Ayer teníamos la intención de visitar el Castillo de Doune (E.P.) pero lo tuvimos que dejar para hoy. Nos va a tocar madrugar en este viaje, ya que los castillos y abadías suelen cerrar 17:00-17:30 entre abril y septiembre, y de octubre a marzo incluso antes. Por lo que si se quieren ver bastantes sitios el mismo día...
Durante el viaje, cuando comentábamos que habíamos estado en el Castillo de Doune, los escoceses nos respondían siempre: Monty Python! El grupo humorístico británico que utilizó el castillo en sus grabaciones. El castillo, del siglo XIII, está bien conservado, y el recorrido entre las diferentes salas no lleva más de una hora, al no ser muy grande. Con la Explorer Pass incluía audio-guía en inglés.
Este día nos cayó una "zaparrada" de miedo, no paró de llover en todo el día!
Tras tras ojear el catálogo del Explorer Pass la noche anterior, cambiamos la ruta prevista del día, e incluimos la Abadía de Dunfermline y el Castillo de Aberdour, porque nos vienen de camino dirección a St Andrews.
Dunfermline tiene una iglesia (E.P.) y unas ruinas de una abadía (E.P.). Así como la zona de la iglesia nos impactó más, la abadía no nos transmitió tanto. El interior de la iglesia está decorada con cristaleras de colores, y la parte exterior queda rodeada por un cementerio, que da paso a la entrada de la abadía. El pueblo de Dunfermline tiene calles con encanto escoces, por las que dimos un paseo y aprovechamos para comprar un paraguas de mano.
El castillo de Aberdour (E.P.) nos encantó. Empezando por la amabilidad de la mujer que estaba en recepción, y continuando por el paseo solitario que pudimos dar por el castillo y sus entresijos, los jardines, el cementerio, la pequeña capilla...precioso! Algunas partes del castillo datan de alrededor del año 1200, por lo que es uno de los castillos más antiguos de Escocia.
Cuando llegamos a St Andrews el temporal de la costa acecha fuerte, causa por la que el castillo (E.P) se encuentra cerrado. Por suerte, entramos en la catedral (E.P.) que nos pareció un entorno impresionante. Paseamos entre las tumbas, pero por desgracia el fuerte viento y la intensa lluvia hace imposible el paseo por el camino de los acantilados cercanos al mar. Nos tenemos que conformar con resguardarnos en una exposición de piedras, para la que debemos enseñar el Explorer Pass.
Dejamos atrás St Andrews, con la sensación de mirar por el retrovisor un sitio en el que nos hubiera gustado alojarnos y pasear por sus características calles, ir a cenar...
De camino a Dunnottar decidimos pasar por Glamis Castle, un castillo estéticamente diferente, y en mejor grado de conservación que los vistos hasta ahora. En nuestro caso, se podría decir más bien, que realizamos un "pit stop" para comer algo y estirar las piernas, mientras paseábamos alrededor del castillo.
Como podréis apreciar en las fotos, fue un día muy oscuro y no tenía pinta de remontar en unos días. Al llegar a Dunnottar, una de las paradas más esperadas del viaje por encontrarse entre acantilados espectaculares, sentimos que era el momento de dejar la cámara de fotos a un lado y disfrutar del momento bajo la intensa lluvia. Esa foto solo quedará en nuestro recuerdo!
Dormimos en The Neuk Portlethen por 59£ A/D. Era un restaurante en terreno rústico, cerca de unos acantilados. Había un bar en el que esperamos a ser atendidos para ir a la habitación y aquí me di cuenta de lo acogedores que son los escoceses. La gente que se estaba tomando su birra o su whisky, nos empezó a hablar y nos reímos mucho. El dueño era encantador y estuve hablando de la eliminatoria previa de Europa League que la Real Sociedad jugó contra el Aberdeen muy cerca de Portlethen.
Durante el viaje, cuando comentábamos que habíamos estado en el Castillo de Doune, los escoceses nos respondían siempre: Monty Python! El grupo humorístico británico que utilizó el castillo en sus grabaciones. El castillo, del siglo XIII, está bien conservado, y el recorrido entre las diferentes salas no lleva más de una hora, al no ser muy grande. Con la Explorer Pass incluía audio-guía en inglés.

Este día nos cayó una "zaparrada" de miedo, no paró de llover en todo el día!
Tras tras ojear el catálogo del Explorer Pass la noche anterior, cambiamos la ruta prevista del día, e incluimos la Abadía de Dunfermline y el Castillo de Aberdour, porque nos vienen de camino dirección a St Andrews.
Dunfermline tiene una iglesia (E.P.) y unas ruinas de una abadía (E.P.). Así como la zona de la iglesia nos impactó más, la abadía no nos transmitió tanto. El interior de la iglesia está decorada con cristaleras de colores, y la parte exterior queda rodeada por un cementerio, que da paso a la entrada de la abadía. El pueblo de Dunfermline tiene calles con encanto escoces, por las que dimos un paseo y aprovechamos para comprar un paraguas de mano.

El castillo de Aberdour (E.P.) nos encantó. Empezando por la amabilidad de la mujer que estaba en recepción, y continuando por el paseo solitario que pudimos dar por el castillo y sus entresijos, los jardines, el cementerio, la pequeña capilla...precioso! Algunas partes del castillo datan de alrededor del año 1200, por lo que es uno de los castillos más antiguos de Escocia.

Cuando llegamos a St Andrews el temporal de la costa acecha fuerte, causa por la que el castillo (E.P) se encuentra cerrado. Por suerte, entramos en la catedral (E.P.) que nos pareció un entorno impresionante. Paseamos entre las tumbas, pero por desgracia el fuerte viento y la intensa lluvia hace imposible el paseo por el camino de los acantilados cercanos al mar. Nos tenemos que conformar con resguardarnos en una exposición de piedras, para la que debemos enseñar el Explorer Pass.

Dejamos atrás St Andrews, con la sensación de mirar por el retrovisor un sitio en el que nos hubiera gustado alojarnos y pasear por sus características calles, ir a cenar...
De camino a Dunnottar decidimos pasar por Glamis Castle, un castillo estéticamente diferente, y en mejor grado de conservación que los vistos hasta ahora. En nuestro caso, se podría decir más bien, que realizamos un "pit stop" para comer algo y estirar las piernas, mientras paseábamos alrededor del castillo.

Como podréis apreciar en las fotos, fue un día muy oscuro y no tenía pinta de remontar en unos días. Al llegar a Dunnottar, una de las paradas más esperadas del viaje por encontrarse entre acantilados espectaculares, sentimos que era el momento de dejar la cámara de fotos a un lado y disfrutar del momento bajo la intensa lluvia. Esa foto solo quedará en nuestro recuerdo!
Dormimos en The Neuk Portlethen por 59£ A/D. Era un restaurante en terreno rústico, cerca de unos acantilados. Había un bar en el que esperamos a ser atendidos para ir a la habitación y aquí me di cuenta de lo acogedores que son los escoceses. La gente que se estaba tomando su birra o su whisky, nos empezó a hablar y nos reímos mucho. El dueño era encantador y estuve hablando de la eliminatoria previa de Europa League que la Real Sociedad jugó contra el Aberdeen muy cerca de Portlethen.