuimos, como no, a ver la Torre Eiffel, que ya estaba iluminada. Casualmente llegamos a en punto, que hacen un juego de luces que dura unos 5 minutos, vale la pena acercarse a verlo. Siento no subir fotos, pero soy bastante patosa con los ordenadores y la verdad...es que no se cómo hacerlo

Decidimos subir, al ser menores de 25 años nos costó 13€ cada una. Tuvimos unos 40 minutos de cola para comprar las entradas. Hay gente que ya las lleva compradas, pero nosotras no sabíamos que día haría ni a la hora que estaríamos allí, por lo que decidimos verlo sobre la marcha.
Se sube primero hasta el segundo piso y luego se coge otro ascensor hasta arriba. La verdad es que las vistas son muy bonitas, hay un bar en el que venden champagne, fotos, indicaciones de la distancia hasta otras ciudades, una copia de la habitación de Eiffel, una tienda de souvenirs (aquí cayó mi primera goma, las colecciones

Cuando bajamos ya eran las 22, así que decidimos acercarnos al Barrio Latino para cenar algo. Cogimos el RER, pero tardó bastante, así que hasta las 22:30 al menos no llegamos hasta allí y muchos locales ya estaban recogiendo. No quisimos alejarnos mucho del camino, por lo que entramos en una heladería Amorinos; mi hermana pidió un gofre con chocolate y helado y yo un crêpe con caramelo y helado, riquísimo por unos 9€.
Entramos en calor y nos fuimos al hotel en metro, tocaba descansar.