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Último día de viaje y para hoy no teníamos nada previsto al principio de las vacaciones. El día empezó lloviendo, y viendo como había que hacer diversas compras, nos acercamos a Santa Cruz de Tenerife a pasar el día.
Nota: En esta etapa voy a mencionar diferentes ya visitados en la etapa 8; por lo que es recomendable leer anteriormente esa etapa.
Aparcamos en los alrededores del TEA, y nos dirigimos a la Plaza de España para conocer el Castillo de San Cristóbal, situado debajo del lago de agua artificial. La entrada es gratuita.
Se trata de un Centro de Interpretación subterráneo situado debajo de la Plaza de España, en el que se puede descubrir los restos de la muralla de este castillo, que en el siglo XVI fuera el principal baluarte defensivo de la isla.
En la exposición, aparte de verse las ruinas del castillo, hay una serie de paneles explicativos en los que se explica cómo era el sistema defensivo de la isla, y hace un recorrido por los castillos de Tenerife (como el de San Felipe en Puerto de la Cruz o el de San Miguel en Garachico).
Continuamos por la adyacente Plaza de la Candelaria, llegamos a la Calle Castillo, la calle comercial por excelencia de la ciudad. Mientras que las mujeres aprovecharon para hacer diversas compras, yo decidí ir a visitar otros lugares de la capital.
Torciendo a la derecha visitamos la Plaza del Príncipe de Asturias. A la espalda de la plaza se abre la plaza de San Francisco, en la que se encuentra la iglesia de San Francisco de Asís.
Es una construcción de finales del siglo XVII, de estilo barroco que se manifiesta especialmente en las columnas salomónicas de la portada y en la cornisa que remata el conjunto.
En su interior pueden verse un valioso retablo barroco y notables muestras de imaginería religiosa, además de las cubiertas mudéjares.
Continuando por la calle San Francisco hacia el norte me encontré con la Fuente de Isabel II, construida en 1845 con granito basáltico para conmemorar la mayoría de edad de la reina Isabel II. Su cuerpo principal está formado por 6 columnas toscanas que acogen 5 surtidores, y el conjunto esta coronado con armas de la ciudad.
La calle de San Francisco a desembocar en la de San Isidro. Allí está el castillo den Almeida, que hoy acoge el Museo Militar. El museo está dedicado a los defensores de la isla que impidieron la invasión de las tropas de Nelson. Antiguamente, aquí se localizaba el cañón tigre; actualmente se encuentra en el Castillo de San Cristóbal. Entrada gratuita
Además, cuenta con numerosos objetos militares (armas, munición, mapas, vehículos…).
Desde ese punto, tomé la Rambla de Santa Cruz y bajé cara el casco antiguo por el Parque García Sanabria.
Frente al parque García Sanabria se halla el edificio del Ayuntamiento de Santa Cruz. Presenta unas marcadas líneas neoclásicas y a ambos lados de su portada pueden verse dos ejemplares de los característicos dragos.
Bajamos por la plaza del General Weyler, y volvimos a estar en el punto de partida, en la C/ Castillo.
Tras la buena experiencia del otro día, regresamos a la zumería Viva María, en la que pedimos un jugo y en la que aprovechamos para almorzar.
Al acabar de comer, tomamos un helado y nos acercamos a visitar el Tenerife Espacio de las Artes (TEA). Se trata de una gran infraestructura cultural donde tienen cabida las sedes de diversas instituciones y salas de exposiciones de arte contemporáneo.
Visitamos la biblioteca, en la que aprovechamos para echar una ojeada y descansar un poco.
Tras la visita al TEA, concluimos la visita a Santa Cruz aunque fuesen sobre las 6 de la tarde, ya que teníamos que hacer la maletas y dormirnos temprano, ya que al día siguiente el avión nos salía a las 7 de la mañana.
Al día siguiente, a las 4 de la mañana nos despertamos y sobre las 5 estábamos en el aeropuerto Tenerife-Norte para facturar maletas. A las 7 despegó el avión y dentro de 2 horas aterrizó sin complicaciones en nuestra casa, A Coruña.
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