RESUMEN: Salisbury y Stonehenge
Amanecemos soleados, para ir a Salisbury. Ha sido algo más de una hora de coche, pero hemos llegado bien, sobre las 10 y media.
Hemos visitado la catedral, donde he estado un rato siguiendo a un guía gratuito que iba explicando cosas, pero era un señor muy mayor e iba un poco lento (aquí esas tareas las hacen jubilados voluntarios).


Hemos visto la Carta Magna de la que presumen tanto los ingleses, aunque no fuera, según se explica alli mismo, más que un instrumento para proteger a los más privilegiados...
Tras esto, una vueltecita por el pueblo y hemos comido en el césped de un parque (Queen Elisabeth gardens), junto a un riachuelo. Aquí los parques son cosa de otro planeta, son todos de cuento, con céspedes que parecen alfombras de lo bien cortados que están, y tanta variedad de plantas y flores que no sabes si estas en un botánico. Pero es que todos los parques son así... No sé el dineral que se gastarán los ingleses en jardinería, porque no es solo que el clima les ayude, es que está todo perfecto...


En fin, después de comer, como teníamos la tarjeta del National Trust que nos sacamos cuando fuimos a visitar Lacock, hemos podido ver una mansión en medio del pueblo, llamada Mompesson House. Una casa pequeña comparado con los castillos y mansiones que hemos estado viendo pero muy chula, como de clase media alta. De hecho tenía unas cartas del Duque de Cambridge agradeciendo a la señora de la casa (no era noble) que lo hubiera alojado en su casa durante unas maniobras militares en el s.XVIII...

Sobre las 4 y algo nos hemos ido a buscar Stonehenge. Aquí han hecho un negocio espectacular. Antiguamente parece ser que se podía uno llegar hasta las mismas piedras, pasear entre ellas o verlas de pasada desde la carretera, y todo por supuesto gratis. Hoy en día, han desviado la carretera y solo puedes verlas si pagas, y resulta bastante caro (casi 50 libras los tres). Por suerte a nosotros esto nos salía gratis con la tarjeta del National Trust, así que hemos estado un rato viéndolas y viendo un pequeño museo-instalación que tienen donde explican lo muy poco que realmente se sabe sobre las piedras, su origen o su función. Todo son especulaciones.

Al acabar eran ya las 7 y hemos tirado hacia el hotel, ya que nos esperaba una hora y media de coche. La idea inicial era buscar un Premier Inn cerca de Salisbury, pero para cuando me puse a buscarlo todo estaba ya agotado, así que busqué ya cerca de Bristol, y estamos en un Premier Inn de carretera, cerca de Bristol, pero a una distancia conveniente de lo que pretendemos ver mañana para cerrar el viaje, que son los pueblos de Wells y Cheddar, de donde proviene el queso.
La verdad es que desde Londres ya vamos arrastrando un cansancio que hace que nos veamos las cosas con el mismo interés. Debería hacer dejado Londres para el final, pero eso suponía subir al norte, bajar al sur para luego volver a subir a Londres, era dar vueltas sin sentido. Lo que también cansa es ir cambiando de hotel cada día cuando son más de 8 o 9 días de viaje.