Desayunamos en el Buffet Panorama como lo hicimos todos los días excepto el segundo que probamos hacerlo en el restaurante El Duero y no nos gustó mucho, porque te dirigen a una gran mesa, apretadas unas con otras, se supone cada día con gente diferente que no conoces, a diferencia del Restaurante por la noche, y lo único que te sirven es la bebida. Comparando con los primeros cruceros en Pullmantur antes te mostraban la carta y podías pedir platos hechos al momento de cocina, aquí te tenías que levantar igualmente cada vez para servirte del Buffet. Por lo tanto escogimos la libertad del Buffet Panorama, para poder escoger nosotros la mesa y no tener que esperar colas para acceder.
A la 9.00h.atracaba el Sovering en Nápoles. Nos esperaban sobre las 9.15h en la estación marítima. Desembarcamos y nos dirigimos al punto de encuentro. El “todos a bordo” a las 18.30h.



Un detalle que nos gustó, fue que a pesar de que estaba previsto subir en funicular a la ciudad desde el puerto, debido a las largas colas que habían, lo cambiaron y nos transportaron en autocar hasta subir a la pintoresca La Piazzeta, que es el centro bullicioso de la isla.
Callejeamos, hicimos una breve visita a una tienda y laboratorio de perfumes naturales de “Carthusia”



Entramos en los Jardines de Augusto,(un euro) y desde allí hicimos maravillosas tomas de fotografías. Que naturalmente no os pongo todas, pues encontrareis infinitas y monísimas tomas de archivos en vuestro PC, Movil…Allí tomamos un tentempié, para poder seguir después nuestra ruta..


Pudimos admirar desde allí los tres famosos Farallones (Rocas-Faraglioni)

Y después tuvimos la oportunidad de verlos farallones de más cerca; era una opción aparte que nos concedieron y no nos arrepentimos de hacerla. Fue un recorrido en barquito alrededor de la isla y hacia a la Gruta Azul, que por cierto no pudimos entrar por marea alta, ya nos lo dijeron previamente. Pero el recorrido como os digo mereció la pena

Y aquí podéis contemplar El Arco del Amor en uno de los Farallones. Y en este preciso lugar en cuanto pasan los barquitos por debajo, la mayoría de las parejas se besan para sellar su amor eterno.

Y aquí, no faltaba más, nuestras siluetas con mi musa debajo del Arco del Amor, dándonos el tradicional beso. Cuarenta años llevamos casados y vamos a por otros cuarenta, jejejeje…




Y de allí regreso al puerto Marina Grande para embarcar en el aliscafo hasta el puerto de Nápoles, donde nos esperaba el Sovering pacientemente para continuar la fiesta.