DIA 5 jueves 8Nov
Escala, Estambul: desembarque 08:00 embarque 18:00.
Desayunamos en el camarote, con 15 minutos de adelanto como siempre.
Bajamos a la oficina de atención al cliente a que nos cambiaran euros a liras turcas, pero dentro del barco no cambiaban dinero, un retraso según mi punto de vista, pero bueno. Nos dijeron que nada mas bajar del barco había bancos donde nos podrían cambiar el dinero. Por lo menos nos lo cambiaron en billetes pequeños, ya que tu allí puedes pagar en euros, pero lo mas probable es que te lo devuelvan en liras con lo cual al cambio mucho mejor entregar un billete pequeño, te timan menos. Tomamos un café allí mismo mientras esperábamos que desapareciera un poco la gente.
Nada mas bajar, sales del puerto y hay unas vallas donde están todos los taxis, regateamos a uno y por 8 euros nos llevó hasta la Mezquita Azul. Nada mas subir en el coche y andar unos metros, casi nos chocamos con otro taxi, al taxista le hacia una gracia… ya que resulta que contra el que casi nos chocamos era su hermano, a nosotros mas que gracia nos dieron escalofríos del susto.
Nos deja en una calle y nos dice donde tenemos los monumentos.
Primero fuimos a la Mezquita Azul, a la entrada compramos otro libro de Estambul por unos dos euros. La Mezquita por fuera me pareció una pasada, con sus minaretes… muy bonita.
La entrada era gratuita pero para acceder a su interior tuvimos que descalzarnos nos obligaban 2 hombres de allí, pero a su vez también nos daban bolsas para que metiéramos los zapatos( consejo: llevar calcetines).
Por dentro, la mezquita era altísima, inmensa, decorada con una enorme alfombra roja con motivos azules, echamos unas fotos y fuimos hacia Santa Sofia.
La entrada costaba 10 liras y no aceptaban euros así que fuimos a un estanco de al lado y nos lo cambiaron. Volvimos para allá, y a la entrada no dejaban de agobiarnos los guías de Santa Sofia para que los contratásemos, cuestión que no nos interesaba. La verdad, es que también nos gusto mucho, era inmensa, y como en Efeso, estaba llena de gatos que se acercaban a la gente. Cuando salimos fuimos a tomar algo, hacia un frió…. Y nosotros con las cazadoras en el barco!!!. Acto seguido vimos las Cisternas de Justiniano, otras 10 liras y finalmente subimos hasta el Palacio Topkapi,la entrada costaba como en todos los sitios. Desde allí arriba había unas vistas de Estambul preciosas y el Palacio tampoco tenia desperdicio, lo que pasa es que íbamos justos de tiempo y tampoco podíamos alargarnos en exceso.
Nos dejo justo a la entrada, además, necesitábamos ir al servicio y justo ahí había servicios públicos, como no aguantábamos mas entramos, y cobraban 0,75 euros creo y encima eran tercermundistas, no los voy a describir, pero solo con decir que en el de chicas no había ni baza ni cisterna… en fin, una experiencia más.
Que locura!!!, que pila de tiendas!!! Era el paraíso de las compras!!!. Estuvimos dando vueltas por allí sin comprar nada como una hora, no sabíamos ni que comprar ni nada. Decidimos comer algo, no salimos del Gran Bazar, había restaurantes con buena pinta, otros con mala, kebabs etc. Preguntamos a un chico de uno de los puestos y nos recomendó uno de los restaurantes, tenía muy buena pinta, el único problema vino para entendernos con los camareros ya que ni español y casi nada de ingles, pero fueron muy amables en todo momento. Comimos kebabs, pero como lo comen allí, sin el pan de pita, sino con cuchillo y tenedor, estaba muy bueno, y lo acompañaban con patatas fritas. De todas formas, pedimos el pan y la salsa para el kebah .
De beber pedimos latas(coca cola, nestea…) ya que nos pusieron agua sin nosotros pedirlo, pero en vez de estar embotellada, venia como en los envases de yogures pero transparente. Como nos daba un poco de rollo beber eso, pedimos las latas.
No me acuerdo tampoco del precio final, no s si fueron 30 euros por los 4 o algo así, pero para nada caro.
Después de comer a comprar compulsivamente los regalitos, no había tiempo. Me lo pase muy bien regateando todo el rato, aunque algunos pasaban de nuestros regateos, sacamos chollos muy buenos. Fui a comprar una pasmina( hay cientos de puestos) y fui a dar al puesto de una española, una chica de Barcelona, claro, no me atreví a regatear, de todas formas me dio un buen precio, la verdad. A unos guiris que tenía al lado, por una pasmina idéntica a la mía, les pedía más del doble, en fin, alguna ventaja tenía que tener.
Cuando ya llevamos unas horillas y compramos los regalos decidimos irnos hacia el mercado de las especias, a comprar tes y pistachos que nos habían encargado, como íbamos a contrarreloj pues cojimos otro taxi, le preguntamos que cuanto y nos dijo que no fuéramos al mercado de las especias, que estaban todas las calles cortadas porque llegaban a la ciudad nose que ministros y que probablemente llegaríamos tarde al Serena, nuestro gozo en un pozo, así que le hicimos caso, que el barco no espera. Le dijimos que nos llevara al barco, y aumento increíblemente la cantidad a pagar, porque decía que tenía que dar muchas vueltas etc. Seria mentira, pero bueno, lo que no queríamos era llegar tarde. Nos lo pasamos muy bien con ese taxista, todo el rato vacilando y riéndonos, hasta lo grabamos en video para la posteridad, que risas. Cuando estábamos llegando al puerto vimos unas tiendas y le dijimos que parase y nos dejara ahí, para por lo menos comprar el te. Casi nos tira del taxi, ya que justo ahí había un grupo de japoneses deseando pillar un taxi, y claro, no iba a desaprovechar la ocasión. Le preguntamos que a cuanto estábamos del barco y nos dijo que a unos 3 minutos más o menos, que luego fueron como 15 minutos, pero bueno, por lo menos divisábamos el barco por encima de algunos edificios y no tenía perdida.
Cuando el barco zarpaba de Estambul, ya era de noche, unas vistas magnificas. Se veía el Topkapi, Santa Sofia y la Mezquita Azul iluminados, en general, todo iluminado, un puente con luces que cambiaban de colores, muy bonito. Eran las 18:00 horas y se oía de fondo la llamada de los árabes a las mezquitas a rezar, bastante significativo x cierto, ya que estando en Estambul no notabas casi a la etnia árabe sino que estaba todo súper accidentalizado. Tampoco pudimos disfrutar mucho de las vistas, hacia mucho frió y se nos puso a granizar.
Aun han quedado muchas cosas en el tintero sobre Estambul, una ciudad en la que hay que pasar por lo menos una semana para ver todo lo que ofrece. Volveré.