![]() ![]() DÍA 4: PALMIRA-CRAC DE LOS CABALLEROS-HAMMA-AFAMIA-ALEPPO ✏️ Diarios de Viajes de Asia Central y Oriente Medio
Nos levantamos a las 5 de la mañanita para ver el amanecer en las ruinas y en el templo de Bel. Cuando llegamos a la zona, vemos que no somos las únicas que hemos tenido la gran idea de ver el amanecer. Es impresionantes ver los colores naranjas y...![]() Diario: Viaje Siria y Jordania⭐ Puntos: 4.5 (8 Votos) Etapas: 11 Localización:![]() Nos levantamos a las 5 de la mañanita para ver el amanecer en las ruinas y en el templo de Bel. Cuando llegamos a la zona, vemos que no somos las únicas que hemos tenido la gran idea de ver el amanecer. Es impresionantes ver los colores naranjas y rojos a través de las ruinas y las tonalidades de las piedras cuando les da el sol. Aprovechamos a acercarnos a ver por fuera las tumbas de Bolha y Borfa (hasta las 9:00 am no abren). Otros monumentos entre las ruinas son: el arco monumental, el teatro, el ágora (muros sólidos con restos de columnas que constituía el lugar de reunión), Templo de Alat (tipo el Partenón), el Ninfeo (base cuadrada)... Luego nos fuimos a desayunar al hotel, un desayuno típico con sus aceitunas negras y verdes, mermelada reutilizada, huevos revueltos y su pan (que lo ponen en todas partes) pero que nos supo a gloria. A las 8:00 nos viene a recoger Mohammed 1 como habíamos acordado. Bueno, nosotras que pensábamos que íbamos a ir felizmente en su coche con él, que hablaba inglés y que se portó muy bien la tarde anterior, pues resultó que no fue así: resulta que dice que le duele mucho la tripa porque se pasó la noche anterior bebiendo alcohol, pero que no nos preocupáramos, que nos llevaba su hermano mayor, el cual también habla muy bien inglés. Pues bien, nos conduce hasta su supuesto hermano, el cual no se parecía absolutamente nada a él, no habla ni papa de inglés y, para rematar la faena, nos lleva por las autopistas de Siria a 90 Km/h, en su punto óptimo de consumo para ahorrar al máximo la gasolina, que nos adelantaban hasta los camiones! Es decir, un timo, para qué nos vamos a engañar! En definitiva, no hay que dejarse engañar por el del hotel Al Faisal, es un timo de los buenos! Comenzamos la marcha. Parece mentira cómo va cambiando el paisaje de ser totalmente desértico a ser completamente verde. Lo de la autopista es todo un espectáculo: uno que cruza por medio de la autopista (suerte que vamos a 90!) y salta la mediana, coches yendo por el arcén, un coche conduciendo en sentido contrario a nosotros entre nuestra vía y el arcén... La primera parada es el Castillo de Krak de los Caballeros, alrededor de las 11:00 am (son unas 3 horas de Palmira al castillo). Estuvimos casi 1 hora y media viéndolo, aunque verdaderamente se requerirían 2 horitas para verlo bien. Nos cogimos un guía de esos que están en la puerta del castillo al acecho de los turistas, por la visita y explicación nos cobró 200 SYP (previo regateo); mereció bastante la pena coger guía porque nos contó muchas historias. El castillo es impresionante y la vistas, increíbles. Desde arriba se puede otear el pueblo de Krak, el mar Tartus, las montañas del Líbano y el valle de Homs. A las 13:45 llegamos a Hama, la tercera ciudad más grande de Siria. Paramos un rato a ver las norias, que es lo más interesante de la ciudad y nos vamos a comer. El conductor (supuesto hermano de Mohammed 1) nos recomienda un restaurante muy limpito y muy bueno, que nos van a tratar muy bien. Sin embargo, pasamos de él porque queremos ir a uno que hemos leído en foros que está fenomenal, el restaurante Al Atlal, por lo que le decimos que queremos ir ahí y que nos lleve. El conductor no parece muy convencido y accede a regañadientes. Sabemos por la guía en qué calle está (no el número), por lo que le enseñamos la guía y de decimos que vaya hasta allí. No lo sabe encontrar por lo que para el coche y pregunta a unos que están por la calle (verdaderamente, no sabemos lo que hablan entre ellos); después se monta en el coche y nos lleva hasta un restaurante que está cerrado casualmente y nos dice que ese es el que estábamos buscando. Nos dice en árabe (insisto, no sabe inglés) que, como vemos, el restaurante está cerrado; lo que pasa es que el nombre está en árabe y no tenemos la seguridad de que ése fuese el restaurante y, más bien, no nos fiábamos nada de este hombre. Como alternativa, teníamos mirado el Restaurante Four Norias, que está en la misma calle, pero el conductor insiste hasta rozar la pesadez en ir al restaurante que él propone, que está fenomenal y que si no nos gusta, pues ya nos íbamos al que decimos. Se puso tan pesao el hombre, que aceptamos, casi no teníamos alternativa pues nos estaba llevando el coche. El restaurante en cuestión se llama Al Rawfa y, efectivamente como era de esperar, él tiene sus colegas allí y se llevará su correspondiente comisión por habernos llevado. Nos dio una rabia horrible y sabíamos que habíamos caído en su trampa, pero cuando se lo dices n veces, ya te cansas. Vamos, que otra vez, un timo! Pero bueno, dejaré contemplado en mis memorias que nos os fiéis para nada de las excursiones que organiza el hotel Faisal (creo que se llamaba así) porque resumo: 1) ni hablan inglés 2) ni es el hermano del dueño el que te lleva 3) ni te lleva a comer donde tu quieres 4) van a 90 km/h por la carretera, pisando huevos además, el restaurante es algo carete pues nos salió a 350 SYP por persona y la comida es normalita, nada del otro mundo. Hay que destacar que los baños son lo peor donde hemos estado, y eso que hemos recorrido baños (posteriormente, encontramos unos peores, pero ya detallaré más adelante... bueno, pensándolo mejor, ni detallo). La última parada antes de Aleppo es Afamia o Apamea es un conjunto precioso, actualmente, ciudad muerta. Construida en el 300 a.d.C. En la era cristiana se convirtió en un centro de filosofía y de pensamiento. La mayoría de las ruinas al descubierto datan de la época romana y bizantina. Se distingue por sus altas murallas y la vía principal de 2 kilómetros (“Cardo”) rodeada de columnas con estriado trenzado. Sobre todo nos gustó por la luz que había, el cielo estaba encapotado pero se dejaba entrever la luz del sol que empezaba a atardecer que incidía en la piedra de las ruinas junto con el color verde de la hierba. El supuesto hermano conductor nos dijo que estuviéramos entre media hora y una hora de recorrido, pero nos lo tomamos con mucha calma porque a ese hombre no queríamos hacerle ni medio favor. Así que tranquilamente, nos tomamos nuestra hora y media. Nuestra última parada en el norte de Siria: Aleppo, 19:15, noche cerrada. Nuestro hotel Dar Halabia está dentro de la ciudad antigua por lo que el conductor nos deja fuera de la muralla, justo en la puerta (no le dimos nada de propina, obviamente). El hotel, que se trata de una antigua mansión, es el único alojamiento que está dentro de la ciudad antigua. Las habitaciones son muy bonitas y de piedra y con tapices (y calefacción, fundamental porque hacía un frío increíble por la noche). Fue el hotel más caro de todo el viaje, pero también el más bonito: 43 euros la habitación doble. Está muy bien que esté dentro de la ciudad antigua, pero el bullicio, los bares y los restaurantes están fuera, a unos 15-20 minutos andando, por lo que no es tan interesante que esté dentro de la ciudad antigua. Dejamos las cosas, nos pusimos varias capas y jerséis, y nos fuimos a dar una vuelta. Dejamos la ciudad antigua para el día siguiente y nos vamos a la zona nueva, que es donde están los restaurantes. Paseamos por la Calle Cari Bab Antakiyah (donde está la muralla y la puerta a la ciudad antigua), calle Baron (la más concurrida al anochecer), zona Jdeia... Alucinamos porque no había ni una sola mujer por la calle y, en cambio, miles y miles de hombre y policías. Lamentablmente, vivimos el primer y único incidente en todo el viaje dentro de toda la amabilidad de los sirios con los que nos estábamos encontrando: a lo largo de la calle Bab Antakiyah, una de las calles principales de Alepp y que estaba apenas iluminada, detectamos que nos estaban tirando trozos de pan, bueno, nos los estaban lanzando claramente. Aunque como estaba un poco oscuro no vimos de dónde provenían. Pero bueno, salvo eso, todo en orden. Dimos una vuelta y nos encontramos con un montón de tiendas de barrio. Nos decidimos ir a comer al primer sitio que recomendaban en la guía: restaurante Al-Komeh. Según el mapa de la guía está en un sitio pero no lo encontramos. Preguntamos a unos chicos que a su vez preguntaron a otros... como siempre, la gente tan amable. Hasta que por fín, logramos encontrarlo: es un sitio muy típico de aquí que está decorado al estilo árabe, con música de fondo y mucha gente autóctona (vamos, ningún turista). Comimos fenomenal, carne y kebabs, por sólo 660 SYP las 4, y el trato es increíble, vino hasta el dueño para ver qué queríamos con 3 ó 4 camareros de escoltas. Cogimos un taxi para volver a casa, nos puso el taxímetro y, nuevamente, nos dio un rodeo por la ciudad, qué listillos son! Nos costó finalmente el trayecto 80 SYP. Índice del Diario: Viaje Siria y Jordania
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