Al día siguiente, salimos después del desayuno a la búsqueda del rinoceronte negro. Nos pusimos en marcha con Makallah, nuestro conductor, hacia el Triángulo del Mara, cruzamos el río y entramos en la reserva por la puerta de Oloololo, pasando por espectaculares paisajes.


Los caminos del Mara son difíciles y más en esta época, está todo embarrado y hay que cruzar abundantes riachuelos, pero nada que no se arregle con un buen jeep (no se recomienda matatu en época de lluvias, se puede quedar atascado en el barro), y, por supuesto, es imprescindible un buen conductor.
Nos encantó la zona del Triángulo del Mara, una de las preferidas de Maasai Mara

Llevábamos un rato buscando al rino y nada, pero de repente vemos unos leones a lo lejos y vamos hacia ellos, primero nos encontramos una pareja de preciosas leonas observando el paisaje
Y después llegamos donde estaban descansando una pareja de leones y, de repente, ella se levanta y se pone en actitud “comprometedora” levantando el rabo justo delante del macho
Y claro, la reacción de él no se hace esperar, la mira, se levanta… y entonces es cuando reconocemos a Scar, un león icónico, del que habíamos oído hablar en nuestra anterior estancia, llamado Medio Ojo por la familia Cheetah y Scar por los masais y los anglohablantes. Un gran macho melena negra, pero aunque sabíamos de sus andanzas y le habíamos visto en fotografías, no habíamos tenido la suerte de conocerlo hasta ese momento.
Cuando estuvimos solos frente a él, viéndole rugir, cortejando a la leona, nos quedamos mudos por la emoción.
Scar, o Medio Ojo para nosotros, tiene más de 7 años, y está curtido en mil batallas, se pueden apreciar las múltiples heridas “de guerra” que lleva en su cuerpo. Fue en 2012 cuando sufrió la herida en su ojo derecho, durante la lucha que mantuvo junto a sus tres hermanos, Hunter, Sikio y Morani contra otros leones por la apropiación de un territorio; ellos, apodados cariñosamente como “los cuatro mosqueteros” resultaron ganadores y mataron o expulsaron a los machos perdedores.
Sin embargo, una de las heridas más graves, cuya marca aún se puede ver en su costado, la recibió hace algo más de un año y provino de una lanza masai . Los masais ya no cazan leones, ese ritual está abandonado, pero si algún león se atreve a atacar alguna de sus vacas, para defender su ganado, el masai sí atacará con su lanza al intruso, y esto es lo que le ocurrió a Scar y lo que estuvo a punto de costarle la vida; pero felizmente se salvó gracias a los cuidados de los veterinarios del Kenya Wildlife Services y ahí seguía, haciendo gala delante de nosotros de todo su poderío. A pesar de su edad, seguía siendo un macho dominante, con derecho a cubrir a las hembras de la manada
Aunque esta vez, después de estar un rato dando vueltas y gruñéndose el uno al otro, la leona en el último momento se arrepintió y no se llegó a consumar la cópula.
Scar, al ver que ella no estaba receptiva, se tumbó de nuevo a esperar otra ocasión, que seguro sería pronto, pero nosotros ya nos teníamos que ir y lo hicimos muy satisfechos, después de la maravillosa sorpresa que fue encontrarnos con él y además completamente solos, sin ningún coche alrededor.