DÍA 10: AQABA Y VUELTA A AMÁN ✏️ Diarios de Viajes de Asia Central y Oriente Medio

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Después de desayunar en el hotel, nos pusimos el bikini y dejamos las maletas en el hotel para irnos a la playa. La idea que teníamos para este día era ir al Sindbad Yatch Club que organizan un crucero por el Golfo de Aqaba en un barco que tiene cristal en la parte de abajo que te permite ver los corales del Mar Rojo. El crucero que habíamos leído por internet costaba 29 JOD e incluía el material para hacer snorkel y barbacoa en el barco. Salía a las 12:00 del mediodía (y creemos que hay uno antes, pero no estamos seguras).

Antes de ir al Club, cogimos los billetes a Amán ya que al día siguiente volvíamos para Madrid, porque dicen que por ser sábado podría estar lleno y no haber disponibilidad. Hay dos compañías de autobuses que van a Amán: Trust y Jett. Son muy parecidas, pero la Trust te deja a las afuera de Amán por lo que cogimos la JETT, por 6 JOD por persona.

No sabíamos muy bien dónde estaba el club, pensábamos que estaba en las playas del sur, las que están a 12 km de Aqaba, así que cogimos un taxi. Por desgracia, topamos con el típico taxista del que estábamos hartas que insistió entre 100 y 150 veces en llevarnos a otro club muy estupendo que también organizaban cruceros y que era infinitamente mejor que el Sinbad. Ya nos conocíamos la historia de todos los días, así que le dijimos que, por favor, se dejara de contarnos historias y nos llevara directamente y sin rodeos a Sinbad.

A duras penas y quejándose, nos llevó hasta Sinbad y nos dijo que no saliéramos del taxi. Que el se encargaba de hablar con el de la puerta (resultó que el Sindbad estaba a 5 min de nuestro hotel, y podíamos haber ido perfectamente andando). El taxista se puso a hablar con el de la puerta del Club y volvió, diciéndonos que el crucero ya había salido, que lo mejor era que nos fuésemos al que él recomendaba. Como, evidentemente, no nos creíamos nada, le dijimos que nos queríamos salir del taxi y hablar nosotras personalmente con el de la puerta. Pero él cogió y nos cerró el taxi con cerrojo y marchó hacia donde él quería llevarnos.

Como esto fue la gota que colmó el vaso, nos pusimos super bordes con él porque no queríamos para nada ir donde él nos decía, queríamos ir al Sindbad que nos habían dicho que estaba genial. Así que le dijimos que parara el taxi inmediatamente y que nos bajara. Así que así lo hizo y nos bajamos. Le dimos un Jod para que se pirara porque estábamos ya hartas.

Así que fuimos a hablar con el de la puerta del Sindbad y, efectivamente, tal y como habíamos imaginado, el crucero no había salido. EL crucero estaba organizado con el hotel Movenpick así que nos fuimos hasta allí, donde nos fue a buscar un jordano joven, Hony, que organizaba el crucerito y nos llevó hasta el barco. Para otra vez, ya lo sabemos, hay que ir al Movenpick, directamente.

Llegamos las últimas al barco y nos encontramos con otro par de grupos de españoles y bastantes jordanos. El barco estaba genial y con mucho ambientillo y con la música a tope.

Según te vas alejando de la costa de Aqaba, vas viendo la costa de Egipto (Eilat), Israel y Arabia Saudí. También pudimos ver la bandera de Jordania que es la segunda bandera más alta del mundo, después de una en Corea del Norte.

Desde la parte inferior del barco que tiene cristal, se pueden ver los corales, un barco hundido... y luego te sueltan en medio del mar para hacer snorkel. Al principio nos costó un poco pensarnos el meternos en el agua, porque hay que recordar que estábamos en marzo y, aunque hacía mejor que en el resto de Jordania, hacía fresco y más con la brisilla marina. Pero ya que estábamos ahí, había que hacerlo. Estuvo mejor que el día anterior porque pudimos ver más corales.

Estuvo buenísima la barbacoa que nos prepararon que nos comimos en mitad del mar. En definitiva, estuvimos muy contentas con la elección y es totalmente recomendable. Estuvimos de regreso a las 16:00 y como teníamos el bus a las 19:00 aprovechamos para hacer las últimas compras y aquí ya compramos sin conocimiento.

Al lado del hotel Movenpick hay una plazoleta con edificios blancos en la que se encuentra llena de tiendas, en concreto, hay una tienda llamada “lapis Lázuli”, la típica llena de collares y pulseras de piedras semipreciosas. El tipo quería liquidar la tienda y dedicarse al comercio de telas y camisas, por lo que lo vendía todo super barato, muchísimo más que en cualquier sitio. Asimismo, tenía las piedras de todos los colores y te podía hacer pendientes, collares y pulseras de la piedra que quisieras y a tu gusto. Así que compramos de todo, de coral, amatista, ámbar, zafiros... en fin, que nos llevamos media tienda.

El caso es que salimos super tarde de la tienda y tuvimos que ir corriendo a por las maletas al hotel y corriendo después a la estación y llegamos 1 minuto antes de que saliera el bus con la lengua fuera. El bus, pues un show también. En este caso, también hay mujeres que viajan (no como en Siria), eso sí, con todo tapado.

A los 10 minutos de emprender la marcha, el bus se para en medio de la carretera por un control. Nos hacen bajarnos a todos del bus y sacar nuestras maletas del maletero y abrirlas de par en par. Ya era el colmo de los controles para acabar con el viaje...

A las 23:00 llegamos a Amán, son 4 horitas de trayecto. Cuando llegamos, en seguida varios jordanos jóvenes nos intentaron ayudar para ir al hotel, ya que los taxistas no hablaban nada de inglés, ni media palabra. Como siempre, todos muy amables. El caso es q nos montamos con un taxista que nos cobraba menos de 1 JOD por ir al hotel, que estaba en el centro, y como no teníamos nada de cambio, el taxista nos invitó al trayecto y nos dijo: “This is Jordan”, en fin, los pelos como escarpias, de verdad, si es que la gente es extraordinariamente amable.

El hotel en el que alojábamos se llama Hotel Palace, pero no era el típico hotel Palace de cualquier ciudad, no. Este era una especie de albergue juvenil, lleno de mochileros y bastante barato. Nuevamente, estábamos encantadas con el hotel. Creo que nos costó unos 40 JOD la habitación tripe con baño. Aunque sólo estuvimos unas horillas.

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