Como ayer nos acostamos algo tarde, y nos metimos una buena paliza, hoy nos lo tomamos más tranquilos de lo que deberíamos.
Aseo, desayuno en el piso y cogemos el coche hacia las 9:30 h. para ir a Delfos (teníamos que haber salido antes).
De Atenas a Delfos hay unos 190 km. y se tarda algo más de 2,5 h.
Como siempre, salir de Atenas nos lleva unos 30 minutos. Hoy sábado hay bastante tráfico de salida.
Después tomamos la autopista E-75, unos 80 km y 4,5 € de peajes. Carretera perfecta, tres carriles por sentido muy rectos.
Nos salimos en la deviación que nos indica el GPS, pero también viene marcado. Creo recordar que la carretera que tomamos está desdoblada durante varios kilómetros.
Luego viene una carretera de montaña de un carril en buen estado, y que se puede ir adecuadamente rápido. Como en otros países, los coches se orillan al arcén para dejarte que les adelantes.
Muy poquitos kilómetros antes de llegar a Delfos está el pueblo de
ARÁJOVA
Nos paramos. En un bonito pueblo “colgado” de la montaña que recibe bastante turístico, tanto en verano por sus vistas
Como en invierno, ya que debe haber algunas pistas de esquí por la zona.
Muy poco después aparcamos el coche en la cuneta de la carretera (hay poca infraestructura de parking) a unos 500 metros de la entrada de la
ANTIGUA CIUDAD GRIEGA DE DELFOS
Esta es la foto icónica de Delfos, pero en realidad NO SE TRATA DEL FAMOSO ORÁCULO DE DELFOS, como aparece en muchos lugares y webs. De hecho este monumento es el Santuario de Atenea Pronaia y está en el tercer espacio que se visita en la zona. Al otro lado de la carretera.
Delfos tuvo una enorme importancia en la Grecia clásica. Era una especie de ciudad de “peregrinación”, enclavada en las montañas, luego con un clima en teoría más benigno que Atenas u otras regiones de Grecia (digo en teoría, porque nosotros damos fe de que hay días como el que nos tocó que hace más sol y calor que en la propia Atenas).
Pensemos, pues, que Delfos era una especie de Santiago de Compostela griega, donde la gente acudía a rezar, hacer ofrendas a los distintos dioses, y a que sacerdotes y adivinos les hiciesen predicciones de su vida o de aspectos concretos (amor, hijos, etc.). De ahí su famoso Oráculo, que en realidad era un templo donde había auténticos adivinadores que entraban en trance de forma natural (por eflujos que emanaban del suelo) y me imagino que también de forma “menos natural” , a cambio, claro, de ofrendas y donativos (esto siempre ha sido así desde que el mundo es mundo).
En torno a esa “peregrinación” surgieron tiendas, templos, teatros, termas, baños e incluso un maravilloso estadio para celebrar los famosos Juegos Píticos, antecedente de los Juegos olímpicos que conocemos.
¿Qué queda en pie de eso? Poco en perfecto estado (ya se sabe que los edificios antiguos con el paso de los año suelen perder sus techumbres de madera, y paredes), y a la vez mucho, para haber pasado 2.500 años de ello.
Para hacer la visita podemos distinguir tres zonas diferentes:
I. Lo que es propiamente el complejo arqueológico de Delfos. Es de pago.
II. El museo de Delfos. También de pago.
III. Unas ruinas de templos, de termas y de baños que están al otro lado de la carretera. Frente al complejo arqueológico. Su visita es gratis.
Todo ello está declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
I.- COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE DELFOS.
Se compran los tiques en la entrada. Hay baños y máquinas de bebida. Imprescindible comprar, si no se ha traído de casa.
Precio (2017): 12 € cada adulto, y gratis los menores de 18 años. La entrada es conjunta para este complejo y para el museo.
Entramos hacia las 12:15 h. de la mañana. Un poco tarde. Lo peor es el calor y la paliza a darse a esas hora. Casi no hay sombras. La parte buena, que las excursiones y grupos de turistas comienzan a salir cuando nosotros entramos.
La historia de la antigüedad nos rodea.
Delfos se construyó a los pies del conocido Monte Parnaso, tan nombrado en la mitología griega. Ya solo eso pinta bien.
Comenzamos a subir. Todo es cuesta arriba. Unos 3 km. Lo más alto es el estadio (y casi lo que más merece la pena). Caminos polvorientos, y en agosto, calor. Mucho Calor.
Al inicio vemos ruinas (voy leyendo documentación que tenía bajada de internet).
Pasamos por este hermoso edificio, que en realidad es la “logia”, depósito o lugar donde se guardaban todas las ofrendas realizados por los ciudadanos atenienses.
TEMPLO DE APOLO
En realidad parece que el oráculo o predicciones se hacían en el Templo dedicado al Dios Apolo, del que se conservan únicamente estas columnas y el suelo.
ORÁCULO DE DELFOS
El oráculo de Delfos, situado en el templo dedicado a Apolo del santuario del mismo nombre al pie del monte Parnaso, en Grecia, era uno de los centros religiosos más importantes del mundo helénico. Para consultarlo había que trasladarse hasta el recinto sagrado, ofrecer a Apolo una tarta hecha con miel y sacrificar una cabra, que se quemaba en una hoguera rociándola con agua. SI el cuerpo del pobre animal temblaba durante la ofrenda, significaba que Apolo accedería a hablar.
El oráculo estaba a cargo de una anciana, la Pitia, y un hombre, el Profeta. Tras la pregunta que le hacía el solicitante, la sacerdotisa, instalada en la cripta del templo e inclinada sobre su trípode, entraba en comunicación con el dios. Mientras, masticaba hojas de laurel, espolvoreaba harina y bebía largos tragos del agua que manaba de la fuente sagrada. Si sus palabras, como sucedía a menudo, resultaban absurdas o ininteligibles, el Profeta estaba allí para ayudar a interpretarlas.
TEATRO
Continuamos subiendo el Monte Parnaso y llegamos a este soberbio teatro, con capacidad para unos 5.000 espectadores en 35 filas, es uno de los teatros mejor conservados de todo el mundo griego. Desde el graderío o «koilon» se aprecian unas espectaculares vistas del valle de Cirra.
Más abajo los restos del Templo de Apolo.
Aún hay que pegar el último arreón hacia arriba. Unos 15 minutos cuesta arriba para llegar al
ESTADIO
Se conservan en buen estado el graderío norte y la tribuna de la presidencia. La pista tenía unas dimensiones de 177,55 por 25,6 metros y contaba con capacidad para 7000 espectadores.
Se construyó en el siglo V a.C. Y en él se celebraban (desde 500 años antes de Cristo) unos juegos llamados Juegos Píticos, podemos considerarlos antecesores de los Juegos Olímpicos.
Bajar es más fácil.
Volvemos a hacer unas fotos de las increíbles vistas del teatro y el complejo, llegando a la zona más baja (que por cierto hay una fuente para refrescarse y rellenar botellas), cogemos otro camino para llegar hasta la entrada.
Foto de cómo era Delfos en su pleno apogeo.
En total hemos estado casi dos horas recorriendo esta antigua ciudad griega. A nosotros nos ha merecido mucho la pena.
Al ser algo más de las 14:00 h. nos vamos a comer. Podríais comer en el pueblo actual de Delfos que tiene varias tabernas griegas, y no está lejos del museo (unos 10 o 15 minutos andando). Nosotros preferimos comprar unos bocatas y unas
en la tienda junto a la cafetería del museo (tienen granizados de más de 15 sabores diferentes).
II.- MUSEO DE DELFOS
Tras reponer fuerzas, entramos al museo. Es pequeñito pero a los 4 nos encantó.
Tienen piezas muy interesantes. Llevad descargado algo de información de lo que vais a ver.
Quizás la obra más significativa del museo sea la cuadriga tirada por cuatro caballos y conducida por un auriga, un esclavo apuesto de la época.
Del conjunto, prácticamente solo se conserva el auriga y es de las pocas esculturas de bronce que se conservan de esa época. Conmemora la victoria de una cuadriga en los Juegos Píticos, de los que os he hablado.
El museo se recorre en unos 30 minutos.
Al salir, son aproximadamente las 15:30 h. nos vamos a recoger el coche que lo tenemos aparcado junto a la tercera zona visitable.
III.- TEMPLOS, TERMAS, BAÑOS
Se trata de los edificios que daban soporte a la ciudad, que como hemos dicho era una especie de ciudad de peregrinación, pues parece lógico que tuviera baños, termas, gimnasio, etc.
Hoy solo quedan ruinas…
Aunque aún se puede visitar el Santuario Circular de Atenea Pronaia, habiéndose convertido en el símbolo o postal del complejo de Delfos, a pesar de no encontrándose propiamente dentro de su recinto arqueológico.
Estamos un poco cansados y consultados los niños vamos a hacer un plan perfecto para ellos, y para nosotros… Ir a la playa a pegarnos un chapuzón.
Si sois más “culturetas”, y habéis madrugado más que nosotros, os propongo un plan que nosotros no hicimos por falta de tiempo (cierra a las 17:00 h.) y por falta de ganas, también.
MONASTERIO DE OSIOS LOUKÁS
Foto no mía.
Está a algo menos de 40 km de Delfos, camino de vuelta a Atenas.
En su día también pensé en ir con los niños (antes de volver a Atenas) a ver el
CANAL DE CORINTO
Foto no mía
Un canal artificial situado a 60 km. de Atenas que separa la Grecia continental de la región del Peloponeso. Sirvió para que los barcos que salían de Atenas no tuviesen que circunvalar la Península del Peloponeso, “perdiendo” más 24h. de viaje cuando se puede hacer en 1,5 h. Hoy se ha quedado pequeño y solo puede ser usado por embarcaciones de poco calado.
PLAYA EN ITEA
En previsión y para poder ser flexible, decidí llevar unos bañadores y toallas en el coche. Gran acierto. Dado que los niños y los mayores nos apetecía ir a la playa, busqué la más cercana a Delfos, y encontré el pueblo costero de ITEA, situado únicamente a 17 km.
Ya el paisaje para llegar es interesantísimo. Un valle con miles de viñedos plantados. Creo que de uva blanca.
Llegamos hasta un hotel frecuentado por albaneses y rusos, y aprovechamos para bañaros allí, ya que es la única zona con arena fina. En cuanto te salías un poco, todo eran rocas y pedruscos llenos erizos, que desgraciadamente probamos en nuestros pies.
Estuvimos aproximadamente de 16:30 a 18:30 h. Los niños no salieron del agua (que estaba buenísima) en las dos horas.
Nosotros en algún momento preferimos tomar algo en un rinconcito de Grecia, que bien recuerda a la película Mamá Mía.
Volvimos a Atenas por la misma carretera de Delfos que vinimos, aunque desde Itea hay otra carretera de interior que te lleva (pero sin autopista y llena de curvas).
La intención era haber ido a cenar a una nueva zona de Atenas llena de locales (Monastiraki), pero dado que eran las 22:30 h., tendríamos que andar unos 20 minutos para llegar y otros tantos para volver, y que uno del grupo no tenía muchas ganas de cenar, nos quedamos una noche más en Plaka. Pero quedáis así avisados de un plan nuevo para cenar en Atenas.
Esta vez pedimos pescados.
Como tampoco el lugar nos emocionó, me abstengo de citarlo.
Foto de noche desde la terraza del edificio del nuevo museo de la Acrópolis.
Otro día increíble, y aún nos queda mañana. En nuestro caso para embarcar en un crucero.
Aseo, desayuno en el piso y cogemos el coche hacia las 9:30 h. para ir a Delfos (teníamos que haber salido antes).
De Atenas a Delfos hay unos 190 km. y se tarda algo más de 2,5 h.
Como siempre, salir de Atenas nos lleva unos 30 minutos. Hoy sábado hay bastante tráfico de salida.
Después tomamos la autopista E-75, unos 80 km y 4,5 € de peajes. Carretera perfecta, tres carriles por sentido muy rectos.
Nos salimos en la deviación que nos indica el GPS, pero también viene marcado. Creo recordar que la carretera que tomamos está desdoblada durante varios kilómetros.
Luego viene una carretera de montaña de un carril en buen estado, y que se puede ir adecuadamente rápido. Como en otros países, los coches se orillan al arcén para dejarte que les adelantes.
Muy poquitos kilómetros antes de llegar a Delfos está el pueblo de
ARÁJOVA
Nos paramos. En un bonito pueblo “colgado” de la montaña que recibe bastante turístico, tanto en verano por sus vistas
Como en invierno, ya que debe haber algunas pistas de esquí por la zona.
Muy poco después aparcamos el coche en la cuneta de la carretera (hay poca infraestructura de parking) a unos 500 metros de la entrada de la
ANTIGUA CIUDAD GRIEGA DE DELFOS
Esta es la foto icónica de Delfos, pero en realidad NO SE TRATA DEL FAMOSO ORÁCULO DE DELFOS, como aparece en muchos lugares y webs. De hecho este monumento es el Santuario de Atenea Pronaia y está en el tercer espacio que se visita en la zona. Al otro lado de la carretera.
Delfos tuvo una enorme importancia en la Grecia clásica. Era una especie de ciudad de “peregrinación”, enclavada en las montañas, luego con un clima en teoría más benigno que Atenas u otras regiones de Grecia (digo en teoría, porque nosotros damos fe de que hay días como el que nos tocó que hace más sol y calor que en la propia Atenas).
Pensemos, pues, que Delfos era una especie de Santiago de Compostela griega, donde la gente acudía a rezar, hacer ofrendas a los distintos dioses, y a que sacerdotes y adivinos les hiciesen predicciones de su vida o de aspectos concretos (amor, hijos, etc.). De ahí su famoso Oráculo, que en realidad era un templo donde había auténticos adivinadores que entraban en trance de forma natural (por eflujos que emanaban del suelo) y me imagino que también de forma “menos natural” , a cambio, claro, de ofrendas y donativos (esto siempre ha sido así desde que el mundo es mundo).
En torno a esa “peregrinación” surgieron tiendas, templos, teatros, termas, baños e incluso un maravilloso estadio para celebrar los famosos Juegos Píticos, antecedente de los Juegos olímpicos que conocemos.
¿Qué queda en pie de eso? Poco en perfecto estado (ya se sabe que los edificios antiguos con el paso de los año suelen perder sus techumbres de madera, y paredes), y a la vez mucho, para haber pasado 2.500 años de ello.
Para hacer la visita podemos distinguir tres zonas diferentes:
I. Lo que es propiamente el complejo arqueológico de Delfos. Es de pago.
II. El museo de Delfos. También de pago.
III. Unas ruinas de templos, de termas y de baños que están al otro lado de la carretera. Frente al complejo arqueológico. Su visita es gratis.
Todo ello está declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
I.- COMPLEJO ARQUEOLÓGICO DE DELFOS.
Se compran los tiques en la entrada. Hay baños y máquinas de bebida. Imprescindible comprar, si no se ha traído de casa.
Precio (2017): 12 € cada adulto, y gratis los menores de 18 años. La entrada es conjunta para este complejo y para el museo.
Entramos hacia las 12:15 h. de la mañana. Un poco tarde. Lo peor es el calor y la paliza a darse a esas hora. Casi no hay sombras. La parte buena, que las excursiones y grupos de turistas comienzan a salir cuando nosotros entramos.
La historia de la antigüedad nos rodea.
Delfos se construyó a los pies del conocido Monte Parnaso, tan nombrado en la mitología griega. Ya solo eso pinta bien.
Comenzamos a subir. Todo es cuesta arriba. Unos 3 km. Lo más alto es el estadio (y casi lo que más merece la pena). Caminos polvorientos, y en agosto, calor. Mucho Calor.
Al inicio vemos ruinas (voy leyendo documentación que tenía bajada de internet).
Pasamos por este hermoso edificio, que en realidad es la “logia”, depósito o lugar donde se guardaban todas las ofrendas realizados por los ciudadanos atenienses.
TEMPLO DE APOLO
En realidad parece que el oráculo o predicciones se hacían en el Templo dedicado al Dios Apolo, del que se conservan únicamente estas columnas y el suelo.
ORÁCULO DE DELFOS
El oráculo de Delfos, situado en el templo dedicado a Apolo del santuario del mismo nombre al pie del monte Parnaso, en Grecia, era uno de los centros religiosos más importantes del mundo helénico. Para consultarlo había que trasladarse hasta el recinto sagrado, ofrecer a Apolo una tarta hecha con miel y sacrificar una cabra, que se quemaba en una hoguera rociándola con agua. SI el cuerpo del pobre animal temblaba durante la ofrenda, significaba que Apolo accedería a hablar.
El oráculo estaba a cargo de una anciana, la Pitia, y un hombre, el Profeta. Tras la pregunta que le hacía el solicitante, la sacerdotisa, instalada en la cripta del templo e inclinada sobre su trípode, entraba en comunicación con el dios. Mientras, masticaba hojas de laurel, espolvoreaba harina y bebía largos tragos del agua que manaba de la fuente sagrada. Si sus palabras, como sucedía a menudo, resultaban absurdas o ininteligibles, el Profeta estaba allí para ayudar a interpretarlas.
TEATRO
Continuamos subiendo el Monte Parnaso y llegamos a este soberbio teatro, con capacidad para unos 5.000 espectadores en 35 filas, es uno de los teatros mejor conservados de todo el mundo griego. Desde el graderío o «koilon» se aprecian unas espectaculares vistas del valle de Cirra.
Más abajo los restos del Templo de Apolo.
Aún hay que pegar el último arreón hacia arriba. Unos 15 minutos cuesta arriba para llegar al
ESTADIO
Se conservan en buen estado el graderío norte y la tribuna de la presidencia. La pista tenía unas dimensiones de 177,55 por 25,6 metros y contaba con capacidad para 7000 espectadores.
Se construyó en el siglo V a.C. Y en él se celebraban (desde 500 años antes de Cristo) unos juegos llamados Juegos Píticos, podemos considerarlos antecesores de los Juegos Olímpicos.
Bajar es más fácil.
Volvemos a hacer unas fotos de las increíbles vistas del teatro y el complejo, llegando a la zona más baja (que por cierto hay una fuente para refrescarse y rellenar botellas), cogemos otro camino para llegar hasta la entrada.
Foto de cómo era Delfos en su pleno apogeo.
En total hemos estado casi dos horas recorriendo esta antigua ciudad griega. A nosotros nos ha merecido mucho la pena.
Al ser algo más de las 14:00 h. nos vamos a comer. Podríais comer en el pueblo actual de Delfos que tiene varias tabernas griegas, y no está lejos del museo (unos 10 o 15 minutos andando). Nosotros preferimos comprar unos bocatas y unas
en la tienda junto a la cafetería del museo (tienen granizados de más de 15 sabores diferentes).
II.- MUSEO DE DELFOS
Tras reponer fuerzas, entramos al museo. Es pequeñito pero a los 4 nos encantó.
Tienen piezas muy interesantes. Llevad descargado algo de información de lo que vais a ver.
Quizás la obra más significativa del museo sea la cuadriga tirada por cuatro caballos y conducida por un auriga, un esclavo apuesto de la época.
Del conjunto, prácticamente solo se conserva el auriga y es de las pocas esculturas de bronce que se conservan de esa época. Conmemora la victoria de una cuadriga en los Juegos Píticos, de los que os he hablado.
El museo se recorre en unos 30 minutos.
Al salir, son aproximadamente las 15:30 h. nos vamos a recoger el coche que lo tenemos aparcado junto a la tercera zona visitable.
III.- TEMPLOS, TERMAS, BAÑOS
Se trata de los edificios que daban soporte a la ciudad, que como hemos dicho era una especie de ciudad de peregrinación, pues parece lógico que tuviera baños, termas, gimnasio, etc.
Hoy solo quedan ruinas…
Aunque aún se puede visitar el Santuario Circular de Atenea Pronaia, habiéndose convertido en el símbolo o postal del complejo de Delfos, a pesar de no encontrándose propiamente dentro de su recinto arqueológico.
Estamos un poco cansados y consultados los niños vamos a hacer un plan perfecto para ellos, y para nosotros… Ir a la playa a pegarnos un chapuzón.
Si sois más “culturetas”, y habéis madrugado más que nosotros, os propongo un plan que nosotros no hicimos por falta de tiempo (cierra a las 17:00 h.) y por falta de ganas, también.
MONASTERIO DE OSIOS LOUKÁS
Foto no mía.
Está a algo menos de 40 km de Delfos, camino de vuelta a Atenas.
En su día también pensé en ir con los niños (antes de volver a Atenas) a ver el
CANAL DE CORINTO
Foto no mía
Un canal artificial situado a 60 km. de Atenas que separa la Grecia continental de la región del Peloponeso. Sirvió para que los barcos que salían de Atenas no tuviesen que circunvalar la Península del Peloponeso, “perdiendo” más 24h. de viaje cuando se puede hacer en 1,5 h. Hoy se ha quedado pequeño y solo puede ser usado por embarcaciones de poco calado.
PLAYA EN ITEA
En previsión y para poder ser flexible, decidí llevar unos bañadores y toallas en el coche. Gran acierto. Dado que los niños y los mayores nos apetecía ir a la playa, busqué la más cercana a Delfos, y encontré el pueblo costero de ITEA, situado únicamente a 17 km.
Ya el paisaje para llegar es interesantísimo. Un valle con miles de viñedos plantados. Creo que de uva blanca.
Llegamos hasta un hotel frecuentado por albaneses y rusos, y aprovechamos para bañaros allí, ya que es la única zona con arena fina. En cuanto te salías un poco, todo eran rocas y pedruscos llenos erizos, que desgraciadamente probamos en nuestros pies.
Estuvimos aproximadamente de 16:30 a 18:30 h. Los niños no salieron del agua (que estaba buenísima) en las dos horas.
Nosotros en algún momento preferimos tomar algo en un rinconcito de Grecia, que bien recuerda a la película Mamá Mía.
Volvimos a Atenas por la misma carretera de Delfos que vinimos, aunque desde Itea hay otra carretera de interior que te lleva (pero sin autopista y llena de curvas).
La intención era haber ido a cenar a una nueva zona de Atenas llena de locales (Monastiraki), pero dado que eran las 22:30 h., tendríamos que andar unos 20 minutos para llegar y otros tantos para volver, y que uno del grupo no tenía muchas ganas de cenar, nos quedamos una noche más en Plaka. Pero quedáis así avisados de un plan nuevo para cenar en Atenas.
Esta vez pedimos pescados.
Como tampoco el lugar nos emocionó, me abstengo de citarlo.
Foto de noche desde la terraza del edificio del nuevo museo de la Acrópolis.
Otro día increíble, y aún nos queda mañana. En nuestro caso para embarcar en un crucero.