___________oOo__________
QUEDLINBURG: CASCO URBANO Y ALREDEDORES
QUEDLINBURG: CASCO URBANO Y ALREDEDORES
Sábado, 20 de Junio, 2015 por la tarde
Tomé la salida de Quedlinburg y pensé que lo más fácil para ir a Thale y a Bodetal era seguir el curso del río Bode. Miré el mapa y estaba en lo cierto. Crucé el río por un puente y poco después ví una rotonda que indicaba "Thale a 9 kms". Además junto a la carretera, pero separada de ésta, había un carril de bicis bastante majo. No llovía y el paisaje era bastante agradable:
Pedaleé durante unos 4 kms cuando de repente el carril de bicis se acaba Así: Sin avisar. Tuve que parar para mirar el mapa y entonces comprobé que la ruta que había cogido estaba equivocada. Sí: Iba a Thale, pero por otro camino. No quería ir a Thale por la carretera con los coches circulando a 100 kms/hora. No me parecía ni bonito ni divertido. Miré y remiré el mapa y ví que había un camino rural que se adentraba por el campo y que regresaba a Quedlinburg, cosa que tampoco quería pero si no me quedaba otro remedio... por lo menos iba a andar en bici por la campiña del Harz... Así que decidí hacer esto... Yendo despacito en 15 minutos estaría de vuelta en Quedlinburg para intentar de nuevo ir a Thale por el camino acertado.
Pero hubo un contratiempo: En cosa poco tiempo, ni un minuto, más bien segundos... el cielo se cubrió con un enorme nubarrón y comenzó a llover como si no hubiese mañana. Me cogió en medio del campo, en medio de la nada germánica ¡¡Vaya calada!! No había nada alrededor para protegerse. Solo las vias del tren...
Las vias del tren en medio de la nada germánica justo antes de que me cayese el diluvio universal
¿Qué hacer? No paraba. No tenía otra alternativa que regresar a Quedlinburg por la via más fácil y rápida: Por donde había venido. Comencé a pedalear y... ¿será posible? Al cabo de... ¿quizá un kilómetro tan sólo?... comprobé que no sólo no estaba lloviendo, si no que ¡¡el suelo estaba completamente seco...!! Y yo calado hasta los huesos de cabeza a los pies ¡¡ Increíble !! ¡¡ Esto es cosa de las brujas del Harz !! Aún así yo ya estaba cansado de ir de un lado para otro, así que decidí tomármelo con calma: Regresar al centro de Quedlinburg, ir a algún bar, secarme un poco si puedo y tomarme una merecidísima cerveza. Ya iría mañana a Bodetal.
Y eso hice: Me fui a la bonita plaza del mercado de Quedlinburg de la que ya habían quitado todos los tenderetes del mercadillo que había tenido lugar por la mañana. La ciudad estaba mucho más tranquila. Encontré un bar con una terraza en la plaza y ahí me senté con una cerveza. La plaza estaba realmente bonita y cada vez había menos gente. Estaba ocurriendo el mismo proceso que en Goslar y Wernigerode: A partir de las 5 estas pequeñas ciudades se quedan mucho más tranquilas.
Bueno, pues ahí estaba yo con mi cerveza en la terraza, leyendo, tomando notas del viaje, observando la gente que pasaba por la plaza, cuando comprobé que justo delante de mí, en otra mesa del mismo café en el que yo me hallaba, estaban sentados en una mesa una pareja de unos cincuenta años con su hijo de unos veinte. El padre y el hijo eran calcados de aspecto e igualmente obesos. Pero ví que los dos estaban dibujando y pintando. El hijo dibujaba, pero no podía ver bien qué. Pero sí que podía ver lo que hacía el padre: Estaba pintando pequeñas acuarelas. Pintaba la plaza ¡¡ Qué envidia !! (sana ¿eh?) El tío, en el tiempo en que yo me tomé una cerveza, se hizo algo así como tres acuarelas en su bloc. ¡Me encantaría tener el talento de poder plasmar en el papel o lienzo lo que veo o imagino! Simplemente no lo tengo. Bueno, pues a la familia ésta le puse nombre. Los llamé "Los Botero al Revés" ¿Por qué? Pues porque Botero "pinta gordos" y estos son "gordos que pintan". En fin... otra tontería de las mías.
El "Botero Al Revés"
En la plaza, junto a la oficina de turismo de Quedlinburg había un grupo de jóvenes que estaban bailando y haciendo coreografías con una música que ellos mismos ponían. Montaban el numerito para llamar la atención. En un momento en que había una chica sola bailando ví que el "Botero al Revés" hijo sacó su tablet y le hizo una foto, que tomó como modelo para dibujar a la bailarina, pero desde donde yo estaba no pude ver el resultado. Muy artístico todo, pero al cabo de unos minutos recogieron todas las pinturas y se marcharon. Y yo hice lo mismo tras acabarme la cerveza para darme un último garbeo por las calles -ahora más tranquilas- de Quedlinburg. La verdad es que es una ciudad muy pintoresca.
Fue entonces cuando pasé por el Museo de la Casa de Entramado de Madera que, obviamente, se encuentra en un edificio de este tipo. La entrada es 3 €, pero yo la tenía pre-pagada en la Harz Card, así que entré y lo primero que llama la atención en su interior es que es se trata de una construcción para que en ella viva gente de mucha menor estatura que la nuestra. Si mides más de 1.75: Ojo con las puertas. En cada una de las habitaciones había una maqueta de modo que, comenzando por la primera habitación, ves el proceso de construcción de una de estas casas. Las habitaciones son pequeñas: de unos 6 o 7 metros cuadrados. Es un entorno un poco claustrofóbico que le hace sentirse a uno como un caballo dentro de una casa de muñecas.
"Los Músicos de Müzenberg" por Wolfgang Dreyse
Otra vez Roldán
Casas junto a las rocas sobre las que se erige el Castillo de Quedlinburg
El perro Quedel (que es el del escudo de Quedlinburg) bajando de su zócalo porque ya no se le necesita para mantener la guardia; Joven jardinero con su perro
Una vez que ya había recorrido el pueblo de punta a punta (no es muy grande) en bici me dispuse a buscar el camino hacia la estación rodeando la ciudad por una carretera que al respecto. Fue entonces cuando encontré en una plaza un curioso conjunto escultórico: La Fuente del Rey Enrique (de Jocken Müller, 2007)
Enrique El Pajarero era inicialmente Duque de Sajonia y, en el año 919 fue coronado Rey de Alemania. Él fue el primero de los reyes y emperadores alemanes de la dinastias otoniana y se le considera el fundador y primer rey del estado alemán medieval, entonces conocido como "Francia del Este". La fuente es un grupo escultórico que describe la leyenda de cuando Enrique el Pajarero, duque de Sajonia recibe el mensaje de que ha sido elegido Rey de Alemania mientras se encontraba cazando pájaros cerca de Quedlinburg. El Duque de Franconia es el que pone la corona en la cabeza de Enrique, quien está más interesado en capturar pájaros que en la corona. El obispo representa a la Iglesia, que no ve con buenos ojos la elección de Enrique. En la parte inferior de la fuente (y en la foto de espaldas), alejada del gran evento, se encuentra una representación del pueblo: una campesina está de espaldas, mostrando sus manos vacías. Detrás del obispo, sentado (no se ve bien en la foto), hay un cronista describiendo la escena para la posteridad.
La Fuente de Enrique El Pajarero
Proseguí un poco más hasta llegar a la estación. Cogí un tren a Halberstadt, donde cambié para llegar hasta Wernigerode, que seguía con sus fiestas (bajo la lluvia). Cené de nuevo en el Capitol: Pollo con una ensalada y las insípidas croquetas, con una cerveza: No recuerdo bien, pero creo que fue alrededor de 15 €. Pagué y me fuí al hotel, que estaba bastante cansado.
Noche en una calle de Wernigerode