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Comenzamos el día visitando el Mercado Central, justo al lado de nuestro hotel. Siempre que podemos visitamos los mercados y mercadillos de los lugares a los que vamos. Dentro había un café con muy buena pinta y decidimos desayunar allí unos cafés y unos bollos muy ricos (2,95 € las dos).
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Con la barriga llena nos fuimos hasta la oficina de turismo situada en los bajos del Antiguo Ayuntamiento de estilo neoclásico. Allí nos hicimos con un plano de la ciudad (ya llevábamos algo de información sacada de la página oficial de turismo de Vilnius que está en español). Recordar que la ciudad tiene el casco antiguo barroco más grande del Este de Europa y, cómo no, es Patrimonio de la Unesco.
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Ojeamos el plano para situarnos y decidimos empezar por subir por la Calle de la Puerta de la Aurora (Aušros Vartų). Fuimos parando en algunas iglesias la mayoría católicas, nos gustó mucho la Iglesia Ortodoxa del Santo Espíritu y la de Santa Teresa. Había muchas tiendas donde vendían principalmente ámbar y lino. Pasamos por delante de la Filarmónica Nacional y la Puerta de los Basilianos. Y, por fin, llegamos a la famosa Puerta de la Aurora la única que se conserva de la muralla de la ciudad y que tiene en su interior una capilla dedicada a Nuestra Señora de la Compasión que dicen que hace milagros. A un lado hay una imagen en la pared del Papa Juan Pablo II en recuerdo de su visita en el año 1993 donde rezó un rosario en esta capilla, hoy en día la gente pone en el suelo velas y flores.
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Bajamos de nuevo a la Plaza del Ayuntamiento rodeada de tiendas, cafés con terrazas llenas de gente y seguimos por una de las calles principales de la ciudad, Didžioji Gatvé. En esta calle se encuentra la famosa librería Prancūziskas Knygynēlis (librería francesa) donde una placa recuerda que en esa casa vivió el escritor francés Stendhal durante su estancia en Vilnius.
Había un pequeño y bohemio mercadillo con cuadros que nos recordó a la Place du Tertre de Montmartre, eso sí, en miniatura
. Y también había puestos con prendas de lana y lino delante de una pequeña iglesia ortodoxa.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Llegamos a la Universidad de Vilnius y nos asomamos para ver uno de sus famosos patios, al lado está el Palacio Presidencial.
De aquí, nos acercamos a la pintoresca Calle Literatų que recibió este nombre porque allí vivió el poeta polaco Adam Mickiewicz. Desde el 2008 esta calle tiene un muro decorado con obras de artistas locales relacionadas con escritores. Muy original.
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Seguimos hacia el Museo del Ámbar pero no entramos, no había ni un alma y más que un museo era una tienda. No me acuerdo del precio exacto pero nos pareció muy caro y continuamos hasta llegar a la Iglesia de Santa Ana en la Calle Maironio. Es de estilo gótico tardío y os recomiendo entrar a verla (la entrada es gratuíta).
Nos dirigimos a la Plaza de la Catedral donde está el templo católico más importante del país, la Catedral Basílica de San Estanislao y San Ladislao y entramos a verla (entrada gratuíta). Al lado está la Torre del Campanario lo que nos recordó a algunas ciudades italianas. Subir cuesta 4,50 €.
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Detrás de la Catedral se encuentra el Palacio de los Grandes Duques de Lituania y la estatua del Gran Duque Gedimino que dicen que fundó Vilnius y también Trakai. Por si a alguien le interesa puedes hacer una visita guiada en inglés reservando con antelación por 20,27 €.
Un secreto
en la Plaza de la Catedral hay una baldosa de otro color en el suelo con la palabra STEBUKLAS que significa “milagro”, la tradición dice que tienes que ponerte encima con los dos pies, pedir un deseo y para que se cumpla das una vuelta de 360º.*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después de pedir nuestros respectivos deseos, cruzamos hacia la famosa Avenida Gedimino llena de gente y aprovechamos para comer en un Hessburger que estaba a tope (7,40 € dos personas).
Por la tarde, recorrimos toda la avenida y vimos otra curiosa escultura del 2013, esta vez en la pared del Novotel, Lucky Belly. Dicen que si tocas la barriga esta traerá éxito en los negocios.
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Pasamos por el Museo de las Víctimas del Genocidio, que fue la antigua sede de la KGB pero no teníamos previsto entrar ( entrada 4 €). Fuera había una exposición de dibujos realizados por niños algunos realmente buenos e impactantes.
Hay muchas esculturas curiosas por la ciudad como los Pequeños Ángeles sonrientes de color blanco que traen alegría, protegen y guardan a los habitantes y visitantes de la ciudad. Las Tres Moscas, el Huevo de Pascua, el Monumento al Basket…
Después de recorrer la avenida en ambos sentidos, volvimos hacia la Plaza de la Catedral y nos dirigimos hacia el Distrito Financiero o Nuevo Vilnius. Pasamos por delante del Museo Nacional de Lituania y nos detuvimos para observar la Torre de Gediminas que está justo detrás en lo alto de la colina. Si queréis subir hay un ascensor en la Calle Arsenalo que vale 1,50 €.
Cruzamos hasta la otra orilla del río Neris por uno de sus puentes. Desde aquí hay muy buenas vistas de la colina con la Torre de Gediminas.
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Hay un paseo en ambas riberas del río donde se veía gente paseando y haciendo running. En un lado pone escrito con flores en lituano “te quiero” y en la del frente “yo también a ti” y un corazón. En algunos puentes hay unos símbolos colgados que conmemoran la independencia de Lituania, en éste (Puente Žaliasis) hay una cadena que simboliza la Fortaleza y la fuerte fe de la nación que resistió a la ocupación, deportaciones y al genocidio.
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Continuamos hasta la Avenida Konstitucijos donde está el Centro Comercial Europa , aquí se encuentra la Torre Europa, la más alta de los Países Bálticos. También está el Hotel Radisson Blue, la Galería Nacional de Bellas Artes (entrada 1,74 €) y el edificio del Swedbank donde hay un mirador gratuito (Swedbank Terrace) con vistas al río, a la ciudad y a la Torre de la TV que recomiendan los locales. Había mucho ambiente.
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Regresamos hacia el centro, y como ya había oscurecido vimos la Catedral y el Palacio de los Grandes Duques de Lituania iluminados.
En la calle Pilies había mucho ambiente en las terrazas y nos compramos unos helados en la heladería Soprano, otra recomendación de los locales. Estaban muy ricos (tarrina 1,30 €).
Pasamos por el Palacio Presidencial también iluminado y la calle Stiklių, donde se conservan algunos restos del muro del Gueto Judío creado en esta calle y alrededores durante la Segunda Guerra Mundial.
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Llegamos hasta el Ayuntamiento muy bonito iluminado y salimos por la Puerta de la Aurora a dos pasos de nuestro hotel. Cenamos en la habitación unos sándwiches, algo de fruta y unos yogures que compramos en un súper (muy barato cerca de Gedimino) y a descansar después de un día tan completo.
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