Día 2 - Llegada a Shanghai. Distrito de Pudong. ✏️ Diarios de Viajes de China

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Llegué al mediodía. Lo primero que hice fue dirigirme al Maglev, el tren magnético de alta velocidad que te acerca a la ciudad en 8 minutos. Por 50 yuanes (unos 7 euros), tienes el billete de tren y un pase para el metro de Shanghai de 24 horas. Si se pasa por el aeropuerto, merece mucho la pena cogerlo, más que nada porque es una atracción en si misma. El Maglev es capaz de ponerse a 400 km/h, aunque debo decir que en mi trayecto solamente se puso a 300. Encarecidamente, tómenlo. ¿Dónde más podréis hacerlo?

Tenía mi hostel cerca de la Plaza del Pueblo, y debo decir que el viaje desde el aeropuerto hasta allí duró una hora. El metro de Shanghai tiene mucha distancia entre paradas y se nota. Me bajé en la Plaza del Pueblo y me dirigí al Mingtown E-Tour Youth Hostel, detrás del hotel Marriott. Estuve 4 noches, a 14 euros la noche en habitación compartida. Habitaciones normales, baños compartidos pequeños. Su baza es la zona común, un patio con un estanque para peces y el bar con terraza. Eso sí, en la recepción son algo parcos en palabras, fueron de los menos amables con los que me topé. Lo recomendaría? Pues no puedo comparar. Pero no ha sido el mejor hostel del viaje. Pero, para ser Shanghai, está bastante decente, y con una muy buena ubicación.

A eso de las 18h, ya instalado, salgo del Hostel y pongo rumbo a Pudong. Mi intención: subir a uno de sus edificios para contemplar las vistas de la ciudad. Tardo más de media hora en llegar. Al salir, doy un pequeño paseo entre las pasarelas de los centros comerciales, dirigiéndome hasta la Shanghai Tower, de 692m de altura, el segundo mayor rascacielos del mundo, por detrás de Burj Khalifa. Como se me hace de noche, aprieto y voy a la taquilla para subir. 180 yuanes la subida, una clavada, vamos. Además, no aceptan el carnet de estudiante porque me dicen que soy viejo (hasta 22 años). Pago religiosamente y entro. Me suben en el ascensor más rápido del mundo y llego al mirador, que no está en lo alto. Está en el piso 118, y aún hay como unos 100 metros de torre por encima nuestro. Hay dos plantas de mirador, la de abajo, abarrotada de gente, y la de arriba, con más tranquilidad. Yo doy la vuelta por las dos. La verdad es que las vistas son espectaculares y de noche la ciudad, brillante por las luces, impresiona. Recomiendo subir a esa hora, para contemplar el festival de color que es Shanghai.

Tras un rato, bajo y prosigo mi vuelta por el distrito. Paso por el Financial World Center y llego hasta la torre de la Perla de Oriente, que hace años era el edificio más alto y ahora se ve chiquitita. Se me hace tarde y busco donde cenar algo. En una calle perpendicular a la Plaza del Pueblo, calle Huanghe, dicen que hay muchos establecimientos a buen precio. Voy allí y me tomo unos fideos y una coca-cola por unos 3 euros. Luego, voy a descansar, que vengo de pasar una noche en el avión y mañana hay tela también.

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