Llegué a Edimburgo en tren desde York a primera hora de la mañana. Edimburgo es una ciudad que se puede hacer caminando y mi hostal estaba muy cerca, así que me puse a patear... Con lo que no contaba era con las famosas cuestas de la ciudad... y con una maleta grande me costó un montón llegar, pero incluso así de incómoda me quedé impresionada con lo mágica que es la ciudad... hay música por todas partes, callejones increíbles y mucha vida en la calle. Ojo, en Edimburgo siempre hace frío y siempre llueve, así que hay que ir con la ropa necesaria para no congelarte (incluso en verano).
Dejé la maleta en el hostal y me adentré en sus calles... Mi primera visita fue a la Catedral...
Construida en el siglo XIII y con unas increíbles vidrieras del siglo XIX. En la nave central se puede ver una estatua de John Knox, líder de la Reforma escocesa e importante predicador que se convirtió en el primer pastor protestante de la catedral. Lo más impresionante son sus bóvedas de abanico que te dejará un buen rato mirando hacia arriba (cuidado con el cuello)
No se os olvide visitar la Capilla del Cardo y buscar al angelito que está tocando la gaita

Al salir de la Catedral acércate un momento al Mercat Cross (antiguo lugar de mercado), en su centro una construcción de planta octogonal y un unicornio al final de la columna central es el sitio donde la mayoría de la gente queda en la ciudad, un lugar de encuentro. Pero antiguamente tenía otras funciones algo más siniestras... Era un lugar de ejecución pública donde la gente se reunía para ver ajusticiar al reo, también se clavaban las orejas de los ladrones (niños incluídos) durante dos días, si el ladrón no aguantaba y se soltaba (arrancando parte de su oreja) estaría marcado de por vida.
Subiendo por la Royal Mile (la calle que comunica el castillo de Edimburgo con el Palacio de Holyrood) te puedes encontrar un montón de músicos callejeros y también algún gaitero con su tartán...
La Royal Mile es la calle principal y más concurrida de Edimburgo, está plagada de callejones con mucha historia, entre ellos el Mary King's Close, donde se pueden escuchar historias de fantasmas, de asesinatos, plagas y escuchar el llanto de Annie, una niña que llora porque perdió su muñeca hace muchos, muchos años...
Al final de la calle llegamos al Castillo, una antigua fortaleza donde todos los días a la una (excepto los domingos) un general de Artillería dispara un cañón como reclamo turístico.
En el castillo podrás ver las joyas de la corona, la capilla de Santa Margarita, el gran salón y hasta un cementerio de perros...
Y descubrir cómo vivían los prisioneros de guerra durante los siglos XVIII y XIX.
Realmente el Castillo de Edimburgo es una visita obligada. La entrada cuesta 17 libras. También podrás disfrutar de unas vistas privilegiadas de la ciudad.
Por la noche y después de patearme toda la ciudad, me apunté a un Tour en español sobre los "fantasmas de Edimburgo", realmente merece la pena pues por 10 libras una chica majísima te contará durante dos horas y media un montón de curiosidades fantasmagóricas de Edimburgo.
Lo que más nos gustó fue la parada en el Royal Mile Market. Según nuestra guía, este sitio tenía un nivel 3 en casos poltergeist, el mismo Iker Jiménez se pasó alguna vez por allí... jeje
Este lugar tuvo muchos usos, actualmente alberga un mercado y pasan cosas muy curiosas, pero... eso queda para nosotros



Desde allí nos dirigimos a la colina de Calton Hil, y para llegar nos paramos un momento en este puente. Por lo visto, este puente no era muy querido en Edimburgo, la gente pensaba que estaba maldito pues había muerto mucha gente en su construcción y en un derrumbe... Para calmar al pueblo y que lo utilizara, lo renovaron entero y para su inauguración prometieron que la persona más anciana de la ciudad lo cruzaría en primer lugar... Pero la mujer en cuestión se murió la noche anterior y para que nadie se asustara, la maquillaron y subieron a una silla de ruedas y como si aún estuviera viva comenzaron a cruzar el puente con ella, con tan mala suerte que a mitad de camino se les estampó contra el suelo.

El puente también es un sitio de suicidios. En Edimburgo hay una tasa alta de suicidios... Si os fijáis en la foto, veréis cómo están protegidas las vías del tren con techos para que no les caigan los posibles suicidas encima...
También y como anécdota, pasamos por esta calle que sale en la película de Trainspotting (en la escena de persecución del inicio de la peli), nuestra propia guía hizo de extra en Traispotting 2

Y tras una pequeña subida llegamos a Calton Hill, la colina desde donde verás las mejores vistas de Edimburgo. Ya era casi de noche y las luces de la ciudad le daban este aspecto tan precioso. En Edimburgo nunca se hace de noche cerrada, siempre se ve una pequeña claridad en el horizonte.
En esta colina se quemaban a las brujas, la guía nos preguntó si alguno de nosotros teníamos un tercer pezón (mucha gente lo tiene, hombres y mujeres) porque si era así, éramos carne de la hoguera, pues se decía que por ese tercer pezón se amamantaba al diablo.

Allí también nos encontraremos con un intento de la ciudad de levantar un edificio igual al Partenón griego y así realzar la belleza de la misma, pero se quedaron sin dinero y al final fue la vergüenza de la ciudad. Pero queda bonito de todas formas...
Tras la caminata terminamos el tour fantasmagórico en el mejor sitio posible: el cementerio.
En el cementerio siempre hay gente joven de botellón o simplemente reunida hablando, es un sitio de encuentro y de "encuentros" de la ciudad (dicen que la mitad de los habitantes de Edimburgo fueron concebidos allí)
La guía nos contó un montón de historias entre las tumbas, entre ellas la de un pobre hombre que enterraron vivo y en la parte de detrás de su lápida apareció esta cara horrible (como en Bélmez)
Nos recomendó un pub subterráneo donde nos encontramos un cine donde pasan películas gratuítas toda la noche y allí nos fuimos
