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* Comfort Inn (Kent)
El despertador sonó bien temprano. La noche anterior habíamos dejado ya todo el equipaje preparado para así sencillamente ducharnos, bajar a desayunar y salir en dirección al aeropuerto.
Nada más abrir el servicio de desayuno ya estábamos nosotros en la puerta. El buffet resultó bastante completo, con lo que pudimos desayunar la mar de bien. Mientras, fuera, una lluvia intensa caía sin parar. Toda la lluvia que esperábamos encontrarnos durante el viaje en la zona de Seattle y Olympic parecía descargar en aquellos momentos. Mejor ahora que durante el viaje.
Exterior del hotel
El avión con destino a Oakland (San Francisco) salía del aeropuerto de Tacoma a las 10:10h de la mañana. Queriendo estar dos horas antes en el aeropuerto y teniendo en cuenta que antes había que devolver el coche de alquiler, no os sorprenderá que os diga que aún no eran las 7 de la mañana cuando salimos del hotel.
El hotel, según nos habían confirmado en recepción la noche anterior, estaba a una media hora máximo del aeropuerto.
* Aeropuerto de Tacoma
La llegada al aeropuerto no fue tan fácil como parecía. A los poco minutos de abandonar el hotel, nos encontramos con que la ruta hacia el aeropuerto estaba en obras, con lo que había un desvío importante. Las indicaciones brillaban por su ausencia, así que tuvimos que confiar en que Patricia encontrara una ruta alternativa.
Durante un buen rato empezamos a estar convencidos de que nos habíamos perdido y los nervios se empezaron a apoderar de nosotros. Por suerte, el encontrar finalmente un cartel indicativo hacia el aeropuerto nos tranquilizó.
El siguiente paso fue como acceder a la zona de retorno de coches de alquiler. Casi llegando al aeropuerto, paramos en una gasolinera para llenar el depósito, tal y cómo constaba en el contrato firmado. A. aprovechó para pedir indicaciones al dependiente de la gasolinera.
Tras intentar seguir las confusas indicaciones y ver que no íbamos a ningún sitio, de nuevo los nervios volvieron. Y de nuevo la visión de un cartel indicativo de la dirección buscada nos volvió a calmar.
Ahora ya, sin más contratiempos, llegamos al garaje de retorno del coche. Al cruzar la entrada con el coche hicieron un par de comprobaciones y nos indicaron donde dejar el coche. Así nos despedimos de nuestro compañero fiel durante estos 23 días juntos.
Nos aseguramos de que lo llevábamos todo y nos dirigimos a la terminal de salidas.
Habíamos llegado con tiempo, todo gracias a la previsión de salir con mucha antelación, porque entre unas cosas y otras habíamos tardado casi una hora en el trayecto.
Facturamos las maletas y nos dirigimos, tras pasar los diferentes controles de seguridad, a la puerta de embarque.
Allí nos esperaba nuestro avión de Alaskan Airlines listo para salir. El avión despegó puntual.
* Oakland Airport
Llegamos al aeropuerto de Oakland a la hora prevista (algo más de las 12 de la mañana).
Tras abandonar el avión, fuimos directos a la recogida de equipajes y, maletas en mano, volvimos a buscar la terminal de salidas, esta vez internacionales.
Nos esperaba un buen tiempo de espera, ya que nuestro vuelo hacia Barcelona, vía Oslo, no salía hasta las 7 de la tarde. Aún así esperábamos poder facturar el equipaje y esperar cómodamente en las zonas de embarque, donde siempre hay más restaurantes y tiendas donde entretenerse. Pero no tuvimos esa suerte. El mostrador no lo abrirían hasta las cuatro de la tarde. Así que nos tocó esperar todo ese tiempo sentados en unas sillas de plástico, en una zona donde no había un solo comercio.
Echamos mano de la tablet para ver unos cuantos capítulos de nuestras series favoritas, con lo que la espera se hizo más amena.
Tras abrirse los mostradores de facturación, llegó el siguiente tema que más temía. ¿Habríamos distribuido bien el peso de las maletas?¿Tendríamos un sobre coste por exceso de peso? Por suerte, y a diferencia de algunos viajeros a los que vimos tener que ponerse a un lado del mostrador mientras redistribuían o incluso se deshacían de algunas cosas para evitar la penalización por sobrepeso, nosotros no tuvimos ningún problema.
Y ahora ya más tranquilos, procedimos a pasar los controles de seguridad.
Por fin pudimos también comer algo (desde el desayuno que no habíamos comido nada y era entrada la tarde) mientras esperábamos la salida del vuelo, que también salió puntual.
Desde el avión de Norwegian Airlines pudimos disfrutar de una puesta de sol como despedida de los Estados Unidos.
El servicio a bordo fue igual que en la ida. Pudimos elegir asientos en salida de emergencia con lo que estuvimos bastante anchos todo el viaje.
Las pantallas multimedia ofrecían las mismas películas que a la ida, así que vimos lo que nos habíamos quedado sin ver cuando volábamos hacia San Francisco.
Cuántas experiencias habíamos vivido desde entonces. Había sido un viaje fabuloso por un país que cada día nos gustaba más. La prueba era que ya íbamos pensando en nuevos posibles recorridos: la mencionada ruta desde Chicago a New Orleans; recorrer la costa Oeste desde Seattle hasta Baja California; la ruta desde Chicago a Seattle; pasar un par de semanas explorando el archipiélago de Hawaii; perdernos por la salvaje Alaska; descubrir el otoño en Maine; disfrutar de Miami, los Cayos y especialmente del mundo de fantasía que supone los parques de Orlando; repetir ruta por la costa Oeste para revisitar Grand Canyon y demás; hacer la ruta 66 al completo... En fin nos quedaba tanto por ver, pero eso ya tendría que ser en otra ocasión
* Aeropuerto de Oslo - Gardermoe
Llegamos al aeropuerto de Oslo pasadas las 13h del día siguiente (hora local).
Una nueva espera tocaba hacer, ya que el vuelo hacia Barcelona no salía hasta las 20:00h. Al menos no teníamos que cargar con el equipaje.
Entre el jet-lag, las horas en el avión y el cansancio correspondiente teníamos una sensación de lo más incómodo. Comimos mas porque tocaba que por hambre. En aquél aeropuerto todo era salmón preparado de mil formas diferentes.
La espera se hizo larguísima, pero llegó a su fin. Respiramos tranquilos cuando el avión despegó con puntualidad en dirección a Barcelona.
* Aeropuerto del Prat (Barcelona)
Llegamos a las 11:30 de la noche. Entre la recogida de equipajes y demás eran más de las doce cuando salíamos por la puerta de llegadas.
Allí estaba nuestro amigo, aquél que tantos quebraderos de cabeza nos había dado con los envíos hacia un lado y el otro. Estábamos reventados y verlo a él venir a buscarnos mereció la pena todo el lío con los regalos de unos y de otros.
Nos dejo en la puerta de casa cerca de la una. Sí, por fin en casa. Ahora sí que todo había llegado a su fin. Pero como en todo, era un fin relativo.
Nos metimos en la cama con más cansancio que sueño. Un viaje más a nuestras espaldas había acabado. Un viaje que no íbamos a olvidar. A partir de ese momento se iniciaba la cuenta atrás para nuestro siguiente gran viaje. ¿A dónde nos llevaría el destino? Bueno, eso ya es tema de otro diario.
* Últimos pensamientos
Sólo quiero expresar mi agradecimiento a todos los miembros del foro que nos ayudaron a realizar este viaje. Es para ellos para quién va dedicado este diario.
También quiero dar las gracias a aquellos que habéis seguido casi día a día la escritura de este diario. Gracias por vuestra paciencia y por haberme acompañado en revivir este fantástico viaje de nuevo. La verdad es que he disfrutado mucho escribiéndolo.
Sé que me he demorado mucho en acabar el diario, pero a veces uno no siempre puede disponer de todo el tiempo que quisiera. También es verdad que en varias ocasiones he dedicado mi tiempo semanal al diario a repasar etapas ya escritas para corregir errores gramaticales, de sintaxis, incluir información que faltaba o sencillamente mejorar el estilo de mis palabras, con lo cual, si en algún momento a alguien le da por releerlo y encuentra alguna diferencia, este es el motivo.
También quería pedir disculpas por si a alguien le he ofendido con las ideas expresadas en este diario. Desde el principio me propuse escribir un relato personal y así tratar de transmitir mejor todo lo que vivimos en el viaje y quizás haya supuesto plasmar ideas que no todo el mundo comparte, sólo faltaría. Cualquier idea y comentario expuesto siempre ha sido desde el respeto y sin ánimo de ofender a nadie.
Si alguien tiene alguna duda o consulta que hacerme que no dude en hacerla, intentaré resolverlas dentro de mis posibilidades. Y por supuesto, todo comentario será bienvenido, que no hay nada como comprobar que tus experiencias ayudan a otros viajeros.
Y nada más. Nos vemos por los hilos de este fantástico foro y en diarios de nuestros futuros viajes.
Un saludo para todos.
Reese
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