El domingo lo tenemos reservados para los pueblos que atraviesan esta zona hasta llegar a la zona de Palafrugell. Atravesamos Sant Martí Vell, Monells, Peratallada, Pals, hasta llegar a la costa (Llafranc, Tamariu, Calella de Palafrugell).
Hoy decidimos ir en orden según aparecen los pueblos. El gps nos lleva por carreteras menos principales, y eso nos encanta porque te permite ver lo más auténtico. Poco tiene que envidiar la Toscana italiana a esa zona repleta de masías más o menos arregladas con cipreses y montes boscosos. La primera parada es Sant Martí Vell. El pueblo es pequeño, y da la sensación que está muy poco poblado (se ve un restaurante en las afueras pero todo muy tranquilo por dentro). Casas cuiadas con detalle y rincones preciosos. Junto con Beget, a mi gusto, el pueblo más bonito visitado este finde.
Tras dar unas vueltas por sus calles nos dirigimos a Monells. Aparcamos cerca del río y caminamos hacia el interior del pueblo. Es el pueblo de los arcos. Toda la plaza está porticada y hay otros arcos en sus callejones. Un pueblo la verdad que encantador.
Los otros 2 pueblos que nos quedan con Peratallada y Pals. No sé si es porque los otros pueblos habían dejado el listón muy alto o porque ya nos confundíamos unos con otros, pero estos pueblos, dentro de los bonitos que son, me gustaron menos que los previos. En Peratallada aparcamos también en el parking fuera de la entrada al pueblo. Callejeamos por sus calles y tomamos una caña en una terracita en la plaza (2,20€ la caña). Aquí es donde empezamos a ver más turismo en el día de hoy (en Sant MArtí estuvimos solos).
Peratallada:
Desde aquí fuimos hacia Pals. Callejeamos y vimos algún que otro rincón bonito.
Era la hora de comer y queríamos hacerlo en Pals, pero había varios restaurantes cerrados (por "reformas" o "vacaciones de invierno"), así que decidimos acercarnos a la costa, que estaba alado, con la idea de comernos un arrocito.
Llegamos a Llafranc. Buscamos en Tripadvisor opiniones, pero al ver la terraza de la Llagosta y la pinta de sus platos, no dudamos. Nos dieron con Suerte una mesa para 2, y nos comimos unos mejillones al vapor muy tiernos y un arroz negro meloso que mmmm (14€ el arroz). El postre recomendado por el camarero (trilogía de chocolate) también muy rico.
Dimos una vuelta por la costa del pueblo y fuimos a visitar pueblos costeros y calas de alrededores (Tamariu, Calella de Palafrugel y cala Aiguablava).
Calella de Palafrugell:
Ya cansados volvimos a Girona ciudad. Cenamos en un japonés en la plaza de independencia (sushi bar). Ensalada de algas donde abundaba la mahonesa y lechuga normales (creo que ni ví la alga..), fideos y sushi normales.