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Hoy a primera hora vamos a ir a ver las ruinas de Tulum, que están al borde del mar. Madrugamos, para llegar a primera hora y así evitar el calor del mediodía. Dejamos el coche en el parking, que ha subido de precio, respecto a la cifra que teníamos. Ha pasado de 60 pesos a 100. Hay un paseíto hasta la entrada que se puede hacer en un tren previo pago, pero que en nuestra opinión no vale la pena porque está cerca.
Hicimos la visita por nuestra cuenta. No había mucha gente, aún. Se ve bastante rápido.
Además el agua estaba llena sargazo, una acumulación de algas que según parece ocurre de vez en cuando, pero que este verano fue muchísimo más exagerada que de costumbre. Así que tampoco nos apeteció darnos ningún bañito. Parece ser que estaban todas las playas atestadas de sargazo, que además hace un olor fortísimo. No se los de los resorts como debieron sufrir el tema, pero parece que muchos turistas incluso habían cancelado por no disponer de playas paradisíacas.
Hay explicaciones en los distintos monumentos.
Cabe decir que a pesar de que las fotos que habíamos visto de estas ruinas nos parecieron espectaculares, a nosotros fueron las que nos parecieron más flojitas. Eso sí, son las que están más cerca.
Pues para hoy íbamos a hacer algún otro cenote. Teníamos varios cerca. Supongo que debido al fenómeno del sargazo, los cenotes estaban bastante llenos de gente, así lo habíamos oído en la radio. Así que buscamos alguno que no fuera excesivamente caro, puesto que sólo te das un chapuzón, después de los sablazos de todas las visitas.
Nos decidimos por uno de los conocidos… el Gran Cenote. Fue todo un acierto. Hay una parte descubierta y otra cubierta. Allí también hacen buceo. El precio fue 100 pesos pax. En la parte cubierta puedes seguir hacia el interior por una cuerda. Al sumergirte ves las estalagmitas y estalactitas enormes hundidas en el agua.
Había murciélagos en una de las cuevas…
Luego hay otra cueva con pececitos. Había poca gente.
Y para terminar nuestra estancia en Riviera Maya, íbamos a hacer un último cenote. En la federal teníamos varios uno al lado del otro. Nos decantamos por cenote Cristalino, pues habíamos visto que había pececitos Rufus de los que te hacen la pedicura en los centros de estética, así que nos hizo gracia el tema y lo elegimos sólo por esto. Este es totalmente descubierto. Aquí había muchísima gente, ya se veía en el aparcamiento. También era mediodía… Pero el precio era económico 45 pesos, así que decidimos probar. Estuvo muy bien para estar un rato en medio de tanto pececito.
Dimos una vuelta por el recinto de Puerto Aventura
Y comimos en el apartamento…
y con esto dábamos las visitas en Riviera Maya por terminadas.
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